15 de diciembre de 2011

[Chain of love] Capítulo 04 - Verdad

Tengo sueño  (  ̄っ ̄)
Kanjani∞ - Fight for the eight
Casita~



Título: Chain of love
Pairing: Nishikido Ryo x Kato Kazuki; Ikuta Toma x Tegoshi Yuya
Capítulo: 04/ ¿?
Resumen: Las tres partes del recién formado (o no todavía) triángulo amoroso se encuentran: Kazuki, Ryo y Yamapi. ¿Cómo van a reaccionar? ¿Qué van a hacer Toma y Yuya?


Capítulo 04: Verdad

Tomohisa se acercó a Kazuki, extendiéndole la mano.
- Encantado de conocerlo, Kato-san.
- Ah, sí - Dijo el aludido, estrechando su mano -. Lo mismo digo, Yamashita-kun.
En medio del saludo, Toma y Yuya se intercambiaban miradas para ver cuál de los dos iría a intervenir.
- Ah... Kazuki-san - Lo llamó Toma, saludándolo con la mano, a una corta distancia del grupo.
- ¡Ah! Toma-kun.
- Yuya me dijo que... vino a verme...  - Dijo, buscando la aprobación de su pareja con la mirada.
- Sí, vine a... darte esto... - Kazuki sacó de su bolsillo una entrada para su siguiente concierto -. Si Hanamachi me hubiera dicho que tenías pareja, hubiera traído otra, pero... Le dejaré a él la otra entrada, ¿sí?
Los ojos de Ryo se posaron sobre los movimientos de Kazuki, mientras pensaba si él realmente había ido a ese lugar para eso.
- Ah... Sí, muchas gracias, y perdón por las molestias.
- No, no, no es nada, la verdad es que... estaba... aburrido en casa - Finalizó, con una sonrisa, ocasionando que Ryo frunciera su ceño.
- Bueno, entonces... - Dijo Toma, mirando en un segundo a Ryo, Tomohisa y Kazuki.
- Me voy - Dijo Kazuki -. Yamashita-kun, un placer. Nishikido-kun...  - No dijo nada, no podía decir nada. Sólo atinó a dedicarle una reverencia y darse media vuelta.
- Lo acompaño - Dijo Yuya.
- ¡Tegoshi Yuya! ¡Alto ahí!
El aludido cerró sus ojos con fuerza, dándose vuelta lentamente para que lo golpeara un manojo de papeles enrollados.
- Massu...
- ¿Adónde crees que vas?
- Ahora vengo, por favor - Le suplicó, juntando ambas manos.
- Si es molestia, puedo irme solo...
- ¡No! ¡No! ¡No! Ya nos vamos ­- Dijo Yuya, sin esperar una respuesta por parte de su compañero y saliendo junto a Kazuki de la empresa.
- Espero que después lo regañes - Le pidió a Toma.
- Por supuesto, déjamelo a mí - Dijo el aludido, con una sonrisa.
- ¿Vamos? - Preguntó Tomohisa a su pareja, quien seguía mirando a Kazuki y Yuya alejarse -. ¿Ryo?
- ¡Ah! Sí...
Ryo fue mirado por Toma.
- Ryo... ¿Quieres venir a cenar a casa esta noche?
- ¿Eh? Mhhh... Bueno...

Afuera, los dos hombres llegaron a un auto blanco que resplandecía bajo la luz del sol otoñal.
- Aquí es. Muchas gracias, Tegoshi-kun.
- No... No fue nada... - El morocho se dirigió a abrir la puerta del lado del conductor -. Kazuki-san...
- ¿Sí? - Lo miró.
- Cualquier cosa que necesites... Puedes contar conmigo.
El aludido se sorprendió por sus palabras.
- Soy un completo desconocido para ti y aún así me ayudas, igual que Toma-kun. Muchas gracias, Tegoshi-kun - Le dijo, con una sonrisa -. Cualquier cosa que necesite, cuento contigo.
El hombre subió al coche y se fue.

A la noche, Toma llevaba a Yuya a su casa, en su auto.
- Hiciste bien en darle tu ayuda a Kazuki.
- ¿Tú crees? La verdad es que me nació eso... En ese momento.
- Está perfecto, de ese modo vamos a tener a ambos controlados.
- ¿Eh?
- Le dije a Ryo que viniera hoy a casa, y no voy a parar hasta que me suelte qué demonios sucedió anoche.
- Mhhh... - Dijo Yuya, agarrando el apoyacabezas con ambas manos -. Está bien, pero, ¿y qué con eso?
- Ryo tuvo pleno uso de sus facultades mentales cuando se acostó con Kazuki, estoy seguro de eso.
- ¿Quieres decir que...?
- Llegamos.
Yuya sonrió y se acercó a él para depositar un suave beso en sus labios.
- Gracias por traerme.
- Es un placer - Dijo el aludido, recorriendo su mejilla con el dorso de la mano -. Que descanses.
El rubio se bajó del coche y Toma espero a que entrara a la casa para irse.

Media hora de llegado a su departamento, Ryo tocó la puerta.
- Bienvenido - Dijo Toma, abriéndole la puerta y dejándolo pasar.
- Hola - Dijo el aludido, entrando al departamento -. ¿Para qué querías que viniera?
- ¿Tengo que tener un motivo para invitar a cenar a un amigo?
- Eh... Sí. Al menos a mí, sí.
Toma bajó la cabeza, riendo. Ryo había leído sus movimientos, pero eso no significaba ningún jaque mate.
- Como tú digas - Dijo, palmeándole la espalda, dirigiéndose a la cocina -. ¿Vamos a comer? Compré un vino que va perfecto con lo que estoy preparando.
Toma le guiñó el ojo. Ryo ni se inmutó, sabía que detrás de esa aparente inocente cena, se escondían una interminable catarata de preguntas a las que, en algún momento de la noche, iba a tener que responder.
Suspiró, de pie, en el living. Se sentó en torno a la mesa de noche en el momento en que un trueno iluminó el aire.
- ¿Esta pronosticado lluvia? - Preguntó el dueño de casa llevando consigo una botella de vino que dejó en medio de la mesa.
- No lo sé.
- Ya veo.
Sus ojos se posaron sobre él mientras iba a la cocina. Si él no preguntaba Ryo no iría a decirle nada, menos siendo él uno de los mejores amigos de su pareja a quien... ¿engañaba? Negó con la cabeza, regresando con la cena. Se sentó frente a él y sirvió la comida, con su mejor expresión de anfitrión.
- Buen provecho.
La cena pasó tranquila, Toma no le quitaba los ojos encima a Ryo.
- Toma...
- ¿Sí?
- Me estás ojeando. ¿Vas a decirme para qué me citaste o tengo que adivinar? - Toma, quien estaba bebiendo vino, señaló a Ryo con el dedo índice. El aludido suspiró -. Quieres saber qué sucedió anoche, ¿verdad?
- Bingo.
- Anoche... Hice el amor con Kazuki.
- ¿Kazuki?
- Sí, Kazuki.
- Ah.
