10 de diciembre de 2011

[Chain of love] Capítulo 01 - Acción

A punto de irme a dormir...
Kanjani∞ - Dye D. (por centésima vez en el día... fácil...)
En casa~


Título: Chain of love
Pairing: Nishikido Ryo x Kato Kazuki; Ikuta Toma x Tegoshi Yuya
Capítulo: 01/ ¿?
Resumen: Debido a la reciente salida de NEWS, Toma lleva a Ryo a un concierto de un tal Kazuki Kato.
Al finalizar el concierto, el morocho de Osaka es llevado a una habitación que termina siendo el camarín de Kazuki...
 


[Chain of love]
Capítulo 01: Acción


Lo único que se oía en la habitación, más aún, en todo el departamento, era el sonido de las agujas girando a través del vidrio del reloj de pared. Ryo estaba sentado en el sillón, con la cabeza gacha y los brazos apoyados sobre sus piernas con las manos entrelazadas.
Tomohisa estaba apoyado contra la pared cercana a la puerta de entrada, también con la cabeza gacha. Este último la levantó y clavó su mirada en el morocho.
- ¿Y bien?
- Lo siento - Le susurró el aludido, mordiéndose inmediatamente el labio inferior luego de hacerlo -. Lo siento, Pi...
- ¿Hace cuánto...?
- No es que yo...
- ¿Hace cuánto... lo conoces, Ryo? - El volumen de voz de Tomohisa, interrumpió a Ryo.
- No hace... mucho...

