25 de septiembre de 2015

[BMS] Capítulo 08: Destino

Ciaossu~!!
Les dejo el último de BMS y me retiro (?
Enjoy y hasta la semana que viene~ ♥

Título: Before my soul was no longer mine.
Fandom: Johnnys.
Pairings: OkuTego [Okura Tadayoshi x Tegoshi Yuya], RyoTego [Nishikido Ryo x Tegoshi Yuya]
Formato: Multi-chaptered.
Capítulo: 08/ 08
Género: AU, romance, smut, violento.
Rating: NC-17.
Estado: Finalizado.
Cantidad de palabras: 2128.
Sinopsis: Tokio parece ser la única salida que Ryo le da a Yuya para olvidarse de Tadayoshi. Pero, quizás, Tokio, signifique el inicio de un nueva y dolorosa historia para él.


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Capítulo 08: Destino.



De nuevo ese maldito aparato, cuya existencia maldecía en ese momento, sonaba. Terminó lanzándolo lo más lejos que pudo. No quería saber nada de nadie. Ya no le importaba nada. Girando sobre su propio cuerpo, vio cómo la visión que tenía sobre las cortinas de su habitación se volvía borrosa. Una vez más lloraba. Una vez más tenía ganas de morir.
— ¿Tegoshi? ¿Todavía no te vistes? — Ryo subió a su habitación con lo que antes había sido el celular de Yuya, el cual había caído estrepitosamente a la planta baja y por supuesto, estaba inutilizable. Al no recibir respuesta, se sentó a su lado, sobre la cama —. Creo que ya nadie va a poder llamarte — Le dijo.
— No me importa.
— ¿Ni siquiera que te llame yo?
— Vete, por favor — Le dijo, después de casi un minuto, resoplando —. No quiero que nadie me moleste.
— ¿No vas a ir… al velorio?
— No.
— Como quieras — Le dijo el morocho, levantándose y acercándose un poco a él para llegar a sus cabellos y acariciarlos apenas —. Que descanses.

A diferencia de los sentimientos de todas esas personas que estaban en el lugar, el día era tan soleado que dolía.
Ryo se acercó a los padres de Tadayoshi y les dio una profunda reverencia. Apenas se incorporó, la mujer lo estrechó entre sus brazos.
— ¿Tegoshi-kun no vino contigo? — Preguntó el hombre. A modo de respuesta, Ryo negó con la cabeza, sin agregar nada más, sin siquiera excusar a su amigo.

— “Ven a Tokio”, le dijo Keiichiro.
— No puedo, Kei-chan. Ahora más que nunca, no puedo hacerlo. Siento que si lo hago, voy a perder todos los recuerdos que tengo de Tadayoshi, siento que lo estaría abandonando. Siento que… estaría aceptando su muerte…
— “De acuerdo. Como quieras. Entonces, ¿tu plan es encerrarte en tu casa, pasártela llorando todo el día y lamentarte no haber estado en su lugar? ¿Realmente crees que Okura-kun hubiera querido que siguieras de esa forma tu vida?
— Tú no lo conociste.
— “Lo sé, Tesshi. Pero no me hizo falta para darme cuenta lo mucho que te amaba. Sé que es duro, pero… La vida sigue. Al menos… Sigue con el plan de venir a estudiar a Tokio cuando termines la secundaria. Demonios. En serio que quiero verte.
Yuya sonrió, ligeramente.
— Kei-chan…
— “¿Mh?
— Gracias — Musitó, antes de empezar a llorar.

