21 de mayo de 2014

[Oneshot] Birthday (Gareki x Nai)








Estoy viendo Digimon Frontier......... El mes que viene cumplo años y me agarró el viejazo, se ve xD
A lo que voy... Kouji tiene la voz de Gareki...... ES IMPOSIBLE no pensar en Karneval cuando lo miro jskdhksjhdkhsa Dx y como hay un sólo fansub traduciéndolo al español... Voy a seguir viéndolo en inglés, pero no me importa D: hay kinshinsoukan, mi*rdaaaaa

Título: Birthday.
Fandom: Karneval.
Pairing: GareNai [Gareki x Nai].
Formato: Oneshot.
Género: Romance.
Rating: G.
Resumen: Debido a la inocente curiosidad de Nai-chan, Tsukumo y Yogi descubren que están a pocos días del cumpleaños de Gareki. Pero Nai-chan aún no tiene claro qué le regalará a su amigo, y cuando finalmente tiene una idea, el hecho de ocultárselo puede hacer que Gareki se moleste...






Birthday

En un pequeño pueblo, podía notarse la alegría por tener la presencia de Circus entre sus calles. Las mujeres admiraban la orgullosa presencia de Iva, los más jóvenes suspiraban por Tsukumo y los pequeños corrían hacia Nyanperowna en busca de dulces y un par de grandes ojos color carmesí, miraban curiosos una pareja sentada en torno a una hermosa fuente de mármol blanco, con sus manos entrelazadas entre ellos. El hombre le entregó una pequeña caja cuadrada a la mujer, quien al abrirla se sorprendió, llenándosele luego, los ojos de lágrimas. Desde donde estaba el dueño de aquellos enormes ojos se dio cuenta que esas lágrimas no eran de tristeza, sino de un sentimiento de felicidad. No pudo entender por qué aquella mujer cargaba con aquel sentimiento, o qué significaba aquella pequeña caja, como del mismo modo, tampoco comprendió por qué sus labios se unieron. En ese momento sintió, que no sólo la mujer, sino que aquel hombre, también estaba sumamente feliz.
– Feliz cumpleaños – Le dijo el hombre, estrechando a la mujer entre sus brazos.

