間ジャニ∞ - ルラリラ
En casa, ¿dónde más? xD
Ciaossu~!!
Sí~ Touch sigue xDDDDD ¿Qué? ¿Pensaron que había terminado? No, no, sigue xD pero no me caía jamás la imaginación para atar todas las cosas sueltas que tenía ;_;
Ahora que me pongo a pensar, nunca les dije cómo son los personajes, es decir, al menos qué estilo de cabello tienen en el fic xD con un "y el morocho", o "el pelirrojo", quizás no terminen de entenderlo y es importante darle una cara al personaje... Y un cabello también xD así que les dejo los personajes, con un link random donde tienen el estilo de pelo que quise que tuvieran en este fic.
Enjoy~ ♥
• Tegoshi: https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgyZRhC2s6wpo9MqjBPB3NgLP6MHbgF5qqRI9i99mGE1HQExl7jx5f72UX3nCKTzjd61tOpFCt540UEZKs6YjA3FI4pE9U_czLxn1y3AByMz2tWHTf8vzQ5GmLINF0oEigi1v1JkBW9xtl_/s1600/Tegoshi201201.jpg
• Toma: https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6RwENTo-vcfVC9EgmmUnSFp_nKmHBVVY1L6mdBziQfhMlp_LTKTNHj7OqTmCXH-WyBgzrAnTrK8SNal7VISX7lWf1ia8Ry73FdOZM9KrsQIDtsFa-xrANl7b1Pw42PKsUOWkkVdVIkj0/s640/ab0c70b407dfce40dacd8c2bfafcb873.jpg
• Massu: https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgp5XjpbuV6J75MtqUK6playF3G_pnUQXk086ePMGcF3Zfu48317tya4ksAyECIoVh-053Jkg8CfwYwp1oeHpJs2FE4y0CgcQuLOQiT2Rqglz8oDORdxZdm2zh23aDDP0ujbuMx-N592Bg/s1600/Massu201211.jpg
• Tacchon: http://25.media.tumblr.com/tumblr_m5kptobYvT1qzc0lko5_1280.jpg
• Ryo: http://asianclubspain.files.wordpress.com/2012/02/nishikido_ryo.jpg
• Jin: https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgEWYaSVsUcIEGwc_p3-GiK_6ifJcfN3Ejbn4HFviYoj_bOlP2dHtok9Ttde0TJAd0QPyN70YLbbaHY0-i6VwNcr-QuQJL0PEm9tujJurE098-sr-H3QI4E73o4OlQd7OX5kEtHlmNi5ZI/s1600/4.jpg
• Kame: http://jpopandkpopspain.files.wordpress.com/2010/02/267b1d19087930_full.jpg (es la segunda vez que uso este estilo en Kame x3 es que le queda tan bien~ ♥)
• Koki: http://www.jpopasia.com/i1/news/2/5731-8svtqkde96.jpg
• Uepi: https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjPWOobzvM1k9lSgasWUcMZEJMA9QHqC464OlRm6olUCkb2d-A4GwzMia0Yr9wnYY5KpBCaGFN59yFXhVoFQiQ_p38oIOW5emPyBPklaxcqvY5FViEtaZNAllCvgAsNLSuHFNc7ZKvjbID2/s400/Ueda+Tatsuya.jpg
• Kei-chan: http://i2.listal.com/image/1304479/600full-keiichiro-koyama.jpg
• Yamapi: https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgV-_qaC2pKL7vDN6u5Iwa-J9p7VtoMEjaFa19Wf4aNvAUOZCh9mSS-6uC2oiWWCUe1ao0mPX3cTPCplLZx3k0SZdOYD4k38QOui8uhPUYnQCHQVyUEuv0LY5xjmK6_Ul37J5PSBWYYIekL/s400/9899fd70db96c8b5e99c40ec1cfccb49.jpg
• Shige: http://profile.ak.fbcdn.net/hprofile-ak-ash2/187561_100002443360196_6568107_n.jpg
• Nakamaru: http://www.kat-tunworldwide.com/sites/default/files/news-images/%5BBP%5D%20KT09calendar%20%5B088%5D.jpg?1315093167
• Junno (aunque haya aparecido dos segundos xD): http://jincityflor.files.wordpress.com/2012/03/potato0806_0011.png
• Yasu: http://media.tumblr.com/tumblr_m50j5vgMiY1rn12t9.jpg (básicamente, sólo el mismo teñido que tenía en el Eight x Eighter x3 Me gustó TANTO ese teñido que quise hacérmelo ;w; pero es jodidamente complicado u.u)
• Maru: http://pics.livejournal.com/buzzchan/pic/00087b97 (el único con peinado normal, creo xD Nakamaru y él, bah)
Título: Touch
Fandom: Johnnys.
Pairing: IkuTego [Ikuta Toma x Tegoshi Yuya], OkuMassu [Okura Tadayoshi x Masuda Takahisa] (pero nadie dice que no pueden haber más ;3)
Formato: Multi-chaptered.
Género: AU, romance, drama.
Rating: PG-13
Capítulos: 08 / ¿12?
Sinopsis: Una fecha puede ser muy esperada para algunos y muy odiada por otros. El pasado se vuelve presente y toda la verdad termina siendo revelada en el momento menos pensado, terminando en el desenlace menos esperado para todos.
"El engañar a otros puede ser un arma de
doble filo.
Tarde o temprano, el hecho de ser rodeado de
engaños,
puede llevar a engañarse a uno mismo.
Cuando se llega a ese punto,
¿cómo regresar si ya no hay punto de retorno?"
( 02. Bienvenida )
( 03. Mentiras )
( 04. Rumores )
( 05. Quiero verte )
( 06. Susto )
( 07. Engaño )
El sonido del despertador lo quitó de su ensimismamiento.
Tanteando su mesa de luz con la mano,
terminó por tirar el aparato al suelo, insultándolo luego.
- Uy… ¿Nos levantamos de mal humor? – Le preguntó Jin, ya
sentado en su respectiva cama, recibiendo una mirada asesina por parte de su
compañero de cuarto -. Está bien, está bien, haz de cuenta que no dije nada.
Siguió hundido entre las sábanas hasta que Jin salió de
allí. No quería levantarse, si fuera por él, pasaría el resto de ese maldito
mes durmiendo, sin que nadie lo molestara, pero, lamentablemente, no iba a
poder hacerlo.
Era la hora del almuerzo cuando Jin, Koki, Ryo y Tatsuya
estaban reunidos en uno de los tantos salones vacíos en el último piso. Ryo
miraba por la ventana, sin prestar atención a lo que decían sus amigos.
- Oye, Ryo, ¿sabes quién cumple años este mes? – El
aludido lo miró, del mismo modo en que había mirado a Jin en la mañana.
- Así me miró está mañana
- Dijo su compañero de cuarto.
- ¿Qué te sucede? – Preguntó Koki, riendo.
- Nada, no me sucede nada – Suspiró el muchacho.
- El cumpleaños de Ikuta. Es el… siete, si no escuché mal
– Dijo Tatsuya.
- Y seguro que van a hacerle una fiestita, ¿no? – Dijo
Koki.
- O quizás se lo haga su noviecita – Bromeó Jin.
- ¿No me digas que…? – Dijo Koki, asombrado.
- Formalizaron – Respondió Jin, generando la risa de Koki
y Tatsuya, mientras que Ryo, sólo les dedicó una media sonrisa. Una sombra
fuera del salón lo hizo levantarse de su asiento -. ¿Qué sucede?
Ryo le hizo una seña para que guardara silencio,
sorprendiéndose al hallar al espía.
- ¿Qué haces aquí?
- ¿No va a almorzar? – Sus mejillas hacían juego con sus
cabellos. Su oyente sonrió y palmeó su cabeza.
- Sí, ve yendo. Enseguida voy – Le dijo, en un suspiro.
Takahisa asintió con la cabeza y volvió por donde había llegado. Ryo entró al
salón, siendo observado por sus amigos.
- No digan nada – Rió el muchacho -. Sólo es un juego –
Les guiñó el ojo.
- Esperemos que siga siéndolo – Dijo Jin.
- Tranquilo… Nunca me he enamorado, y no creo que esta
sea una de esas veces, tranquilo – Le dijo, palmeando su espalda -. Nos vemos
más tarde, chicos.
Hacía frío, era obvio, ya estaban en otoño. Pero el clima
no se comparaba con el frío de aquel día en el que había hecho ese viaje,
siendo engañado como un completo idiota. Aunque era pequeño como para recordar
aquel festejo de cumpleaños, por otro lado, era algo que su mente no había
borrado nunca de su memoria.
- ¿Ryo-san? – Lo llamó la voz de Takahisa. Sin darse
cuenta, estaba por cruzar su lugar de encuentro. Sonrió, mirándolo.
- Perdón, estaba… pensando en algo – Dijo, dándole un
sonoro beso en la mejilla antes de sentarse a su lado.
- ¿Está bien? – Le preguntó, sin despegar su mirada de
él.
- Sí, no te preocupes.
- ¿Va a almorzar?
- No, no tengo hambre – Respondió el morocho, con una
sonrisa, viendo cómo el menor abría su bento.
- De acuerdo – Dijo el muchacho, empezando a comer. El
único sonido que los rodeaba era el débil canto de los pájaros, estando cada
uno en su mundo. Ryo oyó pasos acercándose.
- Dame – Le dijo a Takahisa.
- ¿Eh?
- Me dio hambre, ¿cuál es tu favorito? – Le preguntó,
acercándose a él.
- Este – Dijo Takahisa, señalando con los palillos una
bola de arroz, la cual Ryo agarró y devoró de un solo bocado -. Ahh… ¡Noo!
¡Ryo! - Se quejó.
- Es verdad… Está delicioso – Dijo el morocho, sonriendo.
- ¡Ryo! – Siguió quejándose el pelirrojo.
- Ah… Hola – Dijo Ryo en referencia a Toma y Yuya,
quienes habían llegado al lugar camino al club de piano. Automáticamente,
Takahisa se sentó derecho, mirando de reojo a los recién llegados.
