Con sueño~
関ジャニ∞ ー Rolling coaster (remix)
En casa~
No puedo creer que lo haya terminado ;A;
La verdad es que Life´s blood fue una simple excusa para hacer un IkuTego xD El final... Creo que terminó como tuvo que terminar ^^ No le cambiaría nada xD
Ahora esta historia es una excusa para hacer los pasados de los personajes, pero vaya uno a saber cuándo se me ocurre hacerlo.
Muchas gracias a todos por leer ^^ Espero que les haya gustado leer este fic tanto como a mí me gustó escribirlo :3
Sin más, los dejo con el último episodio de Life´s blood ^^
Título: Life's blood
Pairing: Ikuta Toma x Tegoshi Yuya, Toda Erika x Horikita Maki
Capítulo: 07/ 07
Resumen: La decisión de unos pocos puede ser la destrucción de muchos. La verdad menos inesperada es oída finalmente por Yuya.
Notas
関ジャニ∞ ー Rolling coaster (remix)
En casa~
No puedo creer que lo haya terminado ;A;
La verdad es que Life´s blood fue una simple excusa para hacer un IkuTego xD El final... Creo que terminó como tuvo que terminar ^^ No le cambiaría nada xD
Ahora esta historia es una excusa para hacer los pasados de los personajes, pero vaya uno a saber cuándo se me ocurre hacerlo.
Muchas gracias a todos por leer ^^ Espero que les haya gustado leer este fic tanto como a mí me gustó escribirlo :3
Sin más, los dejo con el último episodio de Life´s blood ^^
Enjoy~ ♥
Título: Life's blood
Pairing: Ikuta Toma x Tegoshi Yuya, Toda Erika x Horikita Maki
Capítulo: 07/ 07
Resumen: La decisión de unos pocos puede ser la destrucción de muchos. La verdad menos inesperada es oída finalmente por Yuya.
Notas
- Autos mencionados en este episodio: Mini Cooper 2012
Capítulo 07: Deseos
Miraba el techo del dormitorio, sin mucho más qué hacer.
Aunque Hachi ya no estaba acechándolos, ni los Escritores se habían ido ni los
habían dejado salir. De nuevo, estaba confinado allí, pero el lugar se estaba
volviendo más estrecho con el paso de los días. Giró su cabeza para dar con el
armario. Rió suavemente. Sabía que tarde o temprano ese lugar sería su
siguiente hogar. Volvió su vista a la
puerta del baño, la cual se abrió, dedicándole una gran sonrisa a la persona
que salió del mismo. Pero él no parecía haberse dado cuenta de que estaba despierto, es
más, en el tiempo en que se vistió, no fue capaz siquiera de dirigirle la
mirada. En cambio Yuya no dejaba de mirarlo, pero la expresión sonriente que
llevaba poco a poco fue tornándose en una expresión de sorpresa y de enojo. Al
salir Toma de la habitación, se vistió rápidamente para salir de la misma,
hallándolo justo cuando tomaba el ascensor. Tan sólo Tomohisa lo miró, sin
decirle nada. Yuya, al darse cuenta de que su mirada estaba posada sobre él, le
sonrió débilmente.
- ¿Quieren un café?
- De acuerdo – Dijo Tomohisa.
- Me apunto - Dijo
Yuichi, levantando la mano, volviendo a los pocos segundos a sus labores.
- Voy a… asearme y… lo preparo – Dijo el rubio, en un
susurro, asintiendo Tomohisa ante sus palabras.
- Creo que esto va de mal en peor – Dijo el morocho, una
vez Yuya volvió al cuarto, a su compañero de labores.
- ¿Cuánto pasó desde ese… incidente?
- Una semana – Una de sus manos levantó la tapa de su
teléfono celular, hallando que no tenía ninguna llamada o mensaje en él.
- ¿Esperas el llamado de alguien?
- No – Cerró al tapa, sin dejar de mirar el aparato -.
Para nada.
