Ciaossu~!!
¡Feliz Día de San Valentín!
Como no se me ocurrió otra manera de festejar, ¿por qué no escribir? Así que, aparte de la segunda parte de All The Stars, de momento, por el día de hoy les traigo otro oneshot que tenía ya escrito :)
La idea está en escribir al menos un oneshots de mis OTPs porque esto sólo pasa una vez al año, y espero poder cumplirlo :3
También tengo la intención de traer el primer capítulo de una traducción que vengo prometiendo hace rato xD Veamos si llego con eso.
En fin, los dejo con esta historia, espero que les guste.
Sinopsis: Dean le pide a Jack que se lleva lejos a Sam. El día de San Valentín estaba llegando, y el mayor de los Winchesters tiene algo muy especial entre manos.
Acordate que también podés seguir esta historia en las siguientes plataformas: Amor::Yaoi, AO3 & Wattpad (por ahora).
Be My Valentine
¡Feliz Día de San Valentín!
Como no se me ocurrió otra manera de festejar, ¿por qué no escribir? Así que, aparte de la segunda parte de All The Stars, de momento, por el día de hoy les traigo otro oneshot que tenía ya escrito :)
La idea está en escribir al menos un oneshots de mis OTPs porque esto sólo pasa una vez al año, y espero poder cumplirlo :3
También tengo la intención de traer el primer capítulo de una traducción que vengo prometiendo hace rato xD Veamos si llego con eso.
En fin, los dejo con esta historia, espero que les guste.
Enjoy~ ♥
Título: Be My Valentine.
Fandom: Supernatural.
Pairing: Wincest (Dean Winchester x Sam Winchester).
Formato: Oneshot.
Pairing: Wincest (Dean Winchester x Sam Winchester).
Género: Fluff, romance.
Rating: PG-13.
Número de palabras: 1366.
Sinopsis: Dean le pide a Jack que se lleva lejos a Sam. El día de San Valentín estaba llegando, y el mayor de los Winchesters tiene algo muy especial entre manos.
Acordate que también podés seguir esta historia en las siguientes plataformas: Amor::Yaoi, AO3 & Wattpad (por ahora).
Be My Valentine
Dean siempre
había tratado de darle lo mejor a Sam, pero culinariamente hablando, los
resultados eran, como mínimo, desastrosos. Pero ese particular día del año,
debía intentarlo de nuevo aunque no tuviera a nadie cerca que le explicara el
paso a paso. Y sobre todo si quería mantener las cosas en secreto con Sam.
Le había pedido a
Jack que se lo llevara lejos, que buscara un caso que los mantuviera alejados
de su hogar por lo menos por dos días en los que él esperaba convertirse en un
maestro en la materia. Con más preguntas que respuestas, Jack accedió a su
pedido, y Sam y él salieron a la carretera a cazar a un djinn en un viaje que los tendría de regreso, a más tardar, el
jueves.
Era la una de la
mañana cuando después de tres posibles incendios en el búnker y el bloqueo
automático del mismo que decidió pedirle ayuda a Jody. Cuando la llamada fue
atendida al otro lado, no se percató que estaba hablando con Claire, él
simplemente vomitó su pedido de ayuda. Las risotadas de Claire todavía
resonaban en sus oídos.
—¿Cuán lejos
estás de Lebanon, Kansas? —le preguntó el mayor de los Winchesters, viendo su
decimotercer intento fallido cayendo dentro del tacho de la basura.
—Tienes suerte
que la reunión anual se haya hecho cerca de aquí —respondió Jody una vez llegó
al búnker, maravillada y al mismo tiempo sorprendida por el lugar.
—Luego te explico
qué es esto —respondió Dean ante la expresión de la sheriff de Sioux Falls—. Ahora, sígueme.
Jody siguió los
pasos de Dean hacia la cocina. En una mesada estaban todos los ingredientes, y
sobre una mesa no muy lejos de allí, más provisiones del mismo tipo.
—Entonces…
¿Quieres hacer un pastel?
—Así es.
—¿Por San
Valentín?
—Así es.
Jody siempre
había tenido la sospecha de que Sam y Dean “tenían algo entre manos”, algo más
profundo e íntimo que no todos comprenderían, pero, vamos… Desde que empezó en
su carrera policial que no había visto algo más dulce y puro que la relación
que ambos mantenían.
—Muy bien.
Comencemos, jovencito.
Tras darle fin a
la vida del djinn, Jack y Sam volvían
al Impala cargados con un bolso y una pala respectivamente. ¿Por qué Dean no
había ido con ellos? Sam sabía la respuesta. El maldito día de San Valentín se
acercaba. Y no era que no hubiera festejado literalmente un par a lo largo de
toda su calamitosa vida amorosa, pero desde hacía un tiempo, realmente ya no lo
soportaba, sobre todo cuando tenía que pasarlo resolviendo casos de hombres
lobo para esas fechas. ¿Por qué Dean había permitido que osara poner sus manos
sobre Baby en vez de acompañarlos a derrotar a ese djinn? Eso sí que no lo sabía, y estaba demasiado cansado como para
seguir dándole vueltas al asunto.
Mientras esperaba
que el semáforo le diera el paso, miró a Jack a través del espejo retrovisor.
Si bien con él manejando podría haberlo acompañado en el asiento vacío a su
lado, Jack prefirió sentarse atrás.
