Ciaossu~!!
Este corresponde al día de ayer ;; No pude sentarme y hacerlo~
Pero este va a ser uno de mis días favoritos porque va a ser un POV del día #5 del desafío que estoy haciendo con MaruYasu ^^
Título: 30 days with you.
Fandom: Johnnys.
Pairings: Ryokura [Okura Tadayoshi x Nishikido Ryo].
Formato: Multi-chaptered.
Género: Humor, romance, smut.
Rating: NC-17.
Estado: En proceso.
Capítulo: 24/ 30
Cantidad de palabras: 1861.
Sinopsis: Shota le pide a Tadayoshi que lo acompañe a una cita con Ryuhei al parque de diversiones, pero el menor delos integrantes del grupo no parece que la vaya a pasar tan bien como lo imagina.
Notas: Yasuda Shota POV.
My twenty-fourth day with you
Día 24: Con juguetes
Este corresponde al día de ayer ;; No pude sentarme y hacerlo~
Pero este va a ser uno de mis días favoritos porque va a ser un POV del día #5 del desafío que estoy haciendo con MaruYasu ^^
Enjoy~ ♥
Título: 30 days with you.
Fandom: Johnnys.
Pairings: Ryokura [Okura Tadayoshi x Nishikido Ryo].
Formato: Multi-chaptered.
Género: Humor, romance, smut.
Rating: NC-17.
Estado: En proceso.
Capítulo: 24/ 30
Cantidad de palabras: 1861.
Sinopsis: Shota le pide a Tadayoshi que lo acompañe a una cita con Ryuhei al parque de diversiones, pero el menor delos integrantes del grupo no parece que la vaya a pasar tan bien como lo imagina.
Notas: Yasuda Shota POV.
----------------------------------------------------------
My twenty-fourth day with you
Día 24: Con juguetes
Lo único que sabía era que, por algún motivo Shota le
había rogado que fuera con alguien al parque de diversiones. No era tan
complicado de descifrar que iba a tener una cita con alguien, sobre todo porque
le dijo que fuera acompañado, pero para su sorpresa su flamante pareja le dijo
que iría solo, ya que él tenía que solucionar unos asuntos laborales. Pero lo
que más le sorprendió fue haber recibido una caja color rojo, con un gran moño
dorado encima. Recién cuando abrió la pequeña carta debajo del mismo y
reconoció la caligrafía, se dio cuenta que, como siempre, Ryo tenía algo en
mente.
Tras agradecer al mensajero, Tadayoshi volvió sobre sus
pasos y dejó aquella caja sobre el sofá, antes de agarrar el teléfono y llamar
a su pareja.
— “Hola”, le
dijeron al otro lado, segundos más tarde.
— ¿Me explicas que es todo esto? — Le preguntó Tadayoshi,
sentándose al lado de la caja.
— “Ahh… ¿Te llegó?”
— Sí, pero… No entiendo…
— “Ábrela.”
El rubio suspiró, agarró la caja entre sus manos y abrió
la tapa, encontrándose desde vibradores hasta cuentas anales.
— ¿Qué rayos es todo esto? — Preguntó Tadayoshi,
sonriendo.
— “Quiero que vayas
con eso a la cita con Sho-chan.”
— Tú también estás invitado, por si no lo sabías.
— “Es por eso mismo
que te lo estoy pidiendo.”
— ¿Qué quieres que me ponga exactamente? — Volvió a
preguntar, sacando el contenido de la caja, examinándolo con la mirada y volviendo
a dejarlo en su sitio.
— “Sorpréndeme.”
Ryo pudo oír el suspiro de resignación por parte de su pareja. Sabía que le iba
a seguir la corriente, aún cuando no quisiera. “Nos vemos más tarde, ¿sí?”
— Sí, sí. Hasta luego.
Lo más terrible fue haber viajado en autobús. No había
querido recurrir al uso de su propio auto, aunque hasta que llegó a destino, se
arrepintió de no haber viajado de esa forma. Podía sentir perfectamente las
cuentas que se había puesto, y el vibrador que descansaba sobre su hombría.
— ¡Okura! — Al levantar su cabeza, vio a Shota, junto a
Ryo y Ryuhei, frente a la puerta del parque de diversiones. Con sumo cuidado y
paciencia, llegó lo más rápido que pudo.
— Shh… Si gritas así, nos van a reconocer — Le dijo
Tadayoshi —. Aunque… nosotros sí podemos pasar desapercibido… Pero, ¿tú, Yasu? —
Agregó con una sonrisa, mirándolo de arriba abajo.
— Te juro que fue lo primero que encontré — Respondió, acercándose
los cuatro a la boletería.
