7 de abril de 2018

[Deja atrás todo lo demás] Capítulo 04: ¿Por qué?

Ciaossu~!!
Disculpen por no poder publicar en tiempo y forma :(
Los martes se volvieron un día horrible para mí ;; Había dicho de todos modos que en abril la modalidad de publicación iba a cambiar, así que, acá está... Voy a tratar de publicar el martes de todos modos... al menos para que el final siga al estreno de IW :3
Espero que les guste lo que sigue ^^ Que tengan un buen fin de semana :3
Enjoy~ ♥


Título: Deja atrás todo lo demás.
Fandom: Universo Cinematográfico de Marvel.
Formato: Serial.
Género: Drama, lemon, romance.
Rating: NC-17.
Número de palabras: 1725.
Sinopsis: Por más que lo intente, Steve no parece lograr llevarse bien con May. Sin embargo, cierta situación hace que la mujer confíe a la fuerza en el ex-líder de los Vengadores.
Así mismo, la irrupción de Anthony en sus vidas ocasiona que Steve pierde la confianza que tenía en Peter y, al mismo tiempo, que el muchacho empiece a tener inquietudes.
Precuela: Es más fácil correr.
Advertencia: 
Al Cap no le gustaría leer esto xD

Nota mucho muy importante: Le dedico este fic a mi Shotosa (you know who you are xD) porque me ayudó a cerrar esta historia :3

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( Capítulo 01: ¿No te habías dado cuenta? )
( Capítulo 02: ¿Cómo puedes negarlo? )
( Capítulo 03: Irse o vivir )

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Capítulo 04: ¿Por qué?
 
A la mañana, Clint llegó a sus invitados al pueblo. Detuvo el motor frente a un modesto restorán.
—Señor Johnson —llamó Clint al dueño del restorán, quien le sonrió a sus hijos y a él cuando entraron al lugar—. Buen día.
—¡Oh, Clint! Lila, Cooper, buen día.
—Ella es la mujer de la que le había hablado —dijo Clint, señalando a May quien no entendía absolutamente nada de lo que estaba sucediendo—. Su nombre es May.
—Oh. Es un placer conocerte —dijo el hombre.
—El placer es mío —dijo May.
—El trabajo aquí no es duro, sólo necesito un poco de ayuda cuando el lugar está lleno. Clint dijo que tú estuviste trabajando en un lugar como este cuando vivías en la ciudad.
—Ah… Sí, así fue —May no estaba muy segura de qué respuesta darle a ese hombre, pero las cosas estaban sucediendo tan rápido que todavía no había podido procesar muchas de ellas—. Creo que… estará bien…
—Genial, acompáñame. Te enseñaré la cocina —le dijo el hombre.
—¿Crees que May estará bien? —le preguntó Peter a Steve, ambos sentados en la parte trasera de la camioneta de Clint. El muchacho vio a su tía desaparecer detrás de una puerta dentro del restorán.
—Espero que sí. No tuve la oportunidad de hablar con ella a solas o de explicarle lo que quisiera saber —Peter suspiró e hizo su cabeza hacia atrás. Se dio cuenta que Steve se acercó a él cuando sintió un rápido beso que le hizo cosquillas sobre su cuello—. ¡Me haces cosquillas!
—Sólo quería besarte.
—Eres como un niño —susurró Peter.
—Y tú eres como un hombre.
—No, no lo creo —le dijo mirando cómo una de las manos de Steve jugaba con sus dedos—. Steve… Te amo —susurró, mirándolo a los ojos.
—Yo también te amo —dijo el mayor besando su frente antes de que Clint y compañía salieran del restaurante—. ¿Y bien? —preguntó, alejándose de Peter.
—Dije que sí —respondió May con una sonrisa.
—Me alegra oír eso —dijo Steve pero sintió que a la mujer no le importó demasiado su opinión. Él miró a Clint, quien le sonrió.
—Tenemos que ir a otro lugar. Vamos, chicos, vamos —dijo Clint ayudando a sus hijos a subir a la parte trasera de la camioneta, donde estaban Steve y Peter—. Vámonos.
El viaje pareció interminable hasta llegar a una gran pero vacía casa a las afueras del pueblo.
—¿Qué es este lugar? —preguntó May.
—¿Aquí vive alguien? —preguntó Peter.
—Aún no —respondió Clint—. ¿Les parece si entramos?
El grupo entró a la casa y recorrió todas las habitaciones. La luz parecía ser más brillante en la cocina, que tenía una larga mesada de pared a pared.
—Este podría ser su hogar —dijo Steve. May y Peter lo miraron sorprendidos—. Considérenlo un regalo.
—No podemos-- Esto es —May suspiró—. Gracias. Supongo…
Steve sonrió.
—Muy bien, los dejo solos. Estaré en la camioneta —dijo el rubio.
—¿Tú sabías de esto? —le preguntó May a su sobrino.
—No, no sabía.
—Peter, esto es demasiado.
—May… Él lo hizo porque quiere que estemos bien.
—¿No es cómo Stark? —murmuró la mujer.
—No —respondió Peter sonriendo—. Él es mucho mejor que Tony —May abrazó con ternura al muchacho—. Y, por favor, habla con él. Se siente algo culpable porque no lo haces.
—¡No es que no quiera hacerlo! Es que no sé cómo hablar con él. Es decir, ¿de qué?
—Podrías empezar a hablar con él respecto a mí.
—Ese sería un gran comienzo —dijo May.

