26 de junio de 2015

[BMS] Capítulo 02: Cambio

Ciaossu~!!
Hoy soy lo más cercano a un león EVER (ok, quizás yo, no, sino mi pelo xD). Si no hay 120% de humedad, tan lejos no estoy xD En la calle del lado que pegaba el sol, estaba seco; pero del lado de la sombra ni siquiera era que estaba mojado, directamente había agua D:
Y estamos en invierno....... No sé qué le pasa al clima.
En fin~ Dejando de hablar un poco de mí misma xD les dejo el segundo capítulo de Before my soul :3
Enjoy~ ♥


Título: Before my soul was no longer mine.
Fandom: Johnnys.
Pairings: OkuTego [Okura Tadayoshi x Tegoshi Yuya], RyoTego [Nishikido Ryo x Tegoshi Yuya]
Formato: Multi-chaptered.
Género: AU, romance, smut, violento.
Rating: NC-17.
Estado: Finalizado.
Cantidad de palabras: 1770.
Sinopsis: Inmersos en su naciente amor, Tadayoshi y Yuya son indiferentes a la ausencia de Ryo en la escuela. Aunque intentan contactarse con él, todo intento es en vano. Por otro lado en medio de la angustia por sentirse rechazado, Ryo tiene el primer encuentro con una persona que va a cambiarle la vida por completo.




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Capítulo 02: Cambio.

Ese día Ryo había estado más tranquilo de lo usual. Generalmente, después del 14 de Febrero, fanfarroneaba acerca de cuántos chocolates había comido o con cuantas chicas había salido, pero ese día, estaba demasiado calmado e inusualmente perdido.           

