24 de diciembre de 2011

[Chain of love] Capítulo 12 - Desesperación

Hace frío~ ♥ Miki feliz~ о(ж>▽<)y ☆
Arashi - truth
En casa~



Título: Chain of love
Pairing: Nishikido Ryo x Kato Kazuki; Ikuta Toma x Tegoshi Yuya
Capítulo: 12/ ¿?
Resumen: La persona menos pensada es la que le soluciona los problemas a Toma y Yuya, y es esa misma persona que le hace dudar a Kazuki si los sentimientos de Ryo hacia él son realmente ciertos...

Este es el último capítulo publicado de Chain... Estoy teniendo un maldito lapsus xD pero seguiré publicando el resto de mis fics ^^ 


Capítulo 12: Desesperación

El ensayo había terminado, por lo que fue a buscar su bandeja con comida para poder almorzar, como siempre lo hacía, al menos, cada vez que tenía que ir a la empresa. La comida no era tan mala, pero con el paso de los años había aprendido qué le salía mejor a la cocinera, por lo que su menú era personalizado.
Tomó asiento cerca de la ventana. El barullo de los Juniors no le molestaba siempre y cuando no se metieran con él, así que no tenía problema con ello. Un sonido hizo que mirara a la persona que estaba frente a él. Golpeaba sus dedos sobre la mesa, esperando algo.
- ¿Hola?
- No estaba esperando eso, pero bueno - Dijo Tomohisa, dedicándole una cálida sonrisa para tomar asiento -. ¿Y eso? - El morocho señaló el yeso que cubría su brazo izquierdo.
- ¿No te enteraste? - Preguntó Takahisa, sin creerle del todo.
- No, sino no te estaría preguntando, ¿o sí?
- Esto me lo hizo Ikuta.
Tomohisa parpadeó un par de veces.
- ¿Qué?

Su estómago le suplicaba algo de comida, pero su mente se lo impedía. Se había quedado despierto toda la noche intentando consolar a Toma, intentando comunicarse con Yuya, fallando en ambas cosas, por lo que, además de estar semidormido y distraído, se encontraba demasiado molesto. Abrió la puerta del camarín sin tocar antes, hallando sólo a Keiichiro y Shigeaki, a quienes asustó con el golpe que dio la puerta contra la pared. Del baño, salió Yuya, secándose el cabello con una toalla.
- Déjennos a solas - Murmuró apenas el morocho de Osaka a sus antiguos compañeros, clavando su mirada sobre Yuya.
Keiichiro examinó su reloj.
- Ah, pero nosotros...
- ¡VÁYANSE!
El grito que pegó Ryo hizo temblar a los presentes, ocasionando que sin decir nada, ambos dejaran el lugar. Al hacerlo, Shigeaki cerró la puerta.
- ¿Sucede algo? - Preguntó Yuya.

El café estaba listo. Ambos lo necesitaban. Su celular seguía sin recibir llamadas, al lado suyo. Vertió el contenido de la jarra caliente en dos pocillos, y le dio uno a la persona que estaba en torno a la mesa, con una sonrisa en el rostro.
- Cálmate - Susurró.
- Perdón - Dijo Toma, agarrando la taza -. Perdón por haberlos molestado.
- ¿Sigues con dolor de cabeza? - Le preguntó Kazuki, sentándose frente a él.
- Sí. Creo que me pasé con las bebidas.
Kazuki miró la hora en el reloj que estaba sobre la heladera y frunció sus labios.
- ¿Vamos yendo?
- ¿Ya es hora? - Suspiró.
- Sí. Ryo me dijo que te lleve sano y salvo, y pienso hacer eso - Se levantó y revolvió los cabellos del morocho, tras pasar al lado suyo para buscar algo de azúcar.
- Kazuki-san - Toma observó su reflejo a través del contenido del pocillo -... ¿Por qué nos ayudas? A Yuya y a mí.
- Por habernos ayudado a Ryo y a mí en su momento - Dejó el recipiente con azúcar en medio de la mesa y se quedó de pie -. Además, no me gusta verlos así - Toma lo miró -. No los conocí con esa mirada en los ojos.
- ¿Con esa mirada...?
- Sí... Tu mirada era más brillante y pareces feliz cuando estás con Tegoshi-kun.
- No lo parezco... Lo soy. Yuya - Volvió su vista al café -..., Yuya es mi vida.