El cielo era igual de brillante que el día que Tadayoshi murió. De eso se dio cuenta Yuya, mirando el cielo azul a través de la ventana, hasta que alguien o algo le quitó la hoja que estaba debajo de sus brazos cruzados sobre el pupitre.
— ¿Tokio? — Preguntó Ryo —. ¿Piensas irte a estudiar a Tokio?
— ¿Tiene algo de malo?
— Pensé que te quedarías aquí para siempre.
— Era la idea, pero — Lo miró a los ojos con una expresión lastimosa. Sabía que Ryo se sentía igual o peor que él, y también sabía que había cosas que podía transmitirle a él sólo de esa manera.
— Ya veo — Le dijo, sentándose en la silla vacía frente a él —. Entonces, ¿tú también me abandonas?
— No es así.
— ¿Y si vamos juntos?
Yuya lo miró, sorprendido.
— Pensé que habíamos discutido esto antes…
— Lo hicimos, pero… Yo no me doy por vencido. No contigo — Le dijo, levantándose y entregándole la hoja que le había sacado. Yuya se lo quedó mirando hasta que salió del salón.
Aunque Ryo lo amara, él nunca sería capaz de corresponder a sus sentimientos. Porque aunque no estuviera físicamente entre ellos, el alma de Tadayoshi siempre estaría presente, sus recuerdos, absolutamente todo su ser, sin importar la cantidad de años que pasen, Yuya siempre lo seguiría amando.

— ¿Piensas irte a Tokio? — Le preguntó Jin.
— Nos vamos — Respondió Ryo.
— Mhh… No es una mala idea… Ya me estoy aburriendo de este lugar. Pero, ¿qué planeas hacer allá? Es decir…, ¿estudiar, trabajar o algo así?
— No hace falta… Ya tengo a alguien que me dará todo el sustento económico que necesito…
— Creo que tengo un par de amigos que pueden ayudarnos…

El autobús llegó finalmente a la última parada. A su nuevo destino.
Aunque el viento era gélido, él estaba tan emocionado por encontrarse con Keiichiro que el frío calándole los huesos no le importaba. Ryo lo seguía, como podía entre tanta gente, a pocos pasos detrás suyo.
— ¡Kei-chan! — No supo si era él, estaba casi seguro, pero de todas maneras, gritó su nombre. Un muchacho de cabello azabache lo miró, sonriendo al reconocerlo. Automáticamente, Yuya saltó encima suyo, y el muchacho frente a él, lo estrechó con fuerza entre sus brazos.
— ¡Tesshi! — Mencionó su afectuoso apodo, frente al ceño fruncido de Ryo.
— ¡Al fin! ¡Al fin nos encontramos! — Exclamó el rubio, feliz. Cuando lo soltó, hizo unos pasos al costado para que Ryo entrara en el campo visual del más alto —. Kei-chan, él es Nishikido Ryo.
— Encantado — Le dijo el muchacho, pero Ryo simplemente, le dedicó una leve reverencia —. ¿También vienes a estudiar, Nishikido-kun?
— No exactamente.
— Ryo-chan vino a buscar trabajo.
— ¡Ah! ¡Eso es genial! Yo trabajo en un restorán familiar. Si quieres, puedo darte aviso cuando haya alguna vacante.
— Te lo agradezco, pero no me gustaría tener que depender de tu amabilidad — Dijo Ryo, en forma tajante.
— No te preocupes. No es nada. Los amigos de Tesshi también son mis amigos — Le dijo, acariciando los cabellos de Yuya con amor fraternal. Ryo volvió a fruncir el ceño. Sentía que si esa relación de amistad entre ambos iba a perdurar, Keiichiro sería un serio problema en sus planes futuros.