Ryo y Tadayoshi salieron de la escuela junto con la puesta del sol.
— ¿Quieres algo de tomar? — Preguntó Tadayoshi, llamando la atención de su amigo, quien asintió con la cabeza. Ambos se dirigieron colina arriba a la expendedora automática al lado del santuario. Sólo allí conseguían una exquisita bebida de naranja que valía la pena el viaje. Después de recibir cada uno su lata, se sentaron sobre los escalones que llevaban al santuario —. ¿Ocurre algo? — Ryo lo miró, sin decir nada —. Estuviste raro todo el día de hoy.
— Te imaginas cosas — Dijo el aludido, finalmente —. Estoy perfectamente bien — Agregó, palmeando su hombro varias veces —. ¿Cuántos chocolates te comiste?
— Sabía que no ibas a olvidarlo este año. Mhh... Creo que llegué a comer unos tres... ¿Y tú? ¿Con cuántas chicas saliste?
— Con ninguna.
— Estás mintiendo...
— A ti no podría mentirte, Tacchon — Se sinceró Ryo, apoyando su cabeza sobre su hombro.
— Oye, Ryo-chan — Dijo Tadayoshi, después de unos minutos.
— ¿Mh?
— ¿Qué dirías si te dijera que me puse a salir con alguien?
— Que ya es hora — Respondió el muchacho, sentándose correctamente —. Cualquiera pensaría que eres gay de no ser así.
Tadayoshi sonrió.
— Entonces, creo que voy a hacerlo — Dijo, levantándose de un salto y terminando de beber el contenido de su lata de un sorbo —. Voy a hacerlo.
La mirada de Ryo no transmitía absolutamente nada. En medio de la emoción y la determinación que había tomado en ese momento, no pudo descifrar la expresión del rostro de su mejor amigo. En cambio, volvió al camino con pasos rápidos, dispuesto a ir a casa de Yuya y, como le había dicho a Ryo, empezar a salir con él.
Cuando lo había besado dulcemente, sintió un cosquilleo por todo su cuerpo. Con ninguna de las pocas mujeres con las que había estado antes había sentido algo así. Sabía que iba a arrepentirse si no se dejaba llevar por aquel sentimiento.
Cuando fue consciente de sus acciones, estaba ahí, frente a la puerta de su casa, sin saber cómo enfrentarlo. Dejó la bicicleta a un lado de la puerta y caminó en círculos. Al cabo de unos minutos, sintió pequeñas gotas que caían ocasionalmente sobre él, lo cual le pareció extraño ya que la noche estaba más que estrellada. Al levantar la vista, vio a Yuya lanzándole gotas de agua que caían de las yemas de sus dedos. Desde el balcón de su madre, lo saludó con la mano en alto y con una amplia sonrisa al no haberse dado cuenta de la broma que le había estado jugando.
— ¿Quieres pasar? — Le dijo el rubio.
— Dejo la bicicleta atrás.
— La puerta de la cocina está abierta. Sube.
Yuya siempre había sido así con Ryo y él. Su casa era también la casa de sus amigos. Su madre trabajaba en la farmacia del pueblo en el turno de la noche, y Yuya había aprendido a mantenerse solo. Una de sus tareas nocturnas era regar las plantas del balcón de su madre, y eso era lo que había estado haciendo hasta que vio a Tadayoshi en la planta baja y se dispuso a molestarlo lanzándole un par de gotas de agua.
— Hola — Lo saludó Tadayoshi, saliendo al balcón. Yuya le dedicó una sonrisa, mientras, de cuclillas, regaba una pequeña planta frente a él.
— Hola. Qué raro que estés por aquí a estas horas — Le dijo, extendiéndole el pequeño vaso de agua con el que había estado mojándolo.
— No tiene nada, ¿no? — Preguntó el muchacho, con el ceño fruncido.
— ¡Claro que no! — Exclamó el aludido, sonriendo.
— Ahh... Estoy cansado — Dijo Tadayoshi, mirando el cielo después de beber todo el contenido del vaso.
— ¿Adónde fueron con Ryo-chan?
— Fuimos al santuario.
— ¿Te dijo qué le pasaba?
— No. Pero creo que ya está bien. Me hizo preguntas que sólo me haría si estuviera bien.
— Con qué poco conoces el humor de alguien...
— ¡Pero es verdad! A Ryo-chan y a ti los conozco como un libro abierto.
— Tampoco es tan así...
— Bueno... Quizás... Tú seas lo más parecido a una caja de sorpresas que he conocido.
Yuya le sonrió y se sentó a su lado. Ambos se quedaron mirando el cielo. Tadayoshi sintió un peso ligero sobre su hombro y un leve cosquilleo sobre una de sus mejillas, por lo que supuso que Yuya había apoyado su cabeza allí.
— Las estrellas son tristes, ¿no? — Preguntó.
— ¿Por qué?
— Porque aunque nosotros estemos viendo su brillo ahora, quizás, en realidad ya estén muertas. ¿No es triste?
— Supongo... Pero que nosotros estemos aquí, admirándolas y diciendo lo bellas que son... hace que esa vida haya valido la pena, ¿no lo crees?
— ¿Crees que ellas hayan querido ser famosas?
— Bueno... Yo no conozco el nombre de cada una de las estrellas, así que creo que conmigo, no lo han logrado.
Yuya sonrió y se levantó del suelo.
— ¿Quieres cenar algo? Yo hace un rato terminé de hacer la tarea y no he probado bocado.
— Está bien.
Tadayoshi se lo quedó mirando, pero sintió que los movimientos de Yuya fueron lentos, o los propios demasiado rápidos. Levantándose de un salto, lo agarró de la mano y entrelazó sus dedos a los suyos mientras que con la otra, lo empujó suavemente contra el umbral de la ventana y lo besó dulcemente. Ambos podían sentir indescriptibles sensaciones, un sinfín de cosquilleos recorriendo cada fibra de su ser, una felicidad infinita. De nuevo, al ver cómo Tadayoshi abría sus ojos para mirarlo, Yuya se atontó, pero sin saberlo, él había hecho lo mismo con Tadayoshi. Sin siquiera pensarlo, el morocho alzó a Yuya entre sus brazos y lo llevó hacia su cuarto, depositándolo sobre la cama sin dejar de besar sus labios. El rubio dejó escapar un gemido al sentir las yemas de Tadayoshi sobre su torso, mientras le levantaba la remera, pero el sonido al unísono del estómago de ambos pidiendo por algo de comida, los interrumpió, generando su risa.
— Creo que mejor vamos a cenar..., ¿no?
Tadayoshi asintió, recobrando el aliento.
No necesitó palabras para transmitirle a Yuya su respuesta. Tan sólo con una mirada, una caricia y un beso, él entendió que sus sentimientos habían sido correspondidos.
— ¿Hace cuánto? — Preguntó el morocho, después de devorar un pedazo de carne.
— ¿Qué cosa?
— ¿Hace cuánto te gusto?
— No lo recuerdo.
—Mentiroso.
— No miento. ¡Realmente no lo recuerdo! Porque... no lo sé... No me di cuenta cuándo fue el momento exacto en que me di cuenta que ya estaba enamorado de ti.
— Yo sí lo sé.
— ¿Cuándo fue?
— Hoy a la mañana, cuando nos besamos.
— Qué rápido te enamoras de alguien.
— Es que... sentí algo que nunca había sentido. Creo que eso debe significar algo, ¿no?
— ¿Y cómo sabes que es amor?
Tadayoshi estaba por hablar, pero cerró la boca, frunciendo los labios y miró el techo.
— En realidad..., no lo sé.
Ambos rieron a carcajadas.
Aunque la noche estaba algo fresca, ambos se quedaron hasta la madrugada mirando las estrellas, inventando constelaciones porque no sabían su nombre realmente.