Toma, quien llevaba a su pareja de la mano, les dedicó
una reverencia, estando Yuya fuera del campo visual de ambos sujetos que habían
ido hasta ese lugar para almorzar, siguiendo por su camino a los pocos segundos
-. ¿Está todo bien? - Le preguntó a su
pareja.
- Eh… Sí… Sí, ¿por qué?
- No, es que… No saludaste a Tegoshi-kun. ¿Sucedió algo?
¿Se pelearon?
Takahisa se crispó, había dado en el blanco con suma
facilidad, por lo que suspiró y lo miró mientras jugaba con su comida.
- La verdad es que… Me han dicho algo acerca de usted que
no me gustó, pero… ¡Yo no les creo nada! ¡Yo sólo creo en las palabras que me
diga Ryo-san! – Exclamó.
Ryo lo llevó contra su pecho, sonriendo.
- No quiero que hayan secretos entre nosotros, Takahisa.
Es por eso que te conté lo de Tadayoshi.
- ¿Cómo me dijo?
- ¿Mhh? ¿Takahisa?
- Sí, me llamó por mi nombre.
- ¿Acaso está mal? Tú también lo haces – Dijo, besando
sus cabellos.
- Sí, es verdad.
- Ya que estás… Podrías romper con la formalidad de
tratarme de usted. Haces que me sienta un viejo y no es así – Rió.
- Está bien…, Ryo.
Todo estaba yendo demasiado bien. Al tener como excusas
los exámenes y la tarea diaria, no tenía que cargar con la tarea de tener a
Takahisa atosigándolo todo el día, por lo que tampoco recibía mensajes de texto.
Pero sentía que algo estaba mal, que el hecho de que todo lo que estaba
haciendo fuera de maravilla, tendría un muy mal desenlace.
El timbre sonó incontables veces. Shota llegó corriendo a
abrir la puerta.
- Eres mi salvador – Le dijo al recién llegado, quien le
extendía un folio con varios papeles dentro, riendo.
- Espero que te sea de ayuda – Dijo el muchacho.
- Sí, sí, claro que lo es – Respondió el rubio, leyendo
el contenido de la primera hoja a través del folio transparente -. ¿Quieres
pasar?
- Tengo cosas que hacer, pero estar en el hogar de
Yasuda-kun me hará la persona más afortunada de la universidad – Bromeó.
- Gracioso – Dijo Shota, haciéndose a un lado para dejar
pasar a su invitado.
- ¡No se puede creer el frío que hace en la calle! – Exclamó
el muchacho de tez algo oscura, frotándose las manos, antes de sacarse las
zapatillas y entrar al living junto al dueño del departamento sólo en medias.
- Me imagino – Dijo Shota, dirigiéndose a la cocina -. Yo
no he salido en todo el día por esa razón. ¿Quieres un café?
- Por favor – Dijo el muchacho, sentándose en el sillón
-. ¿Te molesta si fumo?
- Claro que no – Respondió el rubio, desde la cocina -.
Vas a hacer la persona que estrene esos ceniceros.
- Qué suerte la mía – Dijo el muchacho, sacando un atado
de cigarrillos de su campera.
- Se acerca tu cumpleaños, ¿no? – Shota puso el agua a
calentar y regresó al living-comedor, sentándose a su lado.
- Ahh… Sí… Lo recordaste…
- Ryuhei me lo dijo.
- Uhhhh… Ryuhei…
- ¡Cállate! – Pidió Shota, golpeando apenas su brazo.
- ¿Qué? Si no dije nada…
- Aún, pero sé que vas a hacerlo…
- Claro que no – Dijo el muchacho, dejando el cigarrillo
recién encendido sobre el cenicero que estaba en la mesa ratona -. ¿Qué vas a
hacer?
- ¿Con?
- Con la proposición de Ryuhei-kun.
- ¿Te refieres a la banda?
- ¿Te propuso otra cosa y no me enteré? – Le preguntó,
sonriendo.
- Te dije que te callaras – Su oyente rió -. No lo sé…
El timbre sonó, siendo la campana de salida para el
recién llegado, quien fue observado por el dueño del departamento.
- Deja el café preparándose para tu invitado – Le dijo,
apagando el cigarrillo.
- ¿Quién vino? – Preguntó Shota.
- ¿Crees que lo sé?
- Tus palabras me dicen que sí lo sabes – Dijo, cruzado
de brazos mientras esperaba que se pusiera sus zapatillas para abrir la puerta
-. Ah… Maruyama-san.
- Hola – Dijo el muchacho, acomodando un estuche que
parecía ser el de una guitarra, sobre su hombro derecho.
- Los dejo solos, chicos – Dijo el anterior invitado de
Shota, posando sus manos sobre los hombros de ambos -. Ojo con lo que hacen –
Les dijo, guiñándoles el ojo.
- Ehm… Pasa – Dijo el rubio, haciéndose a un lado.
- Gracias – Le dijo Ryuhei, entrando. Shota fue hasta la
cocina a preparar el café, dejando a Ryuhei parado en medio del living.
- Ahh… Siéntate – Le dijo el rubio, volviendo al living
con una bandeja con los dos pocillos de café.
- ¿Leíste la partitura? – Le preguntó el morocho,
sentándose a su lado, tras dejar el estuche con su instrumento musical sobre la
mesa.
- Ahh… Sí, sí. La estuve practicando con la guitarra
y…hasta me he tomado el atrevimiento de ponerle letra – Dijo Shota,
levantándose de un salto para dirigirse a su cuarto, volviendo con un papel con
la mencionada partitura y un pequeño anotador -. ¿La leo?
- Cántala – Le dijo Ryuhei, bebiendo un poco de café.
- Ah. Me da vergüenza… No tengo la voz de un tenor
tampoco.
- A mí me gusta tu voz, Yasu. Si tengo que serte sincero…
la razón por la que te di la partitura… es porque sabía que ibas a darle letra
a esa melodía.
- Ja, ja… Qué tonto – Musitó el aludido, agachando la
cabeza por la vergüenza que tenía. Ryuhei se acercó a él para taparle los ojos
con la mano.
- Ahora sí, puedes cantar.
Shota sonrió y tomó aire.
- Quiero que nos conozcamos pronto, amarnos uno al otro, colorearnos
con amor. Abrazarte con fuerza, quiero estar a tu lado porque estar sin ti no
tiene sentido. Porque para mí se convierte en una fuerza irremplazable, así que
vuélvete solo mía pron...
Su canción fue interrumpida por el suave beso que recibió
sobre sus labios por parte de Ryuhei, a quien miró sorprendido una vez abrió
los ojos.
- Perdón – Dijo el muchacho, levantándose de un salto
para agarrar su estuche.
- ¿No vas a… terminar el café? – Ryuhei lo miró. Tal
parecía que su beso no le había caído mal.
- Ah – Soltó su estuche, dedicándole una sonrisa -… Está
bien…
- ¿No vas a comer? – Le preguntó Toma a su pareja,
estando ambos rodeados por una frazada, sentados sobre las gradas del club de
piano.
- ¿Mhh? No, no tengo hambre.
- ¿Estás preocupado por Masuda? – El rubio lo miró -.
Yuya… Ya hemos hecho todo lo que estaba a nuestro alcance para separarlo de
Ryo, pero… tú lo oíste… Cómo lo defendió a capa y espada cuando le contamos… lo
sucedido.
- Lo sé, pero… No puedo estar peleado con Massu…
- Habla con él. Si alguno de nosotros va a hablarle, nos
va a sacar a los gritos, en cambio a ti… Quizás te hable...
- Espero que tengas razón – Suspiró, acercándose aún más
a su pareja.
Mientras sus dedos jugaban con un pequeño hilo dentro del
bolsillo del buzo escolar, su mirada no le prestaba atención a nada y sus oídos
se dedicaban a escuchar la historia romántica relatada por su mejor amigo.
- ¿Te besó? – Rió Tadayoshi -. Qué rápidos que son los de
Toyonaka…
- “Para tu
información… Ryuhei es de Osaka…”
- ¿En serio?
- “Síp. Me parece
que tú no eres el de Osaka. Te mientes demasiado a ti mismo.”
- Cállate – Sonrió.
- “¿Qué sucedió con
Masuda-kun?”
- No lo sé, desde que viniste, no hablé con él.
- “Te está evitando”,
lo interrumpió Shota.
- No lo sé, quizás sí – Rió Tadayoshi, suspirando luego -.
Creo que está…
La mirada sostenida sobre la pared frente a él fue
interrumpida por la pasada por el lugar de Ryo y Takahisa, dejándolo sin poder
ser capaz de seguir su oración.
- “Están ahí,
¿verdad?”
- ¿Eh? – Le preguntó Tadayoshi, volviendo a su
conversación.
- “Suspiraste…
lastimosamente.”
- Sí… Tienes razón – Respondió el morocho.
- “Lo sé, siempre
la tengo.”
- Lo sé – Afirmó Tadayoshi, mirándolos hasta que ambos
entraron al cuarto del mayor -. Quizás tengas razón en lo que dijiste respecto
a Masuda-kun y Ryo, pero… Yo no puedo hacer nada para separarlos, Yasu. Masuda-kun
se ve tan feliz con él…
- “¿Le dijeron lo
que le hizo a Tegoshi-kun?”
- Sí, Toma me dijo que defendió a Ryo, que dijo que él sería incapaz de hacer
algo como eso.
- “Sabes lo que eso
significa, ¿verdad?”
- ¿Que volviste a tener razón? – Sonrió Tadayoshi.
La noche había caído y el plan estaba siendo puesto en
marcha. Le pidió ayuda a Toma para llevar la bandeja hasta aquel cuarto,
quedándose Yuya mirando la puerta como si esta fuera a golpearse sola para
darle aviso a la persona que estaba dentro del mismo acerca de su presencia en
el pasillo.
- Tegoshi – Lo llamó la voz de Takahisa, detrás suyo, quien
el rubio pensaba que estaba dentro del cuarto.
- Ah, Massu. Vine a cenar contigo, ¿estás ocupado?