Takahisa llenó su boca de comida y la digirió, antes de volver a hablar con Tomohisa.
- Él me atacó.
- No creo que Toma haga eso por iniciativa propia.
- ¿Qué insinúas? - Preguntó Takahisa, mirándolo fugazmente.
- Pienso que tú lo provocaste.
Takahisa rió bajito y miró a Tomohisa.
- ¿Qué te hace creer eso?
El morocho se inclinó para acercarse un poco a Takahisa, quien lo miraba sin una expresión en el rostro.
- Conozco a Toma de pequeño, y sé que él no haría algo así porque sí.
El aludido suspiró y lo miró.
- Es verdad, yo lo provoqué - Su oyente frunció el ceño -. Yo lo provoqué para que me golpeara.
- ¿Por qué?
- Por Tegoshi.

- ¿Podrías ser un poco más delicado? - Yuya lo miró -. Ya no somos compañeros de banda.
- Te separaste de Toma.
- ¿Qué?
- Te separaste de Toma porque Massu te lo dijo, ¿no es verdad? - El morocho se acercó al rubio y lo tomó del brazo -. Ese fue el trato que hiciste con Massu para que quitaran la suspensión sobre Toma, ¡¿no es así?!
- ¿Q... Qué...? - Yuya estaba al borde de la risa -. ¿De dónde sacaste eso?

- ¿Qué le hiciste a Tegoshi? - Preguntó Tomohisa.
- ¿Mhh? ¿Tú que piensas? - Preguntó, bebiendo un sorbo de agua, curioso por su respuesta -.  Tú... ¿Qué le harías a la persona que amas, pero que no te corresponde? - Tomohisa recordó el trato que había mantenido con Ryo la vez que fue a su casa. Agachó la cabeza, y aprestó sus manos en puños sobre sus rodillas -. No abusé de él, si eso es lo que piensas - Su antiguo líder lo miró, estaba mirando a través de la ventana -. No sería tan cruel como para hacer eso. Lo que amo de Tegoshi - sonrió -, es su sonrisa. Sólo con verlo sonreír, eso ya me hace muy feliz.
La sonrisa que Takahisa le mostraba era muy pura, tanto, que hasta le dolía. No sólo eso, sino también sus palabras.
Tenía razón, lo que le había hecho a Ryo había sido cruel. Demasiado. Pero a la vez, no tenía otra forma de expresarse. En ese momento lo único que sentía era que quería estar junto a él, que necesitaba sentirlo al menos una última vez, incluso así, de ese modo, sin su consentimiento, siendo cruel.
- Entonces...
- Sólo cenamos algo - Su sonriente mirada volvió a posarse sobre él -. Y hablamos de cosas triviales. Sólo eso. ¿Te parece raro? ¿Realmente esperabas que hiciera algo que lo lastimara? - Levantó su bandeja, haciendo él lo mismo y dirigiéndose al tacho de la basura, seguido por Tomohisa -. Te lo dije, ¿no? No quiero herir a Tegoshi, no quiero verlo triste, aunque eso... Aunque eso signifique mi propia infelicidad.
El muchacho le sonrió y palmeó su espalda.
- Cualquier cosa que necesites, puedes decírmelo, ¿sí?
- Lo haré. Ahora, tengo que ir a hablar acerca de una sesión de fotografía que tenemos mañana con los chicos.
- Ve. Lo siento.
Takahisa negó con la cabeza y se fue. Tomohisa se dirigió a los sillones de la entrada.

Estaba nervioso. Se sentía como el primer día que ingresó a la agencia, ya como un Junior.
No sabía cómo iban a reaccionar las personas que lo rodeaban, qué pensaban de él. Lo único que le importaba era Yuya.
- ...kun... Ikuta-kun - El llamado de Kazuki hizo que volteara para verlo. Una enorme sonrisa se dibujó en el mayor -. Cálmate - Palmeó su hombro -. Todo saldrá bien.
- Ah... Ya... ¿Llegamos?
- Así es - Dijo el morocho, haciendo que Toma mirara para todos lados para ver que, efectivamente, estaban frente a su agencia.
- Ah... Eh... Bueno... - Dijo el Johnny, quitándose el cinturón de seguridad.
- Cálmate - Le pidió Kazuki -. Tienes bastante café encima como para estar despierto tres días seguidos, así que no te exaltes mucho tampoco.
- Está bien - Suspiró y sonrió -. Gracias, Kazuki-san.