Clint mencionó un lugar donde ver muebles y cosas para la casa. Mientras tanto todas las personas del pueblo empezaban a conocer a los Parker. Se sentía bien tener un amigo como Clint a su lado. La noche se hizo presente y la camioneta regresó a la casa de los Barton.
—¿Estás esperando a alguien? —le preguntó May a Clint al darse cuenta del automóvil negro estacionado frente a la casa.
—No, para nada —respondió el aludido.
—Oh, no —dijo Peter.
—¿Qué sucede? —preguntó Steve.
—Ese es Happy…
La camioneta se detuvo frente a la casa y Clint miró directo a Happy, quien lo saludó con la mano.
—Tanto tiempo sin vernos —dijo el chofer.
—Igual. ¿Está en la casa?
—Sí, los está esperando.
—Mierda —suspiró Clint—. Niños, ¿podrían ir al granero, por favor? Será sólo un momento —el arquero se colgó de la camioneta para agarrar un arco y flechas que estaban escondidos en el techo.
—No tienes que ser tan… duro —trató de detenerlo Happy, pero Clint no lo escuchó y sólo se dejó guiar por su corazón. Seguido por May, Peter y Steve, entró a la casa sólo para ver a Anthony sentado en el sofá, y a Laura jugando con Nathaniel en el mismo lugar.
—¡Estaba a punto de morir esperando a que regresaran! —dijo Anthony.
—¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó Clint apuntando a su invitado con una flecha.
—Estoy aquí para hablar.
—Creo que tendremos que mudarnos —dijo Clint—. ¿Vas a mandarnos a tus amigos, los federales?
—No, no lo haré. ¿Tengo que hacerlo?
—Tony, en serio, ¿qué estás haciendo aquí? —Steve hizo que la flecha de Clint apuntara al suelo—. Está bien. Yo me encargaré de esto.
—Quiero hablar con Peter.
—¿Estarás bien? —le preguntó Steve al muchacho, quien asintió. Steve miró a Anthony de reojo pero ni él ni Peter dijeron una sola palabra.
—Pueden usar la otra habitación para charlar —les dijo Laura.
—Gracias —dijo Anthony, levantándose luego para seguir al menor de los Parker.
—Él vino en son de paz, Clint —le dijo su esposa.
—Sabes lo que sucede con su son de paz —la mujer sonrió.
—La cena está lista. ¿Quieren comer?
—Sí, señora. Me muero de hambre —respondió Clint—. Oh… Los niños…
—Voy por ellos, no te preocupes —dijo May.

—¿Y bien? ¿Qué es lo que quieres? —le preguntó Peter a Anthony, quien husmeaba el lugar donde ambos estaban.
—¿No quieres saber cómo los encontré?
—¿Me pusiste otro rastreador y no me di cuenta?
—No. Sólo me puse a pensar dónde podrías estar. No estarías en casa de un amigo porque no arriesgarías la vida de otras personas, así que pensé: ¿Y si habló con el Cap y él tuvo la estúpida idea de hacerte desaparecer?
—Y así es como llegaste aquí.
—Sí.
—¿Qué es lo que quieres?
—Te quiero a ti.
—Nosotros terminamos.