- No, no. Sólo… tengo que bañarme… antes… de comer –
Respondió apenado el pelirrojo.
- Está bien, te espero – Dijo Yuya, sonriendo, generando
algo de calma en su oyente, quien abrió la puerta, dejando entrar primero a su
amigo.
- Yo…
- ¿Cómo están las cosas con Nishikido-san? – Le preguntó
el rubio, sentándose sobre su cama, apoyando su bandeja sobre su regazo.
- ¿Eh? – Takahisa lo miró, viendo la sonrisa que se
dibujaba en su rostro -. ¿Por qué sonríes? – Musitó -. ¿Por qué le hablas a la
persona que está… con el sujeto que abusó de ti…? ¿Cómo puedes? – Se arrodilló
en el suelo, cubriéndose el rostro con las manos. Yuya suspiró y se arrodilló a
su lado para abrazarlo -. Lo sabía… No puedo no creerte, Tegoshi. A ti te creo
más que a mí mismo.
- Massu – Dijo el aludido, hundiendo su cabeza entre el
cuello y el hombro del muchacho -. Si tú estás feliz con él… Yo no soy nadie
para meterme en tu felicidad. Aunque no me guste que estés con Nishikido-san,
si él te trata bien, si te ama, no soy nadie para decirte que te separes de él.
- Pero si él abusó de ti… Yo no podría perdonarlo… Quizás
sea yo quien no lo ame – Dijo, buscando la mirada de su mejor amigo.
- ¿Qué quieres decir?
- ¿Recuerdas que en las vacaciones me preguntaste si me
gustaba alguien? – El aludido asintió con la cabeza -. Sí hay alguien que me
gusta…
- ¿Lo conozco…?
Takahisa asintió efusivamente.
- Es… Okura-san – Esta vez, fue él quien se abalanzó
sobre el cuerpo de su amigo, llorando amargamente segundos más tarde -. Me
siento de lo peor, Tegoshi… No sólo me herí a mí mismo, me mentí a mí mismo,
sino que… Terminé lastimando a la persona que más amo por sobre todo…
- No es demasiado tarde, Massu. Sólo ve y habla con Okura
senpai, estoy seguro que él sabrá entender lo sucedido. Sólo debes… terminar
con Nishikido-san – Le dijo, tomando su rostro entre sus manos y secando sus
lágrimas.
- Sí… Creo que… eso haré – Afirmó sus palabras el
pelirrojo, antes de mirar a su amigo -. Después de cenar…
- Claro que sí – Dijo Yuya, sonriendo.
No supo cuánto tiempo estuvo frente a aquella puerta
hasta que finalmente tomó el valor suficiente para golpearla suavemente,
esperando pacientemente a que uno de los dos ocupantes de esa habitación se
dignaran a abrirla. No supo cuánto tiempo pasó entre que golpeó la puerta y entre
que se abrió, pero ese periodo le pareció eterno.
- Masuda-kun – Mencionó su nombre Tadayoshi, más que
sorprendido por su presencia en el lugar, alertando la paz en el cuarto
contiguo, sonriendo Jin al ver la velocidad con la que Ryo llegó a la puerta de
su cuarto para apoyar su oreja sobre la misma y poder así oír con mayor
claridad la conversación que recién estaban empezando a mantener.
- Ah… Tegoshi me mandó para… ayudar con el cumpleaños de
Ikuta-san.
- ¡Ah! Sí… Claro…
Pasa – Le dijo el mayor, haciéndose a un lado para que entrara.
- Gracias – Musitó el pelirrojo, entrando y dejando la
puerta semi abierta a su paso. Takahisa miró a su superior ir hasta su
escritorio para dar con unos papeles.
- Bueno – Dijo, girándose para mirarlo, sin despegar su
vista de los papeles -... Si quieres… puedes encargarte de las guirnaldas…
- Me parece bien – Dijo Ryo, apareciendo para abrazar a
Takahisa por detrás, generando que el aludido, sorprendido, atinara a abrazar
los brazos que rodeaban su cintura, sobre los cuales Tadayoshi mantuvo la vista
escasos segundos.
- ¿Tú también vas a ayudar? – Le preguntó a Ryo, con una
media sonrisa.
- ¿Qué tiene de malo? Si mi pareja va a hacerlo, yo
quiero ayudarlo.
- Pensé que no tenías un buen… feeling con Toma…
- No es de tu incumbencia, Tadayoshi – Le dijo Ryo,
haciéndolo callar.
- Como digas – Dijo el aludido, volviendo su vista al papel
que sostenía entre sus manos -. Sí… Creo que estaría bien si se encargan de las
guirnaldas.
- ¿Adónde es?
- En la cafetería. Tegoshi-kun – Hizo una pausa, mirando
a Ryo, pero luego volvió su vista a Takahisa -… Tegoshi-kun va a mantenerlo en
el club de piano. Luego le enviaremos un mensaje para que regrese al edificio.
- Ahhh… De acuerdo – Respondió el menor -. Y, ¿cuándo es?
- El siete – Respondió volviendo su vista a su compañero
de clase -, es por eso que me parece raro que Ryo…
- Dije que lo haría y lo haré, Tadayoshi – Lo interrumpió
Ryo, dedicándole una mirada asesina, la cual hizo que el aludido no se inmutara
en lo más mínimo.
- Está bien, entonces, los espero.
- Nos vemos – Dijo Ryo, llevándose a la rastra a su
pareja -. Ah… Disculpa, te llevé así como si nada… ¿Querías decirle algo a
Tadayoshi? – Le preguntó una vez en el pasillo.
- Ah… No… No, nada – Dijo Takahisa, sonriendo
forzadamente. La realidad era muy distinta a esa, la realidad era que quería
hacer las paces con Tadayoshi.
- ¿Quieres dormir conmigo hoy? – El menor lo miró,
anonadado -. Es que… Jin tiene exámenes y va a ir a estudiar con Tanaka y Ueda.
- E… Está bien – Dijo el pelirrojo, asintiendo a su
pedido.
Ryo despeinó sus cabellos, con una sonrisa. Esperaba que
el ocupante del cuarto contiguo al suyo hubiese oído sus palabras.
Tadayoshi se quedó sentado en la cama, suspirando luego.
Sonrió, mirando la puerta. Sabía que Ryo se traía algo entre manos y que
Takahisa había caído en su trampa. Mientras se cambiaba de ropa para irse a
dormir se preguntaba, ¿habrían tenido sexo ya? ¿Habría Ryo corrompido su cuerpo
del mismo modo en que lo había hecho con él por medio de mil y un engaños?
Apagó la luz y se acostó en su cama. Frunció el ceño,
salvo el lugar donde había estado sentado, el resto de la cama estaba fría. Empezó
a dar vueltas, buscando que su lugar se calentara rápidamente, terminando por
quedarse mirando el techo, haciendo el menor ruido posible, buscando que sus
oídos fueran capaces de captar algo de lo que estaba sucediendo en el cuarto de
al lado.
- ¿Ryo? – Preguntó Takahisa, siendo abrazado por el morocho.
- ¿Mhh? – El muchacho lo miró.
- ¿Puedo hacerte una pregunta sin que te enojes? –
Musitó, generando la sonrisa en el mayor.
- Claro, dime.
- ¿Por qué te enojaste con Okura-san cuando te mencionó
la fecha de cumpleaños de Ikuta-san?
- ¿Eh?
Ryo lo miró, sentía la curiosidad en la mirada del
muchacho, aun siendo iluminados por la débil luz reflejada por la luna. Sin
darse cuenta su fingida mirada de calma volvió a ser la de siempre, la mirada
de superioridad con la que miraba a todo aquel que lo rodeaba.
- Lo siento, te hice enojar, ¿verdad? – Le preguntó,
hundiendo su cabeza debajo de las sábanas.
- Claro que no – Respondió, llevándolo contra su pecho,
con una fingida sonrisa -. Si me enojé no fue por eso – Besó sus cabellos,
abrazándolo -. Es que me pongo celoso al verte cerca de Tadayoshi – Le susurró,
ocasionando que el pelirrojo levantara su vista -. Después de todo, él fue tu
primer amor, ¿cierto? – Preguntó, acariciando sus cabellos.
- Mhh… Sí –
Respondió el pelirrojo. Le sonrió a Ryo una vez él se alejó un poco para
levantar su rostro. Realmente, ¿por qué estaba a su lado si no lo amaba? No
tenía la respuesta porque simplemente no lo sabía. Quizás era por el miedo a
decirle que no. ¿Y si terminaba abusando de él como lo había hecho con Yuya?
Suspiró, sintiendo sus labios siendo acaparados por el morocho sin previo
aviso. ¿Por qué estaba con Ryo? ¿Por qué si en realidad amaba a Tadayoshi?
Tadayoshi. Su nombre rondaba en su mente, engañando su olfato para que su mente
creyera que era la persona a quien le correspondía mencionado nombre quien lo
estaba besando en ese momento. Se sobresaltó, separándose bruscamente de Ryo al
sentir la presión que generó su mano sobre su entrepierna -. N… No – Le pidió,
mirándolo a los ojos, con las mejillas levemente sonrojadas y la respiración
agitada.
- ¿Por qué no? Después de todo – Ryo acercó la cabeza del
menor a la suya, mordiendo con fuerza el lóbulo de su oreja, haciéndolo lanzar
un suave gemido -…, somos pareja, ¿no?
- M… Sí… Pero – Volvió a mirarlo. Quería decirle “no quiero hacerlo porque Okura-san nos está
oyendo”, pero no podía, si decía eso, le esperaba dar muchas explicaciones
al respecto o algo incluso peor. Quizás esa era la respuesta a su pregunta,
quizás la razón por la que estaba con Ryo en ese momento, era por miedo.
- Si te preocupa Tadayoshi… él tiene el sueño pesado.
- Eh… Ah… No es… Ahhhh – De nuevo, Ryo presionó su
entrepierna, metiendo su mano por dentro de su pantalón y de su ropa interior
para acariciarlo lentamente, mientras sus labios besaban y lamían su cuello.
