26 de marzo de 2018

[Memories] Capítulo 06: Facciones formadas

Ciaossu~!!
Disculpen que no publiqué en tiempo y forma ;;
Sin más, les dejo el sexto de Memories ^^
Enjoy~


Título: Memories.
Fandom: Johnnys.
Pairing: Shibutani Subaru x Kato Ai.
Formato: Multi-chaptered.
Género: AU, drama, violento.
Rating: NC-17.
Estado: En proceso.
Capítulo: 06/ 10
Cantidad de palabras: 2981.
Sinopsis: Ryuhei trata de terminar de destruir el lugar donde estuvo cautivo Ryuhei pero termina enfrentándose a los sirvientes de Erika. Keiichiro y Shota se unen a ella para proteger a Subaru de aquellos que quieran hacerle daño.
Shingo y You son convocados por Ryo para darles a todos una noticia que cambiará de vida de varios y, al mismo tiempo, terminará por formar las facciones a favor y en contra de Subaru.
Precuela: Supplier.
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Capítulo 06: Facciones formadas.

—Entonces… —dijo Ai que, sentada en torno a Keiichiro al igual que Shota y Subaru, había escuchado sus palabras—, la mitad de mi padre… está en Tegoshi…, y la mitad de Tegoshi… está en mi padre…, ¿no?
—Así es —dijo Keiichiro.
—Todavía no entiendo por qué Subaru-kun y yo no pudimos conectarnos con el alma de Nishikido-san —dijo Shota.
—Eso sucedió porque no sólo estaba el alma de Nishikido-kun en su cuerpo, sino también el de Tegoshi.
—No puedes encontrar un alma sin que repercuta en la otra —dijo Shigeaki.
—¿Es decir que deben estar los dos presentes para poder llegar al alma de uno de ellos?
—No pudiste haberlo dicho con palabras más acertadas, Subaru-kun. Aprende rápido, ¿no, Shige?
El portazo pegado con la puerta de entrada alertó a los presentes. Al llegar el grupo hasta allí, los sorprendió la figura de Tadayoshi a punto de quebrarse de dolor.
—¿Papá?
—Ah… —el rápido andar de Tadayoshi sobre las escaleras fue interrumpido por las palabras de su hija—. Ai…
—¿Pasa algo malo?
—No, mi vida. No pasa nada.
Sin mediar más palabras el vampiro bajó los escalones que lo separaban de su hija y la estrechó entre sus brazos. Sin comprender la situación en lo absoluto, pero teniendo en mente que su padre necesitaba una devolución a eso, Ai lo abrazó con ternura.
—¿Seguro?
—Claro. No te preocupes —le dijo, besando luego su frente—. Si me disculpan…, me retiro…
—Algo me dice que papá no se tomó para nada bien lo que pasó —dijo la muchacha, una vez Tadayoshi se fue.
—Yasuda-kun, ¿puedes acompañarme, por favor? —le pidió Keiichiro.
—Ah… Sí… Claro… Estaba esperando a Maru, pero…
—No te preocupes. Ai-chan le dirá que estamos afuera —agregó el vampiro.
—Vayan tranquilos.

