21 de diciembre de 2011

[Chain of love] Capítulo 10 - Inseguridad

Escuchando No.1 como 50 veces >.< ♥
Arashi - truth
En casha~



Título: Chain of love
Pairing: Nishikido Ryo x Kato Kazuki; Ikuta Toma x Tegoshi Yuya
Capítulo: 10/ ¿?
Resumen: Luego de que Toma hiciera elegir a Yuya prácticamente entre su carrera y él, deciden separarse, aún sin quererlo. Tomohisa provecha la situación para que Toma dude de la fidelidad de quien ahora ya no es su pareja.


 Capítulo 10: Inseguridad

Con pasos presurosos y lágrimas en los ojos, fallando en su intento por no llorar, Yuya se dirigió al único lugar donde podía encontrar resguardo en ese momento. Subió los pisos que lo separaban del departamento con el ascensor, y tocó el timbre, lanzándose a llorar a los brazos de la persona que le abrió.
- Me separé de... Toma...
- ¿Qué? - Ryo estaba atónito. Atrajo el cuerpo del rubio más contra el suyo para poder así entrarlo al departamento y cerrar la puerta. Lo llevó hasta la cocina, donde lo sentó en una silla en torno a la mesa y le dio un vaso de agua.
- Gracias - Le dijo, para beber el contenido de un solo sorbo.
- ¿Qué sucedió? - Le preguntó, apoyando su cuerpo contra la mesada.
- Se puso celoso de Massu - Miró a Ryo.
El morocho suspiró, ocasionando que Yuya lo mirara.
- Es normal que Toma sienta eso - Se acercó a Yuya, sentándose a su lado -. Después de todo, tus compañeros de grupo son los que pasan más tiempo contigo - Acarició su espalda. Yuya, sin saber qué hacer, apoyó su cabeza sobre su hombro y suspiró amargamente.
- Yamapi dio a entender que yo estaba engañando a Toma con Massu...
- ¿Eh? - Se separó para reír mientras hacia la pregunta.
- Toma lo escuchó y...
- ¿Toma te dejó?
- No... Él me dijo que no quería que viera más a Massu, pero es imposible, ¿no?
- La verdad que sí - Respondió Ryo, cruzando sus manos sobre su nuca, mirando el techo y después a Yuya -. ¿Qué vas a hacer?
- No lo sé - Lo miró.
- Ni lo sueñes - Respondió el morocho, riendo y levantándose de la silla.
- ¿Qué crees que iba a pedirte? - Le preguntó, riendo.
- Me da mala espina tu mirada - Dijo Ryo, abriendo la heladera y sacando ingredientes para preparar comida, generando la risa en Yuya.
- No te estaba por pedir nada malo, sólo eso que vas a hacer.
- ¿Comida? - Preguntó, poniendo agua en una olla y luego ésta a calentar, recibiendo por respuesta el movimiento afirmativo de la cabeza de Yuya, lo cual lo hizo sonreír -. Sí que pareces un niño - Yuya se levantó y lo abrazó por detrás. Ryo tomó uno de los brazos que rodeaban su cintura y lo palmeó varias veces mientras calculaba cuántas raciones de arroz poner a hervir. En ese momento, sintió que su cintura era agarrada con más fuerza, y que el cuerpo que estaba detrás suyo tiritaba antes de oírlo sollozar. En silencio, Ryo se soltó de aquel agarre para poder girarse y abrazar el cuerpo de Yuya.
- ¿Qué puedo hacer? - Susurró el rubio, hundiéndose entre los brazos del morocho.
- ¿Y si vas a hablar con Toma? - El rubio negó con su cabeza apoyada sobre el pecho del hombre de Kansai, antes de zafarse del abrazo -. ¿Qué vas a hacer entonces?
- Me voy a casa - Susurró. Ryo suspiró y acarició la cabeza de Yuya.
- Cálmate y ve a dormir.
- Sí, sí - Respondió el aludido con una sonrisa forzada.
Yuya salió del departamento de Ryo y se dirigió al suyo a pie. Cada tanto llevaba una mano a sus ojos para poder secar las lágrimas que le impedían ver el camino que tenía enfrente.
Se quedó de pie en una esquina, esperando a que el semáforo le diera luz verde para seguir caminando. Su vista empezó a nublarse hasta terminar viendo todo negro, a medida que su cuerpo caía sobre la acera.