En el cuarto de al lado, muy distintas de las palabras de
Ryo, Tadayoshi buscaba todo lo contrario, quería escuchar todo lo que proviniera
de esa habitación. Mas su cuerpo se sobresaltó al alcanzar a oír el gemido de
Takahisa, sintiendo cómo su cuerpo reaccionaba a ellos. Aunque intentó darle la
espalda a la pared y taparse los oídos con su almohada, las imágenes que se
proyectaban en su mente no lo dejaban en paz, ni a él, ni a su cuerpo. Por
algún motivo, sintió que el otoño se había vuelto en el verano más caluroso. No
podía más, no lo aguantaba más. La presión ejercida por su virilidad dentro de
su ropa interior se estaba haciendo insoportable. Agradeció a los exámenes y el
no ser él el mejor amigo de su compañero de cuarto. Mordiéndose el labio para
no ser él también descubierto, se llevó su mano a su entrepierna,
estremeciéndose al leve contacto de su mano sobre su hombría.
- Takahisa – Musitó, dejándose llevar por sus fantasías.
¿Ese había sido el plan de Ryo? ¿O acaso después iría a su cuarto en busca de
más sexo? No estaba seguro de la segunda pregunta, pero estaba plenamente
convencido de la respuesta afirmativa a la primera. No podía oír siquiera la
respiración de Ryo provenir del cuarto contiguo, lo único que oía eran los
gemidos de Takahisa.
No deseaba haber despertado ese día. Su estado era
deplorable y el profesor había llamado varias veces su atención. Había una
persona a la que odiaba por sobre todo en aquel momento, el sujeto que
respondía al nombre de Nishikido Ryo. Mas la risa de Shota dejándolo sordo a
través del teléfono fue lo que necesitaba para que lo sacara de quicio.
- ¿Podrías dejar de reírte?
- “¡¿Cómo quieres
que lo haga si me dices que no pegaste un ojo por masturbarte pensando en
Masuda-kun?! ¡Jajajajaja! Eres terrible, Tacchon. En serio que no tienes
remedio. ¡¡Jajajajaja!!”
- ¡Ya basta! – Exclamó, sentado en el suelo de la
cafetería al lado de una silla con una caja de guirnaldas encima.
- “Está bien, está
bien. Me calmo. A propósito, me olvidé de decirte que llevo a dos personas para
allá.”
- ¿Dónde estás?
- “Ahhh… No tardamos
en llegar.”
- ¿No crees que es un poco tarde para que te diga que no?
- “Por eso te lo
menciono ahora. Jajaja.”
- ¿Uno de ellos es Maruyama Ryuhei-san? – Le preguntó
Tadayoshi con una sonrisa pícara, viendo cómo Ryo y Takahisa entraban a la
cafetería en dirección a él.
- “¡Shh!”
- Jajajajaja. Bueno, Yasu. Entonces, nos vemos dentro de
un rato.
- “Cuídate.”
- Sí.
- “Y duerme.
¡¡JAJAJAJAJAJA!!”
No respondió, simplemente cortó la llamada y se levantó
del suelo.
- Aquí estamos – Le informó Takahisa, siendo tanto él
como Ryo, observados por Keiichiro, quien colocaba manteles, platos,
servilletas y vasos en las mesas, con la ayuda de Shigeaki.
- Bueno… Aquí están las guirnaldas – Dijo Tadayoshi,
señalándoles la caja en la que estaban mencionados objetos de decoración.
- ¿Pudiste dormir anoche? – Le preguntó Ryo, siendo
observado por las sorprendidas expresiones de Tadayoshi y Takahisa al terminar
de formular la pregunta.
- ¿Por qué… lo dices? – Tadayoshi le dedicó una media
sonrisa.
- No, digo… Pareces tener la mirada algo cansada.
- Estuve estudiando mucho anoche – Respondió Tadayoshi.
- Me imagino – Dijo Ryo.
- ¿Qué me ocultas? – Le preguntó Toma a Yuya, sentados
ambos en el asiento frente al piano.
- ¿Yo?
- Sí, tú – Le respondió, girándose para quedar frente a
él -. Date vuelta – Le pidió, haciendo Yuya lo pedido por su pareja -. Mhhh…
Algo me ocultas, lo veo en tus ojos.
- ¡Claro que no! – Exclamó Yuya, entre risas.
- ¿Ves? Te estás riendo, me ocultas algo.
- Ya te dije que no. Sólo que te amo.
- ¿Eso me ocultabas?
- Ya no, porque ya te lo dije – Dijo el rubio, sobre los
labios del morocho, quien lo abrazó y lo besó con dulzura.
- Te amo, Yuya – Susurró.
- Yo también, mi amor – Le dijo, abrazando su cintura,
antes de sentir la vibración de su celular dentro del bolsillo del buzo escolar,
soltándolo segundos más tarde por eso -. Ehh… ¿Vamos a comer algo?
- ¿Tienes hambre? – Le preguntó, besando sonoramente su
mejilla.
- Tus besos me dan hambre.
- Te estás volviendo como Masuda. Creo que fue una mala
idea decirte que hagas las paces con él.
- Qué malo eres – Dijo, riendo, besando sus labios con
dulzura, levantándose luego y agarrándolo de la mano para que se levantara.
- Creo que el hecho de cumplir años hace que sea un poco
más malo.
- Seguramente – Dijo Yuya, antes de ir ambos hacia la
cafetería.
Estaba sumamente aburrido, aunque su actuada expresión de
felicidad aparentaba decir otra cosa. Su visión era interrumpida por las
constantes muecas de burla por parte de sus amigos. De alguna manera, estaba
olvidando lo horroroso que se había vuelto esa fecha para él. El siete de
octubre.
- ¡Feliz cumpleaños!
Levantó la vista. Siendo alertado por el grito de los
amigos del cumpleañero, atinó a aplaudir, nuevamente con una fingida sonrisa.
Toma miró a Yuya, quien estaba por demás sonrojado.
- Feliz cumpleaños, mi amor – Musitó. Toma lo abrazó,
sentía que ese no era el momento de ventilar su relación, menos teniendo a Jin
y Ryo allí presentes, a quienes vio de refilón al hacer un paneo general. Fue
llamado con un ademán por parte de Keiichiro, quien estaba de pie sobre una
silla frente a la puerta de la cocina -. Ve – Le dijo Yuya, mirándolo, por lo
que el morocho lo soltó y fue al lado del muchacho.
- Feliz cumpleaños, Toma – Le dijo, agradeciendo el
aludido con una reverencia, sintiendo sus mejillas ardiendo levemente.
- Feliz cumpleaños – Le dijo Shota, entregándole un ramo
de flores -. No sabía qué regalarte así que fui por algo clásico.
- ¿Yasuda-san? – Preguntó, agarrando el ramo entre sus
manos.
- El mismo - Respondió el rubio, con una sonrisa -. Ya lo
sé, notaste el dialecto de Kansai, ¿verdad?
- Así fue – Dijo Toma.
- ¿Puedo interrumpir un momento? – Le preguntó Shota a
Keiichiro, quien se bajó de la silla.
- Por supuesto, Yasuda-san – Respondió el muchacho,
señalándole al mayor la silla para que se subiera a la misma.
- Gracias – Sonrió Shota, subiéndose a la silla -.
Bienvenidos a todos. Para los que no me conozcan, mi nombre es Yasuda Shota y
hasta mi graduación, a principios de este año, fui el anterior presidente del
club de literatura de esta institución. Quiero interrumpir esta reunión para
hacer pasar al frente a un senpai mío que, casualmente, también cumple años el
día de hoy. Kazuki-san, por favor.
Ryo levantó la vista, girando su cabeza hacia su derecha
al ver a una persona que se levantaba de su asiento, dirigiéndose a Shota. Era
él, estaba seguro.
- No puede ser – Musitó, ocasionado que Takahisa lo
mirara.
- ¿Ryo? ¿Sucede algo?
No sabía qué hacer, qué sentir. No pudo oír las palabras
del pelirrojo, quien seguía llamándolo, porque su mente estaba muy lejos,
estaba muchos años atrás, exactamente en un siete de octubre de los primeros
años de su vida. Sin darse cuenta de sus acciones, o quizás, consciente de
ellas, se levantó y se acercó a aquel sujeto que estaba siendo el centro de
todas las miradas.
- ¿Qué haces aquí? – Musitó.
- Ryo-chan – Dijo el otro sujeto, estando ahora él de pie
sobre la silla donde había estado Shota, con una sonrisa en el rostro, antes de
que el recién llegado lo agarrara del cuello de la campera y lo inclinara para
hablarle cara a cara.
- ¿Pregunté qué mierda haces aquí, bastardo? – Volvió a
formular el morocho, sintiendo la rabia recorriendo cada vena de su cuerpo.
- Ryo, espera – Le dijo Toma, agarrándolo de un brazo,
mientras Keiichiro y Tadayoshi intentaban que aflojara su agarre sobre Kazuki
-. ¡Ryo!
- Vete de aquí – Musitó el morocho, sintiendo que no
había nadie más en aquel sitio que ellos dos.
- Yo…
- ¡Te dije que te fueras! – Hizo su brazo hacia atrás,
cerrando su puño, pero su codo golpeó la frente de Takahisa, quien había ido
corriendo a su lado para que soltara al desconocido, y no fue advertido por
Ryo, quien no se percató del hecho, sino hasta ser empujado por Tadayoshi hacia
un costado, ocasionando también, que soltara a Kazuki.
- ¡Idiota! – Le gritó, antes de socorrer a Takahisa,
quien se agarraba la frente con fuerza, sentado en el suelo -. Takahisa, ¿estás
bien? – El pelirrojo asintió con la cabeza, siendo ayudado por el mayor a
incorporarse.
- Yo… Lo siento –Dijo Kazuki, apenado, mirando a Shota y
al resto de los presentes en el lugar.
- ¡¿Qué te pasa?! – Exclamó Keiichiro, agarrando a un Ryo
que miraba encolerizado a Kazuki.
- ¡Suéltame! ¡Voy a matarlo! – Exclamó Ryo, en referencia
de uno de los cumpleañeros.