Quince minutos más tarde, Yuya regresaba de la cocina con
dos pocillos de café para cada uno.
- Muchas gracias, Tegoshi-kun – Agradeció Yuichi -. ¿Cómo
te sientes?
- Mejor – Respondió el aludido, con una media sonrisa,
abrazando la bandeja sobre la cual había llevado los cafés -. Ahhh… ¿Y Massu?
- Keiichiro le está enseñando varias cosas. Aunque Eri
ya… no está… Masuda-kun se ofreció – Dijo Tomohisa rápidamente.
- Ya veo – Murmuró el rubio, siendo los tres alertados
por el sonido de la puerta del ascensor abriéndose, dando paso a Toma.
- Me olvidé el celular – Dijo, sin mirarlos.
Yuya frunció el ceño, acercándose rápidamente al
ascensor, una vez el morocho llegó de nuevo a él, cortándole el paso al sostener
la bandeja sobre el botón de llamado.
- ¿Qué te sucede? – Le preguntó, buscando su mirada -.
Toma – Lo llamó, esta vez con una expresión de preocupación -. Te amo… Soy tu
pareja… Por favor, háblame – Suplicó.
- Creo que estamos demás – Dijo Tomohisa, dirigiéndose a
Yuichi, levantándose ambos para seguir bebiendo el café en la cocina.
Toma miró a Yuya, sin decir nada. Agarró el brazo que le
impedía llamar el ascensor para correrlo de ahí y lanzar la bandeja al suelo.
Cuando las puertas del ascensor se abrieron, lo empujó dentro y detuvo el mismo
unos cuantos pisos más arriba. Aunque el aparato era más amplio que el de un
edificio, sabía que tenía poco tiempo para hablarle. Lo miró y suspiró, sin
saber muy bien por dónde empezar.
- Te dije que había peleado con Nishikido Ryo, ¿no?
- Sí.
- Y te dije que perdí contra él… ¿Sabes por qué estoy
vivo? ¿Por qué no me mató? – El aludido negó con la cabeza. Toma se acercó a él
en un rápido movimiento, acorralándolo posando una de sus manos a la altura de
su cabeza sobre una de las paredes del ascensor. Yuya lo miraba, sin saber a
ciencia cierta lo que sucedería luego -. No me mató porque hizo algo que es
mucho peor – Yuya pudo ver cómo la mirada café de Toma se tornaba lentamente de
un color carmesí, ocasionando que sus ojos se abrieran como platos, mientras
tragaba saliva en seco -. Él me convirtió en uno de ellos – Acercó su rostro a
su oído, Toma sentía cómo el cuerpo debajo suyo se estremecía de miedo -. Soy…
un vampiro – Susurró, estrechándolo con fuerza entre sus brazos -. Ese fue el
primer encuentro que tuve con Kei, antes de decirle si quería unirse a nosotros
– Sin saber a ciencia cierta por qué, Yuya lloraba, sin haber tocado una ínfima
célula del cuerpo de Toma, lloraba, quizás por el miedo o quizás por la dicha
de que nuevamente, sus oídos estaban escuchando su voz -. Él me salvó la vida –
Besó su cuello dulcemente antes de volverse para mirarlo a los ojos -. ¿Me
amas? ¿Me sigues amando después de esto? ¿Después de saber que puedo ser capaz
de matarte?
- Sí – Susurró el rubio, mirándolo, enjugándose las
lágrimas -. Porque sé que en el momento en que lo hagas, me llevarás contigo –
Su oyente se sorprendió sobremanera por sus palabras. Yuya había sido tan
tierno con ellas, que lo hizo sonreír. Las manos del rubio tomaron las suyas para poder
besarlas -. No puedo vivir sin ti, Toma. Te amo demasiado.
Toma sentía cómo el frío de su corazón se derretía
nuevamente por sus palabras, por sus caricias.
