[Supplier] Capítulo final - Amor

Tres horas después, la mina publicaba el final xD
関ジャニ∞ - wander
Sigo en casa xD


Ciaossu~!!
Realmente creo que debería sólo tener el blog y el Facebook u_u Creo que tardo más copy/pasteando y cambiando los estilos en el LJ porque me descuajeringa todo, que otra cosa ;____;
No tengo más que agradecerles por todos los lindos comentarios que me estuvieron dejando a lo largo de este fic ^^ y a los posibles finales que al menos karlene-chan fue la única que atinó a pensarlo xD y les digo que casi le pega xD pero le faltó una partecita :P
Espero que les guste el final de Supplier :3
Nos vemos en algún otro fic, quizás Little dirty secrets, quizás mamoritai (ahhhh... no me acuerdo si comenté que estaba haciendo un fic en base a una historia de un par de episodios de Smallville xD) (soy una persona multi-fandoms (?) what can I say? u___u) o quizás en las actualizaciones del Día de San Valentín (que nunca hice xDU) en el Valentine's Day 2015 xDU
Sin más, el final de Supplier...

Enjoy~ ♥

Título: Supplier.
Fandom: Johnnys.
Pairing: Ohkura Tadayoshi x Nishikido Ryo.
Formato: Multi-chaptered.
Género: AU, smut, violento.
Rating: NC-17.
Estado: Finalizada.
Cantidad de palabras: 3286.
Sinopsis: En medio de una cruenta batalla, sólo el amor y la esperanza serán los únicos sentimientos para poder ganarla y poder rescatar a Yuya.
Nota: Si son bastantes impresionables... les sugiero que no se imaginen ciertas cosas ^_^;

( 01. Unnamed )
( 02. Supplier )
( 03. Disculpa tardía )
( 04. Plan )
( 05. Escape )
( 06. Buscando la muerte )
( 07. Reviviendo recuerdos )
( 08. Bienvenida )
( 09. Baile de máscaras )
( 10. Red de mentiras )
( 11. Agonía ) ( 12. Títere )

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Capítulo final: Amor.

Maldijo su maldita costumbre de no poder conciliar el sueño en la noche. Al bajar las escaleras, descubrió que había alguien en el comedor. Cuando entró, vio a Shota intentando escribir con su mano derecha.
– ¿Vas mejorando?
– Nishikido-san – Lo nombró el aludido, agarrándose el pecho a la altura del corazón –. Me asustó...
– Lo siento – Se disculpó el aludido, agarrando un lápiz que, sin darse cuenta, el rubio había dejado caer al suelo –. Aquí tienes.
– Gracias...
– ¿Y? ¿Cómo va eso?
– Creo que va mejorando, ¿qué puede leer aquí? – Le preguntó, señalando un conjunto de ilegibles ideogramas japoneses.
– Ehh... Pensé que era un dibujo...
– Dice Maruyama Ryuhei – Dijo el rubio entre risas.
– Realmente lo amas, ¿no es así? – Preguntó, mientras se sentaba frente a él.
– Sí – Respondió el rubio después de una larga pausa –. Siempre nos hemos amado pero, claro, por tontos, nunca se lo dijimos al otro.
– Ahjá – Dijo Ryo, robándole un lápiz y uno de los libros que había estado coloreando.
– Nishikido-san...
– ¿Mh?
– ¿Usted ama a Ohkura-san?
El aludido suspiró.
– Lo nuestro es complicado, ¿sabes? Ustedes no tienen hijos de por medio, y... tampoco hay una mujer que quiera robarte a tu Maru... Dime, Ricitos..., si sucede algo así, si alguien con quien no puedes competir llegara a seducir y a quedarse con Maruyama..., ¿qué harías?
– ¿Por qué me lo pregunta? – El morocho se hincó de hombros –. Haría todo lo que estuviera a mi alcance para sacar a esa persona de su vida, pero... Maru no me dejaría. Él me ama, lo sé.
