A dormir~
Takeshi queriendo convertirse en Hayato (la lluvia que quiere convertirse en una tormenta xD)
En casa~
Ciaossu~!!
Debería irme a dormir, pero no puedo antes de postear esto~
Desde ayer que tenía más o menos la idea de este fic en la cabeza culpa de la imagen que está abajo...
Y recién hoy pude escribirlo, porque anoche no pude xD Lluvia, GRACIAS, nuevamente, por ser mi fuente de inspiración jajajaja. Así que, sin más, con ustedes, el fic x3
Título: Rolling coaster.
Fandom: Johnnys.
Pairing: Ryokura [Nishikido Ryo x Okura Tadayoshi]
Formato: Oneshot.
Género: Romance, fluff.
Rating: PG-13
Resumen: Tras un cambio de look, Tadayoshi sólo busca la aprobación de una persona, a quien parece no importarle demasiado el asunto.
Cuando pensaba que iba a tener vacaciones luego de la filmación de la película que saldría en el nuevo álbum, estaba equivocado. Largó un suspiro de cansancio al ver lo que seguía, presentaciones, sesiones de fotografías interminables, prácticas de coreografías y, por supuesto, el verdadero y único significado de la salida de un álbum: las giras promocionales. Tenía que hacer algo distinto, necesitaba verse distinto, por lo que fue a la peluquería con uno de sus compañeros de grupo. Nadie sabía de aquella cosa que se haría en su cabeza, de hecho, ni él mismo, así que le dijo a la simpática señora que lo atendió lo primero que se le cruzó por la mente.
Takeshi queriendo convertirse en Hayato (la lluvia que quiere convertirse en una tormenta xD)
En casa~
Ciaossu~!!
Debería irme a dormir, pero no puedo antes de postear esto~
Desde ayer que tenía más o menos la idea de este fic en la cabeza culpa de la imagen que está abajo...
Y recién hoy pude escribirlo, porque anoche no pude xD Lluvia, GRACIAS, nuevamente, por ser mi fuente de inspiración jajajaja. Así que, sin más, con ustedes, el fic x3
Enjoy~ ♥
Título: Rolling coaster.
Fandom: Johnnys.
Pairing: Ryokura [Nishikido Ryo x Okura Tadayoshi]
Formato: Oneshot.
Género: Romance, fluff.
Rating: PG-13
Resumen: Tras un cambio de look, Tadayoshi sólo busca la aprobación de una persona, a quien parece no importarle demasiado el asunto.
{ Half down Okura Tadayoshi POV }
Rolling coaster
Cuando pensaba que iba a tener vacaciones luego de la filmación de la película que saldría en el nuevo álbum, estaba equivocado. Largó un suspiro de cansancio al ver lo que seguía, presentaciones, sesiones de fotografías interminables, prácticas de coreografías y, por supuesto, el verdadero y único significado de la salida de un álbum: las giras promocionales. Tenía que hacer algo distinto, necesitaba verse distinto, por lo que fue a la peluquería con uno de sus compañeros de grupo. Nadie sabía de aquella cosa que se haría en su cabeza, de hecho, ni él mismo, así que le dijo a la simpática señora que lo atendió lo primero que se le cruzó por la mente.
De ese modo apareció al día siguiente para practicar las
coreografías de las nuevas canciones en el camarín, sorprendiendo a todos sus
compañeros.
- ¿Qué les parece? – Preguntó Tadayoshi, llamando la
atención de sus compañeros en referencia a sus cabellos de color dorado.
- Guau – Dijo Yu.
- Es un gran cambio – Dijo Shingo.
- ¿Qué se te dio por hacerte eso? – Preguntó Subaru,
vistiéndose con una remera vieja.
- No lo sé – Respondió el menor, hincándose de hombros -.
Estábamos de compras con Yasu y simplemente… Se me ocurrió, ¿no? – Miró a
Shota, buscando su aprobación.
- Ahjá. Así fue.
- Si estamos todos, ¿por qué no vamos a ensayar de una
maldita vez? – Se quejó Ryo, levantándose de su asiento, pasando al lado de
Tadayoshi y Shota, quienes le obstruían el paso.
- Bueno… Parece que no todos nos levantamos de buen humor
– Dijo Ryuhei, levantándose de su asiento, seguido por el resto de sus
compañeros.