- ¿Curry...?
Sus ojos se abrieron lentamente. Sí, ese olor era curry, efectivamente. Se sentó en la cama, viendo cómo un pañuelo húmedo caía sobre su cuerpo. Dirigió su vista a la mesa ratona, viendo un bowl con agua. La bandeja con arroz con curry lo quitó de sus pensamientos e hizo que mirara a la persona que le estaba ofreciendo comida.
- Toma...
- Tienes suerte que haya pasado por allí. Sino hubieras quedado tirado en el suelo...
- Tú me...
- Estabas inconsciente en el suelo. ¿Cenaste algo? - El aludido negó con la cabeza -. Bueno, aquí tienes tu cena - Dijo, antes de darse media vuelta.
- Ah... Toma...
- Ikuta-san... Para ti - Le dijo el morocho, dirigiéndose a la cocina -. Por favor, no creas cosas que no son sólo porque te traje hasta aquí. Simplemente, no podía dejarte tirado en la calle, eso es todo.
Yuya sacó su celular del bolsillo y mandó un mensaje, recibiendo respuesta al mismo tiempo que Toma regresaba de la cocina con un vaso de agua, el cual dejó al lado de la bandeja. El rubio se levantó, bajo la inexpresiva mirada del morocho.
- Me voy - Dijo, secamente.
- ¿Te vas a ir sin comer nada?
- ¿Ahora te importo?
- Te vas con Masuda, ¿no?
En un estado de ira, Yuya atinó a lanzar la bandeja de comida sobre el cuerpo de Toma, saliendo del departamento apenas terminó de hacer eso, y dirigiéndose a la salida con pasos presurosos.
Esperó unos cuantos minutos hasta que un auto se detuvo frente suyo y le abrió la puerta del acompañante.
- ¿Sucedió algo con Ikuta? - Le preguntó Takahisa, recibiendo por respuesta tan solo una negativa por parte de su oyente.
- Solo... ¿Puedo quedarme esta noche en tu casa? - Susurró Yuya, apenado.
- Por supuesto que sí - Respondió Takahisa.

Al día siguiente, Yuya regresó temprano a su casa para asearse y llegar a tiempo a la empresa. Camino a la misma, halló a Takahisa subiendo las escaleras, por lo que, hablando de trivialidades, entraron juntos a la misma. Al pasar por la enorme cafetería, Yuya vio a Toma bebiendo un café, sentado en una de las mesas que se hallaban frente al ventanal, atestadas de pequeños Juniors parlanchines. Junto a su compañero de grupo, se quedaron hablando en medio de la misma, en el momento en que Tomohisa llegó y se sentó frente a su amigo, volviéndolo a la realidad.
- Buen día.
- Ah... Pi... Buen día.
- Cualquiera podría decir que estabas en algún lado menos aquí. ¿Cómo estás?
Al quitarse sus anteojos, Toma pudo ver un tremendo moretón que no pudo ser ocultado por el maquillaje. Su rostro de sorpresa era tal, que hizo que su amigo lanzara una risita.
- ¿Qué? ¿Nunca viste un golpe?
- P... Pero...
- Tuvimos una charla - Le dijo, sacándole el café y bebiendo un sorbo para después devolvérselo -... con Kazuki-san.
- ¡¿Ehh?!
- Bueno, no hubo otra forma de arreglar las cosas supongo - Tomohisa volvió a ponerse los lentes y al girar su cabeza hacia su izquierda vio la mirada de Yuya que, al estar posada sobre Toma, miró hacia otro lado -. ¿Te peleaste con Tegoshi?
- ¿Eh?
- Pregunto.
- Sí.
- ¿Por Massu?
- ¿Eh?
- ¿Crees que hace mucho te engañaba con él? - Le preguntó, apoyando su mentón sobre su mano y mirando al dúo que, esta vez, intercambiaba palabras con un Junior.
- ¿Qué quieres...?
- ¿Qué? ¿Estoy errado? - Su mirada volvió a posarse sobre la de Toma.
- Yuya sería incapaz de hacer una cosa así.
- Toma... Ryo estuvo un mes haciéndose el buen samaritano conmigo...
Lo que Yuya vio fue cómo la expresión seria de Toma se convertía en una de duda y de inseguridad.
- ¿Tegoshi? - Lo llamó la voz de Takahisa.
- Ah... Sí...