—¿Cómo está la cena? —le preguntó Laura a Steve.
—Eh… Está deliciosa.
—Sí, me doy cuenta ya que no probaste ni un bocado —bromeó la mujer.
—Lo siento —suspiró el aludido.
—Steve —May llamó la atención del hombre—. Si amas a mi sobrino… ve a ver qué está sucediendo —agregó, seriamente.

—¿Y la otra noche?
—¿A qué te refieres?
—Disfrutaste cuando estábamos teniendo sexo.
—No.
—Dios, muchacho… No puedes mentirte tanto a ti mismo.
—¡No estoy--! No me estoy mintiendo a mí mismo. Sólo te estoy diciendo la verdad.
—Peter eso fue muy distinto de todo lo que habíamos experimentado hasta ese momento. Yo también me di cuenta. Esa noche, abrimos nuestros corazones. ¿No lo notaste? —el aludido lo miró—. Esa noche nos amamos.
—Déjanos en paz, Tony. Por favor…
—¿Acaso crees que Rogers será el héroe que los salve a May y a ti de terminar en prisión? ¿Has pensado siquiera en eso? Él es un fugitivo, Peter.
—Eso no será un problema, Tony —Steve apareció y se quedó en medio de Anthony y Peter—. Voy a asegurar su futuro.
Sus palabras ocasionaron que el aludido riera a carcajadas.
—Haciendo, ¿qué? ¿Vas a plantar una semilla y sentarte a esperar  a ver qué sale de ahí? ¿En serio?
—Lo que vayamos a hacer con nuestras vidas no es de tu incumbencia. Ya no —Anthony cerró su boca y sólo lo miró—. Peter te está diciendo que nos dejes, Tony. Sólo hazlo.
El hombre frente suyo estuvo a punto de volverse loco pero sabía que no sería buena idea perder la compostura con May cerca, si es que ella alguna vez había pensado que él era una buena persona eso la haría cambiar de parecer.
—De acuerdo, me voy —dijo, finalmente pero se volvió a Peter y lo apuntó con el dedo—. Pero te aseguro que voy a regresar.
—No, no lo harás —dijo Steve.
—Ya verás.
Anthony dejó la casa no sin antes despedirse de las personas en la otra habitación. Peter suspiró y se sentó en el sofá, sintiendo cómo sus piernas temblaban. Steve sólo lo miró.
—Vamos a cenar —le dijo.
—Sí. Sí. Claro —dijo Peter, rápidamente.
May le sonrió a Steve y le dijo ‘gracias’ sólo moviendo sus labios. El hombre le devolvió la sonrisa pero no dijo nada. Los únicos sonidos que se oyeron durante la cena fueron las voces de los niños de la casa. Había muchas cosas dando vueltas en la cabeza de todos en ese momento, pero había una persona en común: Anthony.

May ayudó a Laura a lavar los platos y Clint fue con los niños a leerles un cuento antes de que se fueran a dormir. Peter estaba por cerrar la puerta de su cuarto, pero Steve lo detuvo llamándolo.
—Peter —el aludido lo miró y esperó a que llegara a la puerta—. Hay algo que me está dando vueltas… ¿Podemos hablar?
—Claro —Peter cerró la puerta y fueron al cuarto de Steve. El rubio sólo caminó en círculos en la habitación, como si tratara de encontrar las palabras exactas para empezar a hablar. Peter sonrió. Le pareció adorable que se comportara de ese modo—. ¿Vas a decirme qué está sucediendo o sólo vas a caminar?
—Estuviste con Tony…
—Sí, hace como una hora…
—No, no, no. No quise decir eso. Quiero decir que… Se encontraron… Ustedes… se acostaron… otra vez… Y no me lo dijiste…
—Steve, tuve un déjà-vú. ¿No hablamos ya de esto?
—No, Peter. No es un déjà-vú. Me mentiste —dijo Steve, susurrando la última frase—. Sé que te dije que no me hablaras al respecto, pero sí debes decirme cuando Tony esté cerca.
—Lo sé, yo--
—¿Por qué? —suspiró. Peter lo miró, sorprendido—. ¿Por qué lo hiciste?

—“Bueno, esa fue una pregunta fácil. Entonces, ¿por qué estoy dudando tanto…? ¿Por qué? ¿Por qué lo hice?

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