– Todo lo que estuviera a tu alcance, ¿eh...? – Repitió Ryo que, aunque tuviera sus ojos posados sobre la hoja, su mente estaba en otro lado.
– ¿Y por Erika-san? ¿Qué es lo que siente?
– Erika... Es una buena amiga. Aunque sepa lo que siento por Tadayoshi..., ella me ayudará a olvidarlo. Aunque no pueda fijarme en ella aún... sé que es la única capaz de ayudarme. Ella es la única que puede hacerlo. ¿Sucede algo? –  Le preguntó Ryo, al ver que el rubio movía la cabeza de un lado a otro, como si quiera encontrar algo.
– ¿No lo oye?
– ¿Qué cosa?
– El llanto de un bebé...
– No oigo nada...
– Debió ser mi imaginación.
Ryo volvió a agarrar el lápiz, lo posó sobre la hoja, pero no fue capaz de dibujar ni escribir nada. El remordimiento de darle muerte a un ser que aún no había nacido, lo estaba matando por dentro.

Con mucha paciencia, logró correr el sillón de un cuerpo hasta llegar lo más cerca posible de la chimenea. Pensó que el fuego le daría algo del calor que necesitaba, tanto para ella como para su bebé. Se sentó en el sillón y acariciándose el vientre, cantó una dulce canción. Aunque al principio el fuego le estaba dando el calor que ella estaba buscando, se dio cuenta que poco a poco fue apagándose, hasta terminar de consumirse por completo. Con dificultad, la mujer se levantó y se giró noventa grados sólo para que una fuerza sobrenatural la empujara hasta una de las columnas del hogar y la dejara caer al suelo.
– Hola, Mirei-chan – La saludó Yuya.
– T... Tú...
Mirei levantó una mano, mientras susurraba un hechizo, pero un movimiento de manos por parte de Yuya, hizo que su brazo se saliera de su lugar, ocasionando que no sólo soltara lágrimas de dolor, sino también, un grito desgarrador que despertó a Tadayoshi, quien dormía plácidamente en el piso superior.
– Mirei – La llamó, dándose cuenta que indudablemente había oído su voz al no hallarla a su lado. Bajó corriendo las escaleras sólo para encontrar su cuerpo levitando, rodeado de oscuridad.
– Este crío... no debe nacer – Susurró Yuya.
– ¡Tegoshi! ¡Déjala! – Exclamó Tadayoshi, al ver cómo el rubio intentaba arrancar el cuerpo de su hijo desde las entrañas de Mirei, quien estaba inconsciente.
Varios golpes sobre la puerta sobresaltaron al morocho que, corriendo, abrió la misma, dejando entrar a Keiichiro, Ryo, Ryuhei, Toma y Takahisa. Cuando el grupo entró, el cuerpo de Mirei voló hasta golpearse contra una de las paredes de la habitación contigua.
– ¿Kiritani-san...? – Preguntó Takahisa.
– Entonces, ¿su blanco nunca fue Yasu? – Preguntó Ryuhei.
– En efecto, su blanco es Kiritani-san, ¿no es así, Ryo? – Le preguntó Toma.
– No es momento para eso – Respondió el aludido, mordiéndose el labio inferior, con la cabeza gacha, antes de levantarla y mirarlo con determinación –. Ahora, hay que salvar a ambos – Ryo levantó una barrera invisible, protegiendo a todos –. Maruyama..., da lo mejor de ti y sálvalos – Le dijo.
– No – Tadayoshi lo miró con los ojos abiertos como platos –. Yo debo salvar a Tegoshi. Tacchon y tú pueden darle vida a este bebé. Ustedes dos son los únicos que pueden hacerlo.
Utilizando su mano como un cuchillo, Ryuhei hizo un tajo en el escudo de protección, el cual se regeneró apenas él salió.
– ¡Maru, no! – Gritó Shota, quien llegó a la mansión junto con Takahisa.
– Ya sabes qué hacer, Yasu. Si algo me sucede... Si ya no soy yo..., hazlo...
El aludido ahogó sus lágrimas y volvió su vista al cuerpo de Mirei.