- ¡¿Cómo de dónde?! ¡¿Encima te ríes?!
Riendo, Yuya tomó a Ryo de los hombros y lo miró.
- Ryo-chan, no sucedió nada.
- ¿Qué?
- Massu me llevó a su casa y cenamos - Siguió secándose el cabello.
- ¿Por qué no atendías el teléfono?
- Porque me quedé sin batería.
Ryo estaba entre golpearse la cabeza contra la mesa o matar a Yuya o a Takahisa, o a todos, incluyendo a Toma. Optó por respirar hondo y volver su vista al rubio.
- ¿O sea que... sólo cenaron?
Yuya, divertido, asintió con la cabeza.
- ¿Qué pensaste?
- O sea que me quedé despierto toda la noche intentando consolar a Toma para que... Sólo hayas ido a cenar con Massu.
- Eh... Supongo.
- Deja de reírte, estúpido - Lo miró, con una media sonrisa, sentándose luego en la silla -. Tengo hambre.
- No soy tu sirviente. Ve a la cafetería.
Ryo sonrió. La puerta del camarín se abrió, dando paso a Takahisa.
- Ah, Ryo...
- Hola.
- Tegoshi, ¿y los demás?
- Se fueron. Ryo los echó - Dijo el rubio, entre risas.
- Ya basta...
- ¿Cargaste tu celular?
- ¡Ay, no! Me olvidé.
- Serás tonto. Después Ikuta no va a encontrarte y se va a enojar conmigo - Yuya se acercó a Takahisa para agarrar el cargador de su celular, bajo la mirada de Ryo.
- Como si te importara lo que Toma piense de ti.
- No es que me importe, es que es tu pareja - Yuya sonrió, volviendo detrás de Ryo para poner su celular a cargar -. Entonces, nos vemos allá.
- Sí.
Tras dedicarle una reverencia a Ryo, Takahisa se fue.
- Massu... Realmente se preocupa por lo que tienes con Toma.
- No es eso - Ryo lo miró -. Massu sabe que no voy a dejar a Toma por nada. Él sabe cuánto lo amo.
La primera persona de mi parte que se enteró que había empezado a salir con Toma, fue él. Por eso es que lo aprecio tanto. Otra persona iría y pelearía con Toma por mí, en cambio él, a Massu sólo le basta con tenerme a su lado para ser feliz. Es hasta egoísta, ¿no? Dejar que la persona que amas sea feliz con otro que no sea uno, pero es por esa razón que cada vez que estoy con Massu, lo único que quiero es devolverle esa misma felicidad que él me brinda.
- A veces eres tan poético que molesta...

Entró con paso lento, pero seguro a la empresa. Su andar fue interrumpido por la figura de su amigo, quien se levantó justamente para cortárselo.
- Pi...
- ¿Cómo estás? Me enteré de lo sucedido.
- Ah...
- Ve con Tegoshi - Posó su mano sobre su hombro y lo miró -. Hablé con Massu, él me lo dijo todo. Lo llevó para cenar con él. ¿Puedes creerlo?
- ¿A... cenar...? - Toma lo miró.
- Sí - Tomohisa enredó sus cabellos -. Ve con él, seguro debe estar esperándote.
- Ahhh... Sí...
El morocho lo vio alejarse, con una sonrisa en el rostro. Examinó la hora en su reloj y lo siguió.