- Lo mejor será que me vaya – Dijo Kazuki, mirando a
Shota, quien asintió con la cabeza.
- Ikuta… Toma-kun, ¿no? – Le preguntó Kazuki al muchacho.
- S… Sí…
- Lo siento mucho. Que termines bien… tu cumpleaños.
Toma asintió, viendo el esfuerzo que estaba haciendo
Keiichiro para detener la amenaza creada por Ryo.
- Vámonos – Le dijo Tadayoshi a Takahisa, quien asintió
con la cabeza, siendo levantado del suelo por el morocho y siendo llevado fuera
de la cafetería. Kazuki, en compañía de Shota siguieron sus pasos,
adelantándose ellos. Ryo se zafó del agarre de Keiichiro, quien en compañía de
Kazuya, Toma y Tomohisa , lo siguieron, alcanzándolo antes de que pudiera
arremeter contra Kazuki.
- ¡¿Lo hiciste a propósito, verdad Shota?! – Le gritó,
siendo el rubio el centro de miradas.
- Así fue – Respondió Shota -. Aunque reconozco que me
sorprendí cuando conocí a Kazuki. No pensé que era ese mismo Kazuki que iba a
ser la primera persona a ingresar a este instituto por una beca.
- ¿Qué…? – Preguntó Kazuya.
- ¡Cállate! ¡Cállate! ¡¡Cállate!! – Exclamó Ryo.
- ¿No lo sabían?
- Yasuda-kun – Lo llamó Kazuki, agarrando su brazo y
negando con la cabeza -. Ya vámonos.
- No, ellos tienen que saber por qué este tipo odia tanto
a los chicos que entran con una beca a este lugar – Dijo Shota, mirando a Ryo
-. Kazuki es el medio hermano de Ryo.
- ¡Él no es nada mío! ¡¡Este tipo no es más que un
bastardo!! – Exclamó, encolerizado.
- Así es – Dijo Kazuki, con una media sonrisa -. Yo soy
fruto de una relación adúltera. Mi madre me crió sola, nunca tuve necesidad de
un padre.
- ¡Hipócrita!
- ¡¡Cállate!! – Le gritó Tomohisa, agarrándolo de uno de
los brazos, para dejar que Kazuki siguiera hablando.
- Nuestro padre llevó a Ryo-chan a uno de mis cumpleaños.
Yo… no sabía quiénes eran ellos, mi madre me los presentó como unos amigos
suyos. Muchos años después me enteré de la verdad. “Ah… Por eso no pude olvidar ese día”, le dije a mi madre. Inconscientemente,
supe que Ryo-chan era sangre de mi sangre. Pero él… Claro… No es agradable para
nadie enterarse que tiene un medio hermano y, peor aún, que quien lo engendró,
sigue viviendo bajo el mismo techo que uno.
- ¿Qué tienen que ver las becas? – Preguntó Keiichiro.
- Como dijo Yasuda-kun… Yo iba a ser la primera persona
que iba a entrar a este instituto por una beca.
- ¿Eso quiere decir que…?
- ¡Les dije que me suelten!
- ¿Qué sucede aquí? – Preguntó Jin, acercándose al grupo,
quien había estado oyendo lo sucedido
junto con sus amigos, Tadayoshi y Takahisa -. ¿Podrían soltarlo? No va a hacer
nada malo – Las tres personas que sostenían ambos brazos del muchacho y su
cuerpo, lo soltaron con cautela, pero fue Ryo quien terminó zafándose de ellos
de un tirón.
- Gracias – Le dijo a Jin, secamente.
- No debí haber venido, lo siento mucho, Ikuta-kun –
Reiteró Kazuki, con una cálida sonrisa.
- Claro que no.
- Kazuki-san – Lo interrumpió Jin, antes de darse media
vuelta para mirar al muchacho -. Váyase, por favor. No quiera mortificar a Ryo
más de lo que está con solo oír su nombre.
- ¡¿Qué cosas dices?! – Le preguntó Ryo, agarrándolo del
brazo.
- ¿Qué? ¿Acaso no es cierto? Se cae de maduro, Ryo, la
razón por la que te comportas así con los chicos que entran aquí gracias a la
beca, es porque todos te hacen recordar a este tipo.
- Se supone que eres mi amigo, ¡¿no?! ¡Deberías ayudarme,
estúpido!
- Ehm… Creo que me cansé de tus juegos infantiles. De vez
en cuando, alguien debe hacerte ver las cosas que haces. Lo mismo con Masuda.
- ¿Eh?
- Ahhh… ¿Entonces era cierto? – Preguntó Shota,
inclinando su cuerpo para poder ver a Ryo, quien estaba detrás de Jin -. Usaste
a Masuda-kun para molestar a Tadayoshi.
- Por supuesto que sí – Respondió Ryo -. ¿Acaso creen que
lo amaba? Hice lo mismo que con Tadayoshi en ese entonces, usé su propia
debilidad para lastimarlo.
- ¡Eres un hipócrita! – Exclamó Toma -. ¿Encima tienes el
descaro de admitirlo?
- No tienes
perdón, Ryo – Dijo Keiichiro.
- Claro que no, lo sé y no me importa. Hace mucho tiempo
que he perdido mi boleto al Cielo – Dijo, suspirando luego -. Me voy.
Sin ser seguido por nadie más, Ryo salió del lugar,
quedándose el resto de los presentes, inmóviles en su lugar.
- Vamos – Le dijo Tadayoshi a Takahisa, empujándolo
levemente para ir hasta las escaleras que conducían a los dormitorios del
tercer año.
Tan sólo una pequeña venda fue lo que recibió Takahisa
sobre su frente. El golpe había hecho que se le abriera una herida, pero de muy
leve gravedad.
- Ya está – Dijo Tadayoshi, sentado junto con Takahisa en
el suelo, guardando los elementos utilizados en el botiquín de primeros
auxilios, a su lado.
- Lo siento – Musitó el pelirrojo, sin mirarlo.
- ¿Eh?
- Okura-san… Lo siento – Volvió a decirle, apretando
ambos puños sobre sus piernas.
- ¿Por qué pides perdón? – Le preguntó, acariciando sus
cabellos, antes de que el cuerpo del pelirrojo se inclinara sobre el suyo, terminando
por apoyar su cabeza sobre su pecho.
- Yo… No puedo dejar a Ryo. No ahora.
Sus ojos se abrieron como dos platos. No comprendía nada
y al mismo tiempo, no quería comprenderlo. ¿Por qué? Si había oído que lo había
utilizado. Con miles de preguntas rondando su cabeza, cuando quiso pronunciar
una, se dio cuenta que Takahisa ya no estaba en ese cuarto.
Sabía que estaría en ese lugar. Aunque el viento invernal
era bastante cruel, su rabia calentaba bastante bien su cuerpo. Estaba sentado
en aquel banco donde se había dejado amar por primera vez, fumando un
cigarrillo, tan propio de él, mientras una de sus piernas se movía en forma nerviosa.
- Deberías dejar de fumar de una vez por todas.
Su voz lo sorprendió. Si debía ser sincero, pensó que su
voz sería la última que oiría.
- ¿Qué haces aquí? – Le preguntó, lanzando el cigarrillo
entre sus piernas para apagarlo con su pie -. Lo oíste todo, ¿verdad? Vete.
Takahisa suspiró y se sentó a su lado.
- No voy a dejarte – Le dijo, mirando el cielo, por lo
que el aludido lo miró, sorprendido -. Necesitas a alguien en este momento, y
no pienso dejarte solo – Takahisa lo miró a los ojos, con su usual sonrisa. Ryo
sonrió y deslizó su cabeza, dejándola caer esta sobre el hombro del menor.
Takahisa sintió cómo su cuerpo tiritó. No estaba temblando de frío, estaba
empezando a llorar.
Shota fue a buscar a Tadayoshi a su cuarto. Estaba algo
preocupado por él, ya que le pareció ver a Takahisa saliendo del edificio,
minutos antes. Golpeó la puerta entreabierta de la habitación y entró, viendo
cómo Tadayoshi se levantó de un salto del suelo y le daba la espalda.
- Tacchon, vamos a cortar el – Al acercarse a él, el menor
desvió su mirada -. ¿Qué sucede?
- Nada – Musitó el morocho, negando con la cabeza.
Shota suspiró y lo agarró del brazo.
- Mírame, a mí no me engañas - Tadayoshi lo miró. Tenía
los ojos rojos de tanto llorar -. Ta…
- Me dejó, Yasu – Le dijo, quebrándose nuevamente -.
Volvió con Ryo, aún después de haber oído que no hizo más que utilizarlo. ¿Qué
debo hacer? Me duele… demasiado.
- Ya, ya – Le dijo Shota, abrazándolo, acariciando sus
cabellos, mientras los brazos de Tadayoshi, en cambio, no tenían fuerza alguna
para hacer algo -. Ven. Vamos abajo con el resto. Te estamos esperando para
cortar el pastel – Le dijo, alejándose de él un poco para mirarlo a los ojos y
secar sus lágrimas con el dorso de su mano -. Si no vas, te quedas sin porción,
¿eh? - Lo hizo sonreír. Siempre había sido así, cada vez que Tadayoshi se
sentía mal, era Shota quien lo consolaba, pero esto en sí, no tardaba
demasiado, ya que sus intentos por hacer que el menor olvidara sus pesares
aparecían al poco tiempo, en formato de bromas y chistes que, obviamente,
surtían efecto en él -. Ve a lavarte ese rostro y ven – Besó sonoramente su
frente -. Te esperamos – Le dijo, obteniendo un movimiento afirmativo de
cabeza. Al salir, Shota encontró a Ryuhei apoyado contra la pared del cuarto,
esperándolo -. Lo siento – Musitó -. Por todo este desastre – Ambos muchachos
empezaron a caminar en dirección a las escaleras -. La verdad es que no pensé
que Ryo estaría en la cafetería, y que se armaría todo esto… Creo que fue lo
peor.
- No creo que sea así – Le dijo Ryuhei, agarrando su mano
y entrelazándola a la suya -. Al menos, este chico Masuda, se enteró de que
estaba siendo utilizado, ¿no?