– ¿Cómo está Kiritani-san? – Preguntó.
– Respira débilmente – Dijo Tadayoshi, luego de comprobar esto con su oído.
– También se ve que ha perdido muchísima sangre – Agregó Ryo.
– No es para menos, Tegoshi le quería arrancar este niño...
– No es un niño – Dijo Shota, volviéndose el centro de las miradas –. Será una niña. Massu, acompáñame a buscar gasas.
El aludido asintió con la cabeza.
– ¿Por qué te metes? – Le preguntó Yuya a Ryuhei, levitando sobre la mesa del comedor –. ¿Por qué quieres que esa criatura nazca? ¿Que su madre viva?
– Porque tú no eres quien para decidir quién merece vivir y quién no – Respondió el secretario, saltando sobre la mesa y caminando hacia él –. Tegoshi, debes volver en sí. Todos te están esperando. Debes regresar, rechazar esa oscuridad que te está manipulando.
– Te equivocas. Esta es mi verdadera forma. Yo soy el más fuerte de todos.
– ¿Realmente crees eso? – Un aura sumamente poderosa emanó del cuerpo de Ryuhei, haciendo estallar los vidrios de la habitación –. ¿Realmente crees que eres el más poderoso? – Ryuhei rió bajito pero poco a poco aquella risa se volvió en una carcajada descontrolada. Yuya, el único que lo veía de frente, se dio cuenta que algo en él se había transformado por completo.
– El aura de Maru es mas poderosa – Dijo Keiichiro.
– ¿Eh? – Preguntó Takahisa, quien volvió con Shota de buscar las gasas y demás equipo de primeros auxilios para, al menos lograr darle vida a la niña de Tadayoshi.
– No creo que se haya dado cuenta, pero Tegoshi dio un paso hacia atrás cuando él desplegó su aura.
– Quizás Maruyama-san tenga razón y sólo él pueda hacerle frente a Tegoshi-san.
– Yuya – Musitó Toma.
– Háganse a un lado – Pidió Shota, tanto a Ryo como a Tadayoshi –. Ohkura-san, por favor, verifique su pulso y haga todo lo posible para que no se debilite hasta que el bebé haya nacido. Aunque... dudo mucho que sea capaz de verla...
A medida que Ryuhei se acercaba a Yuya, podía sentir cómo su piel ardía pero, aunque perdía capas de piel, la mismas se regeneraban a los pocos segundos. El morocho agarró a Yuya de la cabeza y lo arrastró hasta la pared, golpeándolo con rudeza.
– Deja el cuerpo de Tegoshi en paz – Le susurró, mientras su aura luchaba contra la de Yuya del mismo modo y destruían poco a poco parte de la casa.
– Ohkura-san – Lo llamó Shota –. ¿Usted puede... sacar a la niña...?
– Hazte a un lado – Le respondió el aludido.
Shota tomó su lugar verificando la presión arterial de Mirei.
– Nishikido-san, ¿se encuentra bien? – El aludido asintió con la cabeza, aunque la energía que estaba poniendo para mantener la barrera contra la pelea y los escombros que ocurrían al otro lado de la misma, lo estaba agotando considerablemente.
– Mirei, aguanta, por favor – Le pidió Tadayoshi a la mujer, quien seguía inconsciente.
Desde allí, Toma podía ver cómo Ryuhei intentaba hacer todo lo posible para que Yuya volviera a ser quién era.
– ¿De qué forma podrá detenerlo Maru?
– Absorbiendo su oscuridad – Respondió Shota.
– Todo estará bien – Le dijo Tadayoshi –. Confía en Maru – Al otro lado de la barrera, Yuya logró zafarse del agarre de Ryuhei y saltó directamente a arremeter contra las personas al otro lado de la habitación. Ryo se dio cuenta de la proximidad del rubio y, poniéndose de pie, levantó su mano a la altura del pecho, entregándole el máximo de su poder a la barrera –. Aguanta, Ryo-chan, por favor.
