19 de enero de 2012

[Life's blood] Capítulo 00 - Comienzo

 Tengo frío ;______;
 Law & order... Aunque... No le preste atención xD
En panza's home x3




Título: Life's blood
Pairing: Ikuta Toma x Tegoshi Yuya
Capítulo: 00/ ¿?
Resumen: En un universo alternativo, pero en un Japón actual, los vampiros existen y están detrás de la sangre que puede matarlos o darles la inmortalidad. Cazándolos, se encuentran los herederos de la sangre de los Van Helsing. Una o varias historias de amor irán desarrollándose a medida que los hechos avancen, a medida que la pelea entre vampiros y cazadores vaya tomando su rumbo



 Capítulo 00: Comienzo

Desde épocas inmemorables ha habido peleas, confrontaciones, pensamientos completamente contrarios.
Desde épocas inmemorables han aparecido personas que tratan de enemigos a aquellos que no comparten sus mismas ideologías.
¿Cómo no recordar el caso de Abraham Van Helsing, uno de los enemigos mortales de Drácula, siendo él quien sospechó que la enfermedad de Lucy Westenra distaba de ser una común?
¿Por qué este ejemplo?
¿Quién dice que desde hace épocas inmemorables que los vampiros caminan a nuestro lado por la tierra y nadie ha hecho nada por impedirlo?
Quizás, ni el Doctor Van Helsing, ni Lucy, ni el mismísimo Conde eran personajes ficticios, quizás aquella historia no haya sido ficticia, o al menos un poco, tampoco era cuestión de alarmar a la gente diciendo que los vampiros existen y están a la vuelta de la esquina.
Muy bien, ahora que están advertidos acerca de la existencia de los vampiros, les contaré la verdadera historia.
En lo que a mí respecta, y tengo fuentes muy confiables, cabe destacar, el conde Drácula y Abraham Van Helsing sí existieron y siguen vigentes hasta el día de hoy.
Debido a los constantes cambios tanto poblacionales, como geográficos y económicos, ambos han surcado la mayor parte del mundo como lo conocemos. Uno en busca de sangre y el otro en busca de su muerte o, al menos, para evitar la muerte de inocentes.
El descubrimiento de los congeladores y de la preservación de la sangre ha ocasionado un festín por parte del conde, y fue por ese mismo motivo que podía mudarse de un lugar al otro sin levantar sospechas en sus perseguidores.
Pero había una razón mayor por la que Van Helsing buscaba la muerte de Drácula. Se dice que el fenotipo Bombay, aquel raro tipo de sangre el cual sólo tiene el 0.0004% de la población mundial y la cual está dispersa en todo el globo, ha sido capaz de matar a una de sus vampiresas preferidas. Aquella persona con ese tipo de sangre no fue otra que la esposa de Van Helsing. Nosotros al igual que el conde, nos percatamos de eso. En todo el mundo existe gente que va detrás de estas personas con el fenotipo Bombay para protegerlas y poder así dar con los vampiros que los rondan. Pero, aunque es muy difícil tanto para el vampiro como para aquellas personas, dar con aquel portador, el hecho de no hacerlo depararía una matanza a gran escala. Al mismo tiempo que una gran cantidad de sangre puede dar la muerte de un vampiro, su dosis en forma medida, puede seguir dándole la inmortalidad.
Te preguntarás quien soy yo, soy tu yo del pasado. Si estás leyendo esto es porque hemos fallado en nuestra tarea. Actualmente, siendo el H24, se han encontrado indicios de que tanto aquel conde llamado Drácula como el portador del fenotipo Bombay se encuentran aquí. Todos los que estamos reunidos buscamos lo mismo...

