Ciaossu~!!
Claro, seguro que me iba a perder la oportunidad de escribir un AzuTen para el cumple de Azuma -u-
Título: Drive You Around.
Fandom: A3! Act! Addict! Actors!
Pairing: TenAzu (Sumeragi Tenma/Yukishiro Azuma).
Formato: Oneshot.
Género: Smut.
Rating: NC-17.
Número de palabras: 2173.
Sinopsis: Azuma se ofrece a llevar a Tenma al estudio de filmación donde olvidó
algo importante. No va a sorprenderle demasiado haber caído en las
garras de su joven pareja...
Disclaimer: Los personajes aquí presentes son de la autoría de Liber Entertainment.
Todo esto para decir que sencillamente estos personajes y el universo donde se desarrollan sus vivencias no me pertenecen.
En cambio, la historia, sí.
« ADVERTENCIA: LAS ACCIONES Y ACTITUDES DE LOS PERSONAJES PRESENTADOS
A CONTINUACIÓN PROBABLEMENTE NO SE CORRESPONDAN CON SUS CONTRAPARTES
DEL JUEGO »
*No se admiten adaptaciones y mucho menos, PLAGIOS.
*Que tengas una feliz lectura.
Acordate que también podés seguir esta historia en las siguientes plataformas: Amor::Yaoi, AO3 & Livejournal :)
En
caso de empezar a publicar en alguna otra, se avisará acá. Pero, en
caso de que encuentren este fanfic en otra plataforma y no haya sido
informado, por favor avísenme en los comentarios o en las redes
sociales que pueden encontrar en las notas finales ya que fueron
publicados sin mi consentimiento.
Drive You Around.
El frío de la noche era imperceptible dentro
de aquel vehículo. Las calles estaban vacías, y no era para menos
teniendo en cuenta lo tarde que era, pero Tenma había olvidado algo
importante en el estudio de filmación que necesitaba con urgencia. De
todos las personas en los dormitorios que contaban con registro para
conducir, extrañamente recurrió a Azuma. Sin embargo, lo que a los demás
les resultó mucho más extraño fue que hubiera accedido a ser su chofer.
La única orden emitida por Sakyo fue que regresaran antes de la
medianoche.
—¿Es aquí?
Azuma se inclinó hacia adelante para espiar el estacionamiento vacío del estudio.
—Sí. Déjeme buscar mi identificación.
—¿En serio te piden identificación? ¿A ti?
El muchacho se sonrió. Sintió que su ego le inflaba el pecho y dejó de hurgar en su billetera.
—Tiene razón. Vamos.
Azuma
miró de reojo al muchacho y llegó a la entrada donde un hombre los
recibió desde dentro de la portería. Miró serio a Azuma, pero su
expresión se suavizó al reconocer a Tenma.
—¡Ah! ¡Sumeragi-kun! ¿Qué haces tan tarde por aquí?
—Buenas noches. Me olvidé algo en mi remolque. Me preguntaba si podría dejarnos pasar…
—Claro, claro. Por supuesto.
El
hombre se apresuró a subir la barrera que les impedía el paso. Ambos
actores le agradecieron con un movimiento de mano y siguieron su camino.
Tenma le indicó a Azuma por dónde debía ir, pero eso los condujo a un
callejón sin salida.
—¿En serio?
—Supongo que tendríamos que
haberle preguntado a ese amable señor por el estudio de filmación.
—Azuma se sonrió mientras observaba a Tenma agarrar su teléfono con
desesperación mientras murmuraba que estaba seguro que debía estar por
ahí. El adulto rio con ternura mientras estiraba su brazo para revolver
los cabellos rojizos del muchacho—. No te desesperes.
—No lo hago.
Azuma sintió curiosidad por las mejillas sonrojadas de Tenma.
—Entonces, ¿cuál es la verdadera razón por la que me trajiste aquí?
—¿Fui tan obvio?
—En realidad, no. Pero no puedes esconder nada de mí.
Tenma sonrió mientras se desabrochaba el cinturón de seguridad.