Toma llegó al camarín correspondiente a NEWS y golpeó la puerta. Del otro lado, la voz de Yuya lo autorizó a pasar. Tragó saliva y entró, viendo a Ryo y Yuya charlando, riendo, sentados en torno a la enorme mesa.
- Toma.
Yuya lo miró y le sonrió.
- Bienvenido - Le dijo.
Ryo miró al recién llegado y luego al rubio, por lo que agachó la cabeza y sonrió, levantándose luego.
- Bueno, veo que estoy demás, así que me voy - Yuya estaba por decirle algo, pero las palabras de Ryo lo detuvieron -. Nos vemos luego.
- Ah... Sí...
Ryo se fue, dejando sola a la pareja.
- Pi me dijo lo que sucedió con Masuda - Dijo Toma.
- ¿Yamapi?
- Sí, me lo encontré en la entrada - Se sentó en el lugar que había estado ocupado por Ryo y lo miró -. Me preocupé por ti... Anoche.
- Perdón - Sonrió apenado el rubio -. Ryo me contó lo sucedido. Fue mi culpa, el celular no estaba cargado y se apagó. Cuando lo prendí, hace un rato, me llegaron todas las llamadas perdidas y los mensajes. No dejaba de sonar. Por eso nos estábamos riendo con Ryo-chan - Yuya miró a Toma, sin decir nada más. Acercó su mano para poder acariciar su rostro con ternura -. ¿Me disculpas?
- No tienes que pedir disculpas - Agarró su mano y besó su dorso -. No hiciste nada malo. Fue mi culpa por haber pensado de ese modo acerca de Masuda y por haber hecho que Ryo y Kazuki-san también lo hicieran. Yo soy el que debería pedirte disculpas - Yuya sonrió y acarició nuevamente su rostro con su mano libre. Soltó el agarre de Toma y se acercó a él, haciendo que, luego de que Toma se sentara derecho sobre el respaldo, quedara un espacio como para que Yuya pudiera sentarse encima suyo, acto que el rubio hizo, bajo la sonrisa de su pareja -. ¿A qué hora tienes la reunión?
- Como a eso de las 2 - Respondió suavemente Yuya, rodeando el cuello de Toma con ambos brazos, formando una sonrisa en su rostro.
- ¿Y si alguien viene a buscarte? - Preguntó Toma, acariciando su espalda hasta entrelazar sus manos sobre su cintura.
- Nadie va a hacerlo.
Los labios del morocho se posaron sobre los de Yuya, inhalando el aroma que desprendía, embriagándose de él.
- Te amo - Susurró.
- Yo también...

Ryo salió de la habitación, más que nada, sabiendo cómo iba a terminar eso y no quería estar ahí, al menos, no sin Kazuki. Sonrió al recordarse de él. Dio un rápido vistazo al enorme ventanal que se extendía a lo largo del pasillo, antes de dirigir sus pasos más al interior del edificio. Sacó su celular para mandarle un mensaje a su pareja, con una hermosa sonrisa.
- ¡Ryo!
Una voz llamándolo, hizo que se volteara y dejara el envío de su mensaje para otro momento.
- Pi...
Se sorprendió. No el hecho de que lo estuviera llamando, sino el hecho de que él lo haya llamado por su apodo, cuando lo correcto sería no tomarse más la libertad de hacerlo. Aún así, aquello no pareció importarle al hombre que se le acercaba, quien lo saludó levantando su mano.
- ¿Cómo estás?
- Bien, ¿y tú? - Preguntó, guardando su celular.
- Bien, a punto de ir a trabajar. ¿Tienes planes para el mediodía?
- ¿Eh?
Sus curiosos ojos lo miraron.
- Ah... Es que... ¿Quieres que vayamos a almorzar?
- ¿Eh? - Volvió a preguntarle quizás, hasta elevando su voz esta vez.
- Si estás ocupado, entonces olvídalo. Es que... En el restorán que está a la vuelta, empezaron a hacer un ramen exquisito.
Ryo no podía negarse a esa expresión en el rostro. Lo hizo sonreír. Parecía un niño pequeño que suplicaba por su compañía.
- Está bien - Tomohisa lo miró -. Nos vemos en la entrada para la hora del almuerzo, ¿te parece?
- Sí. Nos vemos allá.
El sonido de la alarma de su celular hizo que se despidiera de Ryo y siguiera su camino. El morocho de Osaka se quedó mirándolo hasta que dobló, adentrándose aún más en el edificio.
Estaba feliz, de alguna manera, esa sonrisa que Tomohisa le había dado, le garantizaba que estaba todo bien entre ellos, aún después de lo sucedido. Se preguntó por qué se sentía así, si ya había dejado de pasarle cosas con él.