Yuya recibió de lleno el golpe en la espalda atestado por Ryuhei. Toma lo miró a los ojos, pero los encontró vacíos.
– Tienes razón, Masuda...
– ¿Eh...? – Atinó a preguntar el pelirrojo.
– Ese... ya no es Yuya – Prosiguió Toma, saliendo de la barrera de la misma forma en que lo había hecho Ryuhei.
– ¡¡Ikuta, ¿¿qué rayos estás haciendo??!! – Vociferó Ryo –. ¡¡Imbécil!! ¡¡Va a matarte!! – Movilizado por el deseo de salvar a su amigo, Ryo salió de la barrera, pero no fue capaz de sostener tanto la que había levantado sobre Toma como la que había estado manteniendo hasta ese momento sobre Tadayoshi y los demás –. Mierda...
Los rápidos movimientos de Yuya fueron detenidos por el cuerpo de Toma que, pese a estar sufriendo graves heridas, estaba abrazando a su amante.
– Regresa conmigo, por favor – Le suplicó, entre sollozos –. Yuya...
De repente, el cuerpo de Toma cayó al suelo estrepitosamente, alertando a los demás. Cuando Ryuhei se le acercó pudo ver una lágrimas surcando su mejilla, en el mismísimo instante en que se oía el fuerte llanto de un bebé.
– Toma – Musitó Yuya, mirando luego al suelo –. ¡¡Toma!! – Exclamó, arrodillándose a su lado.
– Está bien – Le dijo Ryuhei. El rubio, quien había vuelto en sí, lo miró con los ojos llenos de lágrimas –. Con lo último de su poder lo protegió de ti – Agregó, refiriéndose a Ryo.
– ¿Tú estás bien? – Le preguntó Yuya, al darse cuenta que el morocho estaba sosteniéndose de Ryuhei.
– Nada que unas buenas horas de descanso no puedan solucionar.
– ¡Maru! – Exclamó Shota, acercándose corriendo a él.
– ¡Tegoshi! – Lo siguió Takahisa –. ¿Estás bien?
– Estoy algo cansado, pero estoy bien – Respondió el rubio, sentándose en el suelo, al lado de Toma y acariciando sus cabellos.
– Ricitos – Llamó Ryo la atención de Shota, quien comprendió al instante qué era lo que quería. Lo ayudó a levantarse y lo llevó cerca de Tadayoshi, quien cargaba una pequeña criatura entre sus brazos. Tadayoshi lo miró y le sonrió.
– Es hermosa... Mírala...
– Lo siento – Musitó el aludido, zafándose de Shota y desplomándose sobre el suelo –. Por favor, perdóname...
– Yo soy el que debe pedirte perdón... por haberte quitado la vida...
– No. Conocerte... fue lo mejor que me pudo haber pasado – Se sinceró el morocho, posando su mano sobre la de Tadayoshi, sonriendo ambos.
– ¿Qué nombre le va a poner, Ohkura-san? – Le preguntó Takahisa, cargando a Toma sobre sus espaldas.
– Ai... Su nombre debe ser Ai – Respondió Ryo.
– ¿Ai? ¿Por qué Ai? – Preguntó Tadayoshi, con una sonrisa.
– Bueno, porque... fue el amor que Toma sentía por Tegoshi lo que lo salvó. Aún en la situación en la que estaba y aunque había perdido la esperanza, él lo siguió amando.
– Me gusta – Dijo Tadayoshi, volviendo su vista a la pequeña bebé que dormía plácidamente entre sus brazos –. Ai-chan...

– Demonios... Esta es una ocasión única y él ni siquiera tiene la decencia de mandarme un saludo con un criado – Una muchacha de cabello azabache atado en una cola de caballo con un lazo añil bajaba lo más rápido que podía las escaleras. Su vestido era de color negro, con un corsé abotonado. Una pollera con volados al final lo completaban. Los detalles eran del mismo color del lazo que ataba su cabello –. Erika-san – Mencionó el nombre de la mujer, quien estaba de pie sobre la recepción de la mansión.