- Yuya - El morocho levantó su rostro para poder besarlo
en los labios con pasión. Suspiró, sonriendo, saboreando aquel beso que hacía
tanto sus labios no sentían -... Te amo…
- ¿Eh? ¿Dónde están? – Preguntó Yuichi, respecto a Toma y
Yuya, regresando junto a Tomohisa.
- Supongo que es una suerte no tener cámaras en el ascen
– Las palabras del aludido, fueron interrumpidas por una llamada perdida en el
celular -… ¡Ahora vengo! – Exclamó, dirigiéndose corriendo a la cocina, a la
cual, no mucho tiempo más tarde llegó Asami, percatándose ella de su presencia
al oírlo suspirar.
- ¡Vaya! Eso no fue un buen suspiro – Dijo la mujer -.
¿Sucede algo?
- ¿No deberías saberlo?
- Supongo – Rió, suavemente -. ¿Podrías servirme un poco
de café, por favor?
- Claro – Dijo Tomohisa, haciendo caso a sus palabras -.
¿Cuántas de azúcar?
- Dos, por favor - El muchacho tomó las manos de la mujer
para envolver la taza con ellas -. Muchas gracias.
- ¿Puedes decirme qué viste?
Asami suspiró.
- Dentro de poco vas a tener que tomar una decisión que
nos afectará a todos en gran medida. Pero los resultados sólo a ti te traerán
felicidad o infelicidad. Tú debes velar por ti mismo, por lo que sientas en lo
más profundo de tu corazón.
- Pero… ¿Y si esa decisión lastima a los demás?
- ¿No crees que ya has velado por mucha gente hasta el
día de hoy?
Volvió a suspirar, generando la sonrisa en Asami. Sus
palabras lo habían dejado aún más confundido. Desde que la conoció había sido
así de misteriosa y efectivamente, eso no iba a cambiar de un día al otro.
En ese momento, recibió una llamada, la cual respondió a
los pocos segundos.
- ¿Diga?
- “¿Te gustó mi
regalo?”
- No fue de mi agrado.
- “Lo siento, pero
eso fue en agradecimiento por dejarme encontrar su guarida.”
- Si hubiera sabido quien eras – Guardó silencio, sin
saber cómo seguir aquella frase. Si lo hacía, le estaría mintiendo, del mismo
modo en que él lo había hecho, pero por algún motivo no podía, no quería
mentirle.
- “Si hubieras
sabido quien era…, ¿qué?”
- No lo sé – Se sinceró, sonriendo, agarrándose la cabeza
-. No lo sé… No sé qué me pasa…
- “Quiero verte”,
susurró. “Aunque sea una última vez,
quiero verte. Por favor.”
- No me mientas… No quiero… que lo hagas.
- “No lo haré, la
persona a la que verás será a Nishikido Ryo. Por eso, ven.”
- ¿Adónde quieres que nos veamos?
- “Hay una fuente
en medio del centro comercial a cielo abierto en la ciudad.”
- Sí, sé donde es.
- “Nos vemos allá,
mañana en la mañana.”
- Es irónico el horario, hasta parece una burla.
- “No creas que
somos como nuestros antepasados. No somos tan débiles.”
- No lo creo, sobre todo después de… Lo siento.
- “No tienes nada
qué lamentar. No quiero que hablemos al respecto. Quiero que hablemos acerca
de… nosotros dos… ”
Se incorporó, sorprendido por su pregunta. Algo le decía
que eso tenía que ver con la decisión mencionada por Asami.
Toma bajó del ascensor hasta el estacionamiento,
acomodándose la ropa.
- Vaya, ¿tan temprano estás entregando amor, Toma? - Lo
miró con el ceño fruncido, recordando luego de dónde lo conocía y
sorprendiéndose por ello -. Voy a anotar tus actitudes en la lista negra de los
Van Helsing.
- Eras… ¿Un Escritor?
- Akanishi Jin, encantado - Dijo el morocho,
extendiéndole la mano, la cual su oyente no agarró por ser preso aún de la
sorpresa al verlo en el lugar -. Bueno… La verdad es que me gusta hacer las
cosas a mi manera, es por eso que siempre peleamos con Kazuya. Pero, es
inevitable… Su problema es que es tan estructurado… No tengo la suerte de los
chicos de poder seguirle el paso.
