Ciaossu~!!
Al final no llegué a publicarlo ayer, pero, acá está :)
Enjoy~ ♥
Temática elegida: Confesiones.
Fandom: Universo cinematográfico de Marvel.
Pairing: Tony Stark x Peter Parker.
Formato: Serial.
Género: AU, fluff, romance.
Rating: PG-13.
Número de palabras: 1153.
Sinopsis: Lo que aparentaba ser el comienzo de una hermosa historia de amor para Peter, terminó siendo un fiasco.
Un quince de febrero, varios años más tarde, quizás, Peter tenga una nueva oportunidad.
Notas: A ver si la referencia que hay es de su talla :V
Acordate que también podés seguir esta historia en las siguientes plataformas: Amor::Yaoi, AO3 & Wattpad (por ahora).
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Capítulo 03: Confesiones.
Seis meses después de que sus miradas se cruzaran por
primera vez, tuvieron su primera charla. Seis meses y un día después, en cierta
forma, confesaron que sentían algo por el otro. Seis meses después de eso, sus
teléfonos seguían terminando sus días con una carga menor del diez por ciento,
y aún así, los mensajes no cesaban. Después de eso, Tony empezó a enviar
mensajes con un margen superior de tiempo. Lo que empezó a llegar cada dos
días, se volvieron siete, luego semanas, meses. Nada.
Llegó un punto en el que Peter se rindió con él, cambió
su número, y aunque el maldito destino hizo que la universidad y los horarios
que había elegido le hicieran tomar el mismo autobús donde lo había conocido,
al cabo de unos pocos meses, ya había perdido toda esperanza de cruzárselo por
ahí.
Y ahí estaba, al día siguiente del fatídico San Valentín
que seguía haciendo estragos en él aunque hubiera terminado, sentado frente a
una de las miles de puertas que se desplegaban a lo largo del pasillo. Era esa
puerta frente a la que él debía estar, ¿cierto? El sol que entraba por la
ventana le impedía ver la pantalla de su laptop
para corroborarlo. Chistó. Se puso de pie para sentarse del lado contrario, con
las espaldas apoyadas sobre la pared. Sí, era esa. Volvió a revisar su
presentación por última vez. La había ensayado con May hasta el cansancio, y
aún así, no estaba seguro ni de lo que estaba haciendo, ni de lo que iba a
decir. La misma presentación en cuatro formatos distintos estaba en un disco
portátil y en un pen drive en su
bolso. Por las dudas. El sonido de la puerta abriéndose lo alertó. Una compañera
suya salió con lágrimas en los ojos.
—¿Parker? —uno de sus profesores asomó su cabeza. Peter
levantó lentamente su mano desde abajo—. Usted es el siguiente —mientras Peter
se incorporaba y cerraba su laptop
para llevarla debajo de su brazo, sentía que estaba entrando a un matadero.
¿Era demasiado tarde para cambiar de carrera?—. Puede utilizar aquella mesa
para apoyar sus materiales.
—Muchas gracias.
Su maqueta ya estaba siendo examinada por los jueces. Mientras tanto, él preparaba su
pantalla y se aseguraba que no apareciera nada extraño por error. Se había asegurado
de eso diez veces antes, pero, por las dudas, en un momento así, tenía que
volver a hacerlo. Suspiró mientras su presentación aparecía proyectada sobre la
pared, y los tres pares de ojos lo observaban con expectación. A lo lejos, a
Peter le pareció ver a alguien más. Se rumoreaba que alguno o algunos de los
proyectos aprobados formarían parte de una nueva empresa que tenía la intención
de crear productos amigables con la energía renovable. Pero no pensaba que era
cierto, y mucho menos que un ejecutivo de una empresa fuera a oírlo a él.
Felicitaciones, licenciado Parker.
El sujeto de la investigación de Peter fue la energía
eólica, con Chicago como la ciudad ideal para instalar una planta procesadora,
y de qué forma eso beneficiaría al medio ambiente. Sus oyentes estaban bastante
interesados en su presentación.
—Muy bien —dijo uno de los presentes—. Mientras terminas
de juntar tus materiales, evaluaremos tu presentación. ¿Usted qué dice, señor
Stark?
