O me pongo a hacer algo lejos de la notebook o van a pensar que me drogo de lo rojo que tengo los ojos ><
テゴマス ー チョコレート
En casa~
Siguiendo con la seguidilla de fic San Valentineros, destaco que se me pasó el horario de publicación de este, pero bueno xD Igual la persona a la que se lo dedico no lo va a leer hoy ¬¬ Así que medio de balde lo publico xD lo podría haber publicado más tarde, pero va por orden de escritura -w-
So, aquí le sigue el KoyaTego dedicado a mi Potushushu y nena hermosa, Darky :3 que gracias a mí... Roleó con Tegoshi xDDD *se siente pro por eso la estúpida que escribe xD*
Ehm.. ¿Qué decir? De alguna forma, la forma de ser de Kei-chan se me pegó de la del rol, así que no creo que ella encuentre algo nuevo o raro xD
En cuanto a la gente que va a leerlo, espero que también les guste ^^
Título: Dear brother...
Fandom: Johnnys (NEWS).
Pairing: KoyaTego [Koyama Keiichiro x Tegoshi Yuya]
Formato: Oneshot.
Género: AU, smut.
Rating: PG
Resumen: Yuya pierde a su madre y su padre, quien los abandonó de pequeño, lo lleva a vivir con él y su nueva familia, conformada por una madrastra y dos hermanos mayores. ¿Hasta dónde puede llegar el cuerpo de un adolescente para satisfacer su apetito sexual?
Nota: Los fragmentos en itálica son los pensamientos de Yuya.
Nota de traducción (?)
- Neesan: Hermana mayor
- Niichan: Hermano mayor.
テゴマス ー チョコレート
En casa~
Siguiendo con la seguidilla de fic San Valentineros, destaco que se me pasó el horario de publicación de este, pero bueno xD Igual la persona a la que se lo dedico no lo va a leer hoy ¬¬ Así que medio de balde lo publico xD lo podría haber publicado más tarde, pero va por orden de escritura -w-
So, aquí le sigue el KoyaTego dedicado a mi Potushushu y nena hermosa, Darky :3 que gracias a mí... Roleó con Tegoshi xDDD *se siente pro por eso la estúpida que escribe xD*
Ehm.. ¿Qué decir? De alguna forma, la forma de ser de Kei-chan se me pegó de la del rol, así que no creo que ella encuentre algo nuevo o raro xD
En cuanto a la gente que va a leerlo, espero que también les guste ^^
Enjoy~ ♥
Título: Dear brother...
Fandom: Johnnys (NEWS).
Pairing: KoyaTego [Koyama Keiichiro x Tegoshi Yuya]
Formato: Oneshot.
Género: AU, smut.
Rating: PG
Resumen: Yuya pierde a su madre y su padre, quien los abandonó de pequeño, lo lleva a vivir con él y su nueva familia, conformada por una madrastra y dos hermanos mayores. ¿Hasta dónde puede llegar el cuerpo de un adolescente para satisfacer su apetito sexual?
Nota: Los fragmentos en itálica son los pensamientos de Yuya.
Nota de traducción (?)
- Neesan: Hermana mayor
- Niichan: Hermano mayor.
Dear brother...
Fuego, tan sólo eso rodeaba la casa. Fuera de la misma, un
pequeño niño miraba la escena con sus enormes ojos café. El camino de lágrimas
secas surcaba sus dos mejillas. La visión del pequeño fue interrumpida por una
mano maternal posándose sobre su cabeza.
- Tranquilo, Yu-chan – Dijo una muchacha no mucho más
grande que él -. Yo te cuidaré.
- Neesan…
La cabeza del niño se posó sobre el cuerpo de la muchacha.
Sus manos se aferraron a su ropa, rompiendo de ese modo el llanto.
Muchos años habían pasado de ese entonces. La madre de
Yuya había enloquecido cuando su padre se fue. Ella misma provocó el incendio
tras enviar a Yuya por unas verduras para terminar la cena. La poca cordura que
tenía hizo que salvara la vida de su hijo.
Desde ese entonces, Yuya fue a vivir con sus medios
hermanos. De esto hace once años y Yuya está en el último año de la escuela
secundaria.
Tras las clases del club de fútbol, regresó a su casa,
cansado. Al abrir la puerta de la misma, una muchacha que vestía el uniforme de
su secundaria salió llorando de la misma.
- Per… Perdón – Le dijo, antes de salir corriendo.
Suspiró.
Neesan… No está hoy
en casa…
Su hermana era enfermera y tenía turnos rotativos en el
hospital. Dos veces por semana, le tocaba el turno de la noche, por lo que en
la casa las únicas personas que se supone debían estar eran su padre, su
madrastra y su hermano mayor. Pero desde la semana anterior, sus padres cumplieron
un año más de casados, y el regalo de su padre fue un viaje a Europa. ¿Qué más
podía hacer Yuya que fingir una alegre sonrisa cuando en realidad no sentía
ello? Hubiera preferido estar muerto que vivir en esa casa, con una mujer
distinta a la que le dio la vida a quien debía llamarla “mamá”. Le dolía, pero
nadie comprendía aquel dolor.
Entró a la casa y cerró la puerta con llave. Se quitó los
zapatos y subió las escaleras que lo separaban de su cuarto. Se asomó a la
puerta de su hermano al verla abierta, haciendo un chirrido cuando la abrió un
poco más, ocasionando que el sujeto acostado en la cama, haciendo zapping, lo
mirara.
- Regresé – Susurró, casi sin ganas de querer hablar.
- ¡Ah! – Exclamó el muchacho, sentándose en la cama -.
Bienvenido. ¿Cómo te fue en las prácticas, Yuya?
Yuya… Odiaba que él
me llamara así.
- Mh. Bien, nada fuera de lo común. Neesan no está hoy, ¿verdad?
- No – Dijo el mayor, volviendo a acostarse con ambos
brazos detrás de su nuca -. La viste, ¿verdad?
- ¿A quién?
- A Shiori-chan – Respondió el muchacho, mirándolo de
reojo -. Se fue corriendo de aquí. Le dije que no me gustaban las vírgenes y se ofendió – Volvió a sentarse de un salto,
mostrándole a su hermano las imperceptible marcas de varios dedos sobre su
mejilla, al menos desde la distancia a la que Yuya se encontraba -. ¿Puedes
creerlo? Me golpeó la muy perra. Pero bueno, ella se lo pierde.
- Ahhh…
El mayor lo miró. La expresión en el rostro de Yuya no
demostraba sentimiento alguno. Era como su estuviera sobre aquel umbral en ese
momento por pura obligación.
- ¿Y a ti, Yuya? ¿Cómo te gustan?
Su piel se erizó al oír su pregunta, alejándose del
umbral.
- Tsk. Idiota – Dijo, antes de dirigirse a su cuarto,
pegando un portazo, ocasionando que su hermano estallara en risas.
- ¡Eres todo un virgen, Yuya! – Exclamó el mayor,
sabiendo cuán fina era la pared que los separaba -. ¡Llámame para cenar, ¿de
acuerdo?!
El menor se deslizó sobre la puerta, hundiendo su cabeza
entre sus rodillas flexionadas frente suyo.
- Idiota – Susurró – Keiichiro, idiota.
Desde que el mayor se percató de lo que era el sexo, cada
noche que su hermana mayor no estaba, su casa se convertía en algo parecido a
un burdel, aunque claro, el sexo entregado allí era gratuito, siendo ambas
partes las satisfechas. Desde ese momento, aunque quisiera no oírlos, sus oídos
eran inundados por los gemidos de placer de su hermano y de las distintas damas
que pasaban por su cama. No lograba comprender cuán placentero era aquel acto
porque no había hallado a nadie a quien él amara, a alguien por el que su
corazón galopara como un caballo salvaje. Lo único que podía hacer en esos
momentos de placer extremo era recurrir a la masturbación. Aunque la sensación
de sentir su mano tocando su hombría no era la misma que la sentida por
Keiichiro, el resultado era el mismo, y de ese modo, pudo aprender de qué modo
le gustaba más que lo tocaran… Para advertir de esto a la muchacha que
terminara de robar su alma.
Salió de la habitación en silencio, sólo un aroma lo
volvía a la normalidad, sólo un aroma le daba la tranquilidad que su alma
necesitaba. Ese aroma era una esencia que sólo su hermana mayor usaba. Esa
misma fragancia era la que su cuerpo llevaba cuando lo abrazó, en aquella noche
en que perdió a su madre. Llegó al cuarto de su hermana y se sentó sobre la
enorme cama en medio de la habitación. Recostó su cuerpo sobre la misma y
aspiró el aroma de la almohada, entre cerrando los ojos, sin percatarse de que
Keiichiro lo miraba apoyado en el umbral.
- ¿Así que te calienta el perfume de neesan?
La pregunta lo sobresaltó, haciéndolo sentar rápidamente
en la cama. Yuya le dirigió una mirada asesina. Sin dirigirle la palabra, se
levantó, dispuesto a salir de la habitación, pero el brazo de Keiichiro lo
detuvo. Yuya lo miró.
- Suéltame, idiota – Susurró, ocasionando la sorpresa en
su oyente.
- Al fin muestras tus colmillos, hermanito – Susurró,
posando el dedo índice de su mano libre sobre su mentón -. ¿Crees que no me di
cuenta lo poco que te gusta estar aquí? – El menor se sorprendió por sus
palabras, sin poder responder a ellas -. Pero, ¿sabes algo? – Jaló del brazo de
Yuya, atrayéndolo más contra él, apoyando su cuerpo contra el suyo, mientras su
mano recorría su espalda suavemente, haciéndolo tiritar -. No pienso dejarte
escapar – Le susurró, al oído, recorriendo su oreja con la lengua. Un pequeño
gemido salió de los labios del menor, quien sentía cómo una oleada de calor le
recorría el cuerpo desde el cabello hasta el último dedo del pie. Keiichiro lo
soltó pero no escapó, algo dentro suyo quería sentir eso otra vez, aunque fuera
una sensación prohibida -. ¿Qué? ¿No vas a salir corriendo? – Musitó, sonriendo
casi perversamente al no obtener respuesta. Sus manos se posaron sobre sus
hombros, haciendo que su espalda chocara contra el umbral de la puerta. Al
levantar su rostro vio sus ojos brillosos, y sus mejillas rojas, ocasionando
una suave risa por su parte -. Qué débil eres, Yuya – Susurró, nuevamente,
presionando su entrepierna con la mano, haciéndolo gemir y que sus mejillas se
sonrojaran todavía más. La lengua de Keiichiro recorrió su oreja, su cuello,
dejándole chupones, ocasionando que sus gemidos fueran más intensos y sus
caricias sobre su entrepierna, más frenéticas. Se acercó a sus labios, pero no
los besó. Sus manos soltaron al menor, dejándolo jadeando, con deseos de más.
Keiichiro rió, acercando a Yuya a su rostro y apresando sus labios
salvajemente, mordiendo el inferior con fuerza al separarse -. Si tanto quieres
que siga… Neesan tiene varios
disfraces… ¿Por qué no te pones uno de ellos y preparas la cena…, hermanito? –
Gimió sobre su oído, dirigiéndose luego a su cuarto, riendo sonoramente.
El cuerpo de Yuya cayó al suelo. Rápidamente, desprendió
dos botones de su camisa, sintiendo su cuerpo caliente, excitado. Se levantó y
fue al cuarto de baño, mojándose la cara con agua fría. Cerró la canilla y se
miró al espejo.
- Idiota…
Tenía dos manos, podía tocarse, pero su cuerpo necesitaba
algo más. Deseaba que aquel placer que Keiichiro había despertado en él, fuera
calmado por su causante. Su cuerpo lo deseaba.
Abrió el armario de su hermana, dando con aquellos trajes
en el fondo del mismo. Había uno que era perfecto.
Media hora había pasado desde aquel caluroso encuentro.
Keiichiro decidió darse un baño para calmarse un poco. Sabía que Yuya no iba a
seguir sus provocaciones, después de todo era un niño, aunque la verdad, quería
todo lo contrario, sobre todo, al notar que ninguna de sus habituales
compañeras estaban en la cuidad ese día.
Se sorprendió sobremanera cuando al llegar a la cocina lo
vio vestido de sirvienta. Un corto vestido negro cubría su cuerpo, junto con un
delantal blanco atado en un moño en su cintura. Podía espiar su ropa interior con
agachar su mirada tan sólo un poco. De algo estaba seguro, esa ropa interior
que estaba usando, junto con el portaligas y las medias, iban a desaparecer
del vestuario de su hermana. Un pequeño
cascabel a modo de accesorio colgaba sobre un pequeño lazo sobre su cuello y
dos rodetes hechos a último momento,
terminaban por decorarlo.
Sigilosamente, sin despegar su mirada de él, se acercó al menor, apretando uno
de sus muslos con fuerza y soplando su nuca para que notara su presencia,
ocasionando que el cuchillo con el que Yuya cortaba las verduras cayera al
lavabo y lanzara un grito.
- Te faltan los zapatos – Le susurró, besando su nuca -.
La verdad… Me sorprendiste… No creí que tuvieras las - Lo miró de arriba abajo,
pensando en sus palabras a posteriori -… agallas para hacerlo. Pero… Me
calientas – Rozó su miembro por sobre la ropa, haciéndolo estremecer -. Ahh… ¿Estuviste
todo el tiempo así? Qué haré contigo, Yuya – No recibió respuesta, el cuerpo
debajo suyo lo ansiaba, dejando esto claro en cada espasmo que su cuerpo tenía.
Sus manos apretaban las orillas de la mesada. El mayor percatándose de aquello,
acarició una de aquellas manos, obligándolo a abrir sus dedos para
entrelazarlos a los suyos -. Como soy buen hermano, te lo voy a hacer, pero… No
me digas que pare, porque no pienso hacerlo – Mordió el lóbulo de su oreja, por
detrás, sonriendo al oír sus gemidos -… Hasta ver cómo mi semen se escurre de
tu interior, no pienso parar…
Keiichiro bajó el cierre del traje. No llevaba sostén, no
tendría sentido llevarlo a menos que tuviera algo con lo cual rellenar. A
medida que sus labios probaban el cuello, los hombros y la espalda del menor,
Keiichiro sentía cómo poco a poco su hombría reaccionaba a sus gemidos, a sus
jadeos, a la piel que se erizaba debajo suyo. Se mordió el labio, sin dejar de
lamerlo. Era tan sabroso, tan exquisito. Cuando abrió sus ojos, sonrió
satisfecho ante las múltiples marcas que sus labios habían dejado sobre el
cuerpo del menor que respiraba entrecortadamente. Sus manos se deshicieron del
traje, dejándolo sobre el suelo, al igual que sus pantalones de los cuales se
deshizo casi al mismo tiempo. Rozó su hombría sobre la entrada aún vestida del
menor, haciéndolo gemir. Sonriendo, su mano se coló debajo de aquella ropa
interior para masturbarlo, mientras con la otra, retorcía sus tetillas a
piacere, haciéndolo gritar.
- Ahhh… Niichan… Kei…-niichan… Mhhh…
- Hace mucho que no me llamabas así - Susurró el mayor,
excitado.
- Te quiero…, niichan…
Aquel gesto hizo que Keiichiro detuviera sus movimientos
y girara su cuerpo para besarlo en los labios.
- Abre la boca, tonto – Dijo, sonriendo, sobre los labios
del menor. El interior de la boca de Yuya se sentía tan cálido como su propio
cuerpo. Sus brazos fueron llevados por Keiichiro detrás de su cuello,
obligándolo a entrelazar sus manos sobre él, mientras las suyas, tomaban el
cuerpo del menor para sentarlo sobre la mesada, al lado de la pileta. Sus
labios se separaron, quedando sus lenguas unidas por un fino hilo de saliva que
desapareció escasos segundos más tarde.
- Ahhh… Kei…
- Shhh… Déjamelo a mí, ¿sí? – Pidió, besando sus labios
una vez más, mientras sus manos despojaban al menor de su ropa interior,
dejando su miembro erecto al aire para que sus manos lo tocaran como mejor le
parezca. Yuya se aferró a la mesada. La sensación no era la misma, ahora no era
él quien tenía el control sobre sus movimientos en torno a su miembro, era
Keiichiro. Sus tetillas eran estimuladas por su boca, la cual sopló sobre estas
para tornarlas erectas y poder estirarlas con los dientes, masticarlas como si
fuera un dulce, ocasionando sólo que sangraran -. Oh, lo siento – Susurró
Keiichiro, succionando la sangre que buscaba bajar hacia su cuerpo -. Me dejé
llevar – Su boca siguió su camino imaginario hasta dar con el miembro de Yuya
-. Oh… Sí que la tienes grande.
- ¡Niichan! –
Se quejó Yuya, sonrojado.
- ¿Qué? – Besó la punta de su glande, ocasionando que se
estremeciera -. Es lindo – Volvió a besar la punta de su hombría, sin dejar de
frotar su mano sobre sus testículos -. Me pregunto – Se relamió los labios,
buscando su mirada llena de lujuria -… qué se sentirá tenerlo dentro de mi
boca.
Yuya se espantó por sus palabras. Sabía que si hacía eso,
su juicio se perdería por completo, eso si no lo había perdido hace un tiempo
atrás.
- ¡No! ¡Kei-niichan!
¡No hagas e…!
Placer. Ganas incontrolables de gritar. Los movimientos
de Keiiichiro en torno a su hombría no tenían palabras. Era simplemente mágica
esa sensación de placer que recorría cada célula de su cuerpo, despertada por
la persona que succionaba su virilidad y que no se quejaba en lo absoluto, sino
todo lo contrario, lo disfrutaba tanto cómo él. Keiichiro sacó el miembro de
Yuya de su boca y siguió masturbándolo con su mano.
- Mhhh… Se siente tan rico, hermanito – Le dijo,
masturbando su hombría con su mano libre -. Te estás por correr…, ¿no? – Le
preguntó, mirándolo a los ojos, viendo en su rostro una hermosa expresión
placentera que tenía miedo de borrar.
- Ahhh… S… Sí… Sí…
- Eres tan lindo, Yuya – Rió el menor, incorporándose
para besar sus labios, ingresando su lengua a su boca recorriendo su lengua del
mismo modo en que su mano lo hacía con su hombría. El menor se aferró a la
espalda de Keiichiro, sintiendo ambos que se acercaba era el punto culmine del
menor, por lo que la mano que lo masturbaba agilizó sus movimientos, volviéndolo
loco, sintiendo cómo su hombría se hinchaba por el placer de verlo excitado,
por el sonido de los gemidos que él mismo provocaba. Ahogando su último grito
de placer mordiendo el hombro de Keiichiro, el cuerpo de Yuya se tensó,
descargándose sobre la mano del mayor, manchando su mano y el cuerpo de ambos
-. Felicitaciones…, Yuya – Susurró Keiichiro, mordiendo su cuello como él lo
había hecho con el suyo segundos antes. Lamió, entre gemidos, el semen
derramado sobre su vientre -. Rico… Eres rico realmente – Susurró, volviendo a
besar sus labios, derramando un poco de su descarga en su boca. Una de sus
manos abrió los glúteos del menor, mientras un dedo aún manchado con su
descarga, rozaba su entrada jugando con ella -. ¿Qué se siente, Yuya…? ¿Es rico?
- Mhh… Sí – Susurró el menor, sonriendo -. Quiero probar…
ah… la de niichan…
- No creo que eso sea hoy… Me gusta más la idea de
correrme en tu interior – Volvió a besarlo, metiendo un dedo en su interior,
generando la tensión de sus músculos -. No te vuelvas más estrecho todavía,
Yuya…
- D… Duele – Se quejó, aferrándose a su espalda.
- Pues acostúmbrate rápido, porque quieras o no – Metió
un segundo dedo, casi forzándolo, haciéndolo gritar -… voy a penetrarte –
Susurró, mordiendo el lóbulo de su oreja, mientras su otra mano jugaba con sus
tetillas -. Ahhh… Yuya…
Aquello se estaba
volviendo un juego macabro, pero aquella sensación era una mezcla de dolor y
placer. Kei movía sus dedos en mi interior de una forma tan perversa que dolía,
pero sus estímulos sobre mi cuerpo eran el placer que contrarrestaba en parte,
a aquel dolor que yo mismo me provoqué. Para sentir el placer de ser suyo,
tenía que sentir el dolor con la misma intensidad, porque ver cómo sus amantes
se retorcían de dolor, generaban su propio placer.
Del mismo modo en que Yuya había sentido la intromisión
de los dedos de Keiichiro penetrándolo, sintió cuando los sacó de allí, la
sensación de dolor era la misma. Se sentía casi sucio al excitarse viendo cómo
el mayor lamía sensualmente sus dedos, hecho por supuesto para provocarlo. Jaló
de su brazo para bajarlo de la mesada y girar su cuerpo, para que adoptara la
misma posición con la que lo había encontrado en la cocina.
- Ahora sí… Vas a sentirme… Hermanito – Gimió ronco, por
demás excitado mientras poco a poco entraba su hombría en el interior del
cuerpo de Yuya, quien se aferró a la mesada, intentando gritar. Los labios del
mayor mordieron el cuello del menor, sus manos buscaban que su miembro se
tornara erecto nuevamente, frotando su mano contra él, apretando con fuerza su
glande -. Vamos, Yuya… Caliéntate… Sé que esto… No es nada para ti… ¡Ngh! - El
mayor apoyó todo su cuerpo sobre el del menor, al sentir su hombría
completamente dentro de su cuerpo. Llevó las nalgas del menor hacia atrás, obligándolo
a adoptar la posición de una mesa, mientras sonreía al sentir cómo la virilidad
de su pequeño hermano despertaba nuevamente. Salió apenas de su interior para
darle una fuerte estocada, temblando al sentir las paredes de su interior que,
aunque se estrechaban en torno a su hombría, no permitieron que su glande
golpeara salvajemente contra su próstata, ardiendo Keiichiro de placer ante los
gritos del menor. Yuya sentía cómo su cuerpo se partía al medio, pero al mismo
tiempo, le daba placer el sentirse así, el sentir cómo Keiichiro tomaba
posesión sobre su cuerpo de una cruel forma -. ¿Crees que no sé…? ¡Ngh! ¿Cómo
te tocabas… ahh… escuchándome con otras mujeres…? ¿Crees que no te vi… mientras
te duchabas… ahhhh… y te masturbabas pensando en mí…? ¡Tonto…! ¡Ngh…!
Los movimientos sobre el cuerpo de Yuya se volvieron más
frenéticos. Tan sólo los gritos de Yuya y los gemidos de placer emitidos por
Keiichiro inundaban aquella habitación. Yuya sentía que el dolor que le había
hecho experimentar el mayor había sido su castigo por no haber sido sincero con
él hacía mucho tiempo atrás.
- ¿Si… ahhhh…. Si yo… Si te hubiera dicho lo que sentía…
me hubieras hecho el amor…? – Musitó, entre gemidos.
- Claro que… Mhhh… Sí… Por eso digo que… eres un tonto.
El cuerpo del mayor tiritó, sintiendo una rápida descarga
recorriéndole la espina dorsal. Se separó del cuerpo del menor y golpeó con su
hombría su próstata, hasta llegar a su clímax, descargándose en su interior,
estremeciéndose de placer. Esperando a que Yuya se corriera nuevamente, se
apoyó contra su cuerpo, besándolo, esta vez dulcemente, haciendo su mano el
trabajo contrario sobre su hombría. Una vez así lo hizo, abrazó aquel cuerpo
que se estremecía debajo suyo.
- Ahh… Ah… Ni… Niichan…
Keiichiro sonrió, saliendo de su interior y girando su
cuerpo para poder besarlo dulcemente sobre los labios, estrechando su cuerpo
entre sus brazos.
La noche había sido la única testigo de aquel encuentro.
Keiichiro leía un libro sentado en el suelo de su habitación, mientras Yuya
dormía sobre su cama, cubierto su desnudo cuerpo con las sábanas. El sonido de
una llamada entrante de su celular, lo quitó de su ensimismamiento.
- ¿Diga? – Respondió -. ¡Ah, neesan! Sí, muy bien. ¿Eh…? ¿Cómida? – Dirigió su vista al envase
de ramen instantáneo vacío que
descansaba a su lado -. Exquisita. ¿Yuya? Claro – Miró al aludido, quien
dormido, le daba la espalda -. Cocinamos juntos. Sí, te esperamos. Suerte –
Cortó la llamada y se levantó dejando el celular y el libro con la última
página leída marcada, sobre la mesa de noche. Se acercó al interruptor al lado
de la puerta y apagó la luz. Se despojó de su remera y corrió las sábanas para
acurrucar su cuerpo contra el de Yuya, abrazando suavemente su cintura con
miedo a despertarlo. Sus labios besaron suavemente sus cabellos -. Te amo…, mi
tonto hermanito…
El aludido sonrió, feliz por sus palabras, antes se
sumergirse, junto a Keiichiro, en un profundo sueño.
kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa >//////////< morí de amor!! x3 me E-N-C-A-N-T-Ó! :) mi Koyamita es un seme tan pasional, tan estúpido, tan celoso, tan boludo, tan caliente (?), tan... Koyama (?) XDDDDD te odio, Tegoshi, después de esto te odio más! (??) xDDDD y a vos, muffin mío de mi corazón, gracias por escribir esto!
ResponderEliminarTe amo!
Feliz San Valentín amor!
JAJAJAJAJAJA...
Eliminar¿Por qué~? D: Pobre Tego ;A; No tiene la culpa de tener un hermano que le quiera dar masa xDD Él se deja nomás JOJOJOJOJO~~ >:D
De nada, mi Potushushu ><
¡¡Yo te amo más!! D: (¿vamos a pelear por acá también? jajaja)
Feliz día para Usted también ^^ Le debo el chocolate, pero el imaginario ya le llegó, lo sé :3
Nooooo es NUESTRA culpa que tenga un hermano tan fuerte como Koyama, NUESTRA Y SÓLO NUESTRA! HIJO DE TU *********! TEGOSHI, NO TE ENSEÑARON A COMPARTIR? (?) xD ok, no xDDDD
Eliminar¡¡¡Y yo te amo mucho mucho mucho mucho mucho mucho mucho más!!! Hasta el infinito!! (y sí, me gusta pelear xD)
Cuando nos veamos, si es que nos vemos, te voy a regalar algo, porque vos sos mi pareja para San Valentín y pa' toda la vida~
VNDKJFVISDFMPKSDJV -toma aire- UNFEQWIJVJAOFDVKA
ResponderEliminarNAAAAAAAAAAAH!! AMÉ este fic mikiiiiiiiiiiiiiii!!!
me encantó♥!!! sdjflksdaklv El sarmiento se transformó en mi lugar de lectura de fics XDD
Te juro que me encantó, pero por un momento por mi mente se cruzaron Massu y Shige jajajaja y es verdad!! O_o
Mañana si puedo leo otro!!! :D
Besito!!! ^^
También le di 5 estrellas a este!! Avisé que le den puntaje, porque no está muy a la vista!! ^^
EliminarQuiero que leas Hanamuke en el Sarmiento *-*
EliminarJojojojojo~
Pará... ¿Massu y Shige? ¿Por qué? xD
Estaré esperando sus comentarios, entonces :3
Besos~
jajajajajaja entonces tenés que esperar al lunes para que tome el sarmiento de nuevo!! :D
EliminarPor qué pensé en ellos?? porque sus parejas los estaban engañando :( jajajajajajaja
Besitoooo!!
...
EliminarNo, leelo ahora ._. Sé que te vas a volver adicta y no vas a parar de leerlo (???????
Ahhhh xD Te juro que cuando leí "por un momento por mi mente se cruzaron Massu y Shige" pensé que los había mencionado xD jajajajaja~
jajajajajajajajajajajaja Ok, lo leooooo!!
ResponderEliminarGanas no me faltan :P
no no, los hiciste RE cornudos nada más XDDDD
JAJAJAJAJAJAJAJA...
ResponderEliminarEn este fic, no hay Shige y no hay Massu xD