—Tiene razón, Azuma-San. Usted me conoce demasiado bien.
—¿Regresamos? Sakyo-kun dijo que llegáramos antes de la medianoche.
—Y eso es justo lo que no vamos a hacer.
—¿Disculpa? —Tenma se inclinó hacia Azuma hasta quedar a la altura de su entrepierna.
—¿Sabe una cosa, Azuma-san? Ya estoy harto de que siempre me esté hablando sobre Sakyo-san.
Sin
que Azuma pudiera hacer algo para evitarlo -y no era que estuviera
demasiado en contra de lo que Tenma estaba a punto de hacerle-, su
acompañante bajó la cremallera de su pantalón y metió una de sus manos
para sacar su hombría de dentro del mismo.
—Tenma. No hace falta que hagas eso. En serio…
Las
veces que Azuma se hubiera mostrado nervioso con alguien podía contarse
con los dedos de una mano. Esa era una de esas, en las que su novio
estaba a punto de hacerle sexo oral por primera vez. Y es que Tenma era,
o un profesional haciendo algo, o un desastre. Con él no había un
término medio, y Azuma en esa situación estaba pensando lo peor. El
sonido de su teléfono celular vibrando sobre el tablero del vehículo lo
hizo sobresaltar.
—Claro que hace falta. —A medida que hablaba,
Tenma daba suaves lamidas a la hombría flácida de Azuma—. Hoy es su
cumpleaños, y quiero consentirlo un poco. Tenma se volvía un experto
mientras los segundos pasaban y los mensajes no dejaban de llegar al
teléfono de Azuma.
—Espera, Tenma. Tengo que responder… o empezarán a sospechar…
—Saben que estamos juntos. No hay nada de qué preocuparse.
Azuma
peinó hacia atrás los cabellos del muchacho. Cuando algo se le metía en
la cabeza a ese chico, no se detenía hasta conseguirlo, y por eso
decidió dejarlo hacer lo que quisiera. La humedad de su lengua y su
saliva se sentía demasiado bien, pero necesitaba algo más. Bajó una de
sus manos a la entrepierna de Tenma para acariciarla con insistencia.
Los movimientos del muchacho sobre su prominente erección se volvieron
erráticos, y eso solo lo hacía excitarse cada vez un poco más. De
pronto, Tenma se incorporó para besar a Azuma en los labios. Agarró su
rostro con ternura, y sus besos se volvieron más y más apasionados.
—¿Vamos atrás?
Tenma
miró con desconfianza los asientos traseros. Para empezar, ese vehículo
no estaba hecho para situaciones acaloradas como esas. Con los músculos
que tenía Tasuku, siempre le había dado curiosidad cómo se las
arreglaba para entrar en aquel vehículo.
—¿Cabemos?
Azuma observó los asientos con una expresión pensativa hasta que una idea pareció cruzar por su mente.
—¡Lo
tengo! —El hombre se desabrochó el cinturón de seguridad antes de
dirigirse a Tenma—. ¿Me dejas pasar? —El muchacho se excusó antes de
volver a su asiento y dejarlo ir a los de atrás. Allí, Azuma se
desvistió de manera casual, lo cual quería decir, sensual ya que esa era
la única forma en que Tenma estaba seguro que Azuma se quitaba la ropa.
Cuando estuvo completamente desnudo, se subió a los asientos y le
enseñó a Tenma su trasero—. Podemos hacerlo así.
—Hoy, no. —De no
haber sido por la vergüenza que Tenma tenía en esos momentos, se habría
reído por la expresión de sorpresa en el rostro de Azuma—. No traje
condones…
—Dijiste que hoy me consentirías, ¿no?
—Lo dije.
—No importa que no los hayas traído. Puedes acabar donde tú quieras. Así quiero que me consientas.
El
muchacho se volvió, y pegó la espalda contra el asiento. Azuma sonrió
al darse cuenta que estaba teniendo un debate interno. Esperaba que
solucionara rápido lo que tuviera que solucionar con su conciencia, o,
al menos que lo hiciera antes de ser descubiertos por alguien. Sin
embargo, antes de que pudiera llamar su atención, el muchacho ya estaba
desvistiéndose e insultando por lo bajo.
