16 de febrero de 2019

[All The Stars] Capítulo 03: Confesiones (Starker Valentine 2019)

Ciaossu~!!

Al final no llegué a publicarlo ayer, pero, acá está :)
Enjoy~




Temática elegida: Confesiones.
Fandom: Universo cinematográfico de Marvel.  
Pairing: Tony Stark x Peter Parker.
Formato: Serial.  
Género: AU, fluff, romance.
Rating: PG-13.
Número de palabras: 1153.
Sinopsis: Lo que aparentaba ser el comienzo de una hermosa historia de amor para Peter, terminó siendo un fiasco.
Un quince de febrero, varios años más tarde, quizás, Peter tenga una nueva oportunidad.
Notas: A ver si la referencia que hay es de su talla :V




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Capítulo 03: Confesiones.

Seis meses después de que sus miradas se cruzaran por primera vez, tuvieron su primera charla. Seis meses y un día después, en cierta forma, confesaron que sentían algo por el otro. Seis meses después de eso, sus teléfonos seguían terminando sus días con una carga menor del diez por ciento, y aún así, los mensajes no cesaban. Después de eso, Tony empezó a enviar mensajes con un margen superior de tiempo. Lo que empezó a llegar cada dos días, se volvieron siete, luego semanas, meses. Nada.
Llegó un punto en el que Peter se rindió con él, cambió su número, y aunque el maldito destino hizo que la universidad y los horarios que había elegido le hicieran tomar el mismo autobús donde lo había conocido, al cabo de unos pocos meses, ya había perdido toda esperanza de cruzárselo por ahí.