- Ya veo…
- ¿Adónde vas? – Le preguntó, siguiéndolo por el ahora
limpio lugar.
- Como Asami está aquí, voy a ver sus plantas y su casa.
- Ya veo. ¿Quieres que te acompañe?
- Mientras que no intentes vengarte – Le dijo el Van Helsing,
sacando la alarma de un Mini Cooper bordó con franjas blancas.
- Para nada. Sólo quiero preguntarte un par de cosas.
Ambos subieron al vehículo y Toma lo encendió,
dirigiéndose a la casa de Asami.
- ¿Y bien? ¿Qué vas a preguntarme?
- ¿Amas a ese muchacho?
Si no fuera porque no quería morir en ese momento, lo
hubiera mirado.
- ¿A Yuya? Claro que sí.
- Entiendes el porqué del accionar de Horikita-san,
¿verdad?
Toma tragó en seco.
- Sí.
- ¿Harías lo mismo por él?
- Claro que sí, ¿a qué viene este cuestionario?
- A nada, sólo era curiosidad. Nunca se ha visto, en la
historia de los Escritores, que un Van Helsing se haya aferrado tanto a otra
persona, sin importar el tipo de sangre que esta tuviera. Realmente… Estoy
feliz por ti, Toma.
Quiero verte, aunque
sea una última vez…
Esas palabras
habían taladrado su cerebro hasta que oyó por los comunicadores exteriores el
sonido de los pájaros anunciando la llegada de un nuevo día. Los maldijo por
haberlo quitado de sus pensamientos. Se levantó y se dirigió al laboratorio,
sin saber muy bien qué hacer allí. Pasó por las largas mesadas varias veces,
recorriendo el solitario lugar con la vista.
Salió de allí y fue hasta la cocina, quedándose en el
lugar hasta que, tras ver la hora en su reloj, fue a asearse y salió a la
terraza, admirando el cielo azul y el sol que aparecía conforme el tiempo
avanzaba. Con pasos lentos pero seguros, bajó las escaleras de emergencia del
edificio, sin saber que una persona estaba siguiendo sus pasos.
Sabía que estaba mal espiar a una persona, pero desde el
día anterior, lo había visto extraño, y eso le preocupaba. Lo siguió hasta el
centro comercial. Al ver que se dirigía en línea recta a la fuente al final del
complejo, optó por rodear el mismo, yendo por el camino de radiantes cerámicos
al otro lado de los arcos de ladrillos expuestos. Al reconocer a la persona que
lo esperaba al otro lado, se escondió detrás de uno de los arcos, lejos del
alcance de su vista, preguntándose internamente qué relación podían tener esos
dos.
Desde que había llegado al lugar se dedicó a mirar cómo
el agua de la fuente corría sin detenerse en ningún momento. Sentía que el modo
en que el agua entraba y salía era una especie de magia para él, aunque en el
fondo lamentablemente tenía el conocimiento acerca del funcionamiento de la
máquina que reciclaba el agua y la hacía volver a la fuente. Suspiró. Sabía que
hasta conocía los secretos de los trucos de magia de los magos más famosos.
Tanto conocimiento lo sobrepasaba, pero ninguno de ellos, ni los más remotos,
daban solución para esa cosa que la especie humana llamaba amor.
Oyó sus pasos acercándose a él. Sonrió. Pudo saber que
era él por la manera de caminar, por la presión que su cuerpo ejercía en cada
paso.
- Viniste – Le dijo, girándose para poder mirarlo.
- No te dije que no iba a hacerlo, ¿o sí? – Le dijo
Tomohisa.
- Viniste corriendo.
- Pensé que… no llegaba – Refutó el muchacho, haciendo un
esbozo de puchero, generando una melodiosa y atrapante risa en su oyente -. Y
bueno, ¿qué quieres?
