5 de mayo de 2018

[Deja atrás todo lo demás] Capítulo 06: La última noche


Título: Deja atrás todo lo demás.
Fandom: Universo Cinematográfico de Marvel.
Formato: Serial.
Género: Drama, lemon, romance.
Rating: NC-17.
Número de palabras: 2082.
Sinopsis: Anthony vuelve a pedirle a Peter que vuelva con él. El muchacho, por su parte, le cuenta a Steve su último encuentro con el Hombre de Hierro. Steve le dice que él debe decidir qué quiere hacer, y que nadie va a interceder en su decisión.
Precuela: Es más fácil correr.
Advertencia: 
Al Cap no le gustaría leer esto xD

Nota mucho muy importante: Le dedico este fic a mi Shotosa (you know who you are xD) porque me ayudó a cerrar esta historia :3

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Capítulo 06: La última noche.
 
May estaba con Peter en la cocina hablando acerca de qué muebles comprar, de qué color pintar las paredes y si realmente tenían que hacerlo ya que el color no estaba para nada deteriorado, pero parecía que el aludido estaba mirando algo más allá a través de la ventana abierta.
—¿Peter? Peter, ¿me estás prestando atención? —el muchacho la miró y le sonrió—. No, no estabas prestando atención… ¿Qué estás pensando? Estás así hace días… 
—Estoy bien. Sólo estoy… cansado…
—¿Estás seguro?
La mirada preocupada de May lo hizo sonreír.
—Sí, estoy seguro.
—¡Ah! ¿Podrías ir al restorán y darle al señor Johnson este dinero? Me olvidé por completo de entregárselo yo misma y quizás lo necesite —Peter miró el dinero en la mano de May y luego a ella—. Sé que es un poco lejos como para ir caminando, pero… quizás algún auto pueda acercarte.
Peter suspiró y tomó el dinero. Quizás una larga caminata podría ayudarlo a acomodar sus pensamientos.
Desde la noche en que Anthony los encontró no pudo conciliar el sueño y estaba seguro que ni Clint ni Steve pudieron. De repente, un automóvil se detuvo a su lado y trató de llamar su atención.
—¿Qué? ¡No estoy en el camino! —Peter se detuvo cuando vio al automóvil y a su dueño—. Tony…
—¿Estás volviendo a casa? —bromeó el hombre.
—Algo así —respondió Peter pateando una pequeña piedra. Se dio cuenta de la distancia que había recorrido cuando sintió que sus pies le dolían—. Estás algo lejos de tu casa…
—¿Y si te acerco adónde sea que quieres ir?
El aludido lo miró y luego de dudar un poco, se subió al vehículo.
—Sólo vas a dejarme cerca, ¿está bien?
—Entonces sé mi GPS —no hablaron. Sólo compartieron algo de tiempo juntos, sintiendo el viento golpear sobre su rostro—. ¿Cómo va?
—¿Qué cosa?
—Todo.
—Estoy bien. La semana que viene voy a empezar la escuela, ya está todo arreglado.
—Bien. No tienes que dejar la escuela —el muchacho sonrió y volvió la vista a través de la ventana una vez más—. Peter… ¿Has pensado en lo que hemos hablado?
—Tony, dices muchas cosas cada vez que nos vemos —el vehículo se detuvo en medio del camino. El hombre lo miró.
—Te quiero a mi lado. Te necesito a mi lado.
—Oh, Tony —dijo el aludido con una sonrisa—… Yo-- Yo no —Peter se apoyó sobre el apoyacabezas y suspiró—. No quiero.
—Espera. Sólo espera. Voy a hacer algo, y si eso no funciona —el muchacho lo miró y no movió un solo dedo. Quería saber cuál podría ser su siguiente movimiento. Entonces, Anthony lo besó. Sólo un rápido beso. Lo disfrutó. Ambos lo hicieron—. Ahora, dime, ¿cómo estuvo?
—Terrible…
—Oh, rayos…
—Tony, no puedo —el aludido besó a Peter de nuevo, esta vez, con toda la intensidad que pudo. Cuando ambos se quedaron sin aliento se separaron, pero Anthony volvió a apresar los labios del muchacho esta vez, tiernamente—… ¿Cómo te atreves? 
—¿Qué? ¿Vas a contarle al Cap? Díselo.
—Por favor, no —había encontrado su punto débil. Había golpeado su nuevo punto débil. Había golpeado sus sentimientos divididos. Peter no dijo una sola palabra y salió del automóvil.
—¡Peter! ¡Espera! ¿Adónde vas?
—A casa. Puedo caminar desde aquí, no está tan lejos. Tony, por favor, déjanos en paz. Si no lo haces, te aseguro que nunca volverás a verme —el muchacho fue serio y parecía seguro de sus palabras.
Peter no oyó al vehículo acercándose a él, en vez de eso, lo oyó alejándose. 
—Tony estuvo aquí —Steve entró a su cuarto y lo primero que vio fue a Peter sentado sobre su cama—. Tony estuvo aquí.
—Te oí. ¿Qué te hizo?
—Nada. 
—¿Qué quería?
—A mí.
—¿Qué vas a hacer?
—¿Qué? —le preguntó el muchacho, mirándolo con una sonrisa nerviosa.
—No soy estúpido, Peter. Sé que me amas, pero estos días que pasaron estuviste alejándote de mí. No soy ciego como para no ver que es por Tony. ¿Te estás arrepintiendo de haber venido conmigo?
—No… No quise decir eso…
—Si piensas que estar con él es lo mejor para May y para ti… Hazlo. No voy a obligarte a estar conmigo. Yo no soy así.
—Steve, no quise decir eso. Lo… siento si parecía que me estaba alejando de ti. No quise hacerlo. Es sólo que todo esto es… nuevo… Estoy feliz por May, ella parece haberse adaptado, pero yo no puedo. Es decir, no así de rápido…
Steve agarró al muchacho de la cintura para besar sus labios.
—Te amo —suspiró—. Pero quiero saber qué estás sintiendo realmente. No quiero que me digas que me amas cuando no sientes eso.
—No estoy--
—Lo estás. Dudas de todo esto. Sabes que esto es lo mejor, pero en tu corazón, no estás seguro de eso. Lo sigues amando. Tú no lo notas, pero cuando oyes su nombre aparece un brillo particular en tus ojos, Peter. Y eso me lastima tanto…
—Steve…
—Quiero que estés conmigo, pero no soy tan egoísta como para atreverme a obligarte a hacerlo, Peter. Hasta que pongas tus sentimientos en orden, lo mejor será que no estemos cerca uno del otro, ¿de acuerdo? —Steve besó la frente de Peter y salió de la habitación. Se encontró con Clint escaleras abajo.
—Ey, ¿todo está bien? 
—Estoy muerto.
—¿Dónde está Peter? —le preguntó May.
—Está arriba —respondió el rubio sentándose en su lugar en torno a la mesa de la cocina. May se dio cuenta que algo estaba sucediendo entre su sobrino y él, así que decidió ir a ver al muchacho. Estuvo por golpear su puerta, pero oyó un llanto que venía del cuarto contiguo, así que entró a dicha habitación sin tocar. Halló a Peter secándose rápidamente las lágrimas con su remera. Chistó y cerró la puerta detrás suyo.
—¿Ahora qué sucede entre ustedes? ¿Discutiste con Steve? —le preguntó, sentándose en el suelo a su lado.
—No. No. No-- No lo sé. Ya no sé qué sentir, May. Amo tanto a Steve. Él me salvó. Él me mostró qué es realmente el verdadero amor. Pero Tony es… el primer amor que tuve. Es sólo que no sé qué hacer. Sólo quiero desaparecer…
—No digas eso, cariño —dijo May, abrazando a Peter y besando sus cabellos—. Sólo tienes que pensar, aclarar tu mente y pensar qué es lo mejor para ti.
—Pero, tú…
—¡No tienes que pensar en mí! —le dijo ella, con una sonrisa—. Oye, yo soy una mujer adulta. Puedo cuidarme por mí misma. Peter, estás confundido, y eso está bien. Ni siquiera superaste a Stark y ya empezaste una relación con Steve. Es perfectamente normal. Creo que deberías tomarte un tiempo y después avanzar con Steve…
—Él está sufriendo por mi culpa, May. No quiero hacerlo sufrir. Lo amo. Amo a Steve, pero no puedo superar a Tony.
—Tienes que pensar, cariño. Sólo pensar…

