19 de febrero de 2012

[Life's blood] Capítulo 05 - Desastre

Es muy temprano para mí  (-з-)
El sonido del ventilador + el sonido del agua de la ducha cayendo + madre tosiendo xD
En casa~

La cosa se está poniendo calenchuuuuuu >< Mientras pienso en que tengo que continuar este fic, les dejo este nuevo epi :D
Me di cuenta que no es muy largo en sí -w-U pero bueno, al menos los va a entretener un poco ;3
Enjoy~ ♥

Título: Life's blood
Pairing: Ikuta Toma x Tegoshi Yuya, Toda Erika x Horikita Maki
Capítulo: 05/ ¿?
Resumen: En medio del peligro, aparecen los aliados más poderosos. En medio del peligro, un oscuro secreto saldrá a la luz quiérase o no.


Notas
  • Teoría de la hiper-sugestibilidad: Actualmente una teoría más popular se basa en que la atención del sujeto está estrechada por ciertas técnicas usadas por el hipnotizador. Como la atención del sujeto se estrecha, las palabras del hipnotizador eventualmente se sobre imponen sobre la voz interior del sujeto. De esta teoría venía la implicación de que solamente mentes débiles o engullibles son sugestionables. Al contrario, es necesario que el sujeto tenga un mínimo de imaginación.
  • Wakizashi: a.k.a. shoutou, es un sable corto tradicional japonés, con una longitud de entre 30 y 60 centímetros. Su forma es similar a la de la katana, aunque el filo es generalmente más delgado y por tanto puede herir con mayor severidad a un objetivo desprotegido. 
 
  •  Autos mencionados en este episodio: Maserati Quattroporte
Por algún motivo los malditos estos manejan autos tan lejos de nuestro alcance jajajaja...
Capítulo 05: Desastre