- Aunque suene hasta raro de mi parte decir esto, la
verdad es que no soy bueno en estas cosas de los sentimientos, pero, Yamapi –
Le extendió la mano -… ¿Quieres ser mi eternidad?
Sus ojos se quedaron mirándolo. En ese momento comprendió
que la deslumbrante belleza de los vampiros era real, porque desde que lo vio,
había quedado prendado a él. No pudo ver sus mejillas rojas, pero sí, la
sincera sonrisa que se dibujó en su rostro.
- R… Ryo…
- Es la primera vez que me llamas por mi nombre.
- ¿Por qué me mentiste?
- ¿No lo sabías? ¿Que yo era el líder de Hachi?
- Sí, pero, nunca había visto tu rostro – Respondió el
aludido.
- Yo – Suspiró -… La verdad no lo sé. Creo que… al pensar
que eras un inocente… no quería arrastrarte a todo este lío… Pero a diferencia
de lo que pensaba, estabas metido casi del mismo modo que yo – Bajó su mano,
dejándola a su lado, sin borrar su sonrisa -. Yamapi…
- Tú tampoco… ¿lo sabías?
- Claro que no. Nunca pudimos infiltrarnos en su sistema,
sino hasta que tuvimos su localización – El aludido sonrió, dándose cuenta del
error que había cometido cuando le dio su número de celular -. Pero mi
intuición fue la cierta.
- ¿Eh?
- Tú estabas a cargo de la parte de informática – Dijo,
sonriendo -. Lo único que quería al darte mis datos era encontrar los tuyos,
quería… conocerte.
- ¿Por qué?
- No lo sé. ¿Acaso no es esto lo que llaman amor?
- Es absurdo. No puedes enamorarte de un humano.
- ¿No estaba enamorada Toda-san de Horikita-san?
- Y mandaste a matar a ambas.
- No. Sí es cierto que las coordenadas les fueron
enviadas a todo Hachi, pero sólo Tadayoshi actuó. El resto no atacaríamos de
esa manera. Su forma de entrar fue… poco elegante. Nosotros no hubiéramos
actuado de esa manera – El silencio era demasiado hermoso e incómodo como para
romperlo. Sobre todo, si uno no tenía las palabras adecuadas para hacerlo -. Te
amo.
Tomohisa se sorprendió por sus palabras. Sintió que su
corazón estaba por salírsele del pecho al oírlo. Lo miró, con los ojos
desorbitados por la sorpresa.
- ¿Un humano? – Preguntó una voz detrás suyo, obligando a
Ryo a acercarse a Tomohisa y jalarlo del brazo hacia sus espaldas, para
cubrirlo.
- ¿Qué hacen aquí? – Preguntó Ryo, a cinco de sus
compañeros, siendo Tadayoshi el único que no estaba presente.
- Nos preocupamos por nuestro líder – Dijo Yu, sin
inmutarse demasiado, buscando con la mirada a Tomohisa -. ¡Oh…! ¿Ese es…?
- No se atrevan a tocarlo – Su tono de voz y su expresión
distaba demasiado con la hasta sádica forma de mirar a la gente, si se quiere,
que solía tener. Así fuera con su propia vida, protegería a la persona que
amaba.
- ¿Quién es, Ryo-chan? – Preguntó Ryuhei.
- Mi pareja – Sentenció el aludido, generando la sorpresa
en sus compañeros, pero con una mirada tan seria, con tal resolución, que nadie
se atrevió a contradecirlo.
- ¿Así que era eso…? – Susurro el espía de Tomohisa, con
una sonrisa. Estaba en la boca del lobo, así que iba a tener que moverse con
cautela para regresar. Se giró y caminó con pasos firmes y seguros para poder
salir.
- ¿Qué sucede Yasu? Estuviste extraño desde que llegamos –
Preguntó Yu, viendo cómo el aludido olía algo.
- Sangre… humana…
- Claro, tarado, tenemos uno enfrente – Lo regañó Shingo.
