5 de junio de 2015

[Star] Capítulo 10: Resentimiento

Ciaossu~!!
¿Pedían lemon? ¿Querían lemon? ¡Tienen lemon! \(:D)/
No se dan una idea de la laguna mental y el estrés (?) y lo que me costó escribir lo que van a leer xD
Aunque sea grotesco, de alguna forma tenía que aparentar ser lindo y hecho con mucho sentimiento xD (creo que tratarlo de lindo y hecho con mucho sentimiento es más grotesco que el acto en sí, whatever, cuando lleguen a esa parte van a entender a qué me refiero xD)
Enjoy~ ♥

Título: So you think you can be a star.
Fandom: Johnnys.
Formato: Multi-chaptered.
Género: AU, Romance, smut, violento.
Rating: NC-17.
Cantidad de palabras: 3251.
Estado: Finalizado.
Sinopsis: Tadayoshi intenta acercarse a Ryo cuando se entera de su accidente, pero éste al enterarse de su relación con Yuya lo trata todavía peor que antes. Ryuhei le pide a Yuya que deje a Tadayoshi pero su conversación es oída por Shota, quien le ordena que lo deje en paz.

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Capítulo 10: Resentimiento.
Tadayoshi entró a la empresa casi arrastrando el bolso a su lado. En sentido contrario al suyo, Keiichiro y Yuya estaban saliendo. A diferencia suya, el rubio cargaba con la misma sonrisa que llevaba en la mañana. Tadayoshi se sonrió. No entendía de dónde sacaba tanta energía. Llegó a pensar que ya estaba acostumbrado a aquella ardua rutina de trabajo.
— Buenas noches — Le dijo el morocho.
— Buenas noches, Tacchan. ¿Recién llegas? — Lo saludó el mayor, recibiendo por respuesta un movimiento afirmativo de cabeza por parte del aludido —. ¿Quieres que te espere?
— No. Voy a hablar con Yokoyama-san de algo y me voy a casa.
— Está bien, como prefieras — Dijo Yuya, dándole un suave beso en la mejilla —. Envíale mis saludos a Tae-chan y a tu madre.
El aludido volvió a asentir con la cabeza, acto seguido, se dirigió a los ascensores. Una vez allí, se quedó de pie mirando el tablero frente suyo. Frente al ascensor que aún estaba con las puertas abiertas pasó un conocido doctor personal de la empresa, por lo que, curioso salió en su encuentro.
— Doctor… ¿Sucedió algo malo?
— Nishikido-san se descompensó…
— ¿Qué…? — Alcanzó a preguntar en un hilo de voz —. Pero… ¡Él está bien, ¿verdad?!
El hombre se lo quedó mirando, asombrado por su reacción, pero más que nada, por lo fuerte que estaba siendo el agarre que inconscientemente hizo sobre su brazo derecho.
— Okura-kun…
— Ah… Yo… Lo siento — Se apenó el muchacho, soltándolo.
— Nishikido-san ya se encuentra mejor. Puedes ir a verlo, si es eso lo que quieres oír de mi parte — Le dijo el médico, en forma afectuosa.
El aludido le dedicó una reverencia y abordó el ascensor. Ahora sí sabía a qué piso debía ir: adonde estaba la oficina de Ryo. Al bajar, vio a Sayuri a punto de irse.
— Nishikido-san está haciendo unas llamadas, pero puede pasar — Le dijo.
Tadayoshi esperó que Sayuri se fuera para hacerlo. Podía sentir su corazón latiendo con fuerza en su pecho. Suspiró profundamente y entró a la oficina. Sentado en una silla de ruedas, y tal y como le había anticipado Sayuri, Ryo estaba haciendo una llamada. Se dio cuenta que estaba hablando en inglés, pero no pudo seguir el hilo de la conversación, ya que su conocimiento en el idioma no era de un nivel tan alto como para comprender todo lo que estaba diciendo.
Ryo se percató de su presencia cuando cerró la puerta a su paso. Lo que parecía ser una conversación un tanto extensa, empezó a llegar a su fin a medida que Tadayoshi llegaba con pasos lentos al escritorio.
— ¿Sucede algo? — Le preguntó, una vez cortó la llamada.
En cierto modo, Tadayoshi pareció volver a poner los pies sobre la Tierra en ese mismo instante. La realidad era que se había quedado mirándolo mientras se acercaba a él. Aún en el estado en el que se encontraba, no había perdido su temple en absoluto.
— ¿Cómo está? Me enteré que tuvo un malestar…
— ¿Quién te lo dijo?
— El doctor.
— Ah. Sí, estoy bien. Sólo fue un desmayo — Respondió Ryo.
— ¿Seguro que fue sólo eso? — Preguntó Tadayoshi, en referencia al cabestrillo donde mantenía su brazo izquierdo.
— Por supuesto — Le sonrió el mayor —. ¿Algo más que quieras saber? — Le preguntó, al darse cuenta que el menor no parecía tener intención de irse del lugar —. Como verás… no estoy en condiciones de llevarte a tu casa…
— ¿Cómo puedes ser tan frío? — Musitó Tadayoshi.