—Desde aquí tengo
una mejor perspectiva —le había asegurado. Sam varias veces se había preguntado
qué tenía en la mente ese chico y, al mismo tiempo, después de todo lo que
había sucedido, estaba agradecido que siguiera siendo, de alguna forma, inocente.
Al volver la vista a la calle, Sam reparó en una pastelería que seguía con sus
puertas abiertas. Estaba rodeado de carteles rojos, con rosas y letras doradas
anunciando pasteles especiales. Algo llamó su atención en la vidriera, y
decidió girar en la esquina y detenerse cerca de la misma—. ¿Sucede algo?
—No me tardo
—respondió Sam antes de que el Impala cese su ronroneo y él descendiera del
vehículo.
La luna brillaba
en Lebanon, y así en el búnker de los Hombres de Letras. Jack y Sam bajaron del
vehículo y el mayor se sorprendió con la presencia, no solo de su madre sino,
también, de Jody.
—¡Al fin llegas!
—le dijo la morocha, sonriendo.
—Mamá, ¿qué hacen
aquí?
—Justo llegué y
me encontré a Jody aquí afuera.
—Parece que Dean
tiene un problema con la llave y no podemos entrar.
—¿Qué?
—Así que tengo a
tres señoritas en un bar esperando por un tour por Lebanon. ¿Qué me dices si
nos acompañas, Jack?
El aludido no
estaba muy convencido de la situación. No era usual que Dean extraviara la
llave del búnker, y de todos modos, todos conocían alguna que otra entrada de
emergencia para esos casos. Por la mirada de Mary y la expresión en el rostro
de Jody intuyó que debía guardar silencio y seguirles la corriente.
—Jack, ve con
ellas —dijo Sam—. Las llamo cuando esté todo solucionado.
—Tómate tu
tiempo, no hay problema —le dijo Mary, abrazándolo con fuerza. Sam esperó a que
se fueran para volver sobre sus pasos, sacar algo del coche y entrar a su
hogar. Bajó las escaleras y encontró a Dean esperándolo en la entrada de la
biblioteca—. ¿Sabes? No es complicado abrir la puerta si tienes la llave
correcta…
Sam se quedó
perplejo ante el despliegue sobre las mesas en la otra habitación del búnker.
—Ah… ¿Esto? Es
sólo una cena de San Valentín. No esperes nada ostentoso. Sabes que por aquí no
hay mucha variedad.
—A decir verdad
esperaba una hamburguesa de esas que preparaste cuando vinimos por primera vez.
Dean le hizo una
seña con la mano como si hubiera recordado algo, y agarró una fuente de la
mesa. Se volvió hacia Sam y al sacar la tapa de la misma le enseñó esa
hamburguesa que había mencionado.
—Tus deseos son
órdenes —Sam le sonrió y se acercó a las mesas. Velas, diferentes platillos, y
sólo dos platos—. Feliz día.
El más alto se
volvió y abrió el paquete que tenía en su mano. Era una tarta hecha
especialmente para la fecha, había corazones de masa regados por la misma y su color era de un color brillante, justo como la
mirada de Dean en esos instantes.
—Igualmente, Dean.
—Por eso no
cocino —suspiró el aludido—… Iba a dejarlo para el postre, pero ya que
enseñaste tu as bajo la manga, déjame enseñarte también el mío.
Dean levantó la
tapa de otra fuente para mostrarle lo que con tanto esfuerzo había preparado.
—¿Qué es eso?
—Lo sabía —Dean
tapó su creación y la lanzó sobre la mesa.
—¿Le sacaste el
corazón a alguien para…?
—¡No! ¡Por
supuesto que no! ¿De dónde…?
Dean no supo qué
lo hizo enojar más: si la poca apariencia comestible de su pastel o que Sam por
primera vez en la vida no tuviera esa conexión que habían mantenido desde quién
sabe cuándo.
—Dean…
—Es un pastel,
¿de acuerdo? Es un pastel con forma de corazón.
—Y eso que le
sale es…
—Jalea.
—Le pusiste
demasiado —Sam se acercó al pastel que a diferencia de la tarta que había
traído, tenía pedazos más oscuros, y la jalea que se escapaba de él, aunque
también carmesí tenía varios matices. El más alto pasó un dedo por el mismo y
lo probó, bajo la mirada de Dean—. Está demasiado dulce… pero está rico.
—¿Te gusta?
—preguntó Dean no del todo conforme con su respuesta.
—Si lo hiciste
tú, por supuesto que me gusta, Dean. Además, para ser el primer intento…
—No fue el primer
intento…
—¿Qué?
—Tuve que pedirle
ayuda a Jody, pero al final lo terminé haciendo yo solo. Quizás este sea… como
el intento número treinta y cinco o algo así…
—De todos modos
—Sam se acercó a Dean y lo abrazó, apoyando su mentón sobre su hombro—, está
delicioso.
—¿Más que esa
tarta? —preguntó Dean en un susurro, rodeando la cintura de Sam con ambos
brazos.
—Estoy seguro que
más que esta tarta. ¿Y tienes idea qué otra cosa debe estar todavía más delicioso
que todo esto?
—¿Qué?
Sam se alejó de
él para apoyar su frente sobre la de Dean y mirarlo a los ojos.
—Tú.
—Feliz día de San
Valentín, Sammy —dijo el mayor, sin poder evitar sonreír por las ocurrencias de
Sam.
—Feliz día de San
Valentín también para ti, Dean.
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