Shota siguió los pasos de Keiichiro hasta la orilla del océano que se extendía desde la parte trasera de las mansiones de Tadayoshi y Yuya.
—¿Recuerdas que hace un tiempo me pediste un favor? —le preguntó al rubio.
—Eh… Sí…
—Creo que ya es hora de pedírtelo de vuelta.
—¿Eh?
—Yasuda-kun… ¿Qué me dices de Subaru-kun?
—¿De Subaru?
—Sí. ¿Qué piensas de él?
—Bueno… Creo que es una persona completamente diferente a la que conocíamos. ¿Por qué?
—También te has dado cuenta que aprende con una velocidad mayor a la promedio.
—Sí, es verdad… También es bastante intuitivo… Después de buscar el alma de Nishikido-san me dijo que en realidad no sabía cómo hacerlo, pero que simplemente, hizo lo que le pareció que debía hacer.
—Mhh… Ya veo. Seré franco contigo: no tengo idea dónde estuvo o por qué, pero más que sus acciones en el pasado, me interesaría saber qué le sucedió desde el momento que desapareció. Pero no puedo hacerlo solo. Esta vez, ¿puedo pedirte esto como un favor?
—Por supuesto que sí. Yo tampoco entiendo demasiado las cosas que están pasando, y de alguna forma, me aterra. No quisiera que volviera a haber un enfrentamiento como el que sucedió entre Maru y Tegoshi-san.
—Oh, sí, ocurrirá.
—¿Qué?
—¿Acaso crees que todos estarán de acuerdo con esto? ¿Eres tan ingenuo como para no darte cuenta que hay personas que quieren ver muerto a Subaru?
—Claro que lo sé —reconoció Shota cerrando sus manos con fuerza—. Pero no quiero llegar al punto de tener que enfrentarnos entre nosotros.
—Eso es algo que no podremos evitar.
—Kei-chan —llamó su atención Shigeaki—, se acerca un hakudaku.
—Koyama-sama —dijo el sirviente de Erika—, Erika-sama lo está esperando.
—Ya era hora —dijo Keiichiro—. Vamos, Shige.
—Sí.
La aparición en forma de neblina los condujo a la oficina de Erika donde la mujer los esperaba junto con Hiroki.
—Erika-sama.
—Muchas gracias, puedes retirarte. Ah, espera. ¿Hay alguna novedad?
—Ai-sama ha estado hablando con Koyama-sama al igual que Shibutani-sama. Aunque tengo entendido que él está durmiendo en estos momentos.
—De acuerdo. Muchas gracias.
—No tengo poderes mentales, pero creo saber por qué me mandaste a llamar —le dijo Keiichiro, sentándose  al lado de Hiroki. Erika sonrió.
—Hiroki-kun, entrégale la lista a Kei-chan.
El aludido le entregó la lista que le había enseñado a Erika un rato antes.
—Mhh… No me está diciendo nada nuevo…
—Vaya… Y yo que pensé que iba a sorprenderte…
—¿También estamos de acuerdo en que uno de los que está en esta lista fue quien mantuvo cautivo a Subaru todo este tiempo?
—Hablando al respecto…, me gustaría que conocieras un lugar.

—¿De nuevo tú por aquí? —le preguntó Takahisa a Ryuhei quien salía de una habitación distinta de la de Yuya.
—No digo lo mismo de ti. ¿Cómo está Tegoshi?
—Va evolucionando mejor de lo esperado. Aunque asumo que eso es gracias a Ryo.
—¿A Ryo? ¿Les dijo qué fue lo que hizo?
—Tomó parte del alma de Tegoshi para salvarlo —Ryuhei dejó de caminar y se quedó pensando unos instantes, inmóvil—. ¿Maru?
—Ah… Sí… Lo siento… Es que no recordaba que podía ser capaz de hacer eso…
—En realidad, dijo haberlo leído en casa de Erika-san…
—Ya veo —la mirada de Ryuhei se posó sobre la de Toma, quien salía de la habitación de Yuya—. Ikuta-kun, ¿podemos hablar un momento?
—Claro, dime.
Ryuhei miró a Takahisa, acción imitada por Toma.
—Está bien, entiendo cuando estoy demás…
—Ojalá lo entendieras todos los días —le dijo Toma. Sin embargo, pese a estar dentro de la habitación de Yuya, Takahisa no les quitó la mirada de encima—. ¿Qué sucede?
—Así que Ryo tomó parte del alma de Tegoshi…
—Si tengo que serte sincero… ,todavía… no entiendo cómo reaccionar a lo que pasó…
—Eso puede ayudarnos en lo que tengo en mente…
—¿Cómo?
—¿Dónde está Ryo? —Toma le hizo una seña a Ryuhei apuntando a la habitación al lado de la de Yuya—. Lo suponía.
—¿Massu? —Yuya llamó la atención de su secretario.
—¿Mhh?
—¿Pasa algo?
—No, nada —respondió Takahisa, agarrando una de las manos de Yuya.

Una abrumadora catarata de imágenes iba quitándole el aliento cada vez con más intensidad. Sensaciones de ahogo, de muerte y otras de un intenso placer, envolvían cada uno de sus sentidos. Sabía que debía despertar, pero no podía. Sentía estar presenciando su propia muerte, decenas de veces, pero sin poder ser capaz de llegar hasta el final, aunque lo rogara. Cuando finalmente pudo despertar, sin reparar en el lugar en el que estaba ni con las personas con las que se cruzaba, en su mente sólo estaba una, a quien se aferró como un niño pequeño al encontrarla. La abrazó con fuerza y lloró desconsoladamente entre sus brazos, para sorpresa de Shota y Tadayoshi que estaban junto a Ai en la biblioteca. Ambos se miraron, sin comprender del todo la situación.