- Mhh… Supongo que sí – Suspiró Shota, antes de que
Ryuhei detuviera sus pasos y acariciara su rostro, mirándolo a los ojos,
acercándose el morocho lentamente a él -. Ehh… Ryuhei… Aquí…
- Yo no veo nadie por los alrededores, ¿y tú?
- Ah… Eh… Yo – Las palabras del sonrojado rostro de Shota
fueron interrumpidas por el suave beso que Ryuhei le dio sobre sus labios.
Tadayoshi bajó a la cafetería no mucho después que Ryuhei
y Shota, acercándose el muchacho a la única mesa ocupada en todo el lugar,
puesto que aquellos que habían simulado estar dispuestos a festejar el
cumpleaños de Toma, se habían ido retirando de a uno.
- ¿Ya cortaron el pastel? – Preguntó el recién llegado,
apoyando ambas manos sobre el respaldo de la silla donde estaba sentado
Tomohisa.
- Claro que no, estábamos esperándote – Dijo Shota,
girándose para ir junto con Keiichiro a la cocina.
- Ah, Yasu no nos ha presentado, ¿cierto? – Le preguntó
Ryuhei, ocasionando que la ida a la cocina por parte del aludido se detuviera
para mirar a ambos.
- Creo que no – Dijo Tadayoshi, mirando al sujeto.
- Mi nombre es Maruyama Ryuhei, encantado de conocerte,
Okura Tadayoshi-kun.
- Ahhhh… Ryuhei, ¿eh? – Formuló, con una amplia sonrisa,
mirando al aludido de arriba abajo -. Me han hablado de ti.
- Espero que bien.
- Claro que sí – Dijo Tadayoshi, sentándose frente a él.
- ¿Yasuda-san? – Lo llamó Keiichiro, por lo que el
aludido lo miró y siguió sus pasos a la cocina.
- Me dijo Yasu que tocas el bajo – Dijo Tadayoshi,
mientras Yuya le servía jugo en un vaso.
- Así es. ¿Te dijo
que quiero que toque la guitarra en mi banda?
- ¿Ehh? – Preguntó el morocho, casi ahogándose al beber
la bebida -. ¿En serio?
- ¿Cuál de las dos cosas?
- Eso que quieres que Yasu toque en tu banda.
- Claro que sí. Es increíble cómo se desenvuelve al tocar
la guitarra.
- ¿No se acerca el festival cultural? – Preguntó Toma.
- Sí, es el mes que viene – Respondió Kazuya.
- Si quieren podrían venir a tocar un par de canciones –
Dijo Tomohisa.
- No estaría para nada mal – Acotó Yuya.
- ¿Qué cosa no estaría mal? – Preguntó Shota, secundado
por Keiichiro, quien llevaba un pastel entre sus manos, para lo cual dejaron un
espacio frente a Kazuki y Toma. Era un pastel de crema con trozos de chocolate
negro rodeándolo y en forma de rulos encima de la misma. Aunque en medio del
pastel había descansado un pequeño trozo de chocolate con la leyenda “Feliz
cumpleaños, Toma”, se agregó a las apuradas el nombre de Kazuki, al igual que
una segunda vela.
- Que aceptaras la propuesta de unirte a mi banda – Dijo
Ryuhei.
- Olvídalo, ya te dije que me da vergüenza.
- A propósito, ¿no saben de alguien que toque el teclado?
No creo que nos venga nada mal…
- ¿No crees que ya tienes suficiente gente en tu banda?
¿Piensas que esa gente va a tocar por amor a la música? – Dijo Shota, entre
risas.
- Yo lo haré – Dijo Ryuhei.
- Murakami-kun creo que sabe algo de eso – Dijo Toma,
pensativo.
- ¿Murakami? ¿Sí? – Preguntó Yuya, con una sonrisa, a su
pareja.
- Sí, así es. Si quieres, puedo preguntarle.
- Claro, cualquier cosa, pídele mi número a Yasu – Dijo
Ryuhei.
- Ya tienen bajo, guitarra, teclado, ¿tienen cantante? –
Preguntó Kazuya.
- Tenemos uno, una de las guitarras también es vocalista.
- Ahh…
- Nos falta un baterista también – Dijo Shota, mirando a
Tadayoshi.
- Olvídalo – Dijo el morocho, sin siquiera mirarlo.
-Ta–
- Yasu – El aludido lo miró -. Dije que lo olvides.
Shota suspiró, miró a Ryuhei y negó con la cabeza.
- No importa, tenemos tiempo para convencerlo – Dijo
Ryuhei, mirando a Shota, mientras se levantaba de la silla para ofrecérsela a
su pareja.
- No, no conoces a Tacchon, no va a serlo.
- Ah… Este chico Murakami, ¿de dónde es? – Le preguntó
Ryuhei a Toma.
- De Osaka.
- Ah, perfecto – Dijo el muchacho, frotándose las manos.
- Paranoico – Dijo Shota, sonriendo.
- ¿Eso es relevante? – Preguntó Yuya.
- ¡Claro que sí! Sino el nombre de la banda no tendría
sentido.
- ¡Te dije que se lo cambiaras! – Exclamó Shota.
- No, ya está puesto.
- Y, ¿cómo se llama? – Preguntó Tadayoshi.
- Kankyoku – Respondió Shota.
- El sonido de Kansai – Agregó Ryuhei -. Dio la
casualidad que los chicos que estaban interesados en formar parte de la banda eran de esa
región, pero algunos optaron por irse porque nunca llegábamos a nada y
terminamos siendo cinco integrantes, contando a Yasu.
- Ahh… Ya veo.
- A ti no te pregunté porque Yasu habla de ti hasta por
los codos. Más que su amigo, pareces su hermano menor.
- Así es.
- Bueno, se nos está haciendo tarde para regresar,
Yasuda-kun – Dijo Kazuki, tras mirar la hora en su reloj.
- ¿Tú no quieres cantar con nosotros, Kazuki?
- Lo siento, sabes que soy de Aichi.
- Oh, tienes razón.
- Voy a traer las cosas para cortar el pastel – Dijo
Tadayoshi, levantándose, siendo observado por Yuya, quien siguió sus pasos
hasta la cocina.
- ¿Okura-san?
- ¿Mh? – Lo miró, sacando un cuchillo y platos de postre
para llevarlos a la cafetería.
- ¿Y Massu?
Tadayoshi lo miró. Notó la preocupación que tenía por su
mejor amigo.
- Está bien, sólo necesitaba estar solo. Tú sabes, para
poder procesar todo… lo que oyó por boca de Ryo.
- ¿Seguro?
- Sí, claro que sí. ¿Vamos? Nos están esperando.
- Mhhh… Sí – Dijo el muchacho siguiéndolo para salir de
la cocina.
Takahisa había acompañado a Ryo hasta su cuarto, donde
estaba Jin estudiando, sobre su cama. No dijo nada, limitándose tan sólo a
respirar. Ryo se acostó en su cama, mirando a la pared, pero Takahisa se sentó
en el suelo a su lado, sin intención alguna de dejarlo solo.
- ¿Puede cuidarlo, Akanishi-san? – Musitó, finalmente el
menor, ocasionando que el aludido levantara la vista para mirarlo -. ¿Puedo
pedirle eso?
- No entiendo por qué estás aquí, después de lo que te
hizo – Dijo Jin, dado vuelta una página de los apuntes que estaba leyendo.
- Sé que Ryo no es malo, él tuvo un motivo para hacer
eso. De alguna forma… Siento que si lo dejo… Estará solo… completamente…
- Si tú lo dices…
- ¡¿Cómo puede actuar así?! – Exclamó Takahisa,
levantándose de un salto y mirándolo fijamente -. ¡¿Acaso Ryo no es su amigo?!
Jin suspiró, cerró el libro que estaba leyendo y miró al
pelirrojo.
- Dime algo… Cuando nos graduemos, ¿qué va a pasar con
nosotros? ¿Crees que estaremos toda la vida siguiendo a Ryo o que Ueda y Koki
estarán siguiéndome a mí? Cuando salgamos de aquí no existirán más chicos
becados, no más Tegoshi Yuya, no más Kazuki. Ya no habrá nada más que nosotros
mismos. Esto no es nada, Ryo debe madurar de una buena vez y olvidarse de
Kazuki y de todo eso de tener un medio hermano – Jin volvió su vista a sus
apuntes -. Al menos él no es el bastardo…
Sin decirle nada, Takahisa se fue.
- Oye, Jin – Dijo Ryo, sin siquiera darse vuelta -.
Gracias.
- De nada. Dime… ¿Qué vas a hacer con él? No me digas que...
- Claro que no. Mañana voy a terminar con él. Ya no tiene
sentido seguir con todo esto.
- Ya veo.
Takahisa, quien
había estado oyendo todo detrás de la puerta, ahogó sus lágrimas, sintiendo
cómo se le formaba un nudo en la garganta. Se alejó corriendo de allí, bajando
del mismo modo las escaleras para refugiándose en el frío de la noche para
poder llorar desconsoladamente. Todo lo que le había dicho a Jin respecto a él,
respecto a lo poco que le importaba Ryo, le había importado nada. Ryo mismo
había decidido quedarse solo.
- Pero… Me da lástima… hacerlo – Dijo el morocho, mirando
a su amigo -. Por él… La verdad no creo que Tadayoshi lo perdone…
- ¿No crees que es lo mismo?
- ¿Qué cosa?
- De alguna forma, los dos terminaron en tu cama. Quizás
lejos de separarlos, eso sea lo que los una. Viéndolo desde un punto de vista
totalmente diferente.
- Supongo…
Afuera el frío no daba tregua, parecía querer grabarse en
la piel de los que estaban sin abrigo y de aquellos a quienes no les importaba
el clima.
Dolor de cabeza, insomnio, congestión, mal humor.
Pero aún así, debía soportar a Yuichi. Bueno, ya estaba
acostumbrado a él. Podría escucharlo por horas sin cansarlo, pero ese día, le
estaba resultando sumamente insoportable.