Oyó como si hubiera piedras golpeando vidrio en su sueño. Quizás no era un sueño. Se despertó y oyó ese sonido otra vez. Steve encendió la lámpara y echó un vistazo al otro lado de la ventana de su cuarto.
 —¿Barton?
—¡Ven aquí! ¡Vamos! —susurró Clint. Steve lo siguió por varias cuadras lejos de la casa. Se detuvieron frente a un teatro cerrado en medio de la calle principal del pueblo.
—¿Adónde estamos yendo?
—No puedes entrar con esa ropa —Steve lo miró, confundido—. Ve y ponte esto —agregó, entregándole una bolsa.
—¿Dónde puedo cambiarme?
—Aquí.
—¿En medio de la calle?
—Sólo hazlo, ¿de acuerdo?
—No sé qué está sucediendo, pero no me gusta, ¿sabes?
Steve cambió sus ropas por una camisa, pantalones y hasta un smoking. Clint lo ayudó con la corbata y lo palmeó en el hombro cuando estuvo listo.
—Ahora, ve.
—¿Adónde?
—A tu primer baile —esas palabras hicieron que Steve levantara una ceja. Clint lo condujo a la puerta principal del teatro y lo dejó allí. Cuando Steve entró al edificio le pareció ver luces en la sala central así que entró allí. Había una persona en medio del escenario.
—Peter —susurró. El muchacho se volteó para verlo y le sonrió—. ¿Qué es esto?
—Bueno, esto es… algo que quería hacer. 
—¿Hablaste con Barton?
—En realidad… Sí, lo hice.
—Esto es sorprendente. Luces… increíble —dijo al ver que el muchacho vestía un traje justo como él.
—Gra-- Gracias… Tú también luces genial.
—Gracias.
—Entonces… ¿Está listo para su baile, Capitán Rogers?
—Estoy listo cuando tú estés listo.
Peter sonrió por sus palabras. Sonrió porque la luz sobre Steve lo hacía parecer alguien inalcanzable pero él estaba ahí y, en realidad, era suyo. Fue complicado al comienzo, Peter tuvo que darle un par de lecciones rápidas a Steve –aún cuando él no era un gran bailarín- antes de que el baile comenzara. No les importó el tiempo que pasaron allí sólo bailando, sólo oyendo los latidos del corazón del otro cada vez más alto hasta que ni la música pudo ser oída por ellos.
Sus labios se encontraron para tomar la forma de un beso interminable. Sus ropas fueron cayendo al suelo, sus cuerpos tan pegados, ambos sin poder ser capaces de respirar, ambos tan inmersos en el amor que sentían por el otro. Sus respiraciones erráticas y sus gemidos resonaban en el lugar por sobre las canciones que sonaban sólo para ellos.
—Steve —Peter llamó su atención. Estaba siendo abrazado por el rubio, tan cálido pero pegajoso al mismo tiempo. 
—¿Qué sucede? —Peter no pudo evitar sonreír al ver la expresión somnolienta de Steve.
—No es nada —susurró el muchacho.
—Bueno…
Steve suspiró y cerró sus ojos.