Y ahí estaba, al día siguiente del fatídico San Valentín que seguía haciendo estragos en él aunque hubiera terminado, sentado frente a una de las miles de puertas que se desplegaban a lo largo del pasillo. Era esa puerta frente a la que él debía estar, ¿cierto? El sol que entraba por la ventana le impedía ver la pantalla de su laptop para corroborarlo. Chistó. Se puso de pie para sentarse del lado contrario, con las espaldas apoyadas sobre la pared. Sí, era esa. Volvió a revisar su presentación por última vez. La había ensayado con May hasta el cansancio, y aún así, no estaba seguro ni de lo que estaba haciendo, ni de lo que iba a decir. La misma presentación en cuatro formatos distintos estaba en un disco portátil y en un pen drive en su bolso. Por las dudas. El sonido de la puerta abriéndose lo alertó. Una compañera suya salió con lágrimas en los ojos.
—¿Parker? —uno de sus profesores asomó su cabeza. Peter levantó lentamente su mano desde abajo—. Usted es el siguiente —mientras Peter se incorporaba y cerraba su laptop para llevarla debajo de su brazo, sentía que estaba entrando a un matadero. ¿Era demasiado tarde para cambiar de carrera?—. Puede utilizar aquella mesa para apoyar sus materiales.
—Muchas gracias.
Su maqueta ya estaba siendo examinada por los jueces. Mientras tanto, él preparaba su pantalla y se aseguraba que no apareciera nada extraño por error. Se había asegurado de eso diez veces antes, pero, por las dudas, en un momento así, tenía que volver a hacerlo. Suspiró mientras su presentación aparecía proyectada sobre la pared, y los tres pares de ojos lo observaban con expectación. A lo lejos, a Peter le pareció ver a alguien más. Se rumoreaba que alguno o algunos de los proyectos aprobados formarían parte de una nueva empresa que tenía la intención de crear productos amigables con la energía renovable. Pero no pensaba que era cierto, y mucho menos que un ejecutivo de una empresa fuera a oírlo a él.
Felicitaciones, licenciado Parker.
El sujeto de la investigación de Peter fue la energía eólica, con Chicago como la ciudad ideal para instalar una planta procesadora, y de qué forma eso beneficiaría al medio ambiente. Sus oyentes estaban bastante interesados en su presentación.
—Muy bien —dijo uno de los presentes—. Mientras terminas de juntar tus materiales, evaluaremos tu presentación. ¿Usted qué dice, señor Stark?
—No quiero influenciar su decisión, pero sea cual fuere, el señor Parker puede pasar a Stark Industries a firmar un contrato laboral hoy mismo.
Un jodido quince de febrero de, ¿cuántos años? ¿Y aparecía ahí? ¿Escuchando la maldita presentación que decidiría su futuro? Tenía que ser una broma. Peter quería hacer tantas cosas en ese momento que se mareaba: gritarle de todo, pedirle explicaciones, salir corriendo de ahí e irse lo más lejos posible. El maldito Tony era el maldito Tony Stark, una de las mentes más brillantes del país, hijo del CEO de Stark Industries, Howard Stark. En ese momento, Peter se replanteó todos los consejos que le había dado cuando intercambiaban mensajes.
—¿Puedo… ausentarme unos momentos? —preguntó Peter a sus profesores.
—Seguro, muchacho. Dile a Smith que entre, por favor.
—Sí, señor.
Con el corazón en la garganta, Peter salió prácticamente huyendo del lugar. Seguido por Tony, claro.
—John, eres el siguiente —le dijo, al salir, a un muchacho sentado frente a la puerta.
—Peter, espera —llamaba Tony su atención, pero el aludido, todo lo contrario seguía en su carrera por alejarse de él, terminando por entrar al baño y encerrarse en un cubículo.
—Tony Stark. Es el jodido Tony Stark —Peter apoyó su espalda sobre la puerta y suspiró.
—¿Sabes algo? Este es el peor lugar para ocultarte.
Cuando miró hacia arriba, Peter vio su sonrisa burlona.
—¿Qué haces aquí?
—¿Qué tiene? Tengo que velar por los intereses de mi empresa. Lo que dije allá era cierto, Peter. Al margen de que me esté moviendo más por mis sentimientos que por tener la cabeza fría, estoy interesado en tu propuesta. He conseguido que el cabeza dura de mi padre accediera a hacer uso de energía renovable para sus nuevos productos, y el plan que has presentado pegaría perfectamente con lo que tengo pensado hacer.
—¿O sea que viniste hasta aquí para oírme hablar?
—No exactamente…
—Tony, ¡me mentiste!
El aludido se dejó enternecer por la forma en que Peter infló sus mejillas.
—Sí, y lo siento. Pero tenía que hacer algo antes de decírtelo. Tenía que tomar las riendas de mi vida. No quería que estuvieras a mi lado si no lo lograba, pero todo lo que hice, todo lo que quiero hacer de ahora en más, es por ti. Es gracias a ti. Encontrarte aquí, así… Eso sí que me tomó por sorpresa. Cuando esos tipos te nombraron, una parte de mí no quería creer que eras tú, pero la otra, lo anhelaba más que nada —Peter lo miraba con la boca abierta. Trataba de decirle algo, pero parecía no poder ser capaz de hacerlo—. Entonces…, ¿vamos a hablar a otro lugar? Voy a romperme algo si trato de bajar hasta dónde estás tú…
Peter salió del cubículo y luego lo hizo Tony. Ambos salieron del baño, bajo la mirada de todos, hasta que finalmente Peter decidió sentarse en un banco en medio del parque frente a la universidad.
—Así que…, Stark…
—Así es.
—Debí haberme dado cuenta cuando no encontraba a ningún Tony Downey en las redes sociales. Me siento un idiota…
—Un licenciado idiota.
—¡Ah! ¡Es verdad! —exclamó Peter, incorporándose—. ¡Me fui y ni siquiera sé si ya tengo el título o no!
—Cálmate. Estuviste genial.
Ahí estaba. Esa mirada que hacía que todo pensamiento negativo desapareciera. Ahí estaba. Su Tony.
Peter volvió a sentarse a su lado y besó sus labios. Sentía que tenían el mismo sabor que la primera vez que los había probado: un sabor dulce a crema con un dejo de frutilla.
—Te amo —susurró.
—Yo también —susurró también Tony, acariciando su enrulado cabello.

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