- Massu – Lo abrazó Yuya por detrás, ocasionando que
Takahisa se zafara rápidamente de su agarre y se alejara de él -. ¿Qué sucede?
- Viniste en la mejor parte, Tegoshi-kun.
- N… No me siento del todo bien – Dijo el pelirrojo, con
una forzada sonrisa.
- Mhhh – Yuya acercó una mano a la frente de su amigo,
pero este se alejó -. Déjame ver si tienes fiebre.
- No, sólo estoy cansado, ya basta – Algo molesto, sacó
su celular para ver la hora -. Tengo que irme al club de literatura.
- Nos vemos más tarde – Lo saludó Yuichi, haciendo un
ademán con la mano, a medida que Takahisa se alejaba de ambos -. Se lo veía
raro, ¿no lo crees? – Le preguntó a Yuya, una vez el pelirrojo estaba lo
suficientemente lejos de ambos.
- Sí… Me preguntó qué le habrá sucedido…
Ese día en el club de literatura no hizo más que terminar
de partirle la cabeza, pero, en ese momento, se dio cuenta de que estar en ese
sitio, era la única forma en la que podía seguir viendo a Tadayoshi, y gracias
a lo cual podía seguir hablando con él.
- …Y eso es todo por hoy – Dijo Keiichiro, dándole el
final a la clase del día. Los alumnos fueron guardando sus cosas y retirándose
poco a poco -. ¿Puedes terminar de ordenar todo? – Le pidió a Tadayoshi.
- ¿Tienes cosas que hacer?
- Sí, por favor – Le suplicó.
- Ve tranquilo, yo me ocupo de todo.
- Gracias.
Estaban solos. No sabía si Tadayoshi se había percatado
de eso, puesto que lejos de prestarle atención a él, estaba borrando el
pizarrón, tarareando una canción desconocida para él.
- Mariposa que revolotea rápido buscando las flores y
derrama néctar. Yo no vuelo, solamente me arrastro por la tierra y alzando mis
ojos al bajo cielo te he llamado.
- Qué linda canción – Dijo Takahisa, en voz un poco más
alta para que lo oyera, ocasionando que Tadayoshi notara su presencia y se
girara para mirarlo -. ¿De quién es?
- Ahh… Gracias – Dijo el morocho, sacudiéndose el polvo
de la tiza que había quedado en su ropa -. Es… mía…
- ¿Compone canciones? – Preguntó el muchacho,
levantándose y acercándose al escritorio frente al pizarrón.
- Influencia de Yasu, supongo. ¿Sabes? Nosotros íbamos a
formar una banda, pero… bueno… Yasu se graduó y todo se fue al demonio – Dijo,
con una sonrisa, pero con un deje triste en su mirada.
- Ahhh… ¿Iba a estar…? – Negó con la cabeza.
- ¿Eh?
- No, nada – Negó tanto con sus palabras como con su
cabeza al mismo tiempo.
- ¿Ryo? – Takahisa lo miró -. Sí, él iba a ser el
guitarrista, junto a un amigo que conocía de otro instituto, pero, como te
dije, al final no hicimos nada.
- ¿Es por eso que Usted no quiere…?
Tadayoshi lanzó una suave carcajada.
- No creas que las acciones de Ryo me siguen afectando –
Dijo, volviendo a borrar las motas de tiza que aún habían quedado en el
pizarrón -. La verdad es que no es así, pero – Dejó de mover el borrador -… el
tocar la batería me trae recuerdos de cosas que simplemente no quiero volver a
recordar - Tadayoshi suspiró, viendo a Takahisa agarrándose la cabeza y
sosteniendo su propio cuerpo con una mano, con ayuda del escritorio, por lo que
lanzó el borrador al suelo y se acercó a socorrerlo -. ¿Masuda-kun? ¿Estás
bien? Respóndeme… ¡Takahisa! - Llevó sus labios a la frente del muchacho,
notando la alta fiebre que tenía, sumado al color rojizo de sus mejillas y a la
dificultad con la que podía mantenerse en pie -. ¿Desde cuándo estás así? –
Marcó un número de celular, esperando a que respondieran al otro lado -. ¿Toma?
Habla Tadayoshi. ¿Puedes venir al salón del club de literatura? Le dije a
Keiichiro que iba a limpiar un poco pero Takahisa se desmayó y parece que tiene
una fiebre muy alta. ¿Puedes venir?
- “¿Qué le sucedió
a Massu?”, preguntó preocupado Yuya, al otro lado de la línea.
Con la ayuda de Toma, y posteriormente con la de Yuichi
dentro del cuarto, Tadayoshi llevó a Takahisa, siendo secundado por el inevitable
rostro de preocupación de Yuya.
- Voy por agua fría y un paño – Dijo Yuichi, saliendo
rápidamente de la habitación. Tadayoshi se sentó al lado del pelirrojo y
sostuvo su mano.
- ¿Vas a quedarte un rato? – Le preguntó Toma a Yuya.
- Sí – Respondió su pareja, recibiendo un afectuoso beso
sobre su frente por parte de Toma.
- Está bien, cualquier cosa, avísame. Tadayoshi, iré a
avisarle a Keiichiro de esto.
- Ahh… Sí. Gracias, Toma – Dijo el aludido, devolviéndole
una rápida sonrisa.
- Más que Masuda-kun, creo que él también necesita
compañía – Le susurró Toma a su pareja, antes de irse.
- ¿Por qué tardará tanto Nakamaru? – Se quejó Tadayoshi,
tocando la frente caliente del pelirrojo con la palma de la mano.
- Gracias – Musitó Yuya.
- ¿Por qué?
- Por dar aviso de lo de Massu – Respondió el rubio.
- Bueno… Keiichiro iba a matarme si dejaba el salón del
club abierto.
- Sé que no lo hizo por eso, Okura senpai.
Tadayoshi miró a Yuya.
- No sé qué quieres decir.
- Cuando algo le sucede a Massu, tú eres la primera
persona a la que él recurre.
- ¿Celos?
- No, en parte, me alegra que Massu relegue sus problemas
en personas distintas de mí. Ni siquiera con Nakamaru-san lo había hecho. Usted
es la primera persona en la que Massu confía.
- No creo que Takahisa piense del mismo modo que tú –
Dijo el mayor, mirando al muchacho tendido sobre la cama.
- ¿Se refiere a lo de Nishikido-san?
- No sé… qué pensar de eso…
- Usted lo oyó, ¿verdad? Que había utilizado a Massu para
molestarlo.
- Tegoshi-kun, él me dijo que no podía dejar a Ryo.
Takahisa me dijo que sentía la necesidad de estar a su lado, algo en lo más
profundo de su alma le decía que Ryo necesitaba a alguien que estuviera a su
lado, que le fuera incondicional. Esa fue… la misma razón por la que me peleé
con Yasu incontables veces. Yo estaba ciego… por Ryo… Porque lo amaba. Y
Takahisa no se ha dado cuenta de eso, que eso que cree amor, es falso, que sólo
es producto de su imaginación.
- Okura senpai, ¿puedo preguntarle algo? – Tadayoshi lo
miró y asintió con la cabeza a su pedido -.
¿A Usted le gusta alguien?
- ¿A qué viene eso? – Le preguntó el muchacho, con una
sonrisa.
- No, a nada. Simple curiosidad.
- Entonces, no es necesario que lo responda, ¿cierto?
Yuya no dijo nada, de alguna forma, el silencio de
Tadayoshi le había dado una respuesta.
Esa noche, Tadayoshi se quedó cuidando a Takahisa, junto
con Yuichi. El despertador sonó, haciendo que ambos se sobresaltaran.
- ¿Mhh? Ah… Buenos días, Okura-san – Saludó uno de los
ocupantes del cuarto, frotándose los ojos.
- Buenos días – Musitó el aludido, luego de bostezar.
- ¿Por qué no va a su cuarto? Yo me haré cargo de
Masuda-kun.
- ¿Vas a faltar a clase?
- Creo que es mejor que falte yo a que lo haga usted.
- Está bien – Dijo el mayor, levantándose del suelo para
notar lo mal que había dormido -. Nos vemos más tarde.
Más dormido que despierto, Tadayoshi llegó a su cuarto.
Como supuso, su compañero de cuarto no estaba por lo que se lanzó literalmente
a la cama a dormir un poco más antes de asearse y dirigirse a su clase. La
vibración de su celular lo sacó de su sueño.
De: Ryo
“¿Dónde estás? El
profesor ya llegó. Y no, no fui yo el que tomó tu lugar de delegado de la
clase, no te preocupes.”
Tadayoshi se sentó
de un salto en la cama. No por el remitente del mensaje, sino por la hora del
mismo. Se aseó y vistió lo más rápido que pudo, pero, terminó llegando tarde de
todas formas.
- ¡Lo siento mucho! – Se excusó ante su profesor tutor.
- Es raro que tú llegues tarde, Okura-kun.
- Realmente, lo siento mucho, sensei – Se disculpó el
morocho, sentándose en su pupitre -. Me surgió de último momento. Lo siento
mucho.
- Está bien. Sigamos con la clase.
Ryo frunció el ceño, obviamente, sin creerle una sola
palabra.
Sonó la campana del almuerzo. Quizás por inercia, aún
sabiendo que nadie aparecería para ofrecerle comida, caminó en dirección al
parque que conducía al club de piano, pero sus pasos cambiaron su rumbo hasta
el piso del segundo año, llegando casi con miedo al salón correspondiente
al de la clase B.
- Ryo, qué raro verte por aquí – Lo llamó la voz de
Kazuya.
- Ah, Kame – Dijo el aludido, girándose para mirarlo -.
¿Tienes idea si vino Masuda?
- No, no lo he visto. Nakamaru me dijo que está enfermo.
- ¿Enfermo? ¿Qué tiene?
Kazuya parpadeó varias veces antes de responderle.
- ¿Acaso te importa? – Le preguntó, sin recibir respuesta
alguna por parte de su oyente -. ¿No crees que es un poco tarde para eso?