Uno de sus dedos se quedó tecleando una tecla invisible. Sus labios se fruncieron, en medio de la oscuridad. Una nítida luz lo rodeó, ocasionado que cerrara sus ojos con fuerza y agachara la cabeza. El sonido de los zapatos de taco hizo que girara apenas su cabeza, sin levantarla y mirara a aquellas finas piernas acercándose a él. El taco repicó varias veces.
- ¿De nuevo con eso?
Sintió cómo un par de senos le impedían levantar su cabeza, por lo que usó ambas manos para empujar suavemente el cuerpo que buscaba leer lo que estaba escribiendo.
- Erika – Le dijo, restregándose los ojos, debajo de un ancho marco de anteojos negros. Vio una silueta parada en medio de la habitación -. Maki – La aludida le dedicó una reverencia -. ¿Qué sucede?
- ¡¿Cómo qué sucede?! – Vociferó la recién llegada. No lo había notado, pero llevaba un vestido muy corto y algo transparente. Su cabello color azabache estaba atado en lo alto de su cabeza. Sus ojos destallaban una rabia suprema. En cambio, Maki buscaba recordar hasta el último detalle de aquella extraña habitación donde habían sido reunidos. Estaba vestida con zapatos de taco chino, una camisa básica y una pollera que le llegaba hasta la altura de las rodillas -. ¿Qué miras?
- Ah, lo siento – Dijo el morocho -. Es que realmente sigo sin creerme que tengan la misma edad.
Erika bufó, sentándose sobre una de las dos mesadas plagada de monitores de computadora que proyectaban desde cámaras de seguridad hasta datos que tan sólo aquel sujeto llegaría a entender.
- Quizás…
- Erika – La llamó la muchacha, haciéndola callar.
- ¿Y bien?
- Kei y Shige están en el laboratorio, sólo falta… Él.
- ¿Y dónde mierda…?
- Erika.
La aludida miró a Maki haciendo un puchero.
- ¿Y dónde está?
- Visitando a una vieja amiga – Le dijo el morocho, volviendo su vista a la pantalla.

Bajó del automóvil. El mismo había sido mandado a fabricar. Le había salvado la vida y sabía que iba a necesitar un vehículo con características muy distintas a la de uno común. Estaba pintado de negro, para poder moverse dentro de la oscuridad.
Entró a la pequeña y común casa como si fuera suya, la conocía muy bien.
Un aroma familiar inundó todos y cada uno de sus sentidos a medida que cruzaba la puerta de entrada para dar con el living. La encontró dejando un sahumerio sobre un antiguo equipo de música.
- Jazmín – Le dijo.
- Rosas – Le respondió la mujer, girando apenas su cabeza, con una sonrisa.
- Hace mucho que no paso por aquí – El recién llegado se acercó a ella.
- Y lo primero que haces es equivocarte con el aroma de mis sahumerios, muy mal – Su mano buscó uno de los brazos del muchacho para girarse y acariciar sus facciones con las yemas de sus dedos -. ¿Quieres algo para tomar? No has dormido en días, ¿verdad?
- Tan sólo fueron dos – Se excusó el aludido, dejando que la mujer se dirigiera a la cocina.
Sino fuera porque sus ojos no podían chocarse contra los suyos, nadie diría que era una persona ciega. En el trayecto del living hacia la cocina no había chocado con nada, y dentro de la cocina, se había manejado con total naturalidad. Su mente conocía cada rincón de esa casa.
Regresó al living al poco tiempo, con un vaso con jugo, indicándole que se sentara en torno a la mesa rectangular bajo la ventana al lado de la puerta de entrada.
- Las naranjas están en su punto justo para hacer jugo – Le dijo, arreglándose apenas el cabello.
- Asami… Creo que lo hemos encontrado.
- ¿Al Bombay?
- Sí – Dijo, antes de beber un poco del contenido del vaso. El sonido de su celular hizo que lo dejara sobre la mesa y atendiera la llamada -. ¿Diga?
- “Ya están todos aquí. ¿Dónde…?
- Voy para allá – Dijo, cortando rápidamente la llamada.
- ¿Y a ella? – Le preguntó Asami, generando una expresión de sorpresa en su rostro.
- Todavía no… Todavía no la hemos encontrado – Susurró.
Lentamente, Asami buscó su mano, la cual tomó.
- No te aflijas, vas a encontrarla cuando no la estés buscando.
Su sonrisa lo calmaba, sus palabras lo calmaban, era por eso que siempre iba a verla.
- Gracias, neesan.
- De nada – Dijo la muchacha, con una sonrisa -. Para eso estoy. Ahora vete, desde aquí estaba oyendo los gritos de Erika.
- Ah…
- Has interrumpido sus vacaciones, ¿no es así?
- Sí – Respondió el muchacho, antes de levantarse -. Entonces, nos vemos.
- Mándales saludos a todos.
- Cuídate.
- Claro que sí.