—¿Este es el sitio dónde estuvo encerrado Subaru? —le preguntó Keiichiro a Erika.
—En realidad, parece que estuvo abajo —respondió la mujer.
—La explosión tuvo como objetivo la destrucción total del lugar —dijo Hiroki.
—Erika-san, ¿los hakudaku encontraron algo de utilidad? —preguntó Shigeaki.
—Lo primero que encontraron fue su llave, pero —Keiichiro y su supplier la miraron—… fue robada.
—¿Qué?
—Dejé personal en el registro negro para que averigüe qué archivos fueron sustraídos con exactitud.
—Erika-sama hemos encontrado trozos de lo que aparentaba ser una camilla —dijo un hakudaku se materializó frente al grupo—. El grupo beta ha encontrado elementos de tortura.
—¿Quién puede tener la sangre así de fría como para--? —la pregunta de Erika fue interrumpida por la llegada de un grupo de hakudaku que rodearon al grupo para protegerlos con una barrera invisible.
—¡¿Q… Qué sucede?! —preguntó Hiroki.
—Han atravesado nuestra defensa —dijo un hakudaku.
—Parece que nosotros no somos los únicos que descubrimos este lugar —dijo Keiichiro.
—Ataquen —dijo Erika.
—P… Pero…, Erika-san —llamó su atención Hiroki.
—Si han atacado nuestra defensa de forma hostil, los combatiremos del mismo modo, Hiroki-kun.
Por primera vez, Hiroki pudo vislumbrar un brillo en la mirada de Erika que nunca antes había visto. —Se ha retirado —dijo el mismo hakudaku que había advertido la presencia del intruso.
—Y esperemos que sea por un largo tiempo —dijo Keiichiro.
—No… Volverá —dijo Erika—… Ahora que sabe que nosotros estamos aquí, volverá…

Con ayuda de Shota y Hiroki, Subaru fue llevado de nuevo a su habitación. Ai les pidió a los hakudaku que se quedaran con él y, al mismo tiempo, Tadayoshi les advirtió que reprenderían a su hija si intentaba huir de la mansión.
—¿Se durmió? —le preguntó Tadayoshi al verla volver a la biblioteca.
—Sí… Pero me quedé preocupada por él… ¿Qué habrá sido lo que le sucedió?
Shota se quedó mirando a Ai, pero no dijo nada. Tadayoshi se dio cuenta que había algo en su mirada, pero por algún motivo no podía pronunciar palabra alguna al respecto.
—Ai…, ¿puedes traernos algo para beber a Yasu y a mí, por favor? —le pidió Tadayoshi. La aludida miró a su padre con mala cara, pero accedió al darse cuenta que no podía negarse a un pedido suyo—. Ahora, Yasu, ¿vas a decirme qué sucede?
—Creo que Erika-san y Koyama-san están armando un grupo para proteger a Subaru.
—¿Y eso?
—Con su aparición en la empresa y lo sucedido con Tegoshi-san, creen que pueden aparecer viejos enemigos y… también…
—¿Y también…?
—Quieren descubrir qué sucedió desde su desaparición.
—Yo se los dije —dijo Ai mientras entraba con una bandeja con bebidas.
—Odio que hagas eso —reconoció Tadayoshi.
—Y yo odio que me oculten las cosas —le recriminó la muchacha—. Como decía, Subaru fue secuestrado. Fuimos con él a ese lugar, pero alguien o algo lo redujo a cenizas. Pero, ¿por qué dicen que pueden aparecer viejos enemigos?
—Bueno, Ai… Si alguien lo mantuvo cautivo, fue por algo. Y probablemente quiera volver a capturar a Subaru.
—No entiendo por qué hablan de él como si fuera un animal…
—Discúlpame, no fue intencional.
—Si es para proteger a Subaru, estoy con ustedes… aunque Erika-san me haya puesto en penitencia.
Tadayoshi sonrió ante la última frase de su hija.

