Ciaossu~!!
El concurso se terminó, así que entre el 24/12 y el 01/01 van a tener el fic ganador :)
Mientras tanto, les dejo con el 15° de 30 days OTP challenge ~NSFW version~
Título: 30 days with you.
Fandom: Johnnys.
Pairings: Ryokura [Okura Tadayoshi x Nishikido Ryo].
Formato: Multi-chaptered.
Género: Romance, smut.
Rating: NC-17.
Estado: En proceso.
Capítulo: 15/ 30
Cantidad de palabras: 1723.
Sinopsis: Ryo le prepara una cena a su pareja para hacer algo diferente, juntos.
My fifteenth day with you
Día 15: Dulce y apasionado
El concurso se terminó, así que entre el 24/12 y el 01/01 van a tener el fic ganador :)
Mientras tanto, les dejo con el 15° de 30 days OTP challenge ~NSFW version~
Enjoy~ ♥
Título: 30 days with you.
Fandom: Johnnys.
Pairings: Ryokura [Okura Tadayoshi x Nishikido Ryo].
Formato: Multi-chaptered.
Género: Romance, smut.
Rating: NC-17.
Estado: En proceso.
Capítulo: 15/ 30
Cantidad de palabras: 1723.
Sinopsis: Ryo le prepara una cena a su pareja para hacer algo diferente, juntos.
My fifteenth day with you
Día 15: Dulce y apasionado
Tadayoshi estaba demás agotado. Después de casi dos meses
seguidos de presentaciones en televisión por la promoción del nuevo álbum y el
nuevo sencillo de su grupo, dormir se había vuelto una necesidad en su vida. Al
abrir la puerta de su hogar, halló un par de pétalos de rosas en el suelo, pero
cuando agudizó la vista, se dio cuenta que aquellos dos pétalos formaban parte
de un extenso camino que se dirigían hasta una de las habitaciones; con más
exactitud, su dormitorio.
Sonrió y, aún dudando un poco, entró al departamento,
haciendo todo lo posible por evitar pisar aquellos hermosos pétalos. Al llegar
a su habitación, de pie al lado de la puerta, encontró a Ryo, esperándolo con
una sonrisa que siempre lo había hecho suspirar o, al menos, desde el momento
en que se dio cuenta que Ryo se había vuelto una parte esencial de su vida.
— ¿Qué significa esto? — Le preguntó, lanzando su mochila
al suelo.
— Que me di cuenta que nunca tenemos esta clase de
encuentros amorosos. Siempre lo hacemos y ya. Y… No quiero que nuestra relación
se base sólo en el sexo.
— Técnicamente, estamos juntos todo el día… Y ya sabemos
todo acerca del otro — Le dijo, recargándose sobre su cuerpo, pasando ambos
brazos por sobre su cuello, lugar en el que apoyó luego su nariz —. Qué rico
perfume.
— Lo sé — Se sonrió Ryo, al sentir el cosquilleo de la
nariz de Tadayoshi sobre su cuello. Tomó sus manos y las bajó, entrelazándolas
a las suyas —. Es por eso que, aunque sea el día de hoy, quiero hacer algo
diferente. Quiero que hagamos algo diferente.
— No me parece muy distinto venir a mi habitación y hacer
el amor — Reconoció el rubio, frotándose el tabique nasal, donde descansaban un
par de anteojos.
— Deja que te consienta un poco y cállate — Tadayoshi se
dejó llevar hasta su cama. Cuando vio a Ryo saliendo de la habitación, se dio
cuenta que estaba vestido de traje. Estaba tan cansado que ni siquiera se había
dado cuenta cómo estaba vestida su pareja. Suspiró y se sentó sobre la cama.
Dándole una rápida mirada a la habitación, se percató que la única fuente de
luz era la lámpara sobre la mesa de noche pero que había sido cubierta con un
tubo de papel para que la misma no fuera tan intensa. Sus pensamientos fueron
interrumpidos por la entrada de Ryo cargando una bandeja y con una amplia
servilleta doblada en dos sobre uno de sus brazos —. ¿Me permite? — Le dijo, generando la sonrisa en su pareja.