Literatura… Miles de libros descansaban en las paredes de sus despachos. Cuánto tiempo habían viajado de aquí para allá, sólo él lo sabía. Él y unos pocos más.
Se levantó de su cómodo sillón frente a su escritorio de vidrio para recorrerlos con la mirada. Se acercó a uno de los pequeños sillones en torno a la mesa ratona que se hallaba frente al enorme ventanal. Cruzó sus brazos encima de él para apoyar su cabeza, frunciendo los labios, desconforme.
- Señor – Lo llamó su asistente, una morocha de cabellos hasta los hombros, con un leve destello dorado.
- Estoy aburrido, Ai – Se quejó, sin moverse.
Ai lo miró escasos segundos, para volver su vista a la agenda abierta que descansaba entre sus manos.
- Tiene una cita.
- ¿Respecto a?
- Un nuevo libro – Sus ojos brillaron, al decir esas palabras.
- Mhhh… Ya veo – Dijo el morocho, golpeando varias veces el sillón, mirando a su asistente, esbozando una especie de sonrisa luego. Se incorporó y volvió a sentarse en torno a su escritorio, seguido por la mujer, quien se quedó del otro lado -. ¿Qué crees?
- Quizás sea igual de malo como los anteriores.
Tras ser advertida con un ademán, se acercó al pequeño mini-bar al lado del escritorio y le sirvió una copa de vino tinto.
- Espero que sea un poco menos malo – Sus ojos inspeccionaron el vino, aspirando su aroma cuando su nariz ni siquiera rozó la copa, antes de exhalar un suspiro de satisfacción para beber su contenido -. ¿Cómo se llama?
Ai volvió su vista a la agenda y volteó un par de páginas hasta dar con la información.
- Tegoshi Yuya. Trabaja en una editorial.
- ¿Y quiere escribir un libro? – Le preguntó a su asistente, con un deje de ironía.
- Dijo que se basó en unos documentos antiguos que pertenecían a sus abuelos.
- ¿Por qué lo acepté?
- Se trata de – Cerró la agenda antes de seguir hablando -… vampiros…, Señor…
- ¡Ah! – Dijo, terminando de beber un poco de vino que recorría su boca internamente -. ¡Ahora lo recuerdo! Su libro estaba muy bien detallado como para basarse sólo en documentos. Ai… ¿Qué crees?
- O es un vampiro… O algo mucho peor.
- No, no, no – Dijo el morocho, negando con la mano -. No creo que sea un cazador. Si lo fuera, no andaría con vueltas y ya habría matado a la mitad de mi gente.
La puerta del despacho se abrió. El hombre que ingresó estaba vestido de traje. Su cabello corto era de un color azabache. Su mirada era sumamente penetrante. Con un ademán, le indicó a Ai que se retirara, pero la muchacha, miró a su jefe, quien bebía el vino con los ojos cerrados.
- ¿Puedes dejarnos solos, Ai? – Le pidió, por lo que la muchacha se fue.
- Deberías dejar de darle tantas libertades a esa perra – El recién llegado se sentó frente a él. El aludido abrió un solo ojo, dejando la copa de vino a un lado, y le sonrió.
- ¿Celos?
- ¿De esa? Por supuesto que no. Pero me molestan las que se arrastran.
Rió, levantándose y acercándose a él. Acarició sus hombros y empezó a hacerle masajes.
- Necesitas masajes, estás con una importante contractura – Bromeó. El morocho sentado se rió, tomándolo de la mano y llevándolo frente a él, dejando un espacio entre el sillón y el escritorio para que su cuerpo pudiera sentarse encima del mismo. Abrazó su cintura y besó sus piernas, su ombligo. La mano del muchacho lo detuvo -. No es momento ahora. Tengo una cita - El aludido frunció sus labios, por lo que el otro, sonriéndole, lo besó dulcemente -. ¿Feliz?
- Algo – Le dijo, levantándose y dirigiéndose a la puerta -. ¿Puedo matar a Ai?
- No, no puedes. Aunque digas que es una perra, la necesito.
 Silencio, de nuevo fue invadido por él. Suspiró.