Una mano la meció, despertándola. Sonrió, podía reconocer su suave tacto donde sea. Al abrir sus ojos, se encontró con una visible expresión de preocupación.
- Toma… Quiere que nos reunamos – Dijo Maki.
La muchacha fue seguida por la vampiresa, que aún con sueño y todo, llegó al lugar de trabajo de Tomohisa, silbando por la cantidad de gente que allí había
- ¿Me perdí de algo? – Dijo.
- Erika – Dijo Tomohisa, ocasionando que la aludida lo mirara -. ¿Has visto a Tegoshi-kun?
- ¿Eh? No. Y si hubiera entrado a mi habitación tampoco lo habría visto, de lo dormida que estab… ¿Por qué? – Miró a todos los presentes -. ¿Qué sucedió? – Preguntó, tragando en seco -. ¿Fue por mi…?
- No, no fue tu culpa – Dijo Keiichiro, interrumpiéndola -. Es sólo que… Tegoshi-kun desapareció.
- ¿Qué?
- Lo que oíste, desapareció – Dijo Takahisa, generando un incómodo silencio.
- Con Toma tenemos la teoría de que usó las escaleras de emergencia para huir.
- ¿Por qué iría a…? – La vampiresa iba a hacer una pregunta estúpida, por lo que se interrumpió a sí misma.
- Pero… Ni él y ni siquiera Masuda las vieron cuando estuvieron en la terraza. Y nadie se las mencionó.
Erika adoptó una pose pensativa.
- ¿Qué piensas?
- Mhh… No lo creo, pero – Todos la miraron, pero su mirada fue dirigida a Toma -… ¿Hipnosis?
- ¿Hipnosis? – Repreguntó el aludido.
- Sí, pero…  ¿Teoría de la hiper sugestibilidad?
- No creo que Yuya…
- No veo otra alternativa.
- ¿Y bien? – Preguntó Tomohisa, dado que nadie se atrevía a interrumpirlos.
- Hay una posibilidad de que haya sido hipnotizado. Todos los vampiros tenemos la capacidad de hipnosis, pero no podemos hacer uso de él a menos que tengamos un… medio con el cual hipnotizar… No sé si me explico…
- ¿Te refieres a… un reloj…?
- Claro, cualquier cosa. Reitero, nunca he oído de un vampiro que haya sido capaz o que haya tenido interés de inmiscuirse en la hipnosis…
- ¿Y si fue capturado por uno de los Hachi? – Preguntó Keiichiro -. Nadie se ha enfrentado a ellos, así que…
- Yo sí lo hice – Dijo Toma -. Pero sólo a uno.
- ¿Y?
- Perdí miserablemente – Respondió el aludido con una sonrisa forzada, acercándose a Tomohisa -. ¿Su celular?
- Está apagado, no puedo hallarlo con el GP… - Un chirrido proveniente del pequeño comunicador  que se hallaba en su oreja, interrumpió sus palabras -. ¿Sí? Eh… Sí…
- ¿Qué sucede? – Preguntó Keiichiro, antes de que, luego de un ensordecedor sonido proveniente de los parlantes terminara en silencio.
- “Buenas tardes, Ikuta Toma-san.
Dos segundos. Ese tiempo fue lo que tardó el aludido en reconocer aquella voz.
- ¿Dónde tienen a Yuya? – Murmuró, apretando la silla donde estaba sentado Tomohisa con ambas manos.
- “Ahhh… Veo que reconoces mi voz. Creo que… Tegoshi-kun… No puede atenderte ahora…
- Maldito…
- Toma – Llamó su atención Erika, percatándose en su tono de voz del odio que estaba despertándose poco a poco.
- “Esto puede filmar, ¿no? Sabes… Aunque tenga siglos de edad no me gusta mucho la tecnología…
Erika se interpuso entre la imagen y la vista de Takahisa, a quien Keiichiro le cubrió los ojos. Aquella imagen, más que desagradable, demostraba cuán sádico era el llamado Nishikido Ryo. Siendo Tadayoshi quien había llamado con el celular de Yuya, lo que mostraban las pantallas era el sádico acto al que estaba siendo sometido. Los vaivenes del más poderoso de los Hachi sobre el cuerpo quizás inconsciente o muerto del rubio no cesaban, muy por el contrario, buscaba ir cada vez más rápido, envuelto en el frenesí que despertaba en cada célula de su cuerpo, la sangre que era derramada por aquel sujeto, la sangre que caía directamente dentro de su boca.
- ¿Dónde… mierda tienen a Yuya? – La mano de Tomohisa, posada sobre la suya, hizo que bajara la vista y volviera a ser el mismo. En ese mismo instante, la imagen se cortó. El cuerpo de Takahisa, abrazándose a sí mismo, se deslizó de los brazos de Keiichiro. Su llanto inundó la habitación.
- Eri – La llamó Toma -. Vamos.
El aludido dio media vuelta y se dirigió a su cuarto. Erika suspiró y abrazó a Maki.
- Estás a cargo.
- ¿Eh?
- Quédate aquí junto a los demás – Miró a Takahisa, quien estaba siendo consolado por Keiichiro -. Intentemos que a este no le pase nada, ¿sí? – Susurró, obteniendo un movimiento afirmativo de cabeza por respuesta. Acto seguido, fue a su cuarto a prepararse para la pelea.
- Koyama, Shige, ¿pueden cuidar de Asami-san y Masuda-san en el laboratorio? – Preguntó Tomohisa.
- Ah, sí – Respondió, levantando el cuerpo del pelirrojo.
- ¿Por qué en el laboratorio? – Preguntó Shigeaki, antes de seguirlos. 
- Porque allí hay cámaras de seguridad – Respondió Maki -. ¿Qué hago yo?
- Quédate aquí, preparada, ante cualquier eventualidad.
- De acuerdo – Dijo la muchacha.
- Si de algo estoy seguro, es de que están en Hachi.
- Sí.

Erika seguía los ágiles pasos de Toma a través del estacionamiento, camino al Lamborghini. Al llegar al mismo, se oyó el sonido de la alarma de un auto desactivándose. Toma dio medio vuelta para ver a Erika abriéndole la puerta de su Gemballa Mirage GT plateado.
- No creo que estés en condiciones para manejar – Le dijo la mujer, haciéndolo sonreír. El muchacho se sentó al lado del asiento del conductor y espero a que Erika encendiera el motor.
- Vamos a recuperar a ese chico, no te preocupes – Lo miró, sin recibir ni aprobación ni negación a sus palabras -. Vamos a traerlo sano y salvo, y a matar a esos vampiros.
Lo hizo sonreír.
- Sí.

No supo exactamente cuánto tiempo había tardado, sólo supo que había sido muy poco. Si tuviera patente, aquel auto estaría lleno de multas, de eso estaba seguro. Luego de estacionar frente al edificio, ambos bajaron del automóvil. La noche apenas estaba comenzando y la jornada laboral, terminando.
- Dijiste que estaba lleno de vampiros, ¿no? – Preguntó Erika, apoyando ambos brazos sobre el techo del vehículo, al igual que Toma.
- Así es. ¿No sientes el olor?
- Ah… ¿Eso era olor a vampiro? – Preguntó, sarcásticamente, tosiendo al cabo de unos pocos segundos -. Lo siento – Giró su cuerpo para mirar el edificio -. ¿Vas a ir por el ascensor?
- Sí – Dijo, mirando a ambos lados de la calle antes de cruzar.
- Bien, iré por las escaleras – Dijo la mujer, yendo a su lado.
Ambos entraron siendo Toma el primero en cruzar el detector de metales, el cual sonó.
- Lo siento, Señor, ¿podría dejar sus efectos metálicos en esta cesta? – Pidió uno de los dos guardias que estaban al otro lado de la cinta metálica. El hombre los miró.
- Disculpe, pero – Dijo Erika, llamando la atención de ambos -, ¿no quieren revisarme a mí? – Al abrir su sobretodo, pese a la poca ropa con la que estaba vestida, lo que llamó la atención fue la cantidad de agujas que colgaban dentro del mismo. El brillo que se desprendían de ellas mostraban cuán afiladas estaban.
- ¡¿Q… Q…?!
Ambos hombres fueron silenciados en dos rápidos movimientos de la vampiresa, quien clavó una aguja en el cuello de los dos sujetos. Una mujer, que la había visto, gritó, alertando a los presentes.
- Esto va a ser divertido – Dijo Erika, interponiéndose entre Toma y la horda de gente que se les acercaba -. Ve por Tegoshi – Le susurró.
- Sí.

Llamaba a un gato, o eso parecía.
- Ahhh… ¿Dónde crees que se habrá metido? – Deslizó una de las sillas en torno a la enorme mesa de vidrio hacia adentro, ocasionando que la que estaba al frente, se cayera, aún cuando ni siquiera la había tocado.
- Allí está – Dijo otro sujeto.
La mujer se levantó del suelo, tiritando de miedo, mirando a ambos hombres.
- Q… ¿Quiénes son ustedes?
- ¿Otro juguete de Ryo? – Preguntó el primer hombre, cargando el tambor de un revólver mientras la ceniza del cigarrillo que descansaba en su boca, caía al suelo.
- Parece ser – Dijo el otro sujeto, sonriendo, antes de mirarlo -. Mátala.
- ¡No! ¡Por favor! – Pidió Ai, apoyándose contra la pared.
- ¡Mírala, Yu! ¡Está suplicando por su vida!
- Mátala, Subaru, tengo prisa – Dijo el aludido, mirando la hora en su reloj.
- Oh, de acuerdo - Por más que suplicase, por más palabras y excusas que quisiera dar, sus oyentes parecían no oírla, o no querer hacerlo -. Lo siento, chica, no es contra ti, pero digamos que… No queremos a una mujer en el grupo. Lo siento.
La bala disparada fue directo al medio de la frente de Ai, ocasionando que la sangre salpicara contra la pared y su cuerpo cayera al suelo estrepitosamente. Subaru silbó.
- ¿Qué?
- Se sienten realmente poderosas estas balas de plata – Respondió, mirando el arma que había acabado de disparar.
- ¿Sientes eso?
- ¿Mhh?
- Ese aroma.
La nariz de Subaru se dedicó a intentar descubrir el aroma al que su compañero hacía referencia.
- ¿Van Helsing?
- Parece que Ryo finalmente lo hizo – La expresión de ignorancia en el rostro de Subaru, hizo que siguiera hablando -. Cazó al Bombay.

A medida que el ascensor subía, Toma era capaz de ver alrededor suyo la masacre que Erika había despertado en aquel lugar. Sonrió. La eficacia con la que se deshacía de todos y cada uno de ellos la hacía una vampiresa única. Ambos llegaron al mismo tiempo al último piso, lugar donde, al abrirse el ascensor, una wakizashi clavándose sobre el vidrio del mismo, lo hizo estallar en mil pedazos.
- ¡Toma! – Exclamó la vampiresa, antes de ser atacada por la misma arma, la cual fue evitada por su propio brazo, haciendo que su hoja chocara con el mismo y lo hiciera caer al suelo.
- Es lo menos que me esperaba de una vampiresa de su clase, Toda Erika-san – Dijo Tadayoshi, entrando al ascensor en busca de una de sus armas, la cual estaba en el suelo del vacío ascensor.
- Dime dónde está Yuya – Le dijo Toma, apoyando un arma antigua sobre su sien, generando la sonrisa en su oponente.
- ¿Sacando a relucir sus dotes, Ikuta-san? – Preguntó Tadayoshi, apuntando su arma directo a su cuello -. No crea que voy a permitir que termine conmigo como si nada.
- ¿Es una amenaza?
- Tómelo como quiera.
- Suéltalo – Dijo Erika, apuntándolo ella también al cuello de Tadayoshi.
- Mhhh… No es justo un dos contra uno…
- ¿Dónde está el resto de tus compañeros? – Preguntó Toma.
- Por ahí. Es posible que Erika-san se haya enfrentado con ellos, que los haya matado y hayan salido sigilosamente por la puerta. Después de todo… Somos los siete más poderosos.
Toma bajó el arma y salió del ascensor. En ese lapso, Erika y Tadayoshi se apuntaron con los wakizashi.
- Pi, ¿encontraste algo? – Preguntó Toma, dirigiéndose a la oficina principal, siendo rodeado de vampiros.
- “Nada.
- ¡¡Oye, Van Helsing!! - La atención de Toma y la de sus prontos agresores fueron posadas sobre un grupo de personas que, tras abrir las puertas del edificio, estaban a ambos lados de un Maserati Quattroporte negro -. ¡¡Tírate al piso y tápate los oídos!!
Aunque ni siquiera sabía quiénes eran aquellas personas, hizo caso a sus palabras.
- Ahora, Nakamaru – Dijo un hombre de cabellos azabache, a un morocho dentro del vehículo, que movía sus manos rápidamente sobre el pequeño teclado de un computador.
- Sí.
Al oprimir un botón, por los altos parlantes, salió un chirrido que sólo era captado por el oído de los vampiros. Un chirrido tan espantoso que era como si les gritaran sobre los tímpanos. Mientras los seres gritaban en el suelo, siendo víctimas del dolor, un cuarto sujeto, silbando, cargando un lanza misil sobre su hombro, se acercaba al medio del hall. Preparó el arma, ya cargada y disparó al techo del complejo, ocasionando que lo que había disparado explotara y derramara gotas de agua bendita, las cuales al caer sobre los vampiros, terminaban con ellos en forma inmediata. Aún así, al caer sobre el sujeto que la disparó, quien regresaba junto a sus compañeros, terminaba sólo por empapar su atuendo.
- Bien hecho, Ueda – El aludido le dedicó una media sonrisa, antes de entrar al auto junto con el arma.
- Así que ese es su poder – Dijo Tadayoshi, aún apuntándose con Erika con los wakizashi, sin despegar la mirada uno del otro -. El poder de los míticos escritores.
- ¿Nos están alabando? – Preguntó un muchacho dentro del autmóvil.
- Así es – Dijo Kazuya, entrando al lado del conductor, al igual que Koki.
- ¿Adónde vamos? – Preguntó el mismo muchacho.
- A proteger al grupo del Van Helsing.
- ¿Ahora es el momento? – Preguntó Yuichi.
- Sí, tal parece que tienen problema de seguridad.
- Tal parece que Nakamaru va a tener un gran dolor de cabeza.
- No te creas – Dijo el aludido, sin despegar la pantalla del monitor -. Aún no puedo descifrar su sistema de seguridad – Susurró, apenado, mientras el vehículo era puesto en marcha para dirigirse con Tomohisa y el resto.
- Aún así… Sabes dónde están, ¿no? – Preguntó Kazuya, manejando a toda velocidad.
- Por supuesto – Respondió Yuichi, alzando la mirada escasos segundos -. Las coordenadas ya están en el GPS.
- ¡Ah! ¿No nos falta alguien…?
- Él ya debió haber llegado – Dijo Ueda, sin despegar la vista del paisaje imposible de ver.

Dentro del edificio, aturdido, Toma se sentó en el suelo. Su cuerpo estaba húmedo. Pudo oler algo más en aquella agua que carecía de olor.
- Agua bendita - Al girar su vista pudo ver los destellos de los ataques de Erika hacia Tadayoshi y viceversa. Sonrió, viendo aquel despliegue de ataques. Al bajar la vista, sólo vio polvo -. Del polvo venimos y al polvo vamos, ¿eh? – Susurró, intentando levantarse pero fallando en el intento. Giró su cabeza para ver cuán cerca y a la vez cuán lejos se hallaba de la puerta de la oficina de Ryo -. Yuya…

Erika y Tadayoshi detuvieron sus ataques, quedando frente a frente en pose defensiva. Aunque los dos estaban agitados, ninguno estaba herido.
- Vaya, hace mucho que no me enfrento con un vampiro digno – Dijo el hombre.
- Lo mismo digo, hace siglos de esto.
- ¿Cuál fue la última persona digna de una pelea contigo?
- No fue un vampiro – Dijo, sonriendo -. Fue el Van Helsing que me salvó la vida…
- Qué melancólico…
- Irónico, ¿no? Pero su fuerza y destreza, después de aquel sujeto, fueron también por mis enseñanzas.
- ¿Traicionas a tu sangre?
- Es posible, pero… agradezco aquella mano extendida que me salvó. De no haber sido así…
Un crujido proveniente del piso superior, hizo que Erika saltara metros hacia atrás, llegando al lado de Toma. De aquel crujido, el piso de arriba se quebró para que el misil disparado por Tatsuya, cayera encima de Tadayoshi, haciendo que el peso y la fuerza de su caída, lo hicieran caer un par de pisos más.
- Debió doler – Dijo Toma, ocasionando la sonrisa de Erika.
- ¿Crees que estemos solos? – Preguntó la mujer, ayudándolo a levantarse, siendo ella su muleta.
- Si los seis restantes hubieran estado aquí, nos hubieran matado hace rato – Respondió el muchacho, quejándose tras ser levantado.
- Qué frágil resultaste ser…
- Perdón por eso.
De un empujón, la vampiresa abrió la puerta de la oficina.
- Buenas…
- No hay nadie.
- Me di cuenta.
La mujer apoyó el cuerpo de Toma sobre uno de los sillones y se dedicó a investigar.
- Está aquí… Puedo sentirlo…
- ¿No hay alguna puerta secreta?
- ¡Esto no es una película!
- A veces, deberías creer lo que ves en ellas – Dijo Toma, intentando dar un paso, pero cayendo al suelo, ante la risa de Erika. Giró su cabeza buscando algo, dando con un fino hilo de luz proveniente de debajo de un zócalo -. ¿Qué es eso? – Preguntó, señalando aquello.
- ¿Mhh? - Erika se agachó y vio lo mismo que él. Al levantarse vio un cuadro de un paisaje, antes de ir en busca de Toma, quien se quedó al lado de la enorme estantería llena de libros, agarrándose de ella para no caerse -. ¿Y ahora?
- Supongo que – Giró su cuerpo para mirar los libros que se hallaban frente a él -… Alguno de estos debería abrir… algo…
- Toma… Has visto demasia…
Repentinamente, parte de la pared donde estaba aquel cuadro, se abrió, dejando visibles unas antiguas escaleras de cemento en forma de caracol. La vampiresa miró a Toma sin parpadear.
- Drácula de Bram Stoker – Dijo el aludido, dirigiéndose a su lado y mirando las escaleras iluminadas con la débil luz de las antorchas encendidas a ambos lados de las mismas -. ¿Puedes sentirlo?
- Están abajo.
Ambos bajaron las escaleras. Erika optó por ir primero, para amortiguar una posible caída por parte de Toma, mientras que él, con el arma en mano, cuidaba su espalda. Los sonidos provenientes de abajo eran bastante débiles, lo único audible era el posible sonido de algo metálico. La mano de Erika detuvo los pasos del hombre. Sus ojos parecían estar desorbitados mientras la mano que intentaba detener su andar, temblaba apenas. De un tirón, Toma se acercó a ella al mismo tiempo que la vampiresa giraba por completo su cuerpo, dándole la espalda a tremenda escena. Toma sintió que el palpitar de su corazón se detenía cuando la realidad era completamente opuesta.
Su cuerpo estaba inconsciente o, al menos, eso deseaba creer. Aún así al sujeto que lo embestía poco le importaba aquello. Aquel sujeto había mancillado su cuerpo hasta el completo agotamiento, hasta el punto de hacerle perder la conciencia. En medio de una cama que parecía hacer juego con el ambiente medieval de aquel lugar, el cuerpo de Ryo embestía con suma crueldad el de la persona que estaba debajo suyo. Era Yuya, lo sabía. Aunque sólo la débil luz de la luna los había iluminado cuando se amaron, Toma podía reconocer cada parte de su cuerpo como si aquella no hubiera sido su primera vez.
Un gruñido salió de su garganta, alertando a Erika y Ryo.
- ¡Ah…! Al fin… viniste…, Van… Ahhh… Helsing – Habló con dificultad, sin detener ni por un momento sus acciones -. La sangre de… este chico es realmente… fascinante… y por demás exquisita… Ahhh…
A simple vista podían verse varias incisiones en el brazo del rubio hechas para quitarle la sangre.
- Toma – Musitó Erika, acercándose a él con la mano temblorosa, pero sus movimientos fueron más rápidos, saltando Toma hasta detrás de Ryo, agarrando su cabeza con ambas manos, antes de lanzar un desgarrador grito que hizo que Erika se tapara los oídos. Odio, eso fue lo que la vampiresa vio de cada una de sus acciones y la desesperación misma por salvar a la persona que más amaba.

4 comentarios:

  1. "El cuerpo de Takahisa, abrazándose a sí mismo, se deslizó de los brazos de Keiichiro. Su llanto inundó la habitación."
    T________T mi viiiiiiiiiiiiiiiiida

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    uuuuuuuuuh mataron a la asistentA de Ryo

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    "una wakizashi clavándose sobre el vidrio del mismo, lo hizo estallar en mil pedazos.
    - ¡Toma! – Exclamó la vampiresa, antes de ser atacada por la misma arma, la cual fue evitada por su propio brazo, haciendo que su hoja chocara con el mismo y lo hiciera caer al suelo."
    la dejaste manca ._.

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    Pobre Tego. Dejá de hacer que le hagan cosas tan horribles locooooooooooo -.-

    mierdaaaaaaaa!! me voy YA a dormir!!!!!!!! Me faltan sólo 2 caps y termino el fic!!!!!! el jueves lo termino si o siiiiiiiiii


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  2. Sí... Lisié p maté a las pocas actrices ponjas que me caen bien xD

    Es que Tego tiene que sufrir, sino la historia no tiene gracia (? No existe la vida color de rosa en mis fics, U know that xD

    4:45am.... Si hubiera estado despierta, te hubiera mandado a dormir de los pelos xD Gracias por leer~~ :3

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    Respuestas
    1. jajajjajaja sos la peor!!

      U.U I know. Pobre Tego, siempre le toca sufrir a él.


      Seeeeeh, era tarde, pero TENÍA que terminarlo :P

      De nadaaaaaaaaaaaaaaa!!! ;)

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  3. Lo sé~~~~~~~~~~ ;________;

    Es que Tegoshi es el único Johnny que puede ser la damisela en apuros... No veo a otro con ese porta tan... más mujer que hombre xD para cualquier otro xD jajajajajajaja

    Me di cuenta xD

    <3

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