Ciaossu~!!
Soy una persona débil para esta clase de parejas. Y también soy una persona débil cuando las series están buenas.
En fin, el Kinktober se transformó en un Navidecembetober (?), ya van a ver por qué. Mientras, los dejo con esto. Quisiera creer que no tiene spoilers así como EL SPOILER de la serie, sólo se mencionan personajes que aparecen en alguna que otra temporada. Sí hay una copia textual de la escena final de uno de los capítulos, pero bueno. Espero que les guste :)
Sinopsis: Después de haberse separado por tener distintas opiniones respecto a cómo derrotar a Lucifer, Dean se comunica con Sam, esperando que él acepte sus disculpas y vuelva a su lado.
Notas: Se mencionan sucesos de la temporada 4 y 5. Especie de continuación del capítulo 5x04, “The End”.
Acordate que también podés seguir esta historia en las siguientes plataformas: Amor::Yaoi, AO3, Livejournal & Wattpad :)
We Make Our Own Future.
Soy una persona débil para esta clase de parejas. Y también soy una persona débil cuando las series están buenas.
En fin, el Kinktober se transformó en un Navidecembetober (?), ya van a ver por qué. Mientras, los dejo con esto. Quisiera creer que no tiene spoilers así como EL SPOILER de la serie, sólo se mencionan personajes que aparecen en alguna que otra temporada. Sí hay una copia textual de la escena final de uno de los capítulos, pero bueno. Espero que les guste :)
Enjoy~ ♥
Título: We Make Our Own Future.
Fandom: Supernatural.
Pairing: Wincest (Dean Winchester x Sam Winchester).
Formato: Oneshot.
Pairing: Wincest (Dean Winchester x Sam Winchester).
Género: Romance.
Rating: PG-13.
Número de palabras: 1532.
Sinopsis: Después de haberse separado por tener distintas opiniones respecto a cómo derrotar a Lucifer, Dean se comunica con Sam, esperando que él acepte sus disculpas y vuelva a su lado.
Notas: Se mencionan sucesos de la temporada 4 y 5. Especie de continuación del capítulo 5x04, “The End”.
Acordate que también podés seguir esta historia en las siguientes plataformas: Amor::Yaoi, AO3, Livejournal & Wattpad :)
We Make Our Own Future.
El sol se escondía detrás de las nubes pero Dean ya había
tomado una decisión y no iba a irse hasta que Sam llegara. Estaba seguro que lo
haría. Haberlo dejado ir no había lo mejor que había hecho, tuvieron un
desacuerdo, ¿pero cuándo no lo tenían? Cada tanto lo tenían. Por ejemplo,
cuando pensaban dónde ir cuando no había caso ninguno en semanas. Sin embargo,
siempre llegaban a un acuerdo, y con todo ese asunto de Lucifer y Michael,
esperaba que terminara del mismo modo.
Despegó su cuerpo de la puerta del Impala cuando vio a
un Lincoln Continental color ocre acercándose a él. Los latidos de su
corazón repicaban en sus oídos, trataba de evitar sonreír de oreja a oreja,
preso de la emoción de haber sido él quien recibió un sí. Esperó a que Sam
bajara del vehículo para acercarse a él y sacó de entre sus ropas el cuchillo de
Ruby. Sam miró a Dean nervioso, pero el mayor lo tomó el objeto del filo para
entregárselo.
—Si hablas en serio y quieres regresar... deberías tener
esto. Estoy seguro que estás oxidado— dijo Dean sintiendo que Sam agarraba el
arma y evitaba mirarlo a los ojos—. Mira, lo siento. No lo sé. Yo soy... lo que
sea que tenga que ser. Pero estaba... Eh... Equivocado.
—¿Qué te hizo cambiar de opinión?
—Larga historia. El punto es que... quizás seamos el
talón de Aquiles del otro. Quizás hallarán una manera de usarnos contra el
otro, no lo sé. Lo que sí sé es que somos todo lo que tenemos. Más que eso.
Nosotros podemos hacer que el otro siga siendo humano.
—Gracias. En serio. Gracias. No te decepcionaré.