Una sombra negra entró a la habitación de Ryo. La misma se materializó sobre una silla, dando paso a Ryuhei.
—Eso sí que se ve mal —declaró Ryo al ver la herida de Ryuhei que se extendía desde el hombro hasta  la altura del codo izquierdo.
—Cállate —le pidió el aludido, con una sonrisa.
—¿Qué sucedió? —preguntó Toma, ayudándolo a quitarse el saco y la camisa.
—Me descubrieron. Como dijiste, estaban ahí.
—¿Quiénes?
—Erika-san, Koyama, Shige, y tu querido Uchi-kun —mencionó Ryuhei a la última persona mirando a Ryo.
—Tenemos un traidor —dijo Toma.
—Creo que vamos a tener varios —dijo Ryo.
—¿Crees que Ohkura se atreverá a enfrentarse a ti? —le preguntó el secretario.
—¿Crees que Yuya no lo hará cuando se entere que yo mantuve encerrado a Subaru todo este tiempo? —le dijo Toma.
—¿Estás seguro que no oye nada de lo que estamos hablando? —le preguntó Ryuhei a Ryo.
—Tranquilo, no pasa nada.
—Por lo menos…, si Masuda no está de nuestro lado… me sacaría las ganas de romperle el cuello…
—Qué suerte que te tengo de amigo —dijo Ryo.
—No te veo triste por estar a punto de enfrentarte al amor de tu vida —dijo Ryuhei.
—Digo lo mismo de ti.
Ryuhei suspiró.
—Yasu lo va a entender a su debido tiempo.
—Pienso lo mismo de Tadayoshi —dijo Ryo.
—¿Han pensado en alguien más o sólo seremos nosotros tres? —preguntó Toma.
—Pensé en alguien más —respondió Ryo—. Y estoy seguro de que nos va a ayudar.