Las horas pasaron calmas, como de costumbre.
En la entrada de la empresa, Tomohisa esperaba a Ryo, de pie, al lado de los sillones. Sonrió al verlo llegar corriendo hacia él.
- Lo siento, me atrasé - Se disculpó el morocho, rascándose la cabeza -. No tenía forma de avisarte.
- Yo tampoco - Reconoció Tomohisa, buscando algo en su celular -. Cuando quise buscarte en la agenda... Me acordé que te había borrado.
Su oyente rió.
- Igual yo.
Ambos sonrieron.
- Bueno, ¿vamos? El ramen no nos va a esperar eternamente - Palmeó su espalda. Esperaba que aquel almuerzo fuera el inicio o la continuación de su amistad.
Se dirigieron caminando al restorán, hallando una mesa cerca de la ventana. Frente a ellos se alzaba el hermoso parque por el que la gente iba y venía como si fueran hormigas. Tomohisa pidió el almuerzo.
- ¿Cómo anda todo? - Le preguntó, ocasionando que Ryo dejara de mirar el parque para dirigir su vista a él.
- Bien. Hoy... Bueno... Anoche... Tuvimos un serio problema - Dijo, suspirando y sonriendo.
- Tegoshi, ¿no?
- ¿Cómo lo sabes?
- Hablé con Massu y se lo conté a Toma.
- Ah...
- Sino, estoy seguro de que hubiera ido a rematarlo - Reconoció, con una media sonrisa.
- Seguramente...
- ¿Tus cosas?
- Bien - Dijo, suspirando nuevamente -. La verdad es que tengo un sueño que voy a terminar matando a alguien.
Tomohisa cruzó sus brazos por sobre su rostro, haciendo una cruz, ocasionando la risa en la persona que se hallaba frente suyo.
- Por favor, que ese no sea yo.
- Lo siento, lo siento. Te saco de mi lista de probables personas a matar.
- Por favor - Pidió Tomohisa, bajando ambos brazos, entre risas.
El almuerzo fue ameno y estuvieron un largo rato hablando de incoherencias.
Ambos estaban bien hablando del otro de esa manera, como en los viejos tiempos.

Las sesiones de fotos y entrevistas al fin habían terminado. Se habían separado las cosas que cada uno llevaría al departamento. Era la primera vez que iban a cocinar juntos, así que estaba por demás emocionado. Hasta pidió permiso para salir más temprano. Su compañero sonrió de lado al saber el por qué.
Se detuvo en un semáforo cerca del lugar de trabajo de su pareja. Estuvo por llamarlo con el sistema de manos libres, pero desistió. Suspiró, con una sonrisa. Estaba ansioso, demasiado quizás. Volteó hacia la derecha para ver algo más que el verde del parque que se extendía a su derecha. Intentó agudizar la vista, pensando que era una mala pasada de su visión. Optó por utilizar el manos libres y realizar una llamada. Volvió su vista a la persona que dentro del restorán atendía la llamada, para terminar él por cortarla, con una sonrisa en el rostro. Una sonrisa llena de frustración. Con el verde del semáforo, aceleró y se dirigió a su casa.