- No, no es ese… Es un… Bombay…
- ¿Tegoshi-kun? – Susurró Tomohisa, haciendo que Ryo
observara su rostro de preocupación.
- Lo encontré – Dijo Shota, riendo ampliamente, saliendo
en la caza de Yuya, antes de que Ryo pudiera decir o hacer algo. Si lo
encontraban, no podía negarse a perseguirlo, después de todo era su principal
fuente de alimento y lo que necesitaban para acabar con gran parte de sus
debilidades. Para colmo de males, Shota era el más ágil de todos y a quien poco
le importaba masacrarlo en pleno lugar. Sólo agarró con fuerza el brazo de
Tomohisa para que no corriera a su rescate.
- No lo hagas – Le susurró -. Si vas tras él Shota es
capaz de matarte a ti también.
- Pero… Tegoshi-kun…
Ryo negó con la cabeza, sin decirle nada más. No pudo no
hacerle caso, no podía contra él.
Se dedicó a correr una vez sus ojos vieron la expresión
sedienta de sangre de Shota. Sentía que el aire en sus pulmones, lejos de
entrar a ellos, salía en forma desesperada. Su carrera se detuvo al tenerlo
enfrente y chocar su espalda contra una de las columnas de los arcos que
decoraban el lugar al esquivar sus manos, cuyas uñas no solo habían aumentado
su longitud, sino que se habían convertido en un arma letal. La represalia no
se hizo esperar, y él no podía hacer nada para evitarlo, no tenía ni las armas,
ni el poder. Dos gruesas lágrimas cayeron de sus ojos al cerrarlos, cubriendo
su rostro, esperando el peor de los finales. La imagen de Toma se cruzó por su
mente. Lo siguiente que sus oídos oyeron fue el sonido de aquella arma
golpeando con algo distinto de su cuerpo. Abrió un ojo, hallando la figura de
la persona que había surcado su mente, protegiéndolo con su cuerpo.
- ¿Estás bien? – Le preguntó.
- Toma – Sollozó el aludido.
- Ve a la guarida.
- ¡Pero…!
- Yuya… Ve.
Su mano fue lo último que la suya propia tocó. Sin mirar
atrás, corrió hasta dar con el autobús que lo llevaría de regreso, rezándole a
algún Dios para que salvara la vida de su ser amado.
El pequeño negocio andaba de maravillas. Miró el
crucifijo que descansaba sobre su clavícula, apoyando su mano sobre una de las
esquinas de la mesa de madera al lado de la puerta. Había entrado para tomar un
poco de agua, antes de seguir cuidando de las plantas.
- Tegoshi-kun – Lo llamó la voz de Asami, desde la cocina
-, ¿puedes ir afuera? Creo que llegó un cliente.
- ¡Ah! Sí – Dijo el aludido, al oír el chirriante sonido
del viejo portón, abriéndose. Bebió un sorbo más de agua y salió. Vio al recién
llegado cliente de cuclillas en el suelo, oliendo unos jazmines. Sus ojos se
abrieron como dos platos, aunque el color de su cabello había cambiado, era él,
estaba seguro. El nudo que se había formado en su garganta así se lo decía.
- Perdón – Se excusó el aludido, incorporándose -. Estos
jazmines son bellísimos, ¿tú atiendes aquí?
- ¿Eh?
- Tegoshi-kun – La voz de Keiichiro lo hizo voltear para
encontrarse con su usual sonrisa.
- Koyama-san…
- ¿Es amigo tuyo, Kei? – Preguntó Toma.
- Sí, algo así – Dijo el aludido, llevando al rubio adentro
-. Quédate aquí, ¿sí?
- Sí – Respondió, con una sonrisa.
- ¿Está aquí? – Preguntó Asami, saliendo de la cocina -.
Bienvenido, Koyama-kun.
- Sí, está afuera. Gracias, Asami-san.
La mujer salió en búsqueda de Toma, dejándolos solos.
- ¿Qué le…?