Yuya no supo cómo Ryo había conseguido un departamento tan rápido. Lo único que sabía era que lo había conseguido, los detalles no importaban. No había nadie en todo el mundo además de Ryo, que sintiera lo mismo que él. Sabía que aunque le doliera, Ryo también debía alejarse de todo lo que le recordaba a Tadayoshi. Apenas entró al departamento, Yuya empezó a recorrerlo de arriba abajo. Mientras él iba a venía, Ryo entró con calma al dormitorio y dejó las maletas en el suelo, antes de tirarse sobre la cama y suspirar.
— Hay solo una cama.
— ¿Y?
— ¿Vamos a dormir juntos todos los días? ¿No estamos bastante grandes ya? — Ryo no le respondió, en ese momento, lo único que quería era descansar y habituar su cuerpo a esa cama ajena. Aún podía sentirse el aroma a frazadas nuevas. No sabía cómo hizo Jin para conseguir ese lugar, pero todo lo que estaba en su interior parecía ser completamente nuevo —. Oye, Ryo-chan… Ryo-chan — Lo llamó, antes de subirse a la cama y saltar, aún estando sentado sobre sus rodillas —. Ryo-chan, Ryo-chan, Ryo-chan.
— Ya, cállate de una vez — Le dijo, incorporándose y lanzando el cuerpo de Yuya sobre el colchón, ocasionado su sorpresa. Sentía que ya había vivido una situación parecida, que no había estado del todo consciente por culpa del alcohol; pero ahora, aunque estaba algo cansado, sí lo estaba. Repentinamente, Ryo se le acercó y lo besó apasionadamente en los labios. Yuya intentó zafarse de aquel beso, pero no pudo. Cuando ambos sintieron que se estaban quedando sin aire y apenas sus labios se separaron, Yuya le dio una sonora cachetada. Ryo tocó su mejilla hasta sentir un sabor óxido en su propia saliva. Al tocarse una de las comisuras, se dio cuenta que el anillo que llevaba Yuya, lo había lastimado. El rubio por su parte, se había levantado de la cama, pero en ningún momento había dejado de mirarlo. Con una agilidad que ni él mismo supo que tenía, Ryo saltó detrás suyo y agarrando a Yuya de los cabellos, volvió a lanzarlo sobre el colchón, colocándose encima suyo mientras se extendía hacia una de las mesas de noche que estaban a ambos flancos de la cama. Abrió el único cajón que tenía y sacó una jeringa y una pequeña caja de metal. Yuya se dio cuenta que esa pequeña caja le resultaba familiar, pero no quería sacar conclusiones apresuradas. Le daba miedo hacerlo. Antes de poder ser capaz de escapar, sintió un pinchazo en su brazo y luego, poco a poco, que sus fuerzas se desvanecían. Cuando se dio cuenta que ya no iba a enfrentársele, Ryo giró el cuerpo de Yuya para que estuviera boca arriba y lo desnudó, rompiéndole la ropa en el proceso.
— Ryo-chan — Musitó, sollozando, sin entender lo que estaba sucediendo.
— ¿Todavía no lo recuerdas? — Le preguntó, ingiriendo unas pastillas que sacó de quién sabe dónde —. ¡¿Eh?! ¡¿Todavía no lo recuerdas?! — Exclamó, dándole una bofetada —. No eres más que una maldita perra — Le dijo, al oído, mientras lo penetraba —. Dijiste que yo era débil. ¡Ja, ja, ja! ¡Débil! ¡¿Yo?! — Una vez más, volvió a golpearlo, esta vez con el puño.
— ¿Por qué?
— ¿Qué?
— ¿Por qué…?
Su mirada de súplica no hacía más que excitarlo, sus movimientos se volvieron cada vez más intensos, sin importarle el dolor que generaba en el cuerpo que debajo suyo, no podía hacer más que preguntarle eso.
— Todo es tu culpa. Que Tacchon se haya ido… es tu maldita culpa. ¿Quieres venir a Tokio? Hazlo. ¿Quieres olvidarlo? Eso jamás te lo voy a permitir, ¿me oíste? — Pegó su frente a la suya, mientras penetraba su mirada en la suya.
— Fuiste tú — Reconoció el aludido, sintiendo cómo de sus ojos se escapaban dos lágrimas para encontrarse sobre su mentón —… esa noche…
Ante su apreciación, Ryo atinó a sonreír.
— Vas a amarme como nunca amaste a nadie en tu puta vida. Yo seré tu todo, y tú no serás más que una perra. Porque eso es lo único para lo que sirves. Pagarás con tu propio cuerpo todo lo que quieras, todo lo que me pidas; y por ese cuerpo, yo pediré lo que se me venga en gana, y tú… Tú no podrás decir nada. Tegoshi, no tienes escapatoria. Ya no vas a escapar de mí.
Ryo selló su declaración con un apasionado beso, antes de apoyar su mejilla al lado de la cabeza de Yuya, sin detener las embestidas que le estaba dando a su cuerpo. El más bajo, ladeó su cabeza, hallándose con la imagen de aquel cruel acto siendo reflejada en un espejo a unos cuantos pasos de la cama. Intentó mirar sus propios ojos en el reflejo, pero no los alcanzó. En ese momento, se dio cuenta que Ryo tenía razón, y, al mismo tiempo también, que su alma, inevitablemente la había perdido cuando Tadayoshi murió. Quizás Ryo también tenía razón en que para lo único que servía era para satisfacer las necesidades mundanas de las demás personas. Quizás ese era su destino.

