Ciaossu~!!
OMG, me llevó todo el día hacer esto @@ y como había dicho... pude superar las 600 palabras *se tira confeti* Mañana ya no sé xD no tengo pensado cómo escribir la consigna de mañana... Veremos xD
Título: 30 days with you.
Fandom: Johnnys.
Pairings: Ryokura [Okura Tadayoshi x Nishikido Ryo].
Formato: Multi-chaptered.
Género: Romance, smut.
Rating: NC-17.
Estado: En proceso.
Capítulo: 03/ 30
Cantidad de palabras: 1662.
Sinopsis: De regreso a la casa de Tadayoshi, Ryo intenta divertirse en medio de un embotellamiento, arrastrando a su compañero de grupo a su diversión y, también, a los sentimientos de ambos.
My third day with you
Día 03: Primera vez.
OMG, me llevó todo el día hacer esto @@ y como había dicho... pude superar las 600 palabras *se tira confeti* Mañana ya no sé xD no tengo pensado cómo escribir la consigna de mañana... Veremos xD
Enjoy y hasta mañana~ ♥
Título: 30 days with you.
Fandom: Johnnys.
Pairings: Ryokura [Okura Tadayoshi x Nishikido Ryo].
Formato: Multi-chaptered.
Género: Romance, smut.
Rating: NC-17.
Estado: En proceso.
Capítulo: 03/ 30
Cantidad de palabras: 1662.
Sinopsis: De regreso a la casa de Tadayoshi, Ryo intenta divertirse en medio de un embotellamiento, arrastrando a su compañero de grupo a su diversión y, también, a los sentimientos de ambos.
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My third day with you
Día 03: Primera vez.
El tráfico parecía no avanzar en lo absoluto en medio de
la autopista. Los ocupantes del automóvil habían empezado a hablar de lo
sucedido en la última gira y de lo que iba a suceder en la próxima.
— Creo que fue demasiado aceptar esta nueva gira antes de
fin de año — Declaró Tadayoshi, apoyando su cabeza sobre el asiento —. No doy
más del cansancio.
— Eso es porque no duermes lo suficiente — Le dijo Ryo,
mirándolo de reojo.
— Eso es por el nerviosismo.
— No entiendo por qué.
— Porque son miles las personas que van a vernos. ¿No te
preocupa equivocarte en algo?
— Sabes que no. No voy a estresarme porque hice mal un
acorde o un paso. Ya debutamos, ya está. Echarnos no nos van a echar.
— ¿Y si lo hacen?
Ryo vislumbró seriedad y, a la vez, algo de miedo en las
palabras de su amigo. Intentó no reír a carcajadas, por lo que terminó
dedicándole una débil sonrisa.
— Tienes que calmarte — Le dijo, desabrochándose el
cinturón de seguridad al notar que ya hacía una hora que estaban detenidos en
el mismo lugar —. Mira cómo estás — Agregó, masajeando la nuca de su compañero.
Viendo cómo Tadayoshi movía su cuello de un lado hacia al otro, sintiéndose
bien con aquellos masajes, Ryo aprovechó la situación y le dio un suave beso.
El más alto sintió cómo toda su piel se estremeció con aquel repentino contacto.
Abrió los ojos rápidamente e intentó alejarse.
— Bueno, ya está. Ya estoy calmado.
— ¿Seguro? Yo creo que te falta — Dijo Ryo. Mientras
Tadayoshi intentaba hacer a Ryo a un lado, en el ínterin, el morocho había
desabrochado su cinturón de seguridad y lo
había pasado sobre sus espaldas para volver a asegurarlo.
— ¿Qué haces? — Le preguntó el más alto, sintiendo que no
podía moverse.
— Puse el cinturón de seguridad — Respondió Ryo,
desabrochando uno a uno los botones de la camisa del menor.
— Ryo… Ryo-chan…, ¡¿qué rayos haces?!
Impulsivamente, el aludido hizo callar a su compañero de
grupo con un beso.
— Vamos a estar horas en este embotellamiento. ¿Qué te
parece si nos divertimos un poco? — Con la poca cordura que aún le quedaba,
pese a tener a Ryo encima suyo, Tadayoshi estaba por refutar sus palabras, pero
cuando sintió la húmeda lengua de Ryo saboreando el lóbulo de su oreja dejó
escapar un gemido de placer —. ¿Ves? ¿Por qué vas a negarte si te gusta?