– Feliz cumpleaños, Ai-chan – Le dijo la aludida, entregándole un paquete cuadrado con un moño cuidadosamente armado.
– ¡Muchas gracias! – Agradeció la muchacha con una sonrisa.
– Aunque más que regalos, creo que lo más quieres es esto, ¿no? – Le preguntó, haciéndose a un lado para que, por la puerta, entraran Ryo y Tadayoshi, quienes estaban hablando de trabajo.
– ¡Papá! – Exclamó la muchacha, con los ojos llenos de felicidad, abalanzándose sobre Ryo.
– ¡Ahh! ¡Espera, Ai, espe...! Ahhhh – El aludido terminó accediendo al tierno abrazo.
– ¿Por qué le tienes más cariño a él y no a mí que soy tu padre biológico...? – Se quejó Tadayoshi.
– No digas eso, ¡yo los quiero a ambos por igual! – Dijo la muchacha, abrazándolo luego a él.
– Feliz cumpleaños, cariño – Susurró Tadayoshi.
– Gracias – Se sonrojó la muchacha –. ¡Ven! ¡Mira lo que Tegoshi ha organizado para mí! – Exclamó Ai, llevándose a su padre a la rastra dentro de la mansión.
– Ha pasado tiempo, ¿no lo crees? – Le preguntó Erika a Ryo.
– Sí... Quién hubiera imaginado que Ai-chan crecería en tan poco tiempo...
– Bueno, aquí es así, cuando alguien nace. Empero, no morirá. Se desarrollará hasta cierta edad, pero no morirá.
– ¡¿Qué rayos es esto?! – Se oyó decir a la muchacha, al otro lado de la habitación.
– Y también, pese a ser hija de Tadayoshi.... no sé por qué, pero ha sacado tu carácter – Agregó Erika.
– De alguna forma, tiene mis genes...
– "Ai" fue una buena elección... Ella fue lo que los terminó uniendo a Tadayoshi-kun y a ti – Dijo la mujer, mirando de reojo el brillante y grueso anillo que descansaba sobre el dedo anular izquierdo del morocho.
– Nunca me disculpé por haberte usado... para olvidarme de Tadayoshi...
– Yo siempre supe que estarían juntos, Ryo.
– Tú siempre sabes todo... pero aún no sabes dónde está Subaru...
– Hasta el día de hoy desconocemos su paradero, pero seguimos buscándolo. Él debe ser juzgado como cualquier persona.
– Tienes razón...
– ¡¿Ustedes dos se van a quedar parloteando ahí o van a venir?! – Exclamó Ai desde el comedor.
– Voy a hacerte morder la lengua, muchachita – Dijo Ryo, corriendo hacia ella.
– Cuánta tranquilidad, ¿no lo crees? – Le susurró Yuya a Toma, ambos sentados en una de las tantas mesas redondas dispuestas en el lugar. El rubio jugaba con sus dedos sobre la palma del morocho –. Pese a los gritos de Ai-chan...
– Es verdad – Dijo Toma –. De alguna forma, su voz es parecida a la tuya. Por más que grite, es como si fuera la voz de un ángel...
– Sí... Aunque, ahora que lo pienso, creo que no fue por nosotros que Ryo-chan dijo que la llamaran Ai...
– Entonces, ¿por qué fue?
– Porque ella fue lo que los terminó uniendo. Pese a todo lo sucedido, pese a que Ryo-chan atentó contra su vida y la de Kiritani.... Ai-chan los terminó uniendo. Pero él es demasiado orgulloso para admitirlo... Aunque creo que se lo habrá dicho a Tada-chan alguna vez...
– Es extraño, ¿no?
– ¿Qué cosa?
– Ser un supplier... Aunque no quieras serlo, al final, te terminas enamorando perdidamente del vampiro a quien obedeces...
– ¿Lo dices por ellos?
– También por Yokoyama-san y Hina. Aunque al principio era reacio a estar con él, Hina terminó accediendo a ser su supplier y hasta podría apostar que eso fue lo que hizo que Yokoyama-san nos enseñara su verdadera naturaleza bondadosa.