El aludido se sentó correctamente sobre la cama y dejó que Ryo cubriera parte
de sus piernas con la servilleta y pusiera luego la bandeja encima.
— Pero, aquí veo que hay dos platos. ¿Alguien más viene a
acompañarme?
— Yo, por supuesto — Respondió el morocho, descorchando
una botella de vino y poniendo su contenido en dos copas que había dejado
previamente sobre la mesa de noche —. Aquí tiene — Le dijo, extendiéndole su
copa de vino.
— Gracias — Tadayoshi comenzó a comer, dándose cuenta de
lo delicioso que estaba —. ¿Tú preparaste esto?
— ¿Por qué crees que me fui temprano? — Declaró Ryo,
bebiendo un sorbo de su copa de vino antes de sentarse sobre las piernas de
Tadayoshi y dedicarse él también a comer.
— Y te olvidaste tu teléfono.
— ¡Ah! ¿Lo trajiste? — El aludido asintió con la cabeza
—. Eso no estaba en mis planes — Reconoció, con una sonrisa —. Pero, por suerte
pude terminar todo a tiempo. Vaya… En serio que está bueno — Dijo, habiendo
dudado por un instante de sus habilidades culinarias.
— Ryo-chan — Llamó su atención su pareja, mirándolo
fijamente —…, gracias… Por esto… Por todo…
— Todavía no es hora de ponerse sentimental.
— No sabía que había una hora para eso…
— Por el día de hoy…, sí…
— ¿Y cuándo es?
Ryo se lo quedó mirando, y le sonrió.
— Te darás cuenta solo…
La cena pasó amena, al igual que el postre que, a diferencia
de la comida, Ryo no había preparado. El tiempo pasó, y Ryo terminó recargado
sobre el brazo de Tadayoshi, sentado en la cama y sin el saco.
— Bueno — Dijo el rubio —. ¿Vas a quedarte a dormir? — Le
preguntó, mirándolo de refilón.
— ¿Puedo? — Repreguntó el aludido, sonriéndole
pícaramente.
— Por supuesto. Es lo menos que podría hacer después de
que hayas preparado esta maravillosa cena, Ryo-chan — Tadayoshi deshizo su
posición para voltear su torso hacia Ryo. Ambos sonrieron cuando, al mismo
tiempo, levantaron una de sus manos para alcanzar el rostro del otro —. ¿Qué
ibas a hacer?
— Besarte — El rubio sonrió, desviando por unos instantes
su mirada de la de su pareja. Se volvió de inmediato, cerró los ojos y frunció
los labios. Ryo sostuvo su rostro entre sus manos y lo besó tiernamente. Su
cuerpo se estremeció apenas sintió el leve roce de los labios de Tadayoshi
sobre los suyos. En el breve instante en que despegó sus labios de los suyos,
se dio cuenta de lo que ahora significaba esa persona en su vida —. Te amo —
Susurró, sobre sus labios. Tadayoshi abrió los ojos lentamente. Sintió sus
mejillas ardiendo, pero no pudo evitar otra cosa más que sonreír.
— Yo también te amo, Ryo-chan — Le respondió en un tono
de voz tan bajo que el aludido comprendió sólo por haberle leído los labios.
Sus sentidos fueron pidiendo cada vez más un poco más del
otro. Cuando ambos se dieron cuenta, estaban acostados en diagonal sobre el
colchón, Tadayoshi abrazaba a Ryo que, encima suyo, había pasado ambos brazos
detrás de su nuca. El morocho terminó por sacar una de sus manos y acariciar
una de las piernas flexionadas de su pareja. Cuando sus labios se separaron por
quién sabe qué vez, Ryo se sonrió al verlo en el mismo o en un peor estado que
él, deseando más de él, viendo las mejillas de Tadayoshi teñidas de un rojo
intenso. En medio de aquel juego de besos y caricias, el sudor poco a poco
empezó a aparecer en su piel, dándole un brillo especial. Con una mano, despejó
la frente del rubio y le dio un suave beso.
— Por favor, nunca te separes de mí — Le susurró al oído,
abrazándolo nuevamente.
El aludido se sorprendió por sus palabras. Lo abrazó con
toda la fuerza que le fue posible, como si con ese cálido contacto, respondiera
a su pedido.