Dos suaves golpes terminaron con la calma en el camarín de los chicos de Kansai. Al no recibir respuesta, el recién llegado entró. Sonrió al ver a Ryo, apoyado sobre la mesa, manteniendo su cabeza entre sus brazos, cruzados estos sobre la misma. Llevaba auriculares, y no había nadie más en el lugar, por eso no lo había oído. Se acercó a él y le quitó uno de los auriculares, haciendo que se sobresaltara.
- Tegoshi... - El muchacho se sentó a su lado y miró el techo. Tomó aire y lo miró, con una sonrisa -. ¿Qué quieres?
- Quiero que me digas qué hablaron Toma y Yamapi hoy.
- ¿Qué?
- Los vi hablando hoy temprano en la cafetería y lo que sea que le haya dicho Yamapi, Toma cambió su expresión. No sé cómo decirlo - Suspiró.
- ¿Acaso soy tu informante? - Preguntó Ryo, levantándose, apagando el reproductor de música y dejando el mismo sobre el bolso que se hallaba detrás suyo.
- Por favor~ - Le suplicó el rubio.
- Está bien, está bien, veré qué hago.
El sonido del celular de Yuya los interrumpió.
- Es de Toma - Murmuró Yuya, mirando a Ryo luego de haber leído el mensaje.
- ¿Ves? Te estabas preocupando por nada - Dijo el chico de Kansai, despeinándolo.
- Me voy - Dijo el muchacho, volviendo a tener su temple normal.
- Suerte.
- Gracias - Le agradeció Yuya, cerrando la puerta luego de dedicarle una sonrisa.
Caminando alegremente, intentando no sonreír como adolescente, Yuya llegó al camarín entreabierto de Toma, abriendo la puerta sin haberla tocado antes. Sobre la mesa, halló una caja que el morocho estaba trabando en el momento en que él entro.
- Al fin llegas - Le dijo.
- ¿Qué es eso? - Murmuró Yuya, entrando.
- Tus cosas - El rubio le frunció el ceño -. Son las cosas que te olvidaste en mi casa - Toma palmeó la caja, para girarse y volver sobre sus cosas.
- ¿Qué dices?
- Lo que oíste. No quiero tener nada que ver contigo - El morocho se volvió hacia Yuya, con una mirada fría -. ¿Qué haces ahí parado? Agarra la caja y vete de aquí.
- To... Pero, Toma...
- Ikuta-san. No eres nadie para llamarme por mi nombre de pila. Ahora, ya no somos nada, Tegoshi.
Los ojos del aludido se llenaron de lágrimas que él mismo evitó que salieran de allí. Aquel puñal que sentía ya no lo tenía, estaba siendo clavado dolorosamente en medio de su alma.
- ¿Qué te dijo Yamapi? ¡¿Qué te dijo para que me trates así?!
- Anoche... Te fuiste con Masuda, ¿no es así?
- ¿Eh?
- ¿Ya lo hiciste con él? ¿O acaso, desde antes ya se acostaban? ¿Eh? ¡Respóndeme!
De no ser porque Toma se corrió en el mismo momento en que Yuya lanzaba una silla al suelo, la misma hubiera caído sobre sus piernas. Las lágrimas se desbordaron de sus ojos, ya no había forma de volver atrás.
- ¿Eso te dijo? ¡¿Esas cosas te dijo?! - Exclamó, sin importarle si alguien pasaba por el pasillo que se encontraba detrás suyo.
- ¿Y qué si lo hizo? Vete - Sin darle más importancia, se giró.
- ¡No! ¿Qué hice para que creyeras eso de mí? ¡Yo jamás te engañaría, Toma!
El sonoro golpe de un puño estrellándose contra la mesa, hizo que el rubio guardara silencio. Toma se mordió el labio, conteniendo un grito de dolor.
- ¿Cómo puedes decir eso si ambos fuimos testigos de lo que pasó con Kazuki y Ryo? Si ambos fuimos cómplices de la traición que le hizo a...
Cuando Toma volvió su vista a Yuya, se quedó inmóvil, mudo. Yuya se dio vuelta, quedándose en el mismo estado que él.
- Yamapi...
- Así que ustedes lo sabían...
-¡Pi! ¡Espera!
- ¡Aléjate de mí! - El gritó que recibió por parte de Tomohisa, lo detuvo, quedándose al lado de Yuya -. Todo este tiempo me mintieron... Yo que te creía mi mejor amigo, Toma, mi hermano... ¿Cómo pudiste...? - Intentó buscar entre las palabras más hirientes para que sintieran el mismo dolor que estaba sintiendo él en esos momentos -. Y tú - Miró a Yuya -... Eres una basura...
- Tú lo eres - Le retrucó, importándole muy poco cuán mal se sintiera Tomohisa en ese momento -. ¿Quién mierda te crees que eres para decirle a Toma todo eso que le dijiste? ¿Con qué cosas le llenaste la cabeza? ¿O qué? ¿Ahora que eres un despechado pretendes separar a todas las parejas que te rodean? Si Ryo te dejo... Por algo será.
Furioso, Yuya alejó sus pasos del lugar, pero apenas llegó al pasillo, sintió cómo una oleada de calor le recorría el cuerpo, haciendo que su vista se nublara, hasta perder el equilibrio por completo.
- ¿Tegoshi...? - Susurró Tomohisa, viendo su cuerpo deslizarse sobre la pared para caer al suelo estrepitosamente. Ante el sonido, Toma salió despavorido para hallarlo en el suelo. Rápidamente, se acercó a él, ante la mirada atónita de Tomohisa.
- ¡¿Qué haces ahí parado?! ¡Llama a alguien!