– Mhh... Es posible...
– Me pregunto..., ¿quién será el supplier de Ai-chan...?
– ¿No es muy temprano para pensar en eso? Todavía puede valerse de la sangre guardada...
– Sí, pero... No, olvídalo...
– Dime, ¿qué sucede?
– No, no, nada. Tonterías mías – Finalizó, dándose un suave beso sobre sus cabellos –. “La verdad... es que tengo un mal presentimiento”, pensó.
– Tegoshi, ¿puedo ir a tu jardín a buscar flores? – Preguntó Ai.
– Claro, ten cuidado.
– ¡Sí!
La muchacha salió corriendo de la mansión y se dirigió a la de Yuya. Al llegar al jardín, lo encontró lleno de flores. Estaba juntando una gran variedad cuando oyó un sonido delante suyo.
– ¿Quién está ahí? – Preguntó. Se quedó unos instantes en silencio, esperando respuesta. En un rápido movimiento, lanzó las flores al suelo e intentó esquivar el ataque de un hombre que buscaba atentar contra su vida. Así de rápido como la atacó, se alejó de ella, quedándose en cuclillas sobre el suelo, mirándola fijamente. En sus ojos, Ai podía ver un gran vacío, lo cual la lleno de pena –. ¿Quién eres?
– Subaru – Le respondió un irreconocible hombre de cabello largo hasta los codos, con ropa harapienta y sucia.
– Aquellas flores – Le dijo Ai, señalándole unas flores amarillas a su derecha –... son comestibles, si tienes hambre – Más que hambriento, Subaru se abalanzó sobre las mismas, pero Ai se le acercó –. Oye, espera, espera, come de a poco o te vas a atragantar.
– ¿Tú quien eres...?
– Ohkura Ai – Le respondió la muchacha.
– Ai – Repitió Subaru.
– Sí, Ai – Le sonrió la aludida –. Oye, Subaru-kun, si quieres... puedo darte algo de comida – El aludido la miró –. Hoy es mi cumpleaños y haremos un gran banquete, pero... no puedes presentarte así. Si quieres, puedes esperarme en la torre que está atrás de la casa, e iré a llevarte algo de comer cuando pueda escaparme, ¿sí? – El aludido asintió –. ¿Dónde has estado como para haber terminado así?
– No lo sé – Respondió Subaru, hincándose de hombros.
– Entonces, ¿cómo sabes tu nombre?
– Cuando desperté, estaba en una cama fría. Me levanté y encontré cosas de vidrio alrededor mío con cosas de distintos colores, papeles y uno en la que había una imagen mía... Y al lado decía Subaru. Así que, creo que ese es mi nombre.
– ¿En una cama fría...? – Ai frunció el ceño –. No puedo decirlo con lo poco que me estás contando, pero... suena a que alguien estuvo experimentando contigo todo este tiempo. ¡Ya sé! ¿Quieres que te ayude a buscarlos?
– ¿Para qué...?
– ¿Cómo que para qué? ¡¡Para saber por qué te hicieron eso!! ¡No tienen que experimentar con las personas! Eso es demasiado cruel...
– Ai... es linda – Dijo el hombre, después de una larga pausa.
– Q... Q... ¡¡Qué cosas dices!! – Exclamó la aludida, sonrojada de pies a cabeza.
– Y también grita mucho...
– Eso ya no me gustó...
Dentro suyo Ai empezó a sentir simpatía para con Subaru, a quien, sin saberlo, también le estaba empezando a caer bien, justamente, la hija de una de las personas que siempre lo aborreció.
El presentimiento de Toma, no había sido tan errado.

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Notas finales:
• La "Ai" que mencionan es Kato Ai xD pensando en qué persona poner como hija de Tatsu, pensé en Oomasa Aya, ya que también es menor que él, pero como ya la había usado para Double U, pensé en otra de las pocas actrices japonesas que me cae bien xD
• El vestido de Ai es este.