- ¿Nos sentamos? – Pidió Keiichiro, sentándose -. Es una
larga historia - Yuya asintió, sentándose frente a él -. Tú te fuiste junto con
Asami-san cuando trajimos a Toma del centro comercial. Como te imaginarás,
Yamapi ya no está con nosotros. Está con Hachi, es decir, con Nishikido Ryo.
Son raras las vueltas que da la vida, ¿no lo crees? – Sus dedos jugaban con la
aureola de agua que había dejado el vaso que Yuya había tomado escasos minutos
atrás -. Después de eso, siendo dos… No… Tres – Miró a Yuya -. Nos costó
bastante estabilizarlo. Estuvo mucho tiempo en coma y cuando despertó… No
recordaba nada.
- Un… ¿shock emocional?
- Es posible, como también existe la probabilidad de que
haya sufrido alguna contusión y no nos hayamos dado cuenta, pero eso sólo él lo
sabe.
- Entonces él… ¿No me recuerda?
Suspiró, dedicándole al rubio una media sonrisa. Tomó su
rostro con una mano para que lo mirara.
- No creo que sus sentimientos por ti hayan cambiado –
Volvió su mano para seguir jugando con el agua -. Como te dije en un comienzo,
Toma te ama. Es sólo que ahora… no sabe que te ama – Rió suavemente, siendo imitado
por Yuya.
- ¿Tegoshi-kun? – Lo llamó Asami, entrando junto a Toma
-. ¿Puedes enseñarle los tulipanes que están en la azotea a Ikuta-kun?
- Claro – Dijo el aludido, levantándose -. Sígueme,
Ikuta…-san – Susurró.
Cruzando la cocina, subieron unas escaleras hasta la
azotea, donde habían varias macetas al aire libre.
- Qué hermoso – Dijo Toma, antes de dirigirse a los
tulipanes.
- Aquí traemos las plantas recién cultivadas – Se acercó
a él, arrodillándose a su lado justo cuando él lo estaba por mirar,
encontrándose así con su mirada, desviando la suya rápidamente -. Lo… siento…
- Ese crucifijo – Dijo Toma, agarrando el mismo entre sus
manos mientras inevitablemente la mirada de Yuya volvía a posarse sobre la suya
-... Se me hace familiar - Levantó la vista dando nuevamente con la de Yuya,
sonriéndole, ocasionando que volviera a desviar la misma, levantándose y
dándole la espalda -. Lamento ser rudo, pero…, ¿nos conocemos de algún lado?
Sonrojado, cubriéndose el rostro con la mano, Yuya lo
miró.
- ¿Por qué?
- Siento que… te conozco… Bueno, no… No es eso
exactamente – Dijo, rascándose la nuca -. Es – Llevó su vista al cielo -… Un
extraño sentimiento de protección. Siento que tengo que protegerte, pero… No sé
de qué. Es extraño, ¿no? ¿Crees que en otra vida, yo te protegí?
- Sí - Afirmó Yuya, ocasionando que su mirada se posara
nuevamente sobre él -. Todo es posible.
- Tu nombre… ¿Cuál es?
- Yuya.
- Yuya… ¿Me dejas protegerte?
- Claro que sí – Le respondió el aludido con una sonrisa.
Eso no sería más que un nuevo comienzo para ambos. En
aquel camino que los esperaba, ambos iban a tener que recuperar aquel amor
desconocido para Toma. Poco a poco aquel amor que había nacido entre ellos, lo
estaba haciendo de nuevo y con más fuerzas que antes.
TERMINÉEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!!!
ResponderEliminarMe re gustóoooooooooooooooooooo!!!!! :D
Yamapi traidorrrr... O_____________O *jum
Pero.... y qué más pasó con toda la onda de los vampiruuus y eso??
Y con Massu qué pasó?? ._.
me dejaste cosas colgadaaaaaaaaaas T_T
"Yamapi traidorrrr..."