—No… es eso — Reclamó el menor.
— Okura, te gusta. De otra forma, no hubieras gemido como
lo hiciste ahora — Ronroneó Ryo sobre su oído, mientras frotaba su entrepierna
sobre la de Tadayoshi.
— No… quiero hacerlo…
— Estás mintiendo — Canturreó el morocho, acariciando la
nuca del menor mientras besaba su cuello.
— No quiero hacerlo si… no sé lo que sientes por mí…
Sorprendido por sus palabras, Ryo se sentó derecho,
apoyando ambas manos sobre el pecho de Tadayoshi. Era bastante gracioso verlo
preguntar algo de una forma tan sincera mientras sus mejillas estaban rojas de
la excitación.
— ¿Lo que siento por ti?
—Sí…
— ¿Realmente piensas que voy a hacerte el amor porque sí?
¿Sin sentir nada?
Tadayoshi pestañeó varias veces debido a su pregunta.
— ¿Me… quieres…?
— Eres un idiota, Okura — Lo regañó Ryo, sintiendo sus
mejillas ardiendo por su especie de confesión amorosa.
— ¿Ryo-chan? — Tadayoshi llamó su atención, buscando su
mirada.
— ¿Qué? — Le preguntó el aludido, mirándolo, enojado
consigo mismo por no saber cómo expresar correctamente sus sentimientos.
La respuesta que el menor le dio fue un repentino beso,
el cual Ryo aceptó de buen grado mientras sentía cómo Tadayoshi, con dificultad
debido a la escasa movilidad, intentaba acariciar su espalda, colando sus manos
por debajo de su remera.
— ¿Puedes desabrochar el maldito cinturón? — Le pidió.
— ¿Y si chocamos?
— Creo que no avanzamos ni un milímetro desde que
llegamos…
— No me importa, hagámoslo así.
— Pero, ¡Ryo! ¡Es molesto!
— ¡Ahora menos voy a desabrocharlo! — Exclamó, sonriendo,
al haber sido llamado sin ningún sufijo de afecto acompañando su nombre.
— ¿Cómo… mierda pretendes que te lo… haga de esta forma? —
Preguntó Tadayoshi, dándose cuenta que sacarse los pantalones sería toda una
odisea con Ryo encima.
— ¿Que me lo hagas? — Ryo no pudo evitar estallar en
carcajadas. Tadayoshi, por su parte, simplemente arqueó una ceja.
— No le veo la gracia…
— No eres tú el
que me lo hará a mí. Yo seré el que lo hará a ti, Tacchon — Lo corrigió el morocho,
gimiendo su nombre.
— ¡Pero, yo nunca…!
— Siempre hay una primera vez para todo — Respondió Ryo,
tranquilamente, deshaciéndose de sus pantalones y su ropa interior, antes de
hacer lo mismo con las prendas de Tadayoshi.
Pese a estar en un serio estado de pánico, al menor le
pareció que Ryo tenía demasiada experiencia para ese tipo de situación.
— ¿Alguna vez lo hiciste con alguien de este modo?
— No, nunca, ¿por qué? — Le preguntó, mirándolo escasos
segundos de reojo y sonriéndole.
— No lo parece…
— No voy a dejar que seas el activo por halagarme.
Tadayoshi suspiró, sonriendo. No había sido esa la razón
por la cual le había dicho eso, pero, al demonio si lo pensó. Sintió que su
piel se erizaba al ver cómo Ryo con sensualidad innata, se despojaba de su
remera y acariciaba su hombría y la de su amante.
— Ah… Ryo-chan — Gimió el menor, sintiéndose afiebrado
por aquel roce.
Ryo sonreía satisfecho, feliz porque sus acciones
excitaban a aquel sujeto debajo suyo, porque todo lo que no podía expresarle con
palabras, lo terminaría haciendo sobre su cuerpo, marcándolo para que fuera
solamente de su propiedad y de nadie más. En medio de quejas por sentir la
fricción del cinturón de seguridad sobre su espalda, agarró la bebida que
Tadayoshi había comprado al salir de las aguas termales. Humedeció sus dedos índice y medio con el líquido y los
introdujo en la parte más oculta del cuerpo del rubio. Dándose cuenta que si no
cambiaba un poco la posición de Tadayoshi, se le iba a complicar el acto de la
penetración, sacó sus piernas por sobre su cuerpo y las colocó sobre el tablero
del vehículo.