— Quiero morir. Quiero morir. Quiero morir — Un muchacho de cabello azabache, dentro de lo que parecía ser un corto túnel, miró hacia su derecha al oír que había alguien más aparte de él en aquel etéreo lugar —. ¿Tú también te moriste? — Le preguntó, como si fuera lo más normal del mundo. Lo último que recordó fue haber mirado hasta grabar en su mente la textura de la baja calificación que había ganado por séptima vez en el año. No importaba cuánto tiempo estudiara, cuánto tiempo lo intentara, aunque pensara que había aprobado, la nota final, no le servía para nada. Había consumido un frasco de quién sabe qué pastillas, las había mezclado con alcohol y se había dejado morir, o al menos, eso creía —. Esto es la puerta al más allá — Le dijo a su acompañante, levantándose —. Mira — Señalando el lado oscuro del túnel, de repente, miles de manos moviéndose aparecieron, pero había algo sobrenatural que les impedía tocarlos.
— ¿Qué es eso? — Le preguntó el recién llegado, hablando por primera vez, en referencia a los cortes que había sobre una de sus muñecas.
— Ya te lo dije, ¿no? — Respondió, sonriéndole —. Es la puerta al más allá.
— Pero… ¿Por qué…?
— ¿Quieres morir?
— No. Claro que no — Respondió el otro, seriamente —. Pero veo que tú sí. ¿Tanto lo deseas?
— Yo… No tengo nada por lo cual regresar.  ¿Tú lo tienes? — Le preguntó, acercándose a él hasta quedar a escasos centímetros suyo.
— Sí.
— Entonces, regresa. Yo voy a morir — Resolvió, jalándolo del brazo y llevándolo hacia la luz. Agradecido por ocupar su lugar, lo abrazó —. Yo moriré por ti. Yo te ayudaré — Susurró. Una vez que aquella brillante luz envolvió al recién llegado, esas horribles manos que buscaban su alma, lo encontraron al muchacho que había dado su vida por la suya, absorbiéndolo por completo.

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Notas finales:
Y así, terminamos BMS ;; Un hijo más que se me va de las manos (? También, empiezo a creer que tengo un problema con el número 8: este fic terminó en el capítulo 8, Ring también lo terminé en el 8... Maldito Kanjani (?
En este capítulo y en el anterior, me imagino que habrán tenido un par de déjà-vúes xD ya que aparecen fragmentos de la secuela de este fic, More than souls
La premisa de esta historia era, obviamente contar los sucesos anteriores a More than souls, y creo que cumplió su cometido. Al mismo tiempo, vemos que el odio que Ryo siente por Tegoshi es proporcional al amor que sentía por Tadayoshi. Sinceramente me mató la declaración de amor de Ryo para Tatsu, justo en el momento en que lo había perdido. Eso nos da a entender que, pese a todo, un corazoncito, tenía xD aunque también ese mismo amor lo haya llevado a hacer cosas terribles (y aún las siga haciendo con Tego, llevándose engañado a Tokio). ¡También vemos a Kei-chan! :) El ángel guardián de Tegoshi~
En fin, creo que eso es todo.
¡Ah, no! ¡Me olvidaba!
Si leyeron la fanpage, había comentado que tengo pensado hacer ciertas secuelas e historias alternativas... Bueno, BMS es una de ellas. El título de este nuevo fic va a ser What if your soul had been mine? y, tal y como dice el título, va a ser una historia alternativa, en la que Ryo y Tegoshi intercambian roles, es decir, es Ryo a quien Tadayoshi corresponde en cuanto a sus sentimientos, y Tegoshi el alma vengativa que va a querer separarlos. También va a tomar elementos de More than souls, ya que pienso extenderlo hasta ese punto :) 
Espero que les haya gustado el fic, nos leemos en mis próximas historias ^3^~ ♥
Como siempre, gracias por leer y comentar ^^

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