13 de diciembre de 2011

[Chain of love] Capítulo 02 - Reacción

Lalala~
Takizawa Hideaki - Words of LOVE
En casa :3


Título: Chain of love
Pairing: Nishikido Ryo x Kato Kazuki; Ikuta Toma x Tegoshi Yuya
Capítulo: 02/ ¿?
Resumen: Toma lleva a la rastra a Ryo al recital de Kazuki Kato, con quien termina teniendo una suerte de conversación, seguida de un beso. ¿Cómo va a reaccionar Ryo ante esto?



Capítulo 02: Reacción

Aquel agarre fue soltado poco a poco por Kazuki, quien, ya con los ojos abiertos, miraba los de Ryo, esbozando una sonrisa luego.
- Perdón... - Susurró, dirigiéndose al lado opuesto de la mesa  para agarrar, de unos percheros, una camisa y un pantalón, con los cuales, frente a Ryo, se vistió.
- N... Está bien...
Hasta Ryo se sorprendió por sus palabras. ¿Que estaba bien? ¿Qué estaba bien?
¿El beso? ¿Haber sido besado? ¿Haber correspondido a ese beso? Por Dios, si tenía una pareja que, estaba seguro, lo estaría esperando en esos momentos. Maldijo a Toma internamente, pero toda maldición desapareció al ver el cuerpo casi totalmente desnudo de Kazuki, vistiéndose.
Era sencillamente perfecto... y hermoso.
Su mirada fue notada por la del morocho, quien lo miró, sonriendo cuando Ryo desvió la vista.
- ¿Tienes hambre? - Le preguntó, yendo a sus espaldas por el celular y un bolso que se colgó al hombro.
- Ah... No... Yo vine... - Dijo Ryo, girándose rápidamente para mirarlo.
- Yo sí, ven, conozco un lugar donde podemos cenar - Dijo el aludido, con una sonrisa, guardando su celular.
- ¡¡Escucha cuando te hablan!! - Exclamó el morocho de Osaka, deseando que lo escuchara y dejara de hablar por una vez.
- Perdón - Dijo Kazuki, sonriendo -. Pero... ¿Podemos hablar en la cena?
- ¡¿Eh?!
- Tengo hambre - Dijo, llevándose una mano al estómago -. No como desde el mediodía.
No lo entendía, definitivamente Ryo no entendía qué se le pasaba por la cabeza a ese tipo. Pensaba en esas cosas estando en el asiento al lado del conductor, siendo arrastrado prácticamente por Kazuki al VIP de un restorán, sin cruzar palabra hasta el momento en que la camarera se retiró, dejándole los platos y las bebidas que Kazuki había escogido con anticipación.
- Perdóname - Dijo Kazuki, tras beber un sorbo de agua -. No es que haga esto con frecuencia.
- ¿Qué cosa? ¿No dejar hablar a la gente o secuestrarla?
- Jaja. Ambas cosas - Kazuki miró el plato de Ryo, el cual estaba a medio terminar a los pocos minutos de haberlo tenido enfrente -. ¿También tenías hambre? - Le preguntó, apoyando su mentón sobre sus manos.
- Algo... Estuve en casa de un amigo, pero entre charla va, charla viene, lo menos que se hizo fue comer.
- Ya veo - Dijo Kazuki, con una sonrisa, bebiendo un poco de agua -. Y bien, ¿cómo llegaste hasta los camarines? Por ser solo quien eres... No van a dejarte pasar con facilidad, a menos que yo diga lo contrario - Sus ojos, curiosos, se posaron sobre el morocho, a quien, por el contrario, le resultaba incómodo.
- ¿Podrías dejar de hacer eso, por favor?
- ¿Qué cosa?
- Mirarme.
- Lo siento, es una mala costumbre. Me gusta no perderme ningún movimiento de la persona con la que hablo. En serio, lo siento - Kazuki sonrió y Ryo sintió que su corazón dio un respingo. Con el ceño fruncido, pasó su mano sobre su pecho, como si estuviese rascándose una comezón -. ¿Estás bien? No me digas que eres alérgico.
- No, no, estoy bien - Terminando con ese acto -. Ehm... Un amigo me invitó al recital. Conocía a una persona del staff y se fue con él, dejándome solo en el camarín.
- Tu nombre... Ryo habías dicho, ¿no?
- Sí...
- Perdóname por haberte arrastrado hasta aquí - Le dijo con una dulce sonrisa a la cual Ryo quedó prendado -. La verdad es que... - Se hizo hacia atrás, lanzando la servilleta al lado del plato ya vacío - hace mucho que no ceno con alguien.
- Eh... Pero... ¿No tienes amigos?
- Sí, pero ellos también tienen sus asuntos.
- Ya veo...
- Así que viniste con un amigo... - Dijo Kazuki, pensativo -. Creo que oí a Hanamachi hablar acerca de dos personas que iban a estar viendo el recital...
- Ikuta Toma - Dijo Ryo.
- ¿Eh?
- Así se llama mi amigo, con el que fuimos a verte.
- Ah... De todos modos... No, no puedo recordarlo - Una angelical risa inundó el aire. Cansado y todo, Kazuki estaba lleno de vida. Así quedaba después de cada recital, pero la presencia de Ryo le gustaba, porque ya no se sentía solo. Sus ojos lo miraron y le sonrieron, ocasionando que Ryo desviara su vista -. ¿Vives solo?
- ¿Eh? - Ryo lo miró, sorprendido por la pregunta.