— “Es por mi culpa que estás así”, es lo que estás pensando, ¿cierto?  Sólo estoy correspondiendo a esos sentimientos. Además… se nota lo dolido que estabas que ni bien saliste del hospital, fuiste a revolcarte con Tegoshi. Y eso si no te revolcaste con él estando en el hospital — Lo que recibió por respuesta fue una sonora cachetada que sólo lo hizo sonreír —. ¿Qué? ¿Vas a decirme que te dolió lo que te dije…? ¿Acaso no dijiste que me odiabas? ¿Qué me aborrecías? ¡¿Qué carajo haces aquí, entonces?! ¡¿Por qué mierda te importa cómo estoy?! — Tadayoshi se debatía si volver a pegarle o largarse a llorar en ese mismo instante. Poco a poco, se dio cuenta que estaba a punto de hacer ambas cosas. Sintió cómo los ojos se le llenaban de lágrimas, sus uñas se clavaban en sus propias palmas y, de la desesperación, un terrible nudo se le armaba en la garganta —. Resultaste ser lo mismo que Tegoshi — Alterado, Tadayoshi agarró la camisa de Ryo con ambas manos, sorprendiéndose el mayor por su accionar. Lo siguiente que supo fue que, esta vez, él no estaba empezando nada, era Tadayoshi el que lo hacía. Pacientemente, tal y como él era, sus labios poco a poco intentaron hurgar más profundamente entre los suyos.  En medio de aquel húmedo beso, Ryo sonrió, agarrando la nuca del menor con la única mano que podía. Aunque se muriera de los celos al saber que Yuya había osado tener sexo con él, estaba seguro que para Tadayoshi no existía nadie más que él. Necesitaba oírlo, pero él era demasiado orgulloso como para pedírselo y Tadayoshi, por su parte, era igual de orgulloso para decírselo. Sus labios se despegaron y los ojos de ambos se abrieron, como si despertaran de un hermoso sueño, para chocarse directamente con las pupilas del otro. Ryo se dio cuenta que los labios de Tadayoshi temblaban. Sabía que si dejaba que de aquella boca se escaparan las dos hermosas palabras que tanto anhelaba oír, sería su fin —. ¿Qué esperas? — Jadeó Ryo —. Chúpala. ¿No es eso lo que quieres?  — No recibió respuesta  de su parte. Al menos, de su boca no salió ninguna palabra. Debía ser así. En ese momento, Ryo sólo debía pensar en él. Tadayoshi prácticamente estaba sentado en el suelo, acariciando los muslos de Ryo, acariciando la erección del mayor que, dentro de sus pantalones, suplicaba ser atendida. Del mismo modo en que había estado acariciando las extremidades inferiores de Ryo, lentamente, Tadayoshi lo despojó de su pantalón y su ropa interior. Masajeó la hombría de Ryo con la mano, mirando hacia arriba para poder observar sus expresiones, cómo reaccionaba a cada una de las caricias que él le daba. Besó su extensión, lamiendo luego todo su tronco. Arriba suyo, Ryo se aferraba a la silla de ruedas, haciendo su cabeza hacia atrás, completamente perdido. El sexo oral era algo que le encantaba que le hicieran, pero que Tadayoshi se lo hiciera, lo enloquecía aún más. Podía sentir su sangre corriendo con rapidez dentro de sus venas, sus venas latiendo con fuerza culpa de la excitación. Levantó la única mano libre que tenía y acarició los cabellos de Tadayoshi, intentando demostrarle con esa simple acción cuánto disfrutaba que él le hiciera eso, pero el menor, agarró aquella mano y la entrelazó a la suya con fuerza y, al mismo tiempo, rodeaba la erección de Ryo con sus labios para succionarlo y recorrerlo con sensualmente con su lengua. Ryo no iba a aguantar mucho tiempo. Algo dentro suyo le recordó que aún tenía la posibilidad de empezar una relación con él, de sentir todos los días de su vida esa calidez que estaba sintiendo en esos momentos sobre su mano. Pero, otra parte suya también le recordaba que había estado con Yuya, que en vez de estar a su lado, corrió a los brazos de Yuya. La forma compasiva con la que estaba mirando a Tadayoshi se transformó por completo —. Me estoy por correr — Jadeó, con la voz ronca. Ante sus palabras, su oyente apresuró sus acciones sobre el cuerpo del mayor. Su lengua y su propia boca se movían frenéticamente sobre la virilidad de Ryo. Hasta era capaz de sentir sus venas hinchándose dentro de su cavidad —. Trágatelo… todo — Le ordenó el mayor. Así estaba bien, así debía tratarlo. Igual a como lo había hecho con Yuya, debía responderle sólo a él, a nadie más. Si no lo hacía, ese iba a ser su trato,  simplemente el de una persona sobre quien satisfaría sus necesidades mundanas. Y finalmente llegó su clímax, culminando entre los labios de Tadayoshi, deseando más de él, someterlo a él, pero en el estado en el que estaba, no podía hacerlo de la forma que hubiera querido.
— Terminé — Dijo Tadayoshi, dándole un suave beso al glande de Ryo después de retirarlo de su boca.
— Ahora vete. Tengo cosas qué hacer — Dijo el mayor, rápidamente, girando su silla unos noventa grados para volver frente a su escritorio.
De pie, sin omitir sonido alguno, Tadayoshi lo miró. Sentía pena, pero no de Ryo, sino de sí mismo. — Hasta mañana — Dijo, antes de volver sobre sus pasos y salir de allí. Estaba por abordar el ascensor, pero había algo de suma urgencia que debía hacer antes, por lo que decidió bajar por las escaleras de emergencia, puesto que nadie las usaba. Al llegar tres pisos más abajo, se sentó en cuclillas y se agarró la cabeza, empezando a llorar amargamente. Lo amaba demasiado, pero tenía demasiado orgullo para ser él quien lo dijera. Tadayoshi no lo sabía, pero unos pisos más abajo, alguien alcanzó a oír su gimoteo.