—Oh, ya lo sé. Quiero decir, eres el segundo mejor
cazador de mundo.
—Entonces, ¿ahora qué hacemos?
—Creamos nuestro propio futuro.
—Supongo que no tenemos otra opción —reconoció Sam con
una sonrisa mientras escondía sus manos dentro de los bolsillos de su campera.
—¿Tu auto o el mío? —preguntó Dean señalando con la
cabeza su vehículo.
—No voy a decir que la extrañé, pero…
Sam sonrió. Dean lo imitó. Eso era todo lo que necesitaba
en ese momento. ¿Volver a actuar cómo antes? Algo complicado teniendo en cuenta
las circunstancias. Las cosas se habían salido de control con toda esa búsqueda
de venganza.
—A veces pienso que me encantaría regresar a las épocas
en la que sólo nos preocupábamos por fantasmas y criaturas chupasangre —suspiró
Dean, ya ambos dentro del vehículo. En la radio sonaba una conocida balada
romántica a la cual ninguno de los Winchester estaba prestando demasiada
atención.
—Sí —susurró Sam.
—Cuando todo estaba bien…
—Y no tenías que preocuparte por mí…
Dean giró su torso y miró a Sam con el ceño fruncido.
—No te atrevas a decir eso.
—Dean… Seamos honestos, ¿de acuerdo? Desde que fuiste a
buscarme a Stanford que he sido el imán de catástrofes. Ambos sabíamos cómo iba
a terminar todo y aún así--
—Entonces, debí haberte detenido. Atándote a la cama,
encerrándote en algún sótano… Como sea. Pero habrías encontrado alguna forma de
escapar. ¿Qué sentido tenía? Lo mejor que pude hacer es tenerte justo donde
estás, sin ataduras —Dean finalizó la oración con una palmada en el pecho de
Sam. Él lo miró—. ¿Demasiado pronto?
—No —respondió Sam, sonriendo por su pregunta—. No, no es
eso. Es sólo que… lamento todo lo que pasó.
—Sam…
—No puedo sacarme de la mente que todo lo que está
pasando es mi culpa…
—Sam… ¡Sam! —Dean tomó el rostro de Sam entre sus manos,
ocasionando que lo mirara con una expresión de sorpresa. Tenía miedo. Dean
sentía que Sam estaba igual o todavía más aterrado que él—. Tú no tienes la
culpa de nada —le susurró, apoyando su frente sobre la suya—. El destino es una
mierda, pero, yo no creo en él. Yo creo en los hechos y en mis instintos. Eso
es todo.
—¿Y qué te dicen?
—Que vamos a salir de esto y como lo hemos venido
haciendo hasta ahora. Juntos.
Inmóvil, Sam se
quedó mirando los párpados cerrados de Dean. Hacía mucho tiempo que no estaban
tan cerca. Un par de abrazos, sí. El roce de su mano cuando agarraba la suya
para ayudarlo a incorporarse cuando era lanzado por los aires culpa de algún
demonio, sí. Pero nunca había tenido esa sensación. Con nadie, ni siquiera con
Jessica. Suspiró. Él también cerró sus ojos y se dedicó a oír el sonido de los
latidos de su corazón. Instintivamente, rodeó la espalda de Dean con sus brazos
y su cabeza terminó apoyada sobre su hombro. Su nariz respirando un perfume que
sólo desprendía su piel. Sintió sus manos acariciando su cabello y sus labios
besando sonoramente su frente para volver a poner su cabeza otra vez en esa
cómoda posición.
—Tengo miedo —musitó—. Estoy aterrado por lo que pueda
llegar a suceder.
Dean lo miró un par de veces y volvió a acariciar sus
cabellos, su mirada de nuevo perdida en la nada misma al otro lado de la
ventanilla.
—No veo el problema. Si te mueres, te revivo. Si me
muero, me revives. Asunto terminado.
Sam se incorporó y lo miró. Ambas manos moviéndose en
forma nerviosa sobre su propio pantalón.
—Ese es el problema. No quiero llegar a eso.