- Si vives solo. Oye, ni que fuera a matarte, sólo quiero saber más de ti.
- Sí, vivo solo - Respondió, con el ceño fruncido.
- Yo también. Bueno... No tan solo exactamente. Tengo una mascota. Es muy bonita, te agradará.
- Ah. Ah...
¿Qué le agradaría? Eso era una proposición a toda costa. Ni siquiera sabía por qué estaba allí, por qué no había huido despavorido cuando lo besó. Quizás fue porque, inconscientemente, ya estaba...
- ¿Vamos? - Le preguntó, dejando unos cuantos billetes debajo de la panera.
- Ah - Ryo se levantó y sacó su billetera, pero el billete que estaba por sacar fue detenido por Kazuki, quien rápidamente tomó su mano, evitando que lo sacase, ocasionando que las mejillas de Ryo se tornaran rojas. Su vista quedó clavada en la mano de Kazuki.
- ¿Por qué... no me miras? - Preguntó, con un tono grave -. ¿Acaso... te gusto? - De un tirón, Ryo separó su mano de la suya, chistando y dándole la espalda. Oyó la risita de Kazuki inundando sus oídos y un sonoro beso fue depositado en sus cabellos -. Vamos a casa.
De nuevo, sin saber cómo o por qué, Ryo lo siguió.
Llegaron a su casa, que no era nada más que un departamento de dos ambientes. Apenas entraron, Kazuki se dirigió a la derecha de la cama de dos plazas que estaba al lado del enorme ventanal, donde había un pequeño cuadrado de peluche. Habló con "algo" que había allí y lo sacó, para acercarse a Ryo, quien seguía de pie cerca de la puerta de entrada, y mostrárselo.
- Ella es Peach - Le dijo, mostrándole una ardilla voladora.
- ¿Qué es... eso...?
- Es mi mascota - Le dijo Kazuki volviendo a dejar al pequeño animal en su suerte de jaula y regresando al lado de Ryo con un par de pantuflas -. ¿Por qué sigues ahí parado? Siéntate, ponte cómodo.
- Ah... Sí... Permiso...
Ryo se quitó las zapatillas y se puso las pantuflas. Frente a él había una pequeña mesa de vidrio, redonda, rodeada de cuatro sillas. Algo bastante inútil si se puede decir, para una persona que vive sola. Frente a la mesa, se extendía una mesada la cual se cortaba para darle paso a la heladera, donde comenzaba, y a la cocina y al fregadero. Al final de la misma, del otro lado, habían varios estantes con libros que podían ser sacados de ahí o del otro lado que ya era el cuarto de Kazuki; mal dicho, porque del otro lado solo había una cama con un cobertor añil, con un hermoso cuadro sobre la cabecera y frente al cual descansaba el enorme televisor. A su izquierda, sobre la misma pared, otro cuadro y debajo, una cómoda y al lado de esta, acomodado en forma de L, un armario.
Kazuki se acercó a la heladera y sacó una botella de champagne. Fue hasta una de las alacenas y sacó dos copas que dejó sobre la mesa, bajo la curiosa mirada de Ryo.
- ¿Qué vas a hacer?
- Brindar.
- ¿Por qué?
Hizo caso omiso a su pregunta o, más bien, decidió hacerlo hasta tener ambas copas con algo de bebida y levantar una de ellas.
- Por el inicio de una hermosa amistad.
- De nuevo... No estás escuchando lo que te dicen... - Suspiró Ryo, empezado a molestarse.
- ¿Por qué? - Preguntó Kazuki, bajando la copa, sin dejar de mirarlo.
- Porque yo no he dicho que sería tu amigo.
- ¿Tienes pareja? - Le dijo, antes de beber un sorbo de la bebida y dejar la copa sobre la mesa, mientras lentamente, se acercaba a él.
- N... Yo... No - Tardó en responder, porque sabía que estaba mintiendo. ¿Por qué le había dicho eso? ¿Por qué le había dicho que no si era totalmente lo opuesto? Lo sabía por Jin, que ahora, con Tomohisa iban a verse con menos frecuencia, pero eso no quería decir que iría a terminar con él ni nada por el estilo...
- ¿Entonces...?
Ante el roce de la mano de Kazuki sobre la suya, Ryo se dio vuelta y miró sus zapatillas.
- Lo siento, si hice que pensaras algo que no era cierto.
- Entonces, ¿por qué no me miras?
- ¿Eh?
- Solo basta que roce tu piel para que desvíes tu mirada... ¿Por qué? - ¿Por qué? Ni él lo sabía. Tampoco quería saberlo. Solo quería regresar a su casa pero algo se lo impedía. Sus piernas no podían moverse o no querían hacerlo -. Bueno, si lo quieres así...
¿Iba a dejarlo irse? Su cuerpo seguía inmóvil.
Kazuki se acercó a él y nuevamente, lo besó. Los ojos de Ryo estaban abiertos como dos platos. Kazuki lo miró y volvió a apresar sus labios, primero con lentitud y dulzura, para terminar besándolo como si fuera la última vez que fuera a hacerlo. Sus manos tomaban su rostro para no dejar que se escapara de su agarre. Ryo, lentamente levantó sus manos hasta agarrarlo por los hombros, sin querer que lo soltara.

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