— Voy a llevarle esto a Ryo, ¿me cubres? — Le pidió Subaru a Ryuhei, quien bebía café sentado, al igual que su compañero, frente a la consola de sonido.
— ¿No quieres que se lo alcance yo?
— Como prefieras.
— No tengo nada que hacer por ahora — Le dijo, bebiendo un sorbo de café rápidamente y levantándose luego —. Dame, yo se lo llevo.
— Gracias.
— No hay problema — Ryuhei llegó hasta la oficina de Ryo. Al no recibir alguna negativa por parte de Sayuri, se dio cuenta que podía entrar a la oficina. Al hacerlo, vio a Ryo sentado frente a su escritorio, pero mirando por la ventana —. Ryo — Lo llamó, por lo cual, el aludido, se giró para mirarlo y le sonrió forzadamente —. Subaru me mandó a traerte esto — Le dijo, entregándole un par de hojas.
— Ah…, sí — Atinó a decir Ryo, agarrando las hojas que Ryuhei le extendía y dándole una rápida hojeada antes de devolvérselas —. ¿Puedes decirle a Sayuri que me adjunte las copias en la carpeta que le dije que me haga?
— Claro — Dijo Ryuhei, volviendo sobre sus pasos para acercarse al escritorio de la secretaria de Ryo —. Sayuri-chan, Ryo me dijo que le hagas unas copias de estas y las adjuntes a la carpeta que te dijo que le hicieras.
— Está bien — Dijo la muchacha, levantándose y agarrando las hojas para sacar unas copias con un aparato a sus espaldas.
— ¿De qué carpeta habla Ryo?
— ¿No lo sabe? — Preguntó la muchacha, casi susurrando, por lo que Ryuhei, negó con la cabeza, algo sorprendido —. Nishikido-san va a hacer un viaje a los Estados Unidos.
— ¿Qué? — Susurró Ryuhei.
— Aquí está — Dijo Sayuri, devolviéndole las hojas.
— Gracias — El aludido volvió a entrar como un rayo a la oficina del presidente de la compañía —. Ryo, ¿cómo es eso que te vas?
—Ah… Fue Sayuri, ¿no? — Preguntó el mayor, sonriendo —. Sí… Pero Yoko va a seguir estando a cargo. Hasta mi regreso, todos ustedes van a aparecer en distintos programas de televisión, ya he hablado de eso con Erika.
— Pero…, ¿por qué a los Estados Unidos?
— Lo sabrás a mi regreso, Maru — Le respondió el muchacho, sonriéndole, esta vez, sinceramente.
— ¿Y Tegoshi? ¿Yoko va a poder con toda la responsabilidad que le estás dando?
— Yoko no es débil, Maru. Y respecto a Tegoshi… Él va a estar bien. De hecho, lo está realmente.
— ¿A qué te refieres?
— ¿No sabes que se está revolcando con Okura? — Le preguntó, sorprendido —. Y yo que pensé que Sho-chan y tú eran sus mejores amigos.
— N… No… No lo sabía — Respondió Ryuhei, sin comprender la situación en lo más mínimo.
— Sí, el muy hijo de puta de Tegoshi vino y me lo dijo en la cara — Suspiró el morocho, revisando unos papeles —. No sé cómo me contuve para no pegarle con algo.
— Si estás enamorado de Okura-kun, ¿por qué no se lo dices y ya? — Ryo lo miró. Se quedó en silencio unos momentos, con los ojos abiertos como platos, pero terminó sonriéndole una vez más —. Las cosas no son tan fáciles, Maru. Esto no se arregla con un simple “te amo”, y ya.
— ¿Es porque lo violaste?
— Sí… Sé que Okura… no va a perdonármelo nunca. Aunque para él haya sido una pesadilla, para mí, ese es el recuerdo más maravilloso que tengo.
— Buena suerte — Dijo Ryuhei, después de un rato —… en tu viaje.
— Gracias. ¡Ah! ¡Maru! — El aludido se volvió —. No se lo digas a nadie, ¿está bien?
El aludido asintió con la cabeza antes de salir de la oficina.
— Maruyama-san — Llamó su atención Sayuri —. Yasuda-san dice que lo esperará en planta baja.
— Está bien. Gracias, Sayuri-chan — El morocho abordó el ascensor y le dio la cara al techo. Cuando llegó a la planta baja, vio a Keiichiro y Yuya dirigirse hacia la entrada del edificio. Sin reparar en si Shota estaba en el mismo lugar, se acercó corriendo al dúo —. ¡Tegoshi, espera! — El aludido detuvo sus pasos y se giró para mirarlo —. ¿Podemos hablar un momento?
— ¿Es importante? — Preguntó el rubio con su usual altanería.
— Lo es.