— Ahora sí — Le dijo, besando sus labios apasionadamente.
Tadayoshi no podía pensar, aunque sólo se centrara en no
sentir dolor, el serpenteante movimiento de Ryo dentro suyo, lo enloquecían,
obligándolo a contraer todavía más sus músculos. Ryo, en cambio, sentía que la
excitación de la situación, los gemidos entrecortados de Tadayoshi, lo
sobrepasaban. Creyendo que aquel juego previo ya había sido suficiente –y dándose
cuenta que su amante no estaba cooperando demasiado-, sacó su intromisión
dentro de Tadayoshi para que fuera ahora su erección lo que le generara placer.
Lo más lento que pudo, introdujo su hombría dentro del cuerpo del menor. Podía
sentir sus uñas clavándose en su carne como si quisiera aplacar de alguna forma
el dolor que Ryo le estaba provocando, pero lo único que conseguía con eso, era
encenderlo más.
— Ryo…-chan — Jadeó Tadayoshi, mirándolo con lágrimas en
los ojos.
— Perdón — Le susurró Ryo, besando sus labios con ternura,
mientras de un brusco movimiento, llegó al punto más sensible del cuerpo del
menor.
— ¡Idiota! ¡Eso me dolió! — Gimió Tadayoshi, rompiendo en
llanto.
— ¡Fue tu culpa! Ah… ¡Tú te estrechaste a último momento!
— ¡Ryo-chan! ¡Eres un masoquista! — Siguió reclamándole
el menor que, por el contrario de la risa de felicidad de Ryo, no podía evitar
llorar por la desgarradora sensación que sentía por dentro. Una mezcla de dolor
y placer que nunca antes había experimentado, pero que por ver aquella sonrisa,
aquella parte tan íntima de Ryo, no le importaría sentir lo mismo cada día de
su vida.
— Deja de llorar — Le pidió el morocho, acariciando con
delicadeza una de sus mejillas, como si tuviera miedo a quebrar su piel con
aquel mínimo roce —. Okura — Gimió, besando luego sus labios, siendo lo más
delicado posible, todo lo contrario a sus acciones dentro de su cuerpo. Ryo
podía sentir cómo sus estocadas hacían el vehículo cada vez más hacia atrás.
Pero poco le importaba aparecer ambos en revistas amarillistas en primera plana
al día siguiente, si podía seguir entregándole a Tadayoshi todo el amor que
siempre había sentido por él y que nunca le había podido confesar.
— Ryo-chan… Te amo — Susurró Tadayoshi, volviendo a
acaparar sus labios.
— Yo también — Reconoció el morocho, sonriéndole
sinceramente. Sin sentir el punzante dolor del comienzo, Tadayoshi entrelazó
sus piernas sobre la cintura de Ryo, quien pese al ardor del cinturón de
seguridad sobre sus espaldas, pudo ser capaz de entrar y salir del cuerpo de su
amante con más dificultad de aquella forma, sintiendo cómo su hombría parecía
fusionarse con su interior —. Maldito — Lo insultó, aún sonriendo. Sosteniéndose
del asiento, Ryo fue más profundo en sus estocadas, sintiendo cómo Tadayoshi se
derretía cada vez que lo penetraba de esa forma tan violenta. Abrazándolo con
fuerza, siendo capaz de oír los latidos de su corazón, llegó al clímax dentro
suyo, recuperando luego el aliento entre sus labios.
— Me imagino que vas a hacer tú el que limpie el
enchastre — Reclamó Tadayoshi.
— Lo haré más tarde — Respondió Ryo, desabrochando el
cinturón de seguridad. Se giró un poco para ver si la fila de autos había
avanzado un poco, pero estaba igual de inmóvil que al comienzo, por lo que se
acomodó sobre el pecho de Tadayoshi —. Ahora déjame descansar un poco.
Tadayoshi suspiró y acarició los cabellos del morocho. No
les convenía quedarse dormidos en un lugar como ese, sobre todo siendo quienes
eran, así que encendió la radio y empezó a tararear la canción que estaban
pasando. Sentir la calidez del cuerpo de la persona que más amaba sobre el
suyo, lo hacía sentirse el hombre más afortunado sobre la tierra.
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