- Déjalo, Tatsu, ya se le pasará – Le dijo Yu, palmeando
la espalda del aludido al ver su expresión de tristeza.
- Sí – Tadayoshi le dedicó una fingida sonrisa, siguiendo
a sus compañeros segundos más tarde.
A la persona que más le importaba que lo mirara, que
notara su presencia a su lado, no le había importado en lo más mínimo. De quien
realmente le interesaba su opinión al respecto, no había notado su cambio.
Realmente, a Ryo, no le importaba Tadayoshi.
Dejó de caminar, viendo su deprimente imagen en el
reflejo que le devolvía el vidrio. Así se sintió a lo largo de todo el ensayo
culpa suya. Así se equivocó a lo largo del ensayo culpa suya. Lo odiaba por eso,
odiaba que ocupara casi el cien por ciento de sus pensamientos, desde los más
puros hasta los más pecaminosos. En todos ellos estaba Ryo, cada célula de su
cuerpo respondía a su voz, a un mínimo roce de su cuerpo sobre el suyo. Y allí
estaba, mirando al resto de sus compañeros sentado en un rincón. Una toalla
blanca cubría parte de su cabeza, cubría parte de sus dorados cabellos, pero le
permitía verlo a él a través del espejo. Su sonrisa, en una situación distinta,
iluminaba hasta sus días más nublados, pero en ese momento, lo deprimía más y
más.
Flexionó sus piernas llevando sus rodillas contra su
pecho. Le molestaba aquella sensación de tristeza. No comprendía cómo una
persona podía hacer que sus emociones cambiaran de un momento a otro con sólo
una palabra. No estaba del todo seguro desde hacía cuánto tiempo, Ryo se había
convertido en su todo y él, prácticamente en su sombra, siguiendo cada uno de
sus movimientos. Sus mejillas se inflaron, el aburrimiento se estaba haciendo
presente en su mente y aunque no lo quisiera, la imagen de Ryo era lo único que
miraba. Cubrió sus ojos con la toalla, cruzado de brazos, golpeando levemente
su espalda contra la pared, sin percatarse del estante flojo que descansaba
sobre su cabeza con cosas de fotografía e iluminación.
- ¡Cuidado!
El grito lo asustó un poco ocasionando que los golpes que
le estaba dando a la pared cesaran. Mas lo sorprendió el hecho de ver que la
persona que evitó que aquellas cosas cayeran encima suyo con su propio cuerpo
haya sido aquel sujeto que ocupaba gran parte de su mente.
- Ryo-chan – Musitó, sin entender del todo qué había
pasado, una vez la toalla terminó de caer encima suyo a causa de la llegada de
Ryo. Tadayoshi miró para todos lados, viendo al alzar la vista el porqué de aquel
grito: el estante pendía de un clavo y estaba cayendo directo hacia él, pero
por algún motivo estaba inmóvil y sólo atinó a cerrar los ojos con fuerza.
- ¡Ryo! – Gritó Yu, acercándose a ambos.
De nuevo él, de nuevo Ryo lo había salvado.
- ¿Están bien? – Preguntó Ryuhei.
¿Estaba bien? No lo sabía, sentía que su corazón estaba
por detener sus latidos. ¿Quería llorar? O gritar, quizás, pero no sabía por qué.
Estaba inmóvil en el suelo, sintiendo que el peso de Ryo se levantaba de encima suyo, para sentarse sobre sus
rodillas, imitándolo Tadayoshi luego, frente a la mirada del resto de sus
compañeros.
- Yo…
- ¡Idiota! – Le gritó Ryo, asustándolo no solo a él, sino
a todos los presentes -. ¡¿En vez de estar golpeando la espalda contra la pared
como un tarado cómo no te das cuenta de que eso se te estaba viniendo encima?!
- ¿Eh? – Musitó Tadayoshi, mirándolo.
- Por eso siempre tenemos proble – Al apoyar su mano izquierda
en el suelo para levantarse, Ryo emitió un leve quejido.
- Ryo, ¿estás bien? – Preguntó Subaru, ayudándolo a
levantarse.
- Sí, creo que… ¿Me habré torcido la muñeca? – Preguntó,
intentando mover su muñeca izquierda, hallando que el mínimo movimiento le
provocaba un agudo dolor -. ¡Ay…!