Yuya se dio cuenta que para que Ryuhei quebrara su forma de tratarlo, debía de ser por algo sumamente importante.
— Está bien — Le dijo —. Con Kei-chan tenemos trabajo qué hacer, pero podemos hablar en lo que él va a buscar el auto al estacionamiento — Ryuhei siguió a Yuya hacia afuera de la agencia. El lugar donde esperaron por Keiichiro, fue la salida del estacionamiento —. ¿Qué es esto tan importante que querías decirme?
— ¿Es verdad que estás saliendo con Okura-kun?
Yuya sonrió.
— Te lo dijo Ryo, ¿verdad? — El aludido asintió con la cabeza —. No sé si podría decirse que estamos saliendo… Yo siento que sí, pero Tacchan… siempre elude el tema cuando lo saco… Así que opté por no volver a preguntárselo y decirle cosas lindas que lo hagan estar más tiempo a mi lado.
— ¿Estás… enamorado de él?
— Por supuesto. De otra forma, no me rebajaría a estar con alguien de esa forma tan penosa. Maru…, Toma lo entendió, por eso se fue, ¿por qué no intentas tú lo mismo? — Ryuhei sonrió.
— Quizás Toma no te haya amado tanto como decía. Pero yo sí, ¿por qué no te das cuenta?
— De lo que me doy cuenta… Es de lo que estuviste sufriendo todo este tiempo por mi culpa — Le dijo sinceramente, mirándolo —. ¿Es tarde para disculparme por eso? — Keiichiro se hizo presente, alertando a ambos con el sonido de la bocina —. Si eso era todo, debo irme. Nos vemos mañana — Agregó, dirigiéndose a la camioneta.
Sin poder decirle más nada, Ryuhei agarró a Yuya del brazo derecho y lo hizo girar para que lo mirara. Acto seguido, tomó su rostro y lo besó con fuerza, queriendo que sus labios quedaran grabados sobre los suyos. Cuando lo soltó, Yuya no podía salir de su asombro, mirando algo que estaba a unos pasos suyos, pero que no era Ryuhei.
— Te amo… con el alma… Tegoshi, hasta el día de hoy, te amo — Susurró, apoyando su frente sobre la del rubio.
— Yasuda-san — Musitó el aludido, ocasionando que Ryuhei despegara su frente de la de Yuya y mirara hacia atrás para ver, a pesar de las incandescentes luces de la acera, los ojos llenos de lágrimas de Shota.
— Yasu — Dijo el morocho, soltando a Yuya —. Yasu, espera, puedo explicarte.
Sintiendo cómo un nudo formado en su garganta le impedía hablar, Shota se alejó unos metros de él, y negó tanto con las manos como con la cabeza, antes de volver sobre sus pasos y salir corriendo del lugar.
— ¿No te das cuenta que con tu actitud estás lastimando a la persona que te ama por sobre todas las cosas? — Preguntó Yuya.
— ¿Y no te pusiste a pensar que quizás, tú también lo estés haciendo?
— ¿A qué te refieres?
— Sabes que no significas nada para Okura-kun y sin embargo te sigues acostando con él — Como si su cuerpo hubiera sido impulsado por un resorte, Yuya saltó frente a él y le dio una cachetada —. Pero al mismo tiempo te entiendo, ¿sabes? Porque si me lo hubieras pedido, yo habría hecho lo mismo para estar a tu lado — Le dijo, sonriendo, sintiendo su voz quebrándose con cada fracción de segundo que pasaba.
— Ve por él, y olvídame — Sollozó Yuya, en un susurro. Ryuhei se quedó de pie, mirándolo, negándose a realizar su pedido —. ¡¿Qué estás esperando?! ¡Vete de una vez!
La lluvia había empezado a caer. Aunque al día siguiente tuviera gripe, debía ir tras Shota.
Después de mucho correr lo encontró, desesperado por cruzar la calle. Sin llamar su atención, sino hasta llegar a su lado, lo agarró del brazo. Al darse cuenta que era él, el aludido se giró y le dio una sonora bofetada que hasta hizo que sus anteojos se le cayeran al suelo.
— ¡Déjame en paz! — Le gritó —. ¡No quiero volver a verte! ¡No quiero que vuelvas a intentar tener algo conmigo! No… Ya no te quiero — Musitó Shota las últimas palabras.
Ryuhei, por su parte, estaba atónito por toda la situación: porque Yuya estuviera con Tadayoshi aún cuando sabía que él no lo amaba, y que Shota lo estuviera dejando por exactamente el mismo motivo. Cuando levantó la vista, Shota ya no estaba frente a él.