- ¿Sucede algo? - Preguntó Tomohisa.
- Ah... Colgaron - Susurró Ryo, viendo el nombre de la persona que lo había llamado. Miró por la ventana, dándose cuenta en ese momento de la hora -. Creo que debo irme.
- Perdón - Se levantó, al igual que su acompañante -. Creo que monopolicé tu tiempo- Agregó, con una sonrisa.
- No, la culpa también fue mía - Se vistió con la chaqueta y lo miró, mientras sacaba unos billetes para pagar su parte. Pero la mano de Tomohisa detuvo su acción, ocasionando que su mirada se posara sobre la suya. En un rápido movimiento, quitó el contacto de su mano sobre la de Ryo.
- Perdón - Susurró, bajando la mirada.
- Está bien - Dejó los billetes sobre la mesa -. Insisto en pagar mi parte - Le sonrió.
- Ah... Ryo...
- ¿Sí?
- Nos vemos mañana.
- Seguro. Trabajamos en el mismo lugar después de todo.
Tras dedicarle una sonrisa, salió y compró algunas cosas camino a lo de Kazuki.
En el supermercado, recibió un mensaje de Tomohisa, en el cual sólo le deseaba suerte. Ryo sonrió. No quería que su amistad se resquebrajara del mismo modo en que lo hizo su relación amorosa. Adoraba demasiado y conocía del mismo modo a Tomohisa como para hacerlo. Era una persona muy importante para él, como colega y como persona.
Entró al edificio y fue hacia el ascensor que lo llevaría hasta el piso deseado. Silbando, llegó hasta la puerta del departamento, del cual golpeó la puerta dos veces, encontrándose con la puerta abriéndose frente a él, unos pocos segundos más tarde.
Sobre su rostro, se formó una enorme y cálida sonrisa. Al entrar, dejó sobre los labios del dueño del departamento un sonoro y suave beso.
- Hola - Dejó su bolso sobre la silla y se acercó a la mesada para sacar una a una las cosas que había comprado -. Creo que me emocioné y traje cosas demás. Espero que no falte nada - Terminó de acomodar todo y se dirigió a Kazuki, que seguía inmóvil al lado de la mesa -. ¿Qué sucede? - Ryo apoyó su cuerpo sobre la mesada, dirigiéndole a su pareja una mirada de preocupación -. ¿Kazuki?
- Vete - Le susurró.
- ¿Eh?
- No estoy de ánimos para cocinar hoy - Agregó, sin mirarlo, dirigiéndose a su cama, sentándose sobre la misma y encendiendo el televisor, sin detenerse en ningún canal en particular.
- Pero, ¿qué cosas dices? - Se acercó a él y se apoyó al lado de la estantería -. Anoche estabas tan alegre por esto y ahora...
- Anoche fue anoche y hoy es hoy. ¿Acaso no fue lo mismo con Yamashita-kun? ¿Acaso no lo dejaste a él de un día para el otro? - Dejó el control al lado suyo y suspiró, llevándose una mano a la cabeza, haciendo su cabello hacia atrás -. Ryo... Dejémoslo para otro día, ¿sí? - Lo miró, por primera vez desde que había llegado. Sonreía falsamente -. Estoy cansado, por favor, vete.
- No - Dijo, acercándose a él y acostando su cuerpo sobre la cama para sentarse encima suyo. El beso que iba a dejar sobre su cuello fue interrumpido por las palabras de la persona que estaba debajo suyo.
- ¿Qué hiciste hoy?
- ¿Eh? ¿Hoy? - Lo miró, pero la mirada de Kazuki estaba pegada sobre el vidrio de la ventana.
- Sí, hoy.
- Mhh... Hoy- Se incorporó -... Tegoshi y Toma arreglaron sus cosas.
- ¿Más tarde?
- ¿Más tarde? Ehm... Tuve... Una sesión de fotografías... Antes hubo una reunión para elegir la vestimenta del próximo recital y esas cosas. Imagínate mi humor, sobre todo teniendo...
- ¿Fuiste a almorzar?
Los ojos de Ryo se posaron sobre la esquiva mirada de Kazuki, que lo miraba a través del reflejo del vidrio.
- ¿Eh?
Tragó saliva. Por algún motivo, decirle la verdad... No sabía si sería lo correcto. En realidad, no sabía siquiera por qué Kazuki le preguntó exactamente acerca de su almuerzo. Sólo habían dos personas que sabían acerca de ello. Ryo y...
Kazuki se sentó, obligando a Ryo a que quedara a su lado.
- ¿Y bien? - El mayor lo miró directamente a los ojos. Inmediatamente, Ryo desvió su vista.
- ¿Por qué te preocupas tanto por el almuerzo? - Volvió a tragar saliva. Algo sabía, estaba seguro de ello.
- Vete.
Kazuki dio media vuelta y se acostó en la cama.
- No quiero.
- Vete - Susurró, apretando su mano en un puño.
- Te dije que no.
- ¡Estuviste con Yamashita-kun! ¡Y no te atrevas a negármelo porque los vi! - De un salto, Kazuki se sentó en la cama, hallándose con la mirada de Ryo.
- No, no voy a negártelo, almorzamos juntos - Su oyente, aferró sus manos a las sábanas -. Y nos quedamos bastante tiempo hablando de cosas sin sentido.
- Vete.
- Te dije que no voy a irme.
- Bien - Kazuki se levantó y lanzó hacia el corto pasillo que daba a la puerta de entrada, el bolso de Ryo que descansaba sobre una de las sillas -. Y la próxima lo tiro por la ventana. Vete.
Se dirigió al baño, bajo la mirada de Ryo.
- No vas a creer ni una palabra de lo que te diga, ¿verdad?
No recibió respuesta. Sabía que Kazuki lo estaba oyendo pero, aún así, no recibió respuesta.
Sonrió, ahogando sus lágrimas. Se levantó de la cama y sacó el manojo de llaves que descansaba en el bolsillo trasero de su pantalón, dejándolas estrepitosamente sobre la mesa de la cocina.
Agarró su bolso y salió del departamento, cerrando la puerta de un golpe.







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