Cuando Tadayoshi se giró para ver a su pareja, se
encontró con su burlona sonrisa, lo cual le hizo crispar los nervios. Esperaba
que aquella tortura terminara lo más rápido posible y él pudiera sacarse todo
lo que se había puesto de la cintura para abajo.
Suspiró. Una vez más se dio cuenta que había sido una
pésima idea haber cumplido los caprichos de su pareja.
— ¿Adónde vamos primero? — Preguntó Ryuhei, entregándole
sus respectivos boletos a cada uno.
— ¿Vamos por unos raspados? — Dijo Ryo.
— ¿Qué les parece un helado? — Sugirió Shota.
Tadayoshi sabía que si se negaba, iba a ser el centro de
los comentarios de la tarde, por lo cual, optó callarse, pero la realidad era
que Ryo tomando helado podían hacer estragos con sus necesidades corporales.
Y así fue, cada lamida que Ryo le daba a su cono de
helado, era para provocar a Tadayoshi de mil formas diferentes, pero él no podía
sacarle los ojos de encima. No podía. Era algo demasiado sexy como para
perdérselo. Terminó pidiendo un raspado bien frío, para que lo ayudara a
calmarse un poco, y no terminar suplicándole allí mismo a su pareja que le haga
el amor.
Lo doloroso siguió hasta el último juego al cual habría
querido ir: los autos chocadores.
Tomando en cuenta el color que tenía cada uno dentro de
su banda, así se distribuyeron, antes de empezar a chocarse, cual fuera la
regla de oro de aquel juego. Con cada golpe que recibía, Tadayoshi sentía que
pronto su erección tendría vida propia y le gritaría que necesitaba, urgente,
tener sexo con su pareja. Cuando salieron, el siguiente juego fue la montaña
rusa.
— Ve tú si quieres — Le dijo a Ryo.
— ¿Eh? ¿Por qué? ¿Tú no vienes con nosotros? — Le
preguntó, rozando su brazo contra el de su pareja.
— No, no, no… Es que…
— ¿Te sientes mal? — Le preguntó Ryuhei, recargándose
sobre el hombro de Shota.
— Seguro fueron los autos chocadores, ¿no? — Dijo el más
bajo del grupo, con una visible expresión de tristeza —. Lo siento, Tacchon…
— Vayan ustedes, yo me quedo a cuidarlo — Dijo Ryo,
revoleando los ojos, como si fuera un gran esfuerzo el que iba a hacer.
— ¿Seguro? — Preguntó Shota.
— ¡Por supuesto que sí! Estaría mal arruinarles su cita —
Reconoció Ryo.
Con el dúo yéndose a hacer la fila para subir al
mencionado juego, Ryo se llevó a Tadayoshi hasta el baño de hombres y se
encerró a él mismo y a su pareja en un cubículo, sin detenerse a mirar si había
más personas en el lugar o no. Sin detenerse a pensar en absolutamente nada,
Tadayoshi se desabrochó el cinturón y bajó la cremallera de su pantalón para
terminar deshaciéndose de ambos.
Ryo no podía salir de su sorpresa. Su sonrisa realmente
parecía ir desde una de sus orejas hasta el extremo opuesto.
— ¿Qué sucede? — Le preguntó Tadayoshi, con un tono de
voz bajo —. Era esto lo que querías, ¿no?
— Perdí una apuesta conmigo mismo. Sólo pensé que ibas a
usar alguno de los vibradores, pero jamás pensé que ibas a agregarle las
cuentas… Debiste haber estado desesperado cuando estaba comiendo helado.
— Cállate de una vez y quítame esto, Ryo-chan — Gimió el
rubio, apoyando ambas manos sobre la pared opuesta a la cual estaba su pareja y
colocándose en posición horizontal —… Realmente, ya no lo soporto.
El aludido, que no podía evitar regodearse por verlo en
ese estado, se quedó unos instantes mirándolo, antes de acercarse a él.
— ¿Sabes qué? — Le susurró, apoyándose sobre su espalda —.
Me encantaría tenerte así un tiempo más…
— No te das una idea de lo terrible que la estoy pasando.
— Si tú insistes...
Tadayoshi no sabía que fue más insoportable: no haber
podido caminar como una persona normal hasta ese momento, o sentir que su cuerpo
se desgarraba por la brusca forma en que Ryo sacó las cuentas anales.
— Te odio — Gimoteó, en un tono de voz tan bajo, que creyó
que ni siquiera llegó a sus propios oídos.
— ¿Y esto te gusta? — Le preguntó Ryo, sosteniendo la erección
de Tadayoshi entre sus manos, aún con el vibrador funcionando sobre esa misma
parte.
— Ah… Sí… Me encanta…
— ¿Qué prefieres que te haga? — Le preguntó sensualmente,
lamiendo luego el contorno de su oreja.