Al entrar al segundo barco de Circus, Nai sonrió, encontrándose con dos ovejas esperándolo en la entrada.
– Regresé – Dijo el pequeño.
– Bienvenido –beep – Respondieron al unísono las ovejas.
El pequeño recorrió un largo trecho hasta dar con Yogi, quien parecía recién salido de bañarse. Tarareaba una canción mientras secaba sus dorados cabellos con una toalla de Nyanperowna.
– Yogi.
– ¡Ah! ¡Nai-chan! – Se dirigió a él el muchacho, con una amplia sonrisa en el rostro.
– ¿Puedo preguntarte algo?
– Claro, dime – Accedió el rubio, empezando a caminar junto con Nai por uno de los pasillos de la nave.
– ¿Por qué una persona es feliz cuando une sus labios con los de otra persona?
Los pasos de Yogi se detuvieron abruptamente, ocasionando que Nai lo imitara y volteara a mirarlo.
– Yogi… Tienes el rostro del mismo color que el cabello de Tsukitachi-san – Sonrió el peliblanco. El aludido negó efusivamente con su cabeza, mientras cubría sus mejillas rojas con una de sus manos.
– ¿De… De… De… De…? – El aludido tragó saliva para poder seguir hablando –. ¡¿De dónde sacaste eso?!
– Dos personas lo estaban haciendo – Respondió el pequeño inocentemente.
– Ha… Ha… Ha… ¡¿Haciendo?! – Sintiendo que estaba al borde del colapso nervioso, el rubio agarró a Nai de los hombros –. ¡¿Qué estaban haciendo?!
– Estaban pegando sus labios… ¿Acaso eso tiene algo de malo? – Musitó el mitad Niji, tragando saliva en seco –. Yo sentí que… ambos estaban siendo felices… haciendo eso…
Yogi parpadeó varias veces, soltó al pequeño y acarició sus cabellos.
– Eso, Nai-chan, se llama beso.
– Beso – Repitió el pequeño, empezando a caminar de nuevo, siguiendo los pasos de Yogi –. ¿Y… cumpleaños? ¿Qué es eso? – La curiosa mirada de Nai, hizo que su oyente sonriera nuevamente.
– Un cumpleaños es una fecha en la que uno festeja el día en que nació, Nai-chan.
– Ahhh… ¿Y cuándo es ese día?
– Bueno – Rió Yogi suavemente –…, no todos nacemos el mismo día, ni el mismo año. Por ejemplo, el mío es el 11 de Febrero. ¿Y el tuyo?
Nai detuvo sus pasos, poniéndose a pensar cuándo era esa fecha que Yogi le preguntaba.
– Mhh… No lo sé…
– ¿Karoku-san nunca te lo dijo tampoco? – El Niji negó con la cabeza.
– Quizás Akari sensei sepa algo. Después de todo, él te ha hecho varios exámenes médicos, ¿no? Creo que podemos preguntarle a él – Yogi levantó la tapa de su teléfono celular para comunicarse con Hirato y pedirle permiso para ir a la Torre de Investigaciones.
– “Es raro que tú me pidas si puedes ir a la Torre de Investigación. Generalmente haces cualquier tipo de berrinche para no ver a Akari”, dijo el Capitán de la segunda nave, al otro lado de la línea.
– Ugh… Lo estoy haciendo por Nai-chan, nada más.
– “De acuerdo, tienen mi aprobación para ir, pero asegúrense de regresar con Tsukumo, que está allá por un examen médico.
– De acuerdo. ¡Muchas gracias, Hirato-san! – Exclamó el rubio, antes de finalizar su llamada –. ¡Podemos ir, Nai-chan!

– Lo siento, pero desconozco ese dato, Nai – Dijo Akari, sentado sobre una silla –. Y tú sal de allí, estúpido – Le dijo a Yogi, quien estaba escondido detrás de una cortina, evitando al mayor.
– Ya veo –Dijo Nai, con una expresión de tristeza, volviendo a su usual alegría rápidamente, mientras sacaba de entre uno de sus bolsillos una pequeña libreta y un bolígrafo, ambos con la imagen de Nyanperowna – Akari sensei, ¿cuándo es su cumpleaños?
– ¿El mío? – Preguntó extrañado el mayor, obteniendo por respuesta un movimiento afirmativo de cabeza por parte del menor –. Mi cumpleaños es 23 de Diciembre – Al recibir el dato entregado por el mayor, Nai empezó a anotar lentamente sobre la pequeña hoja de sus libreta, escribiendo “Akari sensei” en hiragana.
– ¿Está bien escrito? – Le preguntó a Yogi, quien asintió con la cabeza.
– ¿Qué hacen ustedes aquí? – Preguntó Tsukumo, entrando al consultorio, el cual estaba con la puerta abierta.
– ¡Ah! ¡Tsukumo! Vinimos porque Nai tenía curiosidad acerca de la fecha de su cumpleaños y pensamos que Akari sensei podía saberlo.
– Ya veo – Dijo la muchacha, dirigiéndose luego al doctor, a quién le entregó una carpeta –. Estos son los resultados de mis exámenes. Me crucé a la enfermera que se los estaba por traer y como estaba de paso, pensé en traérselos yo misma.
– Ah, muchas gracias – Dijo el mayor.
– Tsukumo, ¿cuándo es tu cumpleaños? – Le preguntó Nai.
– El 2 de Marzo.
– ¿Van a preguntarle las fecha de cumpleaños a todo el mundo? – Bromeó Akari, dejando la carpeta que le había entregado Tsukumo sobre el escritorio –. ¿En la nave no tienen una base de datos de la gente que trabaja allí?
– ¡Ah! ¡Es verdad! – Exclamó Yogi –. Ya, ya, ya. Vámonos, Nai-chan. Vamos a buscar el resto de los cumpleaños en la base de datos – Dijo el rubio, empujando al aludido levemente al menor hacia la entrada del consultorio.
– Yogi – Le dijo Akari, apoyando una de sus manos sobre su hombro y acercándose a su oído –. Espero que no te olvides de tu chequeo semanal – Le susurró al oído, generando que el muchacho se crispara y girara su cuerpo, poniendo a Nai entre ambos.
– ¡Sí, Señor! – Exclamó, con miedo, antes de irse, llevándose a Nai a la rastra.
– A veces me pregunto por qué le gusta tanto torturar de ese modo a Yogi – Dijo Tsukumo, dedicándole una reverencia al hombre, antes de seguir los pasos de sus amigos.
– ¿Por qué será? – Repitió Akari, mirando el cielo azul a través de la ventana.

