1 de marzo de 2022

[Oneshot] Harder to Breathe (Utsuki Chikage/Sakuma Sakuya)

Ciaossu~!!
Para los que pensaron que me iba a olvidar de seguir publicando para el Angstruary :) 
Enjoy~ ♥


Título:
Harder to Breathe.
Fandom: A3! Act! Addict! Actors!
Pairing: ChikaSaku (Utsuki Chikage/Sakuma Sakuya), mención de MasuIzu (Usui Masumi/Tachibana Izumi) y RenIsu (Kinozaki Rento/Matsukawa Isuke).
Formato: Oneshot.
Género: Angst.
Rating: NC-17.
Número de palabras: 1933.
Sinopsis: A Sakuya no le importa olvidar cosas si eso hace que Chikage sea feliz y que siga estando a su lado. No importa si los demás piensen que no debería estar con una persona así porque sabe que Chikage lo ama de la misma manera en que él lo hace, aunque sus acciones demuestren todo lo contrario algunas veces.
Escrito para el Angstruary 2022 de Es de Fanfics.
Día 3: (intento de) gaslighting. 
Disclaimer: Los personajes aquí presentes son de la autoría de Liber Entertainment.
Todo esto para decir que sencillamente estos personajes y el universo donde se desarrollan sus vivencias no me pertenecen.
En cambio, la historia, sí.
« ADVERTENCIA: LAS ACCIONES Y ACTITUDES DE LOS PERSONAJES PRESENTADOS A CONTINUACIÓN PROBABLEMENTE NO SE CORRESPONDAN CON SUS CONTRAPARTES DEL JUEGO »
*No se admiten adaptaciones y mucho menos, PLAGIOS.
*Que tengas una feliz lectura.

Acordate que también podés seguir esta historia en las siguientes plataformas: Amor::Yaoi, AO3 & Livejournal :)
En caso de empezar a publicar en alguna otra, se avisará acá. Pero, en caso de que encuentren este fanfic en otra plataforma y no haya sido informado, por favor avísenme en los comentarios o en las redes sociales que pueden encontrar en las notas finales ya que fueron publicados sin mi consentimiento.

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Harder to Breathe. 

Era tarde cuando Sakuya regresó al departamento que compartía con Chikage. A causa de su trabajo, las ocasiones en las que podían estar juntos fueron volviéndose menos frecuentes, pero el líder de la tropa de primavera siempre contaba con sus amigos para hacerles compañía, y Masumi e Izumi le habían hecho saber que las puertas de MANKAI Company siempre estarían abiertas para él. Esa noche estaba por llamarlos y preguntarles si podía ir a cenar, pero estaba tan cansado que terminó recostándose sobre el enorme sofá frente a la ventana que, con su estridente color naranja, parecía estar brillando como el sol. Mientras revisaba su teléfono, fue sintiendo sus párpados cada vez más y más pesados hasta que terminó profundamente dormido. 

 


 

Sintió un aroma en medio de la madrugada, pero fue el sonido de su teléfono cayendo al suelo lo que terminó por despertarlo. Sobre la mesa en medio del comedor divisó comida de una tienda de conveniencia que él no había comprado. Con una enorme sonrisa, pero todavía un poco dormido, se dirigió a la habitación donde Chikage dormía. Se le acercó con sigilo y se metió entre las sábanas para dormir a su lado.  

 


 

—¿Me había dicho que regresaría anoche?
Sakuya estaba casi seguro de que recordaría la fecha de regreso de Chikage si él se lo hubiera informado. Habría puesto un recordatorio en el teléfono solo para oír la alegre voz de un conejo que saltaba en la pantalla cuando sonaba la notificación. 
—Por lo menos dos veces por día durante la semana anterior al viaje. 
El muchacho frunció sus labios mientras trataba de recordar alguna fecha, sentándose frente a él en el comedor. 
—Qué raro… No recuerdo nada…
—Eso es porque nunca me pones atención. 
Sakuya sintió la mirada de Chikage sobre él. Sonrió sintiéndose un poco culpable por sus palabras. 
—No diga eso, Chikage-san. —Sakuya estiró una de sus manos para alcanzar a su pareja, pero para él, lo que estaba bebiendo parecía mucho más importante que una caricia de parte de Sakuya—. Yo siempre estoy pendiente de usted. 
—Me pregunto si es así en realidad. 
Chikage volvió a mirarlo, y Sakuya sintió un vacío en su mirada que quiso llenar con su sonrisa. Sin embargo, el mayor volvió a ignorarlo mientras le daba otro sorbo a la taza de café que tenía entre sus manos. 
—¿Está bueno? 
—Esta no es mi taza.
Ante su afirmación, Sakuya sintió que la mente se le quedó en blanco. Se apresuró por justificarse. 
—Lo sé… Pero, su taza se rompió. ¡El asa! Se me cayó cuando lavaba los platos y la llevé a arreglar. Tengo que ir por ella el lunes.
—Mhh…
—¿Chikage-san? Si mañana no está ocupado, pensé que podríamos ir a visitar a Masumi-kun… 
—¿No crees que estás visitándolos con demasiada frecuencia?
—No. No, para nada. —Sus palabras salieron de manera temblorosa de sus labios mientras se apresuraba a negar también con las manos—. Solo recordé que la directora dijo que lo echaba de menos y quería verlo cuando tuviera la oportunidad.
—Estaré ocupado este fin de semana.
—Entiendo. Le diré eso.
Chikage le respondió dejando la taza sobre la mesa. Mientras Sakuya lavaba los platos, él se puso a trabajar en el sofá con su computadora portátil.
—¿Sakuya? —El hombre llamó su atención cuando lo vio salir de la cocina—. Ven aquí. —Con un tono de voz suave, Chikage despegó una de sus manos del teclado para palmear el lugar vacío a su lado. Sakuya, sin pensarlo dos veces, obedeció y se sentó—. No tan lejos. —El tono de voz de su pareja encendió una chispa de felicidad en el corazón del más joven. Sakuya se le acercó y Chikage lo agarró de la nuca para hacerlo acostar sobre su regazo—. Mucho mejor.
Los enormes ojos de Sakuya adoraron la figura de Chikage hasta caer profundamente dormido sintiendo sus caricias sobre sus cabellos.