- ¿Curry...? No... No es curry...
Sus ojos se abrieron. Una gran sonrisa fue lo primero que vio.
- Al fin despiertas, Tegoshi-kun.
- ¿Kazuki-san? - Con mucho esfuerzo, el rubio se sentó en la cama y miró el cuarto a su alrededor -. Esto es...
- Estás en la casa de Ryo.
- ¿Dónde está él?
- Fue a acompañar al médico.
- ¿Médico? - Sus ojos curiosos se posaron sobre el mayor.
- Te desmayaste en la empresa, ¿no lo recuerdas? - El aludido se llevó una mano a la cabeza, llevándola de un lado a otro -. Ya veo. Bueno, fue así - Reiteró, entre risas, para levantarse luego de la cama donde Yuya descansaba -. Voy a ver cómo está tu comida.
- Sí... Gracias - Musitó su oyente, avergonzado, con la cabeza gacha.
Kazuki salió y encontró a Ryo entrando a la cocina, al llegar a ella.
- ¿Se despertó?
- Sí - Acarició su cintura para dirigirse a inspeccionar la olla donde cocinaba. Volvió su mirada a Ryo luego de apagarla. Estaba haciendo una llamada telefónica.
- ¿Toma? Habla Ryo. Tegoshi está bien. El doctor dijo que sólo fue un bajón de presión por falta de comida. Hablé con Massu y me dijo que anoche apenas llegó a su casa, se tiró a un sillón y se durmió hasta el día siguiente. Desde anoche que estuvo sin probar bocado. Sólo fue eso. Le recetó unas vitaminas - Dejó de hablar un momento para escuchar la opinión de la persona al otro lado -. Sí, ahora le estamos llevando algo de comer. No te preocupes, va a estar bien. Toma... Habla con él... Nosotros no podemos hacernos cargo de Tego toda la vida - Mientras él hablaba, Kazuki preparaba una bandeja con comida para llevarle a Yuya -. Está bien que seamos amigos, pero en la empresa ya no estoy... De acuerdo. Nos vemos.
Ryo cortó la comunicación y suspiró.
- Se ve que sigue preocupándose por Tegoshi-kun - Dijo Kazuki, agarrando la bandeja y pasando frente a él.
- Es un idiota... Los dos, en realidad - Agregó el morocho, siguiendo sus pasos, entrando a su cuarto -. ¿Cómo está mi enfermito especial? - Bromeó, estirando sus mejillas con delicadeza.
- ¡Ay, ay, ay! - Se quejó Yuya, zafándose del agarre.
- ¿Listo para comer? - Preguntó Kazuki, sentándose frente a él, a su derecha, dejando la bandeja sobre su regazo.
- ¿Quieres que te dé de comer en la boca? - Preguntó Ryo.
- Ryo... - Le llamó la atención su pareja, haciéndolo sonreír.
Yuya agradeció la comida y probó un bocado.
- ¿Está bueno? - Preguntó Ryo, inclinándose un poco hacia él, recibiendo una cabeza asintiendo como respuesta -. Lo hizo Kazuki. Es bueno cocinando, ¿no?
- Ryo-chan... ¿Cómo llegué aquí? Kazuki-san me dijo que me desmayé en la empresa...
- ¿No te acuerdas?
- No.
- ¡Ah! A todo esto...  - Se dirigió a su pareja, tocando el hematoma que tenía al lado de la comisura -. ¿Qué es ese golpe que tienes aquí?
El aludido se alejó ante el contacto, generando la risa en Ryo.
- Me peleé con Yamashita-kun.
- ¡¿Ehh?! - Preguntaron al unísono Ryo y Yuya.
- Bueno... No había otra forma de solucionar las cosas - Kazuki se hincó de hombros -. Pero, ¿por qué primero no le contamos a Tegoshi-kun cómo llegó hasta aquí?








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