Las puertas se abrieron. Los presentes miraron al sujeto que ingresó a la misma. Erika estaba por hablar, pero la figura de Maki dedicándole una reverencia la detuvo.
- Bienvenido a casa – Susurró, ocasionando la sonrisa del recién llegado.
- Gracias, Maki – Su mano acarició su cabeza suavemente.
- Ya, déjala, ni que fuera una perra – Se quejó Erika.
El muchacho la miró y se acercó al sujeto frente al monitor.
- ¿Y bien? – Le dijo -. Descartando el pedazo de tela que cubre el cuerpo de Erika - Los rápidos movimientos de la aludida, buscando golpear al recién llegado fueron detenidos por él mismo -. Fue broma, no te enojes – La muchacha se zafó y volvió a sentarse al borde de la mesada -. Lamento haber arruinado tus vacaciones.
Lo miró y volvió a sonreír.
- No te preocupes – Dijo Keiichiro, al muchacho de cabellos oscuros a su lado -. Siempre se tratan así.
- ¿Es nuevo? – Preguntó Erika.
- Sí – Dijo Keiichiro, palmeando suavemente la espalda del aludido -. Su nombre es Shigeaki. Le he hablado de ustedes, pero no es lo mismo cuando los conoces personalmente, ¿no es así?
- Para nada.
- ¡Ay, no! – La muchacha se cubrió los ojos con ambas manos, ocasionando que todos, a excepción del muchacho que tecleaba a velocidad no humana el teclado, la miraran -. ¡Tiene la misma mirada de estúpido que Toma!
Keiichiro y Toma rieron.
- No, eso es imposible – Dijo el otro muchacho, sin despegar la vista de la pantalla -. Nadie es más estúpido que Toma.
- ¡Oye! – Le dijo el aludido, riendo, golpeándolo en la cabeza -. Respétame un poco, Pi.
- Lo siento – Se acomodó los anteojos -. Aquí está.
Las pantallas se iluminaron con las imágenes de una misma cámara de seguridad en tiempo real.

El silencio se interrumpió cuando la puerta se abrió. Entraron Ai en compañía de quien sería, quizás, la nueva cara del mercado literario.
- Me alegra que nos encontremos de nuevo, Tegoshi-kun – Le dijo el morocho, acercándose a él. Pudo divisar una sonrisa asomando del rostro de Ai -. ¿Sucede algo?
Negó con la mano.
- Lo siento, necesito… Hacer algo…
La muchacha salió despavorida del despacho, bajo la mirada del mencionado Yuya, quien volvió su vista al morocho.
- Gracias por recibirme de nuevo, Nishikido-san – Le dijo, dedicándole una reverencia. Lo que al principio fue una mueca de sorpresa por parte del aludido, terminó convirtiéndose en una sonrisa, quizás, la misma que había esbozado Ai.
Fuera, el mismo sujeto que había irrumpido antes en el despacho, miraba a Ai, que buscaba aire desesperadamente.
- ¿Es él? – Le preguntó.
No necesitaba respuesta, sus ojos estaban inyectados con sangre pura. Su sonrisa se había convertido en una de las más diabólicas jamás vistas.

- Ahhhhhhh… Toma no va a tener sexo está vez – Bromeó Erika.
- Cállate, en ningún momento lo hice con placer.
- Se nota – Dijo la aludida, riendo.
- He armado la entrada de Erika y Maki, pero la de Toma, va a tomarme algo de tiempo – Dijo Tomohisa, mirando al aludido.
- No hay problema – Le dijo Toma, palmeando su hombro -. Confío en ti – Se volvió al resto de los presentes -. Confío en todos ustedes. Busquemos a la persona que tiene el fenotipo Bombay y protejámosla.

3 comentarios:

  1. te la hago corta... Me enganché :D aunque en algunas partes me perdí un poco, pero después la capté jajaja Toma tiene sexo con medio mundo???? WOOOOW! xD

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    Respuestas
    1. Jajaajajja xDDD
      Te iba a decir antes de leerlo, que cualquier cosa me dijeras xDU si había algo que no entendías xD
      Y sí, trabajo sacrificado el suyo e.e (?

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  2. Muy bueno!!! muy bueno!!!!

    Sigo leyendoooooooooo... ^_^

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