Ciaossu~!!
Uhm... Bueno, no debería estar acá xD pero les dejo esto.
Al mismo tiempo, Shota obtiene no tan buenos resultados en los exámenes médicos que se había realizado.
Capítulo 01: realize.
Uhm... Bueno, no debería estar acá xD pero les dejo esto.
Enjoy~ ♥
Título: All is well.
Fandom: Johnny's.
Pairing: Maruyama Ryuhei/Yasuda Shota, Nishikido Ryo/Ohkura Tadayoshi.
Formato: Multi-chaptered.
Género: Drama, lemon.
Rating: PG-13.
Cantidad de palabras: 795.
Sinopsis: Shota y Subaru brindan en la casa del menor.
Allí, Subaru le menciona sus planes a futuro, lejos de la banda de la cual ambos formaban parte. Al mismo tiempo, Shota obtiene no tan buenos resultados en los exámenes médicos que se había realizado.
Acordate
que también podés seguir esta historia en las siguientes plataformas:
Livejournal, Amor::Yaoi, AO3, Asian Fanfics & Wattpad :)
*************************************
Capítulo 01: realize.
Septiembre de 2017.
El choque de los vasos resonó en el departamento junto con sus risas.
—Ya era hora que fueras
al médico —dijo Subaru, bebiendo luego un trago de su bebida. Se frotó
los pies aunque estos estaban envueltos en una manta. Shota se había
mudado y no había tenido tiempo de comprar una estufa para la mesa—.
Hace prácticamente un mes que vienes con problemas de equilibrio y
dolores de cabeza.
—Es verdad —reconoció el
aludido, avergonzado—. Es que tampoco tuve tiempo para hacerme un
chequeo. De hecho mañana voy por los resultados. ¿Quieres acompañarme?
—le preguntó, pestañeando en forma exagerada.
—Lo siento, tengo un programa de radio que conducir.
—Oh, es verdad —recordó Shota con una sonrisa.
Subaru dejó el vaso sobre la mesa y se quedó mirando al dueño del lugar. Estaba tarareando una canción. Sonrió.
—Yasu... Voy a irme.
—¿Ya? ¿No es muy temprano?
—No —dijo el aludido negando con la cabeza mientras sonreía—. No quise decir eso.
—¿Entonces?
—Creo que es hora de que
deje la banda —Shota tardó un tiempo considerable en reaccionar a sus
palabras. Una parte suya no quería hacerlo. El titubeo y la mirada
vidriosa de su compañero de grupo y mejor amigo lo hizo sonreír y seguir
hablando un poco más—. Yasu, voy a cumplir 36 años y he pasado la mitad
de mi vida aquí. Realmente me gustaría recorrer el mundo, que la gente
conozca mi música. ¿Te imaginas que me reconozcan al otro lado del
mundo? ¡Sería genial! —Shota lo miró y se tragó todos los insultos que
estaba a punto de vomitarle en ese instante. Sólo atinó a sonreír y
comprenderlo muy a su pesar—. Yasu... Eres mi mejor amigo. Es por eso
que quise que tú fueras el primero que lo supieras.
—Por eso y porque soy la persona que más tarda en procesar ciertas cosas.
—También fue por eso —se
generó un silencio incómodo entre ambos. Al mismo tiempo los dos
querían hablar pero ninguno sabía qué decir con exactitud—. Por favor...
No se lo digas a los demás. Yo lo haré cuando sea el momento adecuado
—Shota asintió—. Manténme al tanto de lo que te diga el doctor, ¿de
acuerdo?
—Sí, sí —respondió el aludido en un suspiro.
Estaba en el consultorio
del médico. Las luces se habían apagado para que él pudiera ver las
placas que sólo eran visibles con cierto tipo de luz.
Sus ojos viajaban de una
en otra, trataba de prestar atención a las palabras del doctor, pero el
latido de su corazón, frenético, encerrado dentro de su pecho, sólo
retumbaba en sus oídos.
Le había dicho que podrían hacer radioterapia antes de llegar a la cirugía.
¿Qué podía hacer?
Las luces del semáforo
se volvieron borrosas. Se llevó una mano a los ojos y se secó las
lágrimas. Todo su cuerpo temblaba pero no era a causa del viento gélido
que se había levantado, era a causa de su propio miedo, del terror que
le daba perder la vida en cualquier instante y no cumplir todos los
pequeños proyectos que había pensado.
La gente alrededor suyo
caminaba, el semáforo estaba en verde. Nadie lo reconocía, era invisible
para ellos. Sólo un estorbo en medio de la acera peatonal.
Su teléfono sonó dentro de la campera. Luego de enjugarse las lágrimas una vez más, atendió la llamada.
—“Oye, ¿cómo te fue con el médico?”
Se mordió el labio inferior ahogando un quejido de dolor. No por lo que
le había dicho el médico, era un dolor más profundo, imposible de
apaciguar. “¿Sho-chan?”
—Maru... ¿Podemos hablar?
No hay comentarios:
Publicar un comentario