— Mhh… No tenía pensado hacerlo — Le dijo, después de un
rato, soltándolo para tomar su rostro entre sus manos —. Ya es imposible que
pueda seguir viviendo sin ti — Se sinceró, besando sus labios con ternura. Sus
manos bajaron lentamente hasta su chaqueta, desprendiendo uno a uno los botones
de la misma, mientras sus labios ya habían empezado a calentar tal tierno
momento de sinceridad.
— Vaya… Se nota que estás apurado — Declaró Ryo, con una
de sus manos apoyadas sobre el pecho de su pareja. Se incorporó lentamente para
sentarse encima suyo, y sacar su billetera del bolsillo trasero de su pantalón.
— ¿Me vas a pagar? — Le preguntó Tadayoshi, sonriendo y
generando la misma expresión en el rostro de su pareja. Como si el tiempo
hubiera parecido detenerse, Ryo sacó un profiláctico, el cual abrió con los
dientes, sin despegar su mirada de la del rubio, quien volvió a sonreír —.
¿Ahora te vienes a dar cuenta que lo necesitas?
— A decir verdad, no lo había pensado de esa forma con
anterioridad. Esto es sólo curiosidad.
— ¿Curiosidad…?
— Quiero saber cómo se siente hacerte el amor de esta
forma.
— Estoy seguro que vas a terminar deshaciéndote de él a
los pocos minutos.
— ¿Tú crees? — Le preguntó, mientras se sacaba los
pantalones y los lanzaba fuera de la cama.
— Te conozco. A ti y a la forma en que te gusta hacerlo
con alguien — Respondió, acariciando los cabellos del mayor hacia atrás con una
mano.
Llevando una de las piernas de Tadayoshi hasta su hombro,
Ryo se aferró a su remera, mientras presionaba sobre su entrada con su
erección. Su mirada buscaba la suya con desesperación, pero, a diferencia del
placer que corría por sus venas, se dio cuenta que su pareja sentía dolor.
— ¿Duele?
— Un poco — Respondió el aludido con un tono de voz muy
bajo.
— ¿Quieres que espere un poco más? — El rubio respondió
con un movimiento negativo de cabeza —. Si así lo prefieres…
Lenta y dolorosamente, Tadayoshi sintió cómo su cuerpo no
podía relajarse al sentir a Ryo dentro suyo. Podía sentir perfectamente cómo su
erección irrumpía su zona más íntima hasta llegar a su punto más sensible. Se
sobresaltó al sentir los labios de Ryo besando una de sus mejillas, por lo cual
lo miró.
— ¿Qué?
— Esa expresión, no se la enseñes a nadie más a partir de
ahora — Le pidió, volviendo sus caderas hacia atrás para embestirlo nuevamente,
de una forma tan suave que dolía. El aludido rodeó su nuca con ambos brazos
para acercar su rostro al suyo y lo besó, respondiendo sus acciones a su
pedido.
Ryo fue poco a poco aumentando sus embestidas. Había llegado
a la conclusión de que cuanto más gemía Tadayoshi, más violento podía tornarse
el acto amoroso, pero ese día, eso no estaba en sus planes. Quería hacerle el
amor de una forma apasionada sin tener que recurrir a mordidas o palmadas.
Cuando se dio cuenta que estaba llegando al clímax, también se dio cuenta que
Tadayoshi tenía sus piernas alrededor de su cintura y ambas manos estaban
entrelazadas a las del otro. Zafó una de sus manos para acariciar los cabellos
de su pareja y acercarse a su rostro.
— Te amo — Jadeó —… Te amo con toda mi alma — Susurró el
aludido, culminando luego dentro del cuerpo de su pareja. Finalizado el acto amoroso, ambos se quedaron
acurrucados, mirándose frente a frente —. Al final fue molesto — Reconoció el morocho.
— ¿Adónde lo tiraste?
— Eh… Eh… Por ahí — Tadayoshi lanzó una carcajada antes
de volver a acurrucarse entre sus brazos —. ¿Tienes planes para mañana?
— No, ¿por qué?
— ¿Quieres ir al cine?
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