Toma estuvo todo el tiempo al lado de Ryo y Tomohisa. Desde que empezaron a salir, cubriéndolos, y hasta cuando se dio a conocer su partida de NEWS. Los cuatro integrantes que quedaban, comprendieron a la perfección las razones de cada uno para tomar semejante decisión, pero así y todo, la respetaron.
- Vamos, Ryo, acómpañame - Le pedía Toma, mientras jalaba de su brazo para llevarlo a la rastra hacia el ascensor -. Ayúdame, Yuya - El aludido abrió la puerta del departamento para empujar a Ryo junto a Toma, entre risas.
- ¡Déjenme en paz! ¡Están locos! - Vociferaba el muchacho de Osaka, intentando zafarse de ambos, pero su forcejeo fue en vano, ya que, con ayuda de Yuya, estaban dentro del ascensor, y este, fue rápidamente puesto en marcha por su amigo -. Tsk, ¡qué molestos! ¿Por qué no invitas a Tego? ¡Él es tu pareja!
- Pero tú eres el deprimido. Estás igual que Yamapi - Ryo no le retrucó nada, tenía razón. Podría decirse que se sentía mal por lo que había decidido, pero no tuvo otra opción -. Ryo... Anímate - Le dijo, palmeándole suavemente la espalda, con una sonrisa.
- ¿Adónde me llevas? - Le preguntó, suspirando con resignación, cuando la puerta del ascensor se abrió.
- Me gustan esas palabras. Eso quiere decir que no te me vas a escapar otra vez. El tipo se llama... Kato... Kazuki Kato - Dijo, leyendo el nombre del par de entradas que llevaba en su mano.
- Ni siquiera sabes adónde me llevas... Genial...
- ¡Jaja! Es que no lo recordaba. Me lo recomendó un amigo. De hecho él me dio las entradas y todo, es parte del staff.
- ¿No pudiste haber ido a comprarlas vos?
Ambos subieron al auto deportivo del cual Toma era dueño.
- Es que no es de nuestra agencia. Es de Avex - Dijo, en voz baja.
- Ahhh... ¿Por qué hablas en voz baja?
- Pueden haber paparazzis - Dijo el morocho, dando marcha al automóvil.
- Jaja... Qué tarado...
El viaje hacia el lugar donde aquel cantante daba su concierto fue tranquilo y ameno. Los acompañaba la calma música que sonaba en la radio. Ryo de dio cuenta que habían llegado cuando Toma apagó la radio.
- ¿Vamos? - Le dijo.
Ambos llegaron junto con el centenar de fanáticos (en su mayoría mujeres) al hall principal del lugar. Las puertas hacia el escenario se abrieron, por lo cual ingresaron. Esperaron no más de diez minutos hasta que las luces se apagaron y la gente a su alrededor estalló en gritos, aumentando la intensidad de los mismos cuando acordes desconocidos tanto como para Ryo como para Toma, empezaron a sonar, al mismo tiempo que varias luces que viajaban sin rumbo a través de las paredes y de los rostros del lugar, llegaron a iluminar a la persona que se alzaba sobre el escenario.
Ryo sintió como su voz hacía estremecer su cuerpo, hasta el punto de sentir que su música estaba controlando todos y cada uno de sus sentidos. Ese hombre, aquella voz, lo había embrujado.
Cuando se dio cuenta, el concierto se había terminado. La mano de Toma, lo agarró del brazo, por lo que lo miró.
- Vamos.
- ¿Adónde? - El morocho fue dirigido hacia el camino opuesto por el que estaba saliendo toda la gente -. Están saliendo por aquel lado.
- Sígueme y cállate.
Ambos llegaron con un hombre del staff del recital, quien los esperaba junto a un hombre de seguridad. Este los dejó pasar.
El tumulto de gente que salía a sus espaldas, no había cerrado la boca ni por un segundo, por lo que a Ryo le estaba empezando a dar una terrible jaqueca. Las palabras que su amigo intercambiaba con el sujeto, eran inaudibles para él, debido a eso.
Los siguió por un largo pasillo que se abría para dar paso a la inmensa cantidad de habitaciones que tenía el lugar. El amigo de Toma, llamado Takeshi, hizo pasar a Ryo a una de ellas, dejándolo solo.
- Tenemos que hablar un par de cosas con Toma, espero que no te moleste - Le dijo el muchacho -. Aquí tienes todo lo que quieras, Nishikido-san.
Le sonrió y de forma cálida, por lo que Ryo no le dijo nada que no debía. Solo le dijo a Toma que no se tardara demasiado, a lo que él asintió, cerrando la puerta a su paso.
Una enorme mesa rectangular con prendas encima, rodeada por sillas mal acomodadas, tres enormes espejos rodeados de luces innecesarias con mesas debajo, llenas de maquillajes y revistas de distintos tamaños y grosores. Cinco percheros repletos de ropa.
Se levantó de la silla y se acercó a los espejos. Se miró las ojeras en uno de ellos y suspiró.
El sonido de un celular sonando hizo que su corazón subiera hasta su garganta, pero eso no se comparó al susto que le dio el sonido de la puerta abrirse, sumado al sonido de un tintineo producto de una cadena de adorno que colgaba de los pantalones del dueño de dicho aparato telefónico, quien se acercó a atender el mismo. Sus ojos subieron desde el sonido que perturbó sus oídos hasta el rostro del hombre que había entrado.
- Sí... Sí, mamá... No te preocupes, estoy bien - Su cuerpo, se apoyó contra la mesa, esbozando una amplia sonrisa -. Claro. Recién termino de dar un recital, ¿puedo llamarte mañana? Mhh... Sí, de acuerdo. Cuídate. Sí, lo haré. Adiós - Cortó la llamada y miró a Ryo -. ¿Se te ofrece algo? - Su boca se abrió, pero no pudo pronunciar palabra alguna, ese tipo, Kazuki Kato, había controlado todos sus sentidos - . Si no tienes nada qué decir... - Dijo, revoleando los ojos y acomodando su descontrolado cabello -, te doy tiempo a qué piensen hasta que termine de ducharme, ¿te parece?
Las risas provenientes de aquel sujeto repicaron en su oído hasta que la puerta de un cuarto interno a ese se cerró. Ryo oyó sonidos vagos, hasta oír el de una ducha abrirse. Se sentó en una silla y pensó dónde demonios se había metido Toma en esos momentos. Para colmo, su celular, descansaba en casa de Yuya, puesto que, en el forcejeo, lo había dejado sobre la mesa de la cocina. Se insultó a sí mismo, escondiendo su rostro entre sus brazos, bostezando luego, mirando la puerta. ¿Por qué no se había ido? ¿Por qué estaba esperando a que Kazuki saliera? Acaso... ¿Estaba por darle una respuesta? De ser así, ¿cuál sería? Ni él mismo la sabía.
El tacto de una suave mano pasando sobre sus cabellos lo despertaron, hallándose con la sorprendida mirada de Kazuki, muy similar a la que Ryo tenía en ese momento.
- Ah... Perdón...
- Tienes sueño - Le dijo el morocho, con una sonrisa, sentándose al lado suyo, en una de las  sillas que se hallaban en uno de los extremos de la mesa -. ¿Cómo te llamas?
- Nishikido...  Ryo...
- Ryo... ¿Tú no estabas en aquel dorama...? - Chasqueó sus dedos, como si eso lo llevara a recordar algo -. Zenkai Girl.
- Ah... Sí.
- Sabía que tu rostro se me hacía familiar - Dijo Kazuki, cruzándose de hombros, apoyando la totalidad de su espalda contra el respaldo de la silla.
- Eh... Creo que me voy - Dijo el morocho, levantándose tan rápidamente que sintió que la habitación entera se le daba vuelta. Atinó a extender su brazo buscando sostenerse de algo, pero fueron los brazos de Kazuki lo que lo sostuvieron, haciéndolo sentar en la silla nuevamente.
- ¿Vas a irte así? - Le preguntó el morocho, visiblemente preocupado -. Mira, no sé cómo llegaste hasta aquí...
- No es lo que estás pensando.
- ...Pero no puedo dejarte ir así.
Ryo se quedó pasmado ante aquellas palabras. Pudo leer una especie de determinación en los ojos de Kazuki. Realmente, él, no iba a dejarlo ir. Rió, imaginándose a él corriendo a través de los pasillos del lugar y a Kazuki persiguiéndolo, solo en bata de baño y ropa interior, una escena interesante para recrear.
Ryo sintió unas yemas tibias recorriéndole la mejilla hasta apoderarse de su rostro y, peor aún, de sus labios, sin importarle represalia alguna. Sus ojos, abiertos como platos quedaron clavados sobre el rostro de Kazuki, su corazón empezó a latir rápidamente y su cuerpo subió del mismo modo su temperatura. No comprendía por qué, pero él, todo su ser, estaba respondiendo a ese beso.




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