Ambos regresaron a la casa de Clint pasadas las cuatro de la mañana. El hombre estaba esperándolos en el granero. Sin hacer sonido alguno, los tres entraron a la casa a descansar.
Peter se dio cuenta que May estaba despierta por la luz de su cuarto. Golpeó la puerta y esperó a que la mujer le permitiera entrar.

Steve fue capaz de conseguir trabajo gracias a Clint. El viernes por la tarde era su día libre, así que decidió recoger a Peter de la escuela, pero ya que la casa de Clint quedaba cerca de su trabajo, Laura le ordenó pasar tiempo con ellos antes de ir a la escuela.
—¿Podría traer la basura del cuarto de Peter, por favor? —le pidió al rubio, quien asintió con una sonrisa—. Sabe que no puedo dejarlos solos —dijo la mujer en referencia a sus hijos.
—No se preocupe —dijo Steve antes de ir escaleras arriba. El cuarto de Peter tenía pocas cosas. No quería darle su toque personal ya que en unos cuantos días se estarían mudando a su nuevo hogar. La bolsa de la basura ya estaba cerrada, pero cuando Steve la levantó, encontró un bollo de papel en el piso. Lo levantó y lo abrió para ver unas cuantas palabras escritas por el muchacho. Frunció el ceño al leerlo, y Laura llamó su atención al golpear la puerta. 
—¿Señor Rogers?
—Ah, sí. Lo siento. Tengo que…
—Sí, tiene que ir a recoger a Peter. May ya está aquí.
—Genial. Bajo en un momento.

La camioneta de Clint se detuvo frente a la secundaria. Los chicos ya estaban saliendo, así que Steve bajó del vehículo y esperó a Peter. Su cuerpo estaba contra la puerta, de brazos cruzados cuando vio a Peter a la distancia. 
—Hola.
—¿Cómo estuvo la escuela?
—Bien. Aunque tengo un montón de tarea. ¿Cómo estuvo tu día?
—Bien. 
—¿Puedes dejarme subir a la camioneta? Me muero de hambre —le dijo Peter, con una sonrisa tímida.
—¿Puedo preguntarte algo antes?
—Sí. ¿Qué sucede?
—¿Puedes explicarme qué es esto? —Steve le enseñó a Peter el pedazo de papel que había agarrado de su cuarto. El muchacho se quedó sin palabras. Quería decir algo, pero no podía.
—Yo-- Yo —Peter tragó saliva en seco, y entonces, habló—… Eso no era para ti.
—¿Qué?
—Era para Tony.
—¿Qué?
—Esa carta… era para Tony.

Ahí estaba de nuevo. Ese fantasma de nuevo entre nosotros.
¿Cómo podía pelear contra él si Peter no me dejaba hacerlo? Podría haber jurado que Peter había sido quien le avisó a Tony que estábamos en la casa de Barton, pero su expresión no me mentía.
No pude hacer otra cosa más que suspirar pesadamente.
De nuevo, su presencia estaba entre Peter y yo, y no podía hacer otra cosa más que tratar de soportarlo.



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