- Mejor ve al hospital y dejemos aquí el ensayo, ¿están
de acuerdo? – Preguntó Yu al resto de sus compañeros, asintiendo todos con la
cabeza ante la pregunta, excepto Tadayoshi, que aún en el suelo, no había
despegado su vista de la de Ryo.
- Te acompaño – Dijo Tadayoshi, desde el suelo.
- De acuerdo, pero apresúrate – Lo apuró el morocho.
Silencio, eso fue lo que llenó el vacío del automóvil de
Ryo camino al hospital. Obviamente, y aunque su dueño no aceptó a la primera,
Tadayoshi era quien manejaba el vehículo. No iba a perdonarse que Ryo terminara
con una lesión todavía más seria por su
culpa. Suspiró, estacionando el automóvil frente al edificio del hospital,
ayudando a Ryo a bajar del automóvil rápidamente.
- Déjame, esto sí puedo hacerlo solo – Le dijo,
dedicándole una media sonrisa. Tadayoshi lo conocía y por eso sabía que estaba
fingiendo. Lo acompañó por el recorrido que debió hacer por varias salas hasta
dar con una leve inflamación en la zona de la muñeca causada por un golpe, del
cual obviamente, Tadayoshi tenía toda la culpa. Le recetaron unos analgésicos
si es que el dolor volvía a aparecer y una muñequera para inmovilizar la zona.
De nuevo en el automóvil, reinaba el silencio. El vehículo
se detuvo en el estacionamiento del edificio donde vivía Ryo.
- Entonces… Nos vemos mañana – Dijo Tadayoshi, sacando las
llaves del automóvil y entregándoselas a su dueño.
- ¿Qué vas a hacer ahora? – Le preguntó Ryo, mientras el rubio
salía del vehículo y abría la puerta trasera para sacar su bolso.
- Me voy a casa, ¿por qué? – Se asomó por la puerta abierta
del conductor.
- Si quieres, puedes irte en el auto. De todos modos, no
estoy en condiciones para manejar – Le sonrió, mostrándole la mano con la
muñequera.
- No, yo… Iré en taxi y… Lamento eso…
- No tienes nada qué lamentar. La culpa de eso la tiene
tu falta de atención. En serio, no sé cómo no te diste cuenta de aquel estante…
- ¿Tú cómo lo notaste?
- Porque te estaba mirando, idiota.
Su respuesta fue seria, al igual que su mirada. Tadayoshi
lanzó una inaudible carcajada, desviando su vista, sentía que si Ryo seguía
mirándolo de ese modo, le diría cuánto lo amaba y necesitaba.
- Lamento eso. El día de hoy… Estuve algo distraído.
- ¿No será culpa de la tintura?
- ¿Eh?
El morocho salió del automóvil, quedándose del lado del
acompañante, apoyando su brazo derecho sobre el techo del vehículo y su mentón
sobre el mismo.
- La próxima vez que vayas a salir con alguien… Hazlo
conmigo… De ese modo, me aseguraré de que no cometas otra locura como esa – Sin
darle tiempo a réplica, se dio media vuelta y tras ponerle la alarma a su
automóvil siguió sus pasos hasta la entrada del edificio. Tadayoshi se quedó
mirándolo unos instantes, deseando desde el fondo de su corazón que se diera
vuelta y le sonriera, pero los segundos pasaban y Ryo no parecía estar por
hacer eso. Suspiró, sonriendo y se giró, caminando hasta la salida -. ¡Okura! –
Su voz hizo que se girara, sorprendido por su llamado -. Te queda bien – Se llevó
una mano a su cabello para tocarse un mechón -… el cabello de ese modo.
Parpadeó varias veces. Allá estaban las palabras que
tanto quiso escuchar. Lo que a Ryo le gustara, estaba bien para él. ¿Tan
profundo era el amor que le tenía que se conformaba con aquella distancia?
Cuando quiso responder a su halago, aún sin saber del todo qué responderle
aparte de un simple “gracias”, notó
que la puerta de entrada al edificio se cerraba detrás de Ryo.
Quizás su destino era ser su sombra, acostumbrarse a los
altibajos que significaban estar en esa montaña rusa llamada Nishikido Ryo.
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