– ¡Regresamos! – Exclamaron al unísono Nai, Tsukumo y Yogi, al entrar a la segunda nave.
– Bienvenidos –beep – Los recibieron las ovejas.
Camino al despacho de Hirato (para recibir la autorización para poder hacer entrar a Nai a la sala de la base de datos), se encontraron con Gareki.
– ¡Gareki-kun! – Lo llamó Yogi, ocasionando que el aludido se volteara para mirar al trío –. ¿Cuándo es tu cumpleaños?
– ¿Y eso?
– Nai-kun quiere saber los cumpleaños de todos – Respondió Tsukumo.
– No les incumbe – Respondió el morocho, girándose para seguir su camino.
– Ahh… Qué sensible que es – Dijo Yogi.

– Con que las fechas de cumpleaños, ¿eh? – Preguntó Hirato, sentado frente a Nai, Tsukumo y Nai, en su despacho –. Si bien Nai está en Circus, no forma parte de él, así que… No puedo autorizar su entrada a la sala – Los tres presentes adoptaron una expresión de tristeza –. Pero puedo ir por ustedes y traerles lo que quieren. ¿Qué les parece?
– Muchas gracias – Agradeció el Niji, sonriendo, al igual que Tsukumo y Yogi.
Al cabo de media hora, Hirato regresó con el recado del menor integrante de la segunda nave.
– Aquí tienes, Nai-kun – Le dijo el capitán, entregándole un par de hojas impresas.
– A ver – Curioseó Yogi, junto con Tsukumo –. Ara…? Arara…?! Pero si el cumpleaños de Gareki es…
– …Dentro de cuatro días – Respondió Hirato.
– Ahora entiendo por qué estaba reacio a decírnoslo – Dijo Tsukumo, mirando a Yogi.
– ¡Ya sé! – Dijo Nai, levantándose de un salto, generando el susto en el rubio. Se giró y miró a sus amigos con una amplia sonrisa –. Hagamos una fiesta por la fecha de cumpleaños de Gareki.
– Nai-chan… La frase correcta sería “por el cumpleaños… de Gareki…”
– Ah… ¿Sí…?