—Azuma-san…
Tenma susurró
su nombre sobre su oído mientras pegaba su cuerpo al suyo y se frotaba
sobre su piel de porcelana. Quería sentirlo todo de él: su roce, su
perfume, su agitada manera de respirar, absolutamente todo. Azuma empezó
a moverse hacia arriba y hacia abajo apenas sintió la erección de Tenma
entre sus muslos, frotándose sobre él mientras su torso desnudo era
acariciado con ternura y su cuello era besado con cuidado para no dejar
marcas. Tenma lo masturbaba con una de sus manos mientras ensanchaba su
interior con la otra. El cabello atado de Azuma había quedado suelto de
un momento a otro y, con la tenue luz fuera del vehículo, sus cabellos
plateados parecían una cascada cuya agua brillaba a la luz de la luna.
Azuma gimoteo su nombre, y Tenma supo que estaba listo. Mientras
sostenía sus caderas, lo penetró con lentitud. Todavía estaba un poco
estrecho, pero Azuma se acostumbraba a él más rápido de lo que hubiera
pensado, así que no pasó mucho tiempo hasta que cada centímetro de su
cuerpo cupiera en su interior. Hacerlo sin protección se sentía como la
primera vez que habían hecho el amor, era una sensación inexplicable,
abrumadora, irrepetible. Que estuviera sucediendo en el cumpleaños de
Azuma lo volvía el doble de inolvidable. El brazo que sostenía el torso
de Azuma con fuerza, de pronto fue dirigido por él hasta su cuello donde
aplicó la presión necesaria para cortar momentáneamente el suministro
de aire que entraba a sus pulmones. Tenma podía sentir el interior de
Azuma estrechándose cuando lo hacía, así que se acomodó sobre él de una
manera imposible mientras lo embestía justo donde más le gustaba y le
hacía todo lo que él disfrutaba para que quedara completamente
satisfecho y sintiera una vez más cuánto lo amaba Tenma. La mirada de
Azuma parecía expresar que estaba sumido en la lujuria, y si pudiera
verse en un reflejo, Tenma estaba seguro de que tenía esa misma
expresión en su rostro. Subió una de sus pies sobre el asiento,
empujando el cuerpo de Azuma aún más hacia adelante. Tenma resintió el
sonoro gemido que se escapó de los labios del hombre en todo su cuerpo, y
eso lo hizo aumentar el ritmo de sus embestidas. Se estremeció cuando
sintió las yemas heladas de Azuma sobre su nuca.
—Estás por acabar. —Tenma volvió a tiritar ante la manera sensual con la que Azuma le había hablado—. ¿Decidiste dónde hacerlo?
—Arrodíllese, por favor.
El
muchacho hizo el intento de no mirar a su pareja cuando expresaba su
pedido, pero Azuma notó lo rojas que estaban sus orejas y eso lo hizo
sonreír.
—De acuerdo. —El líder de la tropa de verano se sentó sobre
el asiento. Se quejó un poco al sentir la transpiración del cuerpo de
Azuma ahora sobre su espalda, y su amante, por otro lado, se arrodilló
como pudo en el espacio que lo separaba de los asientos delanteros—.
¿Así está bien? —Su oyente asintió con la cabeza, masturbándose mientras
enredaba su mano libre a los cabellos de Azuma para acercar su rostro a
su erección. Azuma sonrió y abrió su boca. Su lengua apareció entre sus
labios, brillando por la iluminación al otro lado de los vidrios del
vehículo y por la misma saliva que la recubría. Tenma lo agarró con más
fuerza mientras su cuerpo se tensaba al llegar al orgasmo y derramarse
sobre el rostro y parte del torso de Azuma. El exceso que cayó en su
boca y sobre sus labios fue lamido por él, pero antes de que pudiera
tragarlo, Tenma lo agarró con fuerza para poder besarlo de forma
apasionada. Se refugió en el espacio entre su cuello y su hombro
mientras lanzaba un sonoro sonido similar a un quejido—. No me esperaba
eso. ¿Estás bien? —El aludido asintió, sin ánimos de soltarlo—. Oye,
¿Tenma? Tenemos que regresar, pero… Yo todavía no…
—¡Ah! ¡Lo siento mucho! ¡Es verdad!