La mañana estaba decorada por un brillante sol en el cielo azul. Ni siquiera parecía que una tormenta azotó la ciudad la noche anterior. Decidió ir caminando a la empresa, ya que se había levantado temprano.
Al llegar a la misma vio a Ryo entrando a la parte trasera de su vehículo, ayudado por You. Se acercó corriendo a él, algo en lo más profundo de su alma, le advirtió que debía hacerlo.
— ¡Ryo! — Mencionó su nombre, frente a la puerta del vehículo que aún permanecía abierta, pero al verlo, el mayor la cerró frente a sus narices. Tadayoshi se quedó mirando perplejo cómo el automóvil se alejaba de allí.
— ¿No crees que fuiste demasiado cruel con él, Ryo-chan? — Le preguntó Erika, quien estaba sentada a su lado, ocasionando la sonrisa del hombre.
— No. Así está bien — Respondió el aludido, mirando el paisaje de la ciudad a través de la autopista.
— Yokoyama-san — Llamó Tadayoshi a You —, ¿adónde fue Nishikido-san?
Aunque Ryo le había dicho a You que se abstuviera de mencionar su paradero, la mirada de súplica en el rostro de Tadayoshi le pedía todo lo contrario.
— Ryo se fue a Estados Unidos.
— ¿A… los Estados Unidos…? ¿Para qué?
— No lo sé. Lo que sí sé es que va a estar allá un largo tiempo.
You entró a la empresa, pero Tadayoshi se quedó de pie en el mismo lugar, con la mirada fija en el camino que había tomado el vehículo en el que estaba Ryo, alejándose de su vida, quién sabe por cuánto tiempo.
 