De ese modo, en secreto, los tres empezaron con los preparativos para el cumpleaños de Gareki. Obviamente, Iva también se les sumó, aunque ella quedó a cargo de la decoración de la sala, siendo secundada luego por Tsukumo, cuando terminara con los regalos.
– ¿Una caja estaría bien? – Les preguntó Nai a Tsukumo y Yogi, en torno a la pequeña mesa en medio de la habitación de Yogi, repleta esta de papeles y lápices.
– ¿Una caja? – Preguntó Tsukumo.
– Ah, es que Nai-chan aparentemente vio a una pareja en el último pueblo donde estuvimos. Y una de esas personas le estaba dando un regalo de cumpleaños a la otra.
– Ya veo…
– Pero, Nai-chan, ¿pudiste ver qué había dentro de esa caja? – El Niji negó con la cabeza –. Quizás esa caja haya tenido dentro el regalo. La caja en sí sólo era un envoltorio.
– Ahhh…
– ¿Por qué no le regalas algo que sepas hacer? – Preguntó Tsukumo.
– ¿Mh?
– Bueno… Aunque no tenga mucho talento… me gusta coser… De mi parte, creo que le regalaré un peluche.
– ¡Que sea uno de Nai-chan! – Pidió Yogi.
– ¿Qué debería regalarle yo…?
– ¿Por qué no un gran dibujo? – Opinó el rubio –. El otro día te vi dibujando y eres muy bueno para eso.
– Me gusta la idea – Dijo Tsukumo.
– Aunque yo todavía no sepa qué hacerle, creo que podemos empezar a hacer algo con estas dos ideas, ¿no lo creen? – Los oyentes del muchacho asintieron –. Muy bien, esta misión de fiesta de cumpleaños sorpresa, ¡recién empieza!
Como Gareki vivía pegado a Nai y viceversa, el único momento posible para aquellos preparativos era la noche, por lo que esa fue la hora elegida para las reuniones. Si bien a Nai no le llevó mucho tiempo hacer un dibujo, Yogi le dijo que lo llevara al día siguiente para ponerlo en un folio especial que iría a comprar durante el día, por lo que el pequeño, en la segunda noche, debía volver a llevar el dibujo terminado a su cuarto. Pero ninguno de los tres contaba con que Gareki iba a tardar un tiempo prudencial para conciliar el sueño. O no.
– ¿Adónde vas? – Preguntó, al sentir los pasos de Nai dirigiéndose a la puerta de la habitación que ambos compartían.
– A… A… Al baño – Respondió Nai, rápidamente.
– ¿Ah, sí? ¿Y qué es eso que escondes detrás tuyo?
El pequeño se giró, pegando su cuerpo a la pared, al darse cuenta que Gareki lo estaba mirando desde la cama de arriba.
– Na… ¡Nada! ¡No tengo nada!
– Sí tienes…
– No – Repitió el niño, agachando la cabeza.
– Entonces, date la vuelta – Dijo Gareki.
– No… quiero…
El morocho se quedó unos momentos en silencio, mientras que Nai, se quedó en la misma posición.
– Como gustes. Has lo que quieras entonces – Dijo Gareki, hundiendo su cuerpo entre las sábanas, con un notorio tono de enojo en su voz. Nai levantó la cabeza y abrió la boca para decir algo, pero terminó saliendo de la habitación, empezando a correr sin dirección aparente. Se detuvo frente a una pared y destrozó el dibujo que tenía entre sus manos, arrodillándose luego y largándose a llorar amargamente. La puerta que estaba a sus espaldas se abrió, saliendo Tsukumo al haber sido
alertada por el llanto del pequeño.
– Nai-kun, ¿qué ocurrió? – Le preguntó la muchacha, arrodillándose a su lado.
– Gareki… ¡Gareki es un idiota! – Exclamó el aludido, sin poder controlar el fluir de sus lágrimas.
– ¿Qué sucedió? – Repitió Tsukumo, acariciando tiernamente su espalda.
– Yo… Yo – Gimoteó –… Yo no quise… mostrarle el dibujo y… y… y… ¡Se enojó!
La aludida sonrió, estrechando al pequeño entre sus brazos.
– Creo que Gareki se molestó porque confía en ti, Nai-kun – El Niji la miró –. Quizás, como no quisiste enseñarle el dibujo, habrá pensado que tú ya no confías en él y se enojó.
– ¿Tú crees?
– Sí. Estoy segura que pronto se le pasará. Así que, ¿por qué no entramos y vuelves a hacer un lindo dibujo para él? Aunque Yogi se quedó dormido, pudo conseguir el folio que te había prometido. Pero no podré quedarme mucho contigo, ya que tengo que ir a ayudar a Iva a decorar la sala.
– Entonces… Voy a intentar de terminarlo rápido.
Aunque Tsukumo había alentado a Nai, diciéndole que Gareki se olvidaría de lo sucedido con él al día siguiente, no resultó ser así, por el contrario, el morocho estuvo todo el día alejándose del Niji, y evitándolo lo más posible. Claro que, había un momento en el cual no iba a poder evitarlo: cuando estuviera dormido.
Siguiendo su plan al pie de la letra, sigilosamente, Nai subió a la cama donde Gareki dormía plácidamente. Al acercarse a él, chocó con una de sus piernas, quedándose estático al ver que el morocho se había movido, pero prosiguió al darse cuenta que no se había despertado. Dejando el dibujo al lado del cuerpo del morocho, acercó su rostro al suyo y besó dulcemente sus labios, al mismo tiempo que Gareki abría los ojos, encontrándose con Nai en su cama y, para colmo, besándolo. Sentándose de un salto sobre la cama, alejó al pequeño sosteniéndolo por los hombros, cubriéndose luego la boca con una de sus manos, visiblemente rojo.
– ¿Q… Q… Qué es es…? – Su pregunta fue interrumpida al ver el folio que estaba al lado suyo, agarrándolo luego Nai entre sus manos, para entregárselo.
– Feliz cumpleaños, Gareki.
En aquellas tres simples palabras, el cumpleañero sintió cómo su corazón empezaba a latir con un compás acelerado, sonriendo ante la ingenuidad del pequeño.
– Gracias – Musitó el morocho, agarrando el folio de un translúcido color entre rosa y fucsia, como los ojos de Nyanperowna. Al ver el dibujo con la escasa luz de la luna, divisó su figura al lado de la de Nai, agarrados de la mano, junto con la leyenda sobre el mismo, escrito en hiragana: “Feliz cumpleaños, Gareki.” El aludido lanzó una corta carcajada, mirando luego a Nai –. Muchas gracias. Este es… un hermoso regalo…
– ¿No te gustó el beso?
– ¿Eh? – Gareki sintió cómo sus mejillas volvieron a tornarse rojas debido a la directa pregunta del Niji.
– El beso…
– Ah, sí, eso también… te lo agradezco…  Creo…
– Es que… sólo vi a dos personas haciéndolo y… La verdad no estoy muy seguro de si lo hice bien… Entonces…
– Ya te dije que estuvo bien, sólo… Cállate – Le pidió, por lo que su oyente asintió con la cabeza, con una visible expresión de tristeza  –. A propósito…, no sé qué hayas visto, pero que dos hombres o dos mujeres se besen no es algo… tan común de ver…
– Pero, yo soy mitad Niji, ¿verdad?
– Entonces, creo que sería peor – Musitó Gareki, enredándose los cabellos.
– ¿Eh? – Preguntó Nai, que no lo había alcanzado a oír.
– Nada. Simplemente… Que esto sea un secreto, ¿sí? Sólo entre nosotros.
Nai volvió a sonreír, feliz.
– ¡Gareki! – Exclamó, abalanzándose hacia el mayor, cayendo encima suyo –. ¿Sabes? Cuando te besé, sentí que mi corazón hacía “¡Boom! ¡Boom!” y sentía muchas cosquillas en todo el cuerpo – Expresó el pequeño, mientras Gareki tímidamente acariciaba sus cabellos, sintiendo los brazos de Nai entrelazados sobre su cintura –. ¿Tú que sentiste, Gareki? – Le preguntó, mirándolo a los ojos.
– Qué curioso… Yo sentí exactamente lo mismo – Se sinceró, acariciando su mejilla.
– ¿Gareki?
– ¿Mh?
– Eres cálido… ¿Puedo dormir contigo? Tengo frío – Pidió Nai, acurrucándose sobre el cuerpo del morocho.
– Está bien, pero que no se te haga costumbre.
Nai negó con la cabeza.
– ¿Gareki…?
– ¿Mh?
– Buenas noches.
– Buenas noches…, Nai. 



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