—Quizás no tuviste éxito, pero ahora, estoy aquí, y vamos
a encontrar una manera de lograrlo.
—No es eso…
—De acuerdo. Ya entendí. Sé que no es normal todo esto de
morir y revivir, pero--
—¡No quiero verte
morir, ¿de acuerdo?! —apenas terminó su frase, Sam miró a Dean a los ojos, pero
desvió la vista segundos más tarde—. Pasé unos meses de mierda pensando que te
estabas pudriendo--
—Sí, claro…
—Hablo en serio.
—Yo también.
—Me aterra perderte. Seré egoísta, pero creo que he
perdido demasiado como para tener que perderte a ti también.
—Oye, imbécil, ¿sabes con quién estás hablando? No soy
ninguna princesa en apuros —Sam sonrió. Dean volvió a besar la frente del más
alto y lo obligó a mirarlo a los ojos—. Escúchame muy bien. Eso no va pasar.
Nadie va a perder a nadie en este escenario, ¿de acuerdo?
—De acuerdo —respondió Sam, alejándose un poco para
zafarse de la palma de Dean que seguía sobre una de sus mejillas. Él se dio
cuenta, le sonrió y volvió a su posición original.
—Ahora te pones así, pero bien que te acurrucabas conmigo
los sábados de películas.
—Bueno… Ya no tenemos cinco años…
En medio del silencio incómodo resonó una canción de la
radio. Ambos estaban juntos, pero aún así, trataban de separarse lo más que
podían. Sam miraba a Dean cuando él no lo miraba, y Dean miraba a Sam cuando
dejaba de sentir su mirada sobre él. El mayor negó con la cabeza y suspiró
sonoramente, sonriendo mientras se cruzaba de brazos.
—Es por eso que lo digo —dijo mientras cruzaba miradas
con Sam. Era demasiado cobarde para dar el primer paso. Era una estupidez
después de todo, pero una estupidez que sabía que a ambos los calmaba. Y como
había dicho Sam, porque ya no tenían cinco años, no sabía el efecto que podía
tener en cada uno. Al menos para Dean esa estupidez estaba siendo muy difícil
de gesticular. Se sonrió al darse cuenta de eso, su mirada clavada sobre la de
Sam, sus labios resecos siendo humedecidos por su propia lengua en un acto
reflejo. Sam desvió la vista y frotó sus palmas contra su pantalón. Podía
engañar a los demás haciéndose pasar por un agente del FBI, pero no podía
burlar lo que se estaba gestando en su corazón. Era un sentimiento profundo,
algo inexplicable, íntimo, incluso sin nombre—. ¿Puedo apoyarme en tu hombro
para dormir?
—Claro.
Todavía de brazos cruzados, Dean se recargó sobre Sam, y
él sintió que todo se terminaba, que lo único que necesitaba era eso, sentir
cerca a Dean como antes, como siempre. Bajó un poco su hombro para llamar su
atención, y él lo miró. Sam buscaba lo mismo que Dean, pero no podía pedírselo.
No se atrevía a hacerlo. Su miraba subía y bajaba entre sus ojos y sus labios,
y él lo comprendió. Tan sólo inclinándose un poco hacia adelante, Dean posó sus
labios sobre los de Sam. Sus miradas tratando de escudriñar dentro de la del
otro. Apenas se separaron, Dean sonrió y apoyó su frente sobre el mentón de
Sam.
—Esto es estúpido —susurró, negando con la cabeza e incorporándose—.
Somos peores que cuando teníamos cinco años…
—Creo que antes no nos dábamos cuenta de lo que significa
esto realmente.
—Y, ¿qué significa?
—Creo que es… lo más cercano a un hogar.
—No, Sammy. Ahí te equivocas —el aludido lo miró—. Esto
es mucho mejor que casa.
Dean palmeó una de las piernas de Sam y él, apoyó su
palma sobre su dorso. Sus miradas se encontraron y ambos sonrieron. Lo que los
unía era algo más, algo más que amor, algo más que la mera costumbre de estar
juntos, y quizás con ese más podrían
llegar a tener una posibilidad contra todo lo que se les avecinaba.
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