ResponderEliminarEsa frase tiene un doble sentido, ¿no? *Miki metiéndole siete kilos de sal y nueve litros de limón a la llaga como siempre :v*
Los vampiros se fueron porque Ryo les dijo xD Mientras que estén tranquis, no pasa nada xD
Tengo que hacer precuelas de cómo aparecieron cada uno de los personajes... O al menos, los más relevantes... Algún día lo haré... Algún día... xD
jajajajajaj no no, en este caso fue sólo por el fic. Igual, ahora que lo decís... T_T yeguaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!
Eliminaraaaaaaah, ya obtuvo a su chongo Pi, entonces se calmó XDDDDDDDDDDDDDD
jajajajajjajajjaja avisame cuando lo hagas. Aunque probablemente, así sea la semana q viene, ya me habré olvidado de todo .______________.
jajajajajaj no no, en este caso fue sólo por el fic. Igual, ahora que lo decís... T_T yeguaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!
Eliminaraaaaaaah, ya obtuvo a su chongo Pi, entonces se calmó XDDDDDDDDDDDDDD
jajajajajjajajjaja avisame cuando lo hagas. Aunque probablemente, así sea la semana q viene, ya me habré olvidado de todo .______________.
Sabés que no puedo evitar hacer algún comentario al respecto~ ♥
EliminarExacto, ponele xD jajajajajajajaaj
Nah, olvidate que lo haga ya xD Pero algún día... Algún día... xD
jajajajajajajajaja me hacés pensar en cosas dolorosas que no había pensado T_T
Eliminar-Esta noche me voy a ver un concierto de Pi- *jum
Te diría que te mires alguno que yo no haya visto, pero... No me vi ni siquiera el Short but sweet o como se llame xDDDDDDDDDDD
EliminarMuy buen fic !!! Creo que siempre comento eso xD pero en verdad me gustan mucho tus historias.
ResponderEliminarAl principio creí que Ryo sólo estaba jugando con Yamapi D: pero cuando le dijo "¿Quieres ser mi eternidad ?" *O*... morí con esa pregunta . Me pregunto cuál fue la reacción de Tacchon al saber esto :S...
Bueno pues gracias por compartir tus escritos y creo que seguiré leyendo los que me faltan, aunque he de confesarte que el de Tainted love, me duele y no he podido continuar ToT xDD...
Awwwwwww *___* arigatou >////<
EliminarY yo siempre comento "gracias por comentar", pero la realidad es que si no hay una devolución, una queja, un "che, pifiaste una palabra" xD no tiene sentido escribir absolutamente nada :3 En serio, gracias ^^
Bueno, es que... Alguien tiene que doblegar a Ryo xD
Creo que a diferencia de Ai, si a Tatsu, Ryo le decía "shh", él se callaba. Ai no lo hubiera hecho. Tatsu por más amante de Ryo que fuese, sabía que si Ryo le decía que ya "prescindía de sus servicios", tenía que hacerlo. Aunque desde el vamos, Tatsu ODIÓ a Ai con el alma, también fue Ryo quien se lo permitió. Cuando Ryo protege a Yamapi con su cuerpo y les dice al resto de los Hachi que no lo toquen, todos saben que no pueden hacerlo a menos que quieran que Ryo los mate xD
Ahhhhhh, sí, creo que todas mis emociones quedaron en TL xD Jun da demasiada pena, incluso más a la que daba Michiru en Last friends :/
Me encantó!!!
ResponderEliminarSon tantas cosas!... Quiero saber que paso con los otros personajes... :s
Ryo y Pi siempre me han encantado ♡
Y mi Tadayoshi? :'-(
Me gustó mucho mucho mucho! Gracias por compartir ^.^
JAMÁS RESPONDÍ ESTO.
EliminarVOY A ARDER EN EL INFIERNO ;AAAAAAAA;
Gracias por leer ^3^
Y por escribir tan lindo comentario :3
En teoría, tengo que hacer oneshots en relación a las distintas parejas... pero... me falta la inspiración u.u La idea... está xD