Tanto Ryo como Yuya fueron dados de alta una semana más tarde. No hubo nuevas novedades del lugar de cautiverio de Subaru y tampoco volvió a detectarse la presencia de intrusos.
Subaru, por su parte, trataba de mantenerse despierto todo el tiempo que podía. Cuando se daba cuenta que ya no podía tener los ojos abiertos, llamaba a Ai con desesperación: necesitaba que ella estuviera cerca para poder conciliar el sueño.
—Buenas, buenas —dijo You, entrando a la mansión de Tadayoshi como si fuera su propia casa.
—Yoko —mencionó su apodo su hermano.
—¡Hermanito! —lo llamó el recién llegado.
—¡Tío! —Ai se lanzó a sus brazos sin pensarlo dos veces.
—¡Ay! ¡Espera, Ai-chan! —le pidió el vampiro.
—¿Qué haces aquí? —le preguntó Tadayoshi.
—Ryo nos mandó un mensaje —respondió Shingo, entrando con un par de maletas.
—Espero que no te moleste hospedarnos, hermanito.
—Ah… No… Claro que no, pero… Hay un asunto del que me gustaría hablarles… Yasu, ¿te llevas a Ai un momento?
—Papá…
—Sólo un momento, ¿de acuerdo? —le pidió su padre.
—Ai-san, vámonos —le dijo Shota.
—¿Yasu se peleó con Maru? —le preguntó Shingo, una vez el rubio y la muchacha se fueron.
—Algo así.
—¡Qué perceptivo eres, Hina! —reconoció You, sentándose en una de las sillas cercanas a Tadayoshi.
—Mhh… No es tan complicado darse cuenta. Se lo ve triste.
—Verán… No sé cómo decirles esto…
—Sólo, dilo.
—Subaru regresó.
—¿Qué…? —preguntó Shingo.
—Hubieras esperado un poco más. No estaba preparado para esto —dijo You.
—Tiene amnesia.
—Eso está mejor.
—Y al parecer, estuvo encerrado en un lugar no muy lejos de aquí. Erika ha estado investigando junto con Koyama-san y Uchi-kun…
—¡Vaya! ¿Al enemigo es mejor mantenerlo cerca, hermanito?
—Y han descubierto elementos de tortura.
—Estoy completamente seguro que no le sacaron absolutamente nada.
—Yoko, enfócate en esto —le pidió su secretario y supplier.
—Perdón, es que no puedo cuando estás tan cerca mío, Hina —le dijo el aludido, entrelazando su mano a la suya y mirándolo cariñosamente.
—Lo peor del asunto es que… se lleva bien con Ai.
—¿Se atrevió a tocar a mi sobrina?
—Claro que no. Pero temo por el accionar de Ryo-chan…
—¿Tu novio lo odia?
—Todos tienen sus razones para hacerlo. Incluso Hina o tú. Pero, Yoko, no tienes idea lo distinto que se lo ve. Hasta te dan ganas de que jamás recupere la memoria.
—Espere, Ohkura-san…, hay algo que no me cierra. Con el poder que tiene Subaru, ¿cómo no fue encontrado antes por Erika-san?
—También han estado investigando fugas de dinero de la empresa. Erika cree que no importa qué fortaleza tenía la persona que mantuvo a Subaru secuestrado, sino el dinero que se gastó en el proceso.
—Oh… Ya veo.
El sonido del timbre interrumpió la charla. Los recién llegados fueron Erika, Hiroki, Keiichiro y Shigeaki.
—¡Oh! Buenos días, Subaru-kun —saludó la mujer, al aludido que, recién despierto, bajaba las escaleras en compañía de Ai, Shota y los hakudaku que había puesto como guardaespaldas suyo y de Ai.
—Buenos días…
—Estás durmiendo en un horario muy extraño, ¿sabías?
—No es que quisiera hacerlo —reconoció el aludido, entrando al comedor junto al grupo—. Es que no tengo otra alternativa.
—¡Ah! ¡Hina! ¡Yoko! Qué casualidad verlos por aquí —los saludó la mujer.
—Recibimos un mensaje de parte de Nishikido-kun —dijo You—. Dijo que nos quería a todos reunidos aquí.
—Ah… Papá llega hoy, ¿no? —preguntó Ai—. Qué mal… Yo quería ir a buscarlo…
—Ikuta-kun iba a buscar a Tegoshi, así que…, pensé que no estaría mal en pedirle que él lo trajera —dijo Tadayoshi.
—Aquí tienes —le dijo Erika a Tadayoshi, entregándole una pequeña carpeta.
—¿Y esto?
—Feliz cumpleaños.
—Faltan un par de meses, pero…, ¿gracias? —dijo el aludido.
—Sólo abre eso —le pidió Keiichiro—. ¿Recuerdas que pensamos que quien sea que tuvo cautivo a Subaru debió haber gastado una importante suma de dinero?
—Ahjá…
—Fueron tres cuartas partes de su patrimonio, exactamente —dijo Erika. Tadayoshi la miró con sus ojos abiertos. Toda clase de palabras demás estaba prohibida con Ai y Subaru presentes.
—¿Lo encontraron? —preguntó Subaru. Erika asintió.
—Su nombre está en esos papeles. Y… también —la mujer volvió su vista a Tadayoshi, quien justamente había agarrado la lista que había hecho Hiroki de las personas que probablemente atentarían con la vida de Subaru.
—¿Debemos enfrentarnos a ellos? —preguntó Tadayoshi, leyendo los nombres de la lista.
—Así es —respondió Erika.
—Muy bien —Tadayoshi lanzó la carpeta íntegra al débil fuego que ondeaba sobre los troncos dentro de la chimenea.
—¡Papá, espera!
—Ai, no es necesario que ustedes conozcan esta información. Con que nosotros lo sepamos, es más que suficiente.
La puerta de la mansión se abrió, dando paso a los recién recuperados Ryo y Yuya, Takahisa, Toma y Ryuhei.
—Bienvenidos —los saludó Shota.
—Gracias, Ricitos.
—Vaya, Ryo-chan. Se te ve bien —el aludido se sorprendió por su comentario—. Hasta parece que sigues teniendo tu alma entera.
—Yo también te extrañé —dijo Ryo.
—¿Me hiciste venir sólo para eso? —le preguntó You.
—Claro que no. Pero como tío de Ai, no ibas a perdonarme si no te llamaba para este día tan especial.
You miró a Tadayoshi, quien hincó sus hombros en señal de desconocimiento a las palabras de su pareja. Ryo miró a Ryuhei, quien asintió. El secretario de Tadayoshi, se acercó a Ai y tomó su mano derecha, bajo la curiosa mirada de Subaru, y la desconcertada mirada del resto de los presentes.
—Ai-chan, con el permiso de tus padres, quiero tener el honor de ser tu esposo y pasar el resto de mi vida contigo.
Nadie podía creer sus palabras. Shota fue contenido por la mano de Takahisa, quien lo miró y negó con la cabeza. El resto de los presentes, intuía cuál era la intención de todo ese asunto: alejar a Ai de Subaru, sin importar el precio que cada uno fuera a pagar. Yuya miró instintivamente a Shota. Ryo supo qué reacción había tenido. Posó una de sus manos sobre su hombro, pero éste la rechazó y negó con la cabeza, bajo la mirada de Toma, que estaba a sus espaldas.
Sin embargo, la estocada final fue dada por la persona que menos pensaba y que, como Ryo había previsto, estaría fielmente de su lado.
—Ai-san, felicitaciones —dijo Shingo, quien en ningún momento había despegado su mirada de la de Subaru.

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