2 comentarios:

  1. OMG! Si , te odio más xDDDDD

    ok no xDDDD

    fue genial! *-* Tatsu preocupado por Ryo! <3 se aman ~ y todos lo sabemos (?) xDDDDDDD
    y luego asljaksjlakjsldaslkdlakjslalskjd no sé que pensar >-<
    odioa a Ryo pero siento que no pedo odiarlo aunque sea un hijo de su asdajslkdaljsjaldre !

    y luego lo de Maru .. qué planeaba hacer!? >-<
    pobre yasu ;o; ~

    asdasdasdas ryo en usa ~ va a ver a Jin? xD ok no xDDDD de seguro va a recuperarse -w- ~
    pobre tatsu ;o; lo trata mal y el tan enamorado que está , aunque revolcándose con teshi ¬¬


    ah ~

    Muchas gracias por la conti *-* esperaré como loca lo que sigue ! <3

    te quiero ~ <3

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    Respuestas
    1. Me encanta que me odien xD
      Creo que me gusta más eso a que me digan que me quieren xD Porque sé que ese odio va con amor escondido por ahí en algún lugar xDDDDDD

      Ya vas a saber por qué Ryo-chan hizo lo que hizo xD
      Pero, ¿no se notaba que había amor en el acto en sí? xDDDDDD aunque Ryo todo malote casi que lo obligó a Tatsu a hacerlo... El otro tampoco dijo que no xD Sería la típica "nos vamos a separar un buen tiempo y te dejo un recuerdito mío para que no te olvides de mí", o algo así xDDD

      Maru planeaba irse con Tegoshi y punto xD Pero Sho-chan llegó y Tegoshi casi alzó un cartel de neón para Maru diciéndole "HOLAAAAAAAAAAAAAA, NO TE AMOOOOOOOOOOOOOOO" xD (pobre Maru...)

      Ya vas a ver a qué va :v pero en algo de lo que mencionaste no estás tan errada :v

      Cuando hay necesidad... Aparte Tegoshi no le cobra (????? xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

      De nada :D
      Gracias a vos por leerlo y comentar ^3^

      Yo también la quiero, lectora mía ^^~
      Hasta la semana que viene~~~~*chu*

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