 


 

Sentir cosquillas sobre su rostro fue lo que hicieron despertar al líder de la tropa de primavera. De pronto, sintió uno de los pulgares de Chikage metiéndose en su boca.
—¿Chikage-san…?
—Abre la boca.
Su voz sonaba tosca, y cuando levantó la vista reparó en la oscuridad de su mirada. Sakuya hizo lo que le fue ordenado y separó sus labios para recibir la erección de su pareja entre ellos. Sintió su mano sobre su nuca empujando su cabeza contra él. Sakuya apretó las caderas de Chikage para pedirle algo de aire, pero él chasqueó su lengua y siguió embistiendo el interior de su boca. Su amante no tuvo más remedio que acostumbrarse lo más rápido posible. Sabía qué le seguía a aquella situación, así que bajó una de sus manos para meterla dentro de sus pantalones mientras trataba de ver la expresión de excitación de Chikage aunque su vista estuviera borrosa a causa de las lágrimas que brotaban de sus ojos. 

 



Chikage salió de la ducha y encontró a Sakuya durmiendo en la misma posición en la que lo había dejado cuando lo llevó a la cama la noche anterior. Se le acercó, pero la intención que tenía de acariciar sus cabellos fue interrumpida por la luz intermitente de su teléfono avisándole que tenía un mensaje no leído. Agarró el aparato de la mesa de noche y lo acercó a la mano derecha de Sakuya para desbloquearlo y leer el contenido del mensaje. Dirigió su mirada a su novio antes de volver su atención a la pantalla del teléfono para responder. 
—¿Chikage-san…? —La voz somnolienta de Sakuya lo hizo dejar el aparato a un lado y arrodillarse en el suelo mientras él se sentaba con lentitud en la cama—. ¿Qué está haciendo ahí?
—Te observaba.
Chikage acarició una de las manos del muchacho para terminar atrayéndola hacia él y acariciarse el rostro con ella. 
—Me hace cosquillas. 
Sakuya se sonrió mientras seguía sintiendo las muestras de afecto de su pareja. No era propio de Chikage que hiciera algo como eso a esa hora de la mañana.  
—¿Qué te parece si vamos a visitar a Masumi y a la directora? 
—Creí que dijo que iba a estar ocupado todo el fin de semana. 
Sakuya arqueó una ceja, sorprendido por su ofrecimiento. 
—¿Lo dije? 
El aludido sintió algo tétrico en la mirada de Chikage. Se dio cuenta que había tiritado un poco. 
—Quizás habré oído mal. 
—Es lo más probable. —El hombre se incorporó y revolvió los cabellos de su pareja mientras le sonreía con dulzura—. Últimamente estás demasiado distraído. Daría todo lo que fuera para tenerte solo para mí. 
Sakuya sintió la mano de Chikage sosteniendo su mentón con algo de fuerza. Se le dificultó un poco sonreír, pero lo hizo. Era lo único que podía hacer. 
—Me tiene. —Sus palabras sonaron como si le estuviera diciendo un secreto—. Ya soy completamente suyo, Chikage-san. 
El aludido volvió a sonreír, cerrando los ojos esta vez. Era por esa manera de sonreír y por los momentos en que Chikage era tierno que seguía con él. También, porque no sabía de qué manera podría seguir viviendo sin estar a su lado. Y Sakuya sentía que en el fondo, quizás, demasiado en el fondo, Chikage sentiría ese mismo dolor si lo abandonara. 