Era el atardecer cuando Ryo estaba solo sentado en las escaleras del santuario. Había agarrado una lata de su refresco favorito pero, sin Tadayoshi, no valió la pena llegar hasta allá. Después de debatir un buen rato qué hacer, terminó lanzando la lata los pocos escalones que la separaban del suelo. No se percató que un grupo de muchachos estaban pasando por ahí sino, hasta casi golpear a uno de ellos.
— Ah, lo siento — Se disculpó Ryo.
— ¿Estás de mal humor? — Preguntó quien parecía ser el líder de ese grupo.
— Algo así — Soltó el aludido.
— No tienes que sufrir por una mina — Le dijo, acercándose a él y extendiéndole una lata de cerveza que había estado bebiendo —. Todo lo contrario, debes usarla y desecharla. Para eso sirven.
Toma, yo invito — Se sentó a su lado mientras su grupo seguía escaleras abajo inmóvil en su sitio. Ryo miró a su acompañante y luego al grupo que lo acompañaba —. No tiene nada — Le dijo, sonriendo y pasando su brazo por detrás de la nuca de Ryo —. ¡Si lo venía tomando yo!

Tadayoshi llegó a la casa de Ryo en bicicleta, hallando a su amigo llegando al mismo lugar en sentido contrario.
— Buenas — Lo saludó el más alto.
— Ah… Hola — Le dijo, secamente, dedicándole una rápida mirada antes de atar su bicicleta al lado de un poste.
— ¿Tienes la tarea de hoy?
— ¿No fuiste a la escuela? — Le preguntó, frunciendo el ceño.
— Eh… No — Reconoció el aludido, con una amplia sonrisa —. Ryo-chan — Tadayoshi se arrodilló a su lado y buscó su mirada —…, tengo pareja.
— Ah — Dijo el aludido, incorporándose.
— Oye, al menos finge que te alegras por lo que te dije — Agregó, palmeándole la espalda.
— Lo siento. Yo tampoco fui hoy.
— ¿Ah, no? ¿Por qué?
— No tenía ganas — Reconoció, metiendo la mano en el bolsillo de su portafolio para sacar la llave de su casa.
— Bueno, mañana vamos a tener que atenernos a los regaños de la sensei — Por más palabras que Tadayoshi le dijera a Ryo, por algún motivo, éste parecía no reaccionar a ninguna de ellas —. ¿Te encuentras bien?
— Sí, ¿por qué?
— Te noto… raro…
— Estoy bien. No vas a entrar, ¿no? — Le preguntó Ryo —. Estoy algo cansado como para atenderte.
— Ah… Está bien. No te hagas problema. De todos modos, no iba a quedarme — Dijo, escondiendo lo más que pudo un par de bolsas con alimentos detrás de su cuerpo.
— Nos vemos mañana.
— Hasta mañana, Ryo-chan. Que descanses.
Ryo entró a su casa y se quedó de pie sobre la puerta de entrada. Tadayoshi se quedó mirando la figura de su amigo entrando a su casa, frustrado por no entender qué le estaba sucediendo. Dentro, Ryo llegó corriendo a su cuarto, cerrando la puerta de un golpe. Acto seguido, lanzó al suelo y rompió todo lo que halló al alcance de su mano. Cuando se calmó un poco, cayó sobre sus rodillas, sollozando.
— ¿Por qué no me elegiste a mí, Tacchon? — Gimió.

2 comentarios:

  1. ashjdajslkdjalsjdlkjaslkdjljalsd amo cuando Tatsu le dice Ryo-chan a Ryo *rueda*
    ;o; pobre Ryo-chan!
    cómo puede elegir a Teshi!
    lo vio bailando Chumu chumu verdad!? xD *¨patean a Haru*¨

    Soy una vendida con el Ryokura , ver que los separan ;o; y sobre todo el final del cap me rompen el corazón *

    *o* es genial! *le salió lo M *¨xDDDD

    Muchas gracias por la actualización !

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    Respuestas
    1. *la abraza porque la entiende en un 100%*
      Una de mis amigas SABE que ajslkdjslkajdljsadeo toda cuando escucho esa forma de llamarlo al negro este u/////3////u hasta volví a bajar el episodio 5 de Papadoru porque lo llama Ryo-chan como tres veces xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

      *se retuerce de risa en el piso por lo de Chumu chumu*
      Creeme que si hubiera sido por Chumu chumu, ni se le hubiera acercado xD hasta hubiera seguido siendo heterosexual (??????????
      Si hubiera sido por KAGUYA............... Bueno................ :v

      No puedo no hacer sufrir a alguien en un fic, ¿viste? :'D lo llevo en la sangre (?

      Gracias a vos por leer y comentar todas las semanas ^3^ *chu...muchumu xDDDDDDDDDDDDDDDDDDD* *sigue riéndose por lo rara de la canción*

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