—Acuéstate sobre el asiento.
Tenma
hizo lo que Azuma le ordenó. Antes de que pudiera siquiera pensar qué
sucedería después, el hombre se sentó sobre él, a la altura de su
entrepierna para agarrar su erección entre sus manos y masturbarse con
ella.
—¡Ah! ¡Espere! ¡Azuma-san!
El aludido se inclinó un poco
para apoyar su dedo índice sobre sus labios para que guardara silencio.
Hizo su cabello hacia un lado con sensualidad innata, y Tenma no supo
qué lo excitaba más, si el estremecimiento de su cuerpo por las caricias
que Azuma le daba a su ya flácida hombría, o todo él. Levantó sus manos
para acariciar su torso, pero, Azuma negó con la cabeza.
—Sin
tocar. —Tenma balbuceó algo, pero no podía articular palabra por la
manera en que su cuerpo estaba siendo tocado. Azuma lo estaba
torturando. Literalmente estaba abusando de su hombría, y la sobre
estimulación lo estaba haciendo ver estrellas—. De nuevo estás duro,
Tenma. Pero, yo soy el consentido el día de hoy, ¿no? —Azuma soltó la
erección del muchacho y empezó a dar pequeños saltos sobre él. Veía la
desesperación en sus ojos por no poder tocarse, y le pareció que esa
expresión merecía estar plasmada en un mural. Lo seducía acariciándose
el cuerpo y gimiendo de manera exagerada.
—Azuma-san, por favor…
—No.
No lo harás. —El aludido gemía sus respuestas. El movimiento sobre el
cuerpo de su novio no cesó en ningún momento. Los espasmos de su cuerpo
lo ayudaron a llegar a su orgasmo. El marcado cuerpo de Tenma quedó
manchado con su semen, y Azuma podía asegurar que jamás había visto algo
más hermoso en su vida. Se inclinó hacia él para besarlo, y su cabello
plateado cayó a su alrededor como si estuviera ocultando aquel tierno
intercambio—. Volvamos a casa.
—¿Eh? Pero, yo…
—Volvamos a casa, Tenma.
Azuma
sopló las velas del pastel que Omi había horneado y los integrantes de
los dormitorios rompieron en aplausos. Había pasado casi un cuarto de
hora desde que regresó con Tenma, y Sakyo decidió terminar con la fiesta
lo más rápido posible, ya que era día laboral. El estridente sonido de
una silla moviéndose ocasionó que Tenma se convirtiera en el centro de
las miradas. Él se disculpó mientras salía corriendo de la sala. Una vez
que lo hizo, todos miraron a Azuma que tenía una expresión de
preocupación en el rostro.
—¿Sucedió algo con Tenma-kun, Azuma-san?
Izumi fue la que abrió la boca. De pronto, Azuma pareció recordar algo.
—¡Es
verdad! Tenma me había dicho que necesitaba ir al baño. Pobrecito.
Aguantar las ganas para quedarse a festejar mi cumpleaños.
—Ese
Tenma. —Banri suspiró mientras observaba de reojo a Juza, que miraba el
pastel como si se tratara de una valiosa obra de arte—. Podríamos
haberlo esperado si estaba tan apurado.
—Tenma es muy gentil. —Lo
defendió el cumpleañero—. Seguramente se sentía apenado por haber sido
el culpable de que esta fiesta se atrasara.
—Yo dije que podíamos hacerla otro día.
Omi reconoció mientras le entregaba una rebanada de pastel a Azuma.
—De todos modos, les agradezco lo que han hecho por mí. Este ha sido, por lejos, el mejor cumpleaños de mi vida.
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