— Quiero que me hagas el amor… Lo necesito…
Ryo hizo girar el cuerpo de su pareja para besarlo
apasionadamente. Tadayoshi se aferró a aquel cuerpo, deshaciéndose ágilmente de
la ropa que le estorbaba. El morocho alzó las piernas del más alto e hizo que
rodearan su cuerpo.
— Espero poder aguantarte…
— ¿Estás diciendo que estoy gordo? — Gimió el aludido.
— Claro que no — Respondió Ryo, con una sonrisa —. Y si
lo estuvieras, igual te amaría. No me importa cómo te veas si sigues siendo el
mismo por dentro.
— ¿Te refieres al interior en el plano sentimental o…?
— Sentimental…
— Ah…
— ¿Vas a calarte de una vez y dejar que te lo haga?
La respuesta recibida fue un movimiento de cabeza por
parte de Tadayoshi.
— ¿Crees que… Yassan y Maru-chan van a estar bien sin
nosotros?
— ¿No te diste cuenta? — Le preguntó el más bajo, mirándolo
mientras lo penetraba.
— ¿De… qué?
—Es obvio que esos dos están saliendo… Y teniendo en
cuenta que nosotros vinimos juntos, estoy seguro que ellos piensan lo mismo de
nosotros.
— ¿Tú… lo crees…? —
Le preguntó Tadayoshi, acomodando los cabellos de su pareja.
— Sí…
— Eso quiere decir que ya… oficialmente…
— ¿Somos novios? Por supuesto, Tacchon. Desde la primera
vez que te besé…
— ¡Qué posesivo resultaste ser!
— ¡Claro que sí! Yo no beso a cualquiera — Le dijo,
besándolo en los labios.
— ¿Podrías sacarme el vibrador? Siento que voy a explotar…
Con sonrisas por medio, sin deshacer su posición, Ryo
desabrochó el lazo que mantenía aquel aparato sobre el cuerpo de pareja y, al
igual que las cuentas, lo dejó sobre la tapa del sanitario.
Los gemidos de Tadayoshi fueron acallados por la palma de
Ryo sobre sus labios o, en caso omiso, por los mismos labios de Ryo que se posaban
sobre los suyos, intentando llegar hasta la parte más profunda de su lengua, la
cual danzaba con la suya dentro de su boca.
— Te amo tanto…
— Yo también — Soltó el rubio, rodeando con sus brazos el
cuello de su pareja —. ¡Ah!
— ¿Qué?
— ¿Será que nos esperarán?
— Por mí que se vayan. No vas a dejarme satisfecho con
una sola ronda…
— Si te atreves a pasar el resto del día con las cuentas
y el vibrador encima… Habrá segunda, tercera, y si aguantas, una cuarta ronda.
— A otro perro con ese hueso…
— Bien sabes que hasta dormido tienes ganas…
— Porque tú me las contagias — Jadeó el aludido, volviendo
a besarlo en los labios. El sonido de su teléfono recibiendo un mensaje alertó
al dúo, por lo que debieron separarse momentáneamente. Ryo levantó el aparato y
leyó en voz alta lo que había llegado —. Es de parte de Sho-chan… Pregunta
dónde estamos…
— ¿Y qué vas a responderle?
— Que ya nos fuimos — Reconoció el aludido, mientras
escribía su respuesta.
— ¿Nada más?
—Te sentiste mal y nos fuimos. Ya está.
— Oye, debemos hacerlo realmente…
— Estaba en eso, pero…
— No… me refiero a eso
— Reconoció Tadayoshi, con una sonrisa —. Me refiero a irnos nosotros también.
Ninguno de los dos trajo el auto, y… se nos va a complicar la vuelta sin
transporte…
— ¿Qué problema hay? Podemos ir a un hotel — Le dijo Ryo,
atrayendo a su pareja hacia él agarrándolo de la cintura y besando uno de sus
hombros.
— Nunca… he ido a uno — Ryo se lo quedó mirando más que
sorprendido —… ¿Qué?
— Pero…, alguna vez en tu vida te acostaste con mujeres,
¿no?
— Sí, pero… Nunca las llevé a un hotel…
— ¿Las llevé? — Preguntó Ryo, arqueando una ceja.
— Sí…
— O sea, que tuviste muchas novias antes de mí…
— ¿Por qué vas a empezar a armar drama por algo así? —
Suspiró el rubio —. Sí, tuve varias parejas, pero no con todas me acosté.
— ¿Eso cómo se hace? — Le preguntó Ryo en un tono burlón.
— ¿Qué vamos a hacer? — Suspiró Tadayoshi.
— Ni modo… Vayamos a un hotel a terminar esto.
— De acuerdo.
Cuando la pareja salió, ya no había tantas personas en el
parque, por lo que decidieron dirigirse a un hotel para culminar el acto
amoroso que parecía recién haber comenzado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario