Me duelen lo' ojo' D:
El sonido del ventilador girando girando~
En casa
Feliz día de los enamorados ^^ *golpea a todos con su cartel malévolo (? que cita la frase Foverer alone*
Esa es la maldita excusa que tomé para publicar una serie de fics que me pidieron :3
Por orden cronológico, le toca el turno a un KoyaMaru pedido por mi shotosidá', la única que me deseó un feliz 14 de febrero ;A; la Aeli~ Grimmera sobrina a la distancia, shotosa méa, este es tu regalo *-*
Espero que te guste ^^ y al resto que lo lea también xD
Sin decir nada, más, con ustedes el fic.
Título: Shared time.
Fandom: Johnnys.
Pairing: KoyaMaru [Koyama Keiichiro x Nakamaru Yuichi -aunque en realidad es al revés, pero MaruKoya como que no suena xD-]
Formato: Oneshot.
Género: Smut.
Rating: PG-13
Resumen: Después de un largo tiempo sin verse, Keiichiro invita a Yuichi a un onsen, sin darse cuenta que en aquel lugar le diría cuándo lo ama.
El sonido del ventilador girando girando~
En casa
Feliz día de los enamorados ^^ *golpea a todos con su cartel malévolo (? que cita la frase Foverer alone*
Esa es la maldita excusa que tomé para publicar una serie de fics que me pidieron :3
Por orden cronológico, le toca el turno a un KoyaMaru pedido por mi shotosidá', la única que me deseó un feliz 14 de febrero ;A; la Aeli~ Grimmera sobrina a la distancia, shotosa méa, este es tu regalo *-*
Espero que te guste ^^ y al resto que lo lea también xD
Sin decir nada, más, con ustedes el fic.
Enjoy~ ♥
Título: Shared time.
Fandom: Johnnys.
Pairing: KoyaMaru [Koyama Keiichiro x Nakamaru Yuichi -aunque en realidad es al revés, pero MaruKoya como que no suena xD-]
Formato: Oneshot.
Género: Smut.
Rating: PG-13
Resumen: Después de un largo tiempo sin verse, Keiichiro invita a Yuichi a un onsen, sin darse cuenta que en aquel lugar le diría cuándo lo ama.
Shared time
Entre giras, grabaciones y demás cosas no habían tenido
tiempo para encontrarse, así que llamó a Yuichi diciéndole si no quería pasar
un momento en un onsen que había
abierto hacía poco. Estaba bastante alejado del centro, pero la tranquilidad y
paz que se vivía allí dentro era la recompensa a la casi hora y media de viaje
para llegar.
Inmerso en el mundo de la J-Web, casi dando aviso de su
pronta llegada, lo esperaba en la puerta del lugar, con apariencia de un viejo
templo descripción que le iba como anillo al dedo, ya que sus aguas eran casi
sagradas, la sensación sentida una vez alguien salía de allí, no tenía
comparación.
- Keiichiro – Lo llamó su voz, por lo que, tras oprimir
el botón para enviar las pocas líneas escritas, guardó el celular en el
bolsillo trasero del pantalón y alzó la vista, dirigiéndole la mejor de sus
sonrisas.
- Hola.
- ¿No pudiste ubicar algo más lejos? – Bufó el morocho,
ventilándose con la camisa, generando la risa en su acompañante.
- Ya, ya, lo siento – Lo agarró del hombro, arrastrándolo
suavemente hacia la entrada -. Ya vas a ver lo bien que sales de aquí – Agregó,
con una sonrisa.
Yuichi suspiró.
- Siempre haces eso…
- ¿Eh? – Keiichiro lo soltó, entrando después que él, sin
entender del todo sus palabras.
- Es como si tuvieras una especie de encanto. Siempre
consigues… uhm… lo que quieres – Le dijo, volviéndose con una sonrisa, la cual
Keiichiro imitó -. Por eso terminaste liderando NEWS.
- No te creas…
- ¿Eh?
- La verdad es que no me quedó otra opción – Suspiró,
acercándose a él para decirle algo al oído -. En realidad era Ryo-chan el que
iba a tener el liderazgo, aunque él diga otra cosa, estoy seguro de que se fue
por eso.
- ¿Eh? No, es imposible – Dijo Yuichi, saltando en
defensa de un desconocido para él, negando con la mano.
- No, en serio. Estoy seguro que aparte de su cansancio,
también eso tuvo algo que ver en su decisión, pero bueno, aquí estoy, siendo el
líder de NEWS – Agregó con una tímida sonrisa.
- Te irá bien, ya verás – Dijo Yuichi, palmeando su
espalda.
Llegaron a la pequeña recepción, donde Keiichiro dio sus
datos para terminar yendo junto a Yuichi a un cuarto aparte, detrás de la
recepción, donde se hallaban los casilleros para dejar sus cosas y salir a la parte
de los onsen.
Aunque se conocían desde hacía mucho tiempo, Yuichi
sintió un sentimiento cercano a la vergüenza cuando Keiichiro empezó a
desvestirse, hablándole de cosas tan triviales que con un simple movimiento de
cabeza podía aparentar que lo estaba oyendo, cuando la realidad era que en sus
oídos sólo repicaba el sonido de los incontrolables latidos de su corazón.
Keiichiro lo miró pero no le dijo nada. Una vez ambos quedaron vestidos solo
por un toallón, Yuichi siguió sus pasos hasta la salida que los conducía a los onsen.
- Guau – Fue lo único que pudo pronunciar el morocho al
salir. Era un auténtico paraíso. Las rocas rodeaban uno de las tantas aguas
termales, estando solos, culpa de la hora. Sus cuerpos cayeron dentro del agua
casi como si esta fuera un imán, suspirando sonoramente al sentir el agua
caliente rodeando su cuerpo.
- Te lo dije, ¿no? - Su oyente lo miró. Por algún motivo
no podía dejar de mirar su cuerpo. Sus brazos se levantaron para sacar un
tercer toallón, el cual había mantenido en sus manos hasta ese momento. Tras
escurrir el agua rodeó su cabeza con la misma, apoyando su cuerpo sobre las
rocas. Se veía tan… sensual. Yuichi desvió su vista, cerrando los ojos con
fuerza. ¿Sensual? ¿Desde cuándo pensaba eso de Keiichiro? Se maldijo en susurros,
llevándose la mano a la frente luego. Sólo una súbita fiebre podría llegar a
ser la responsable de aquellos pensamientos. Quizás -. ¿Estás bien? – Le
preguntó Keiichiro, acortando la poca distancia que los separaba. Al levantar
su mano, rozó el cuerpo de Yuichi, haciéndolo asustar -. ¿Nakamaru? – Dijo, con
una sonrisa en el rostro, sin entender el porqué de su comportamiento -. ¿Estás
bien?
- Sí, sí, creo que… Me siento mal…
- Ah… Debe ser por el agua, ¿no? – El mayor asintió con
la cabeza. Keiichiro miró para todos lados -. ¿Por qué no te recuestas sobre la
orilla? Descansa allí unos momentos.
Lo miró de reojo, podía ver su sonrisa y su porte… ¿Cómo
decirlo? ¿Maternal? Eso que hacía que las cosas se hicieran a su manera… Su…
encanto… Por darle un nombre. De nuevo allí estaba Yuichi, pensando en cosas
que jamás había pedido pensar o que se le cruzaran por la mente. Salió del agua
lentamente y se sentó en la orilla. Suspiró, el silencio estaba siendo su mejor
compañero en esos momentos. Lanzó una carcajada y se acostó sobre la orilla,
cerrando los ojos.
Keiichiro lo miró. Se lo veía tan calmo, como siempre,
desde la primera vez que lo había visto. Sigilosamente, se acercó a él.
Suspiró, apoyando sus brazos sobre la orilla y su cabeza sobre ellos, sin dejar
de mirarlo. Levantó la mano para poder acariciar sus cabellos, pero desistió de
hacerlo, por miedo a despertarlo. De nuevo, sin hacer ruido, se acercó a él,
quedando al lado de su rostro. Sin saber por qué, quizás por culpa de algún
demonio que le dio la idea, posó suavemente sus labios sobre los suyos,
sintiendo que aquel acto quemaba cada célula de su cuerpo. Apenas se separó de
él, Yuichi se levantó de un salto, sosteniendo sus labios como si estos
estuvieran por caerse, mientras miraba a Keiichiro con los ojos abiertos como
platos. Debido a la oscuridad de la noche y a que la luz no le daba de lleno,
su acompañante no pudo notar sus ruborizadas mejillas.
- Me… gustas – Musitó Keiichiro.
Podía huir, estaba más cerca de la puerta, y salvo un
resbalón, no podía pasarle nada más, pero por algún motivo no lo hizo, sintió
que los latidos de su corazón sonaban directamente sobre sus oídos, tornándose
molesto. En vez de eso, es vez de huir, se acercó a él; tomándolo suavemente de
la nuca volvió a besarlo, saboreando aquellos labios en un dulce beso. Apenas
se separaron, apoyó su frente contra la suya.
- No… Creo que no tengo fiebre – Dijo, sonriendo.
- Yuichi…
- ¿Mhh?
- Estás rojo – Respondió el menor, sonriendo tiernamente,
generando que ahora el aludido estuviese bordó, ya no rojo.
- Perdón por eso – Susurró el morocho, soltándolo y
bajando la vista.
- ¿Por qué lo lamentas? Ni que lo fuera a divulgar por
ahí – Levantó su rostro y lo miró a los ojos. En ese momento, Yuichi se dio
cuenta de quien iría a llevar el control de lo sucedido a priori, si es algo
ocurriría. Sintió los brazos de Keiichiro rodeando su cuello. Suspiró por lo
bajo, generando la sonrisa en el menor, quien besó su mejilla con delicadeza. Sus
manos sólo agarraron sus brazos sin hacer nada más -. ¿Yuichi?
- ¿Qué…?
- Estás temblando – Respondió el aludido, sonriendo,
antes de tomarlo del mentón y besarlo. Lentamente aquel beso fue volviéndose
más curioso, buscando hurgar por completo dentro de la boca del otro, queriendo
conocerlo por completo. Del mismo modo, lentamente, ambos sentían que la
temperatura del agua parecía estar fría en comparación con el aumento de su
propia temperatura corpórea.
- Keii… chiro – Susurró.
- Yuichi… De nuevo… Tienes las mejillas rojas – Dijo,
antes de morderle apenas la mejilla, generando su risa.
- ¡Tú haces que me sonroje con lo que dices!
- Perdóname – Lo soltó, antes de besarlo sonoramente
sobre los labios y se alejó de la orilla -. ¿Vienes? - Le preguntó, girándose
para mirarlo.
Sin darle una respuesta, Yuichi bajó al agua y lo siguió,
dándose cuenta de lo lejos que estaban del alcance de la luz. Cuando volvió su
vista, tras un rápido movimiento, Keiichiro lo acorraló contra la otra orilla
para besarlo con toda la pasión que salía de su cuerpo. Yuichi se aferró a él,
abrazándolo, acariciándolo, buscando que la textura de su piel quedara grabada
en la yema de sus dedos. Keiichiro se soltó del agarre de sus labios para
acariciar su nuca y hundir una de sus manos entre sus cabellos, mientras con la
otra se dedicaba a acariciar su torso por completo. Sonrió al mirar a Yuichi y
notar su respiración agitada mientras sus mejillas ardían de placer. Notó que
sus labios querían expresar algo, pero la vergüenza del momento se lo impedía.
Claro, ¿quién iba a decir que después de tantos años de conocerse y tratarse
iban a terminar teniendo sexo en un onsen?
O peor, haciendo el amor. A cada caricia que Yuichi recibía y que tímidamente
él le daba a Keiichiro, se daba cuenta de los sentimientos ocultos que siempre
había tenido por él, de aquel sentimiento que ahora notaba que eran celos, para
con su inseparable amigo Shigeaki.
Lentamente Keiichiro subió el cuerpo de Yuichi sobre la
orilla, lejos de la luz artificial, siendo la luz de la luna y la débil luz de
la calle lo único que los iluminaba.
Ambos estaban excitados, perdidos, deseando más del otro,
aún si eso significaba hundirse en el más profundo de los placeres.
- Te amo – Susurró Keiichiro a su oído, pegando su cuerpo
a él. Sus labios besaron los suyos antes de separarse, sentándose encima suyo lamiendo
sus labios sensualmente, sintiendo su cuerpo ser acariciado por Yuichi. Ambos
seguían manteniendo el agarre de las toallas sobre su cintura, como si por más
excitados que se encontraran la timidez del momento fuera todavía mayor. El
menor fue quien se despojó de la toalla que cubría su cabeza y sus partes
bajas. Su cuerpo volvió a recostarse sobre el de Yuichi para poder besarlo,
acariciando sus brazos mientras él acariciaba la extensión de su espalda
haciéndolo estremecer. Jadeando sobre el cuello del mayor, estimuló su entrada
con uno de sus dedos, sonrojándose al hacerlo -. Nunca creí que… ¡Ngh! Haría
esto contigo…
- Yo tampoco – Musitó su acompañante buscando su rostro
para poder besarlo dulcemente.
Keiichiro jadeó, molesto, sintiendo la intromisión de su
propio dedo en su interior -. ¿Quieres que… lo haga yo…? – Susurró,
tímidamente.
- Mhhh… No… Está… Mhhh… Bien…
- Estás tan hermoso – Sonrió, acariciando sus facciones.
- ¿Eh? – Sonrió por su comentario, introduciendo un
segundo dedo, moviéndolo en forma circular junto al que estaba en su interior
-. ¡Mhhh! Eres un… tonto…
- Puede ser – Susurró, sentando el cuerpo que estaba
encima suyo para poder besarlo, acariciarlo, sentir la textura de sus tetillas
con la lengua.
- Mhh – El cuerpo de Keiichiro se estremeció entre los
brazos de Yuichi. La cordura de ambos estaba perdiéndose poco a poco, deseando
entregarle al otro solo el más grande de los placeres. Una de las manos de
Yuichi bajó hacia su virilidad erecta, recorriéndolo con la mano suavemente,
antes de marcar un frenético compás encima suyo. Podía sentir cómo el sudor se
derramaba de ambos cuerpos mientras sus oídos escuchaban los cortos gemidos de
placer que el menor emitía. Jadeando, Keiichiro sacó ambos dedos de su interior.
- ¿Estás listo? – Murmuró Yuichi, obteniendo un
afirmativo movimiento de cabeza. Suavemente, Keiichiro bajó sobre su miembro,
rodeándolo con sus paredes internas, estremeciéndose. Sus manos temblaban sobre
el cuerpo del mayor, sintiendo cómo dos lágrimas rodaban por sus mejillas -.
Keii… chiro – Sus manos acariciaron su rostro y sus labios besaron dulcemente
los suyos. Su respiración golpeaba torpemente sobre su cuerpo -. Cálmate –
Susurró, masturbándolo -. Sólo… relájate y… déjate llevar – Lentamente, Yuichi
movió su hombría dentro de las estrechas paredes del interior de Keiichiro. Tal
estrechez era normal teniendo en cuenta que era su primera vez, pero al mismo
tiempo, era molesta, sentía que su miembro estaba atrapado, sin salida, pero
aquella sensación era por demás placentera y excitante. Recostando su cuerpo
sobre la orilla, Yuichi tomó las caderas de Keiichiro y empezó a marcarle un
ritmo ascendente y descendente, oyendo sus gemidos, viendo sus mejillas rojas
por la excitación, sintiendo sus espasmos de placer. Todo lo que quería en ese
momento era abrazarlo con fuerza, decirle que no lo dejaría escapar de su lado
nunca más. Tanto así lo amaba, hasta el punto de quererlo sólo para él, de
quererlo todo para él. Cuando Keiichiro se acostumbró a la intromisión de
Yuichi dentro suyo, fue él quien marcó su propio ritmo, sosteniéndose de los
hombros del morocho, besando sus labios las veces que quiso mientras su hombría
era tratada del mejor modo por el mayor. No había nadie en aquel sitio sólo
ellos dos, entregándose por completo a la persona que amaban. Sin saber cuándo
exactamente, los gemidos de ambos se había vuelto uno sólo, sus cuerpo estaban
marcados por los labios del otro, como queriendo dejar marcas de pertenencia.
Keiichiro lanzó un suave gemido, advertido este por Yuichi al notar cómo su
hombría siendo masturbada se hinchaba cada vez más.
- Me… Me estoy por…
- Lo sé – Los movimientos de Yuichi se centraron en su
glande, viendo cómo el cuerpo íntegro de Keiichiro se estremecía encima suyo,
tensando sus paredes internas, haciendo más complicada la penetración.
- N… No… ¡No hagas eso! Mhhh – Sus manos se aferraron al
cuerpo de Yuichi, descargándose al poco tiempo, sintiendo cómo un cosquilleo le
recorría la espalda hasta culminar en la punta de su hombría. El mayor siguió
sus movimientos sobre el cuerpo del menor, descargándose él también, poco
tiempo más tarde, ahogando su último gemido en el beso que se dieron.
Sus respiraciones buscaban acompasarse pero no podían
lograrlo, el sentir tan cerca a la persona amada se lo impedían. Sus pieles se
erizaban ante un mínimo roce, generando la risa en ambos.
- Te amo…, Keiichiro – Susurró, peinando sus cabellos con
los dedos.
- Yo también, Yui-kun – Musitó el aludido.
- ¡¿Yui-kun?! – Exclamó el morocho.
- Shhh – Dijo el menor, sonriendo, incorporándose apenas,
posando su dedo índice sobre sus propios labios -. Sí, ¿está mal?
- Eh… Bueno… No me agrada mucho que digamos – Aclaró el
morocho.
- Entonces – Acarició sus cabellos, peinándolos hacia
atrás -… te llamaré por tu nombre de pila, porque sólo las personas que son más
cercanas a ti pueden hacerlo – Besó su frente, sintiendo un espasmo cuando
Yuichi acarició su espalda con suavidad -. ¿Está bien?
- Me gusta más – Dijo el aludido, sellando el momento con
un dulce beso.
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