Sin decir nada más, Ryo llegó hasta el edificio de los
dormitorios, sin saber del todo bien qué estaba haciendo. Al llegar al cuarto
correspondiente a Takahisa, Yuichi salía del mismo con un recipiente con agua y
un paño en su interior.
- Nishikido-san – Dijo.
- ¿Masuda está dentro?
- Ah… Sí – Dijo el muchacho, sin moverse de la puerta.
Ryo notó que no iba a dejarlo entrar a menos que tuviera una buena excusa, o a
menos que le mintiera rápidamente.
- ¿No vas a cambiar eso?
- Sí, tiene razón.
- Voy a hablar algo con Kame respecto a Jin, nos vemos
luego.
- Sí.
Ryo hizo unos pasos en sentido contrario a los de Yuichi,
esperando a que el menor se perdiera de vista para volver sobre sus pasos hasta
el cuarto de Takahisa, al cual entró sigilosamente, para encontrarlo
profundamente dormido. Se sentó a su lado y acarició sus cabellos,
despertándolo.
- Lo siento, ¿te desperté?
- Ryo… ¿Qué haces aquí? – Preguntó débilmente el pelirrojo,
sentándose con dificultad en la cama.
- Me dijeron que estabas enfermo, así que vine a verte.
- ¿A mí? – Preguntó Takahisa con sarcasmo -. ¿Acaso no le
dijiste anoche a Akanishi-san que ibas a dejarme?
- Lo oíste – Dijo Ryo, obteniendo por respuesta que el
pelirrojo mirara en dirección opuesta a él y sus mejillas se inflaran levemente
-. La verdad es que… Creo que tienes razón – Takahisa lo miró -. Quizás sí
necesite a alguien que me ayude con todo lo que me pasa, a alguien que me
escuche. Jin siempre me ha dado la razón en todo, pero quizás, no sea eso lo
que necesite. Quizás, de alguna forma u otra, te necesite a ti. No te voy a
pedir que seamos pareja, pero… No estaría mal que seamos amigos.
- ¿En serio?
- Sí. Estoy seguro de que te fuiste antes de oír eso y…
Me siento culpable por esto. Realmente, lo siento.
- No… Ya estoy bien, creo – Rió el pelirrojo, buscando
levantarse de la cama, pero el haber estado tanto tiempo acostado, hizo que su
presión sanguínea le bajara, cayendo sobre Ryo – Lo siento...
- Deberías tener más cuidado – Dijo el morocho,
sonriendo.
La puerta se abrió dando paso a Tadayoshi, Toma, Yuichi y
Yuya, quienes estaban aprovechando la hora del almuerzo para visitar al
supuesto enfermo pelirrojo. Inmediatamente, Ryo soltó a Takahisa, dejando que
se sentara en la cama.
- Ah, Tegoshi, ¿me ayudas a ir al baño?
- Parece que le bajó la presión – Dijo Ryo -. Supongo que
debe ser por estar tanto tiempo acostado.
- Ah… Sí – Dijo Yuya, ayudando a su amigo a levantarse y
llevándoselo al baño.
- Vete – Le dijo Toma, una vez ambos estuvieron fuera -.
Por favor, Ryo, vete de aquí.
El aludido asintió con la cabeza, saliendo de la
habitación siendo observado por los presentes.
- Ryo – Lo llamó la voz de Tadayoshi, quien salió de la
habitación después que él para seguirlo -. ¿Qué pretendes hacer con Takahisa?
- No sé a qué te refieres.
- Ya lo usaste, ¿no fue suficiente con eso? ¿Qué más
quieres?
- Takahisa… Sólo quiere ser mi amigo. ¿Acaso eso no está
bien? ¿O es que acaso finalmente vas a decirle que estás enamorado de él,
Tadayoshi?
- No… Yo… No… No es de tu incumbencia.
- Como digas, entonces, este tema, tampoco te incumbe a
ti. Con permiso.
¿Era posible que nuevamente, los hilos de sus
sentimientos estuviesen siendo controlados por Ryo? ¿En qué momento se dejó
manejar nuevamente por él? Pero algo era diferente en sus palabras. Podía
sentir que Ryo estaba hablando en serio.
- Oye, Massu…
- ¿Mh?
- ¿Qué vas a hacer con Nishikido-san?
- ¿Qué quieres decir? - Respondió el pelirrojo, saliendo
del baño para acercarse al lavabo y lavarse las manos.
- Bueno… Tú ya oíste que él sólo te utilizó… ¿Qué vas a
hacer con él?
El agua dejó de correr y mientras Takahisa dejaba que el
aire secara sus manos, miró a su amigo.
- Tegoshi… No puedo dejarlo. Sé lo que nos hizo, pero,
aún así, hay algo que me impide hacerlo.
- Massu, ¿puede ser eso influencia de que él haya sido tu
primer…?
- No, no es eso – Respondió el aludido, negando con la
cabeza -. Aunque puede llegar a sonar cruel… Creo que nunca pensé en Ryo las veces
que hicimos el amor. Yo nunca lo amé, quizás me había hecho creer que sí, pero
no, nunca pude olvidar a Okura-san. ¿Cómo puedo hablarle Tegoshi? ¿Cómo si me
dispuse a tomar su corazón y romperlo en miles de pedazos? En casa… Casi
hicimos el amor, ¿sabes? Me negué a hacerlo, no quería si no era capaz de
transmitirle mis sentimientos en palabras, no quería que olvidara algo que
sería imposible de olvidar para mí. Pero… Me costó tan poco entregarme a Ryo,
darle a él mi primera vez… No creo ser capaz de mantener aquella misma cercana
relación con Okura-san nunca más. La culpa es mía y de nadie más, es por eso
que no quiero lastimarlo más. Cada vez falta poco para la graduación del tercer
año. Sólo un poco más y me olvidaré de todo. Mientras tanto, no me hables más
del asunto, por favor – Le pidió, acariciando sus rubios cabellos.
- Sabes que siempre voy a estar aquí cuando lo necesites,
Massu.
- Lo sé, Tego, lo sé…
- Ah… Me olvidé el paño en la cocina – Dijo Yuichi,
saliendo luego de la habitación.
- Parece que… no sirvió de nada, ¿verdad? – Dijo
Tadayoshi, sentándose en la cama de Yuichi y llevándose ambas manos a sus ojos,
bajo la mirada de Toma -. Lo que intentó hacer Yasu cuando trajo a Kazuki-san
aquí…
- ¿Te refieres a separarlo de Ryo? – El aludido asintió
con la cabeza -. Hablas como si estuvieras enamorado de Masuda-kun – Tadayoshi
lo miró, sin decir nada -. A menos que…
estés enamorado de Masuda-kun.
- Volvimos – Dijo Yuya, entrando a la habitación junto a
Takahisa, quien ya podía caminar sin ayuda.
- ¿Cómo estás? – Le preguntó la pareja de Yuya al amigo
del rubio.
- Ah, bien, ya me siento mejor. ¿Dónde está Nakamaru? –
Preguntó, mirando para todos lados.
- Fue a buscar el paño que estaba utilizando para bajarte
la fiebre.
- Ah, ya veo. Si está abajo, entonces, voy a buscarlo –
Se llevó una mano a su barriga -. Me dio hambre.
- Por qué será que no me sorprende – Dijo Yuya, sonriendo
-. ¿Nos vamos, amor?
- Sí, vamos. Tengo tarea qué hacer.
- Yo también me voy – Dijo Tadayoshi, saliendo de la
habitación antes de que alguien le dirigiera la palabra.
- ¿Le dijiste gracias? – Preguntó Yuya a su amigo.
- ¿Mh? ¿A Okura-san?
- Él se quedó toda la noche cuidándote. Aunque le dije
que me avisara para reemplazarlo, me quedé dormido apenas apoyé la cabeza sobre
la almohada y no pude.
- Ah… Yo… No sabía…
- Bueno, ve a agradecérselo más tarde – Dijo Toma,
jalando a Yuya para poder irse ambos.
- Toma, espera, ¿por qué tanto apuro?
- Quiero contarte algo.
El rubio sonrió, con el ceño fruncido, antes de volver su
vista a Takahisa.
- Nos vemos luego, Massu.
- Sí – Dijo el muchacho, sacando algo de ropa de su
armario.
- ¿Qué sucede? – Le preguntó Yuya a su pareja una vez
estuvieron en las escaleras del lugar -. ¿Por qué el apuro?
- A Tadayoshi le
gusta Masuda-kun.
- Eso es una casualidad.
- ¿Eh?
- A Massu le gusta Okura senpai.
Toma se soltó de Yuya y giró sobre su eje.
- ¿Qué carajo está haciendo Ryo?
“En ese momento, no supe qué hacer.
No por la situación en sí, sino por mi
amigo.
Aunque me dijo que no sentía nada por Nishikido-san,
sus palabras fueron claras:
‘no puedo dejarlo’.
Aunque se estaba alejando cada vez más de Okura
senpai,
No sabía que él estaba haciendo exactamente
lo mismo
Y por el mismo motivo.”
* La canción que canta Yasu es Airairo <3 y la que canta Tacchon en el club de literatura, Butterfly I loved x3
** El Kazuki que tanto se menciona es Kazuki Kato xD Me había olvidado que en ningún momento se menciona su apellido, así que les dejo el link con su ficha en el blog argentino dedicado a él para aquellos que no lo conozcan (de paso, hago chivo xD): http://kyk-argentina.blogspot.com.ar/2011/10/perfil-kato-kazuki.html
El hecho de que sea él el medio hermano de Ryo es porque en algunas fotografías se lo ve sumamente parecido a Ryo-chan Dx
** El Kazuki que tanto se menciona es Kazuki Kato xD Me había olvidado que en ningún momento se menciona su apellido, así que les dejo el link con su ficha en el blog argentino dedicado a él para aquellos que no lo conozcan (de paso, hago chivo xD): http://kyk-argentina.blogspot.com.ar/2011/10/perfil-kato-kazuki.html
El hecho de que sea él el medio hermano de Ryo es porque en algunas fotografías se lo ve sumamente parecido a Ryo-chan Dx
No hay comentarios:
Publicar un comentario