—No quiero influenciar su decisión, pero sea cual fuere,
el señor Parker puede pasar a Stark Industries a firmar un contrato laboral hoy
mismo.
Un jodido quince de febrero de, ¿cuántos años? ¿Y
aparecía ahí? ¿Escuchando la maldita presentación que decidiría su futuro?
Tenía que ser una broma. Peter quería hacer tantas cosas en ese momento que se
mareaba: gritarle de todo, pedirle explicaciones, salir corriendo de ahí e irse
lo más lejos posible. El maldito Tony era el maldito Tony Stark, una de las
mentes más brillantes del país, hijo del CEO de Stark Industries, Howard Stark.
En ese momento, Peter se replanteó todos los consejos que le había dado cuando
intercambiaban mensajes.
—¿Puedo… ausentarme unos momentos? —preguntó Peter a sus
profesores.
—Seguro, muchacho. Dile a Smith que entre, por favor.
—Sí, señor.
Con el corazón en la garganta, Peter salió prácticamente
huyendo del lugar. Seguido por Tony, claro.
—John, eres el siguiente —le dijo, al salir, a un
muchacho sentado frente a la puerta.
—Peter, espera —llamaba Tony su atención, pero el aludido,
todo lo contrario seguía en su carrera por alejarse de él, terminando por
entrar al baño y encerrarse en un cubículo.
—Tony Stark. Es el jodido Tony Stark —Peter apoyó su
espalda sobre la puerta y suspiró.
—¿Sabes algo? Este es el peor lugar para ocultarte.
Cuando miró hacia arriba, Peter vio su sonrisa burlona.
—¿Qué haces aquí?
—¿Qué tiene? Tengo que velar por los intereses de mi
empresa. Lo que dije allá era cierto, Peter. Al margen de que me esté moviendo
más por mis sentimientos que por tener la cabeza fría, estoy interesado en tu
propuesta. He conseguido que el cabeza dura de mi padre accediera a hacer uso
de energía renovable para sus nuevos productos, y el plan que has presentado
pegaría perfectamente con lo que tengo pensado hacer.
—¿O sea que viniste hasta aquí para oírme hablar?
—No exactamente…
—Tony, ¡me mentiste!
El aludido se dejó enternecer por la forma en que Peter
infló sus mejillas.
—Sí, y lo siento. Pero tenía que hacer algo antes de
decírtelo. Tenía que tomar las riendas de mi vida. No quería que estuvieras a
mi lado si no lo lograba, pero todo lo que hice, todo lo que quiero hacer de
ahora en más, es por ti. Es gracias a ti. Encontrarte aquí, así… Eso sí que me
tomó por sorpresa. Cuando esos tipos te nombraron, una parte de mí no quería
creer que eras tú, pero la otra, lo anhelaba más que nada —Peter lo miraba con
la boca abierta. Trataba de decirle algo, pero parecía no poder ser capaz de
hacerlo—. Entonces…, ¿vamos a hablar a otro lugar? Voy a romperme algo si trato
de bajar hasta dónde estás tú…
Peter salió del cubículo y luego lo hizo Tony. Ambos
salieron del baño, bajo la mirada de todos, hasta que finalmente Peter decidió
sentarse en un banco en medio del parque frente a la universidad.
—Así que…, Stark…
—Así es.
—Debí haberme dado cuenta cuando no encontraba a ningún
Tony Downey en las redes sociales. Me siento un idiota…
—Un licenciado idiota.
—¡Ah! ¡Es verdad! —exclamó Peter, incorporándose—. ¡Me
fui y ni siquiera sé si ya tengo el título o no!
—Cálmate. Estuviste genial.
Ahí estaba. Esa mirada que hacía que todo pensamiento
negativo desapareciera. Ahí estaba. Su
Tony.
Peter volvió a sentarse a su lado y besó sus labios. Sentía
que tenían el mismo sabor que la primera vez que los había probado: un sabor
dulce a crema con un dejo de frutilla.
—Te amo —susurró.
—Yo también —susurró también Tony, acariciando su
enrulado cabello.
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