 



Izumi se sorprendió al ver a Chikage y Sakuya en la puerta de entrada del teatro. Isuke los había cruzado saliendo de los dormitorios junto a Rento, y les dijo que estaban allí acomodando cosas con los mellizos. 
—¡Pensé que no vendrían! 
La directora se acercó a ambos actores para abrazarlos. Sakuya se aferró a su espalda con cariño, mientras que Chikage ni siquiera atinó a levantar sus brazos. 
—Bienvenidos. 
Masumi se acercó a ambos y los saludó con una sutil reverencia. 
—Sakuya me lo dijo a último momento. 
El aludido miró a Chikage y luego al suelo. 
—¡Tío Sakuya! 
Una niño de no más de diez años saltó del escenario para abrazar con fuerza al líder de la tropa de primavera.  
—Hola. 
Una niña parecida a Izumi, físicamente, pero a Masumi en la actitud también bajó del escenario para reunirse con su madre.
—¿Qué te parece si volvemos a los dormitorios? —Izumi soltó a los recién llegados, pero siguió cerca de Sakuya—. Ah, Chikage-san. Tengo unas especias para el curry que va a adorar. 
—Espero que así sea. Extrañé mucho su comida. 
—No te mal acostumbres. 
Masumi lo amenazó sin dejar de mirarlo. La niña agarró la mano de su madre mirando a Chikage con desconfianza. 
—¿Por qué esos celos? —Izumi golpeó el hombro de su esposo con el suyo—. ¿Este anillo y estos niños no te dicen algo? 
El aludido estaba por responderle, pero la mujer lo había dejado sin palabras con su brillante sonrisa.

 


 

La reunión no duró demasiado. Almorzaron, siguieron hablando durante casi una hora, y eso fue todo. Chikage le recordó a Sakuya que debía hacer un trabajo en casa, así que no podían quedarse mucho tiempo más.
—¿Cuándo vas a regresar, tío Sakuya?
El niño se quejó mientras abrazaba con fuerza al aludido.
—Ya, déjalo tranquilo. Lo vas a asfixiar con tanto amor.
Su hermana se burló, pero él hizo oídos sordos.
—Dime cuándo quieres que venga, y aquí me tendrás. ¿No, Chikage-san?
Izumi y Masumi se miraron de reojo ante la pregunta de Sakuya.
—Por supuesto. Pero no queremos incomodarlos.
Izumi se acercó a Sakuya y tomó sus manos mientras lo miraba con ternura.
—Al contrario, Sakuya-kun. Estaremos más que felices de tenerte por aquí.
Masumi observó la manera en que Chikage fijó su mirada sobre su esposa. Un escalofrío le recorrió la espalda y chasqueó la lengua, disconforme. Chikage lo escuchó y volvió su mirada hacia él fingiendo una sonrisa.
—Tengo la leve impresión de que quieres decir algo. 
—Para nada. Lo que Izumi-san diga está bien para mí.
La mujer sonrió y abrazó una vez más a Sakuya de la misma manera en que lo hizo cuando llegó. Subieron al vehículo de su pareja, y los niños entraron a los dormitorios recién cuando los perdieron de vista. Sin embargo, Izumi se quedó mirando el horizonte.
—¿Mami…?
Su hijo le llamó la atención y ella lo miró. Una débil sonrisa apareció en su rostro mientras se arrodillaba para quedar a su altura y estrecharlo entre sus brazos.
—Vuelve con tu hermana. ¿Sí, cariño?
—¿Estás bien, mami?
Izumi contuvo las lágrimas que estaban a punto de escaparse de sus ojos y revolvió los cabellos del pequeño.
—Estoy perfecta. Ve adentro, ve adentro.
El aludido siguió los mismos pasos de su hermana, que se había quedado esperándolos al otro lado de la puerta. Cuando entró ambos siguieron su camino hasta la sala de estar. Después de asegurarse que los mellizos no pudieran oírlos, Masumi se acercó a su esposa y acarició una de sus manos. Izumi entrelazó sus dedos a los suyos y apoyó su cabeza sobre su hombro.
—Estás preocupada por él, ¿no?
—Tsuzuru-kun tuvo razón todo este tiempo… 
—No podemos hacer otra cosa más que esto, Izumi-san. Si Sakuya quiere ser salvado, ya sabe que tiene un lugar al cual regresar, y muchas personas para protegerlo.
Masumi sentía que Izumi sollozaba mientras hablaba porque esa era la realidad y dolía demasiado. Ninguno hubiera pensado que Chikage se aprovecharía de Sakuya. Todos habían visto todo lo que había hecho para ganarse su corazón. Ni siquiera Hisoka se había dado cuenta de sus verdaderas intenciones. Chikage se sentía poderoso sometiendo a Sakuya, metiéndose en su cerebro y haciendo de él un desastre. Se había aprovechado del amor que había despertado en Sakuya, un amor que era capaz de soportarlo todo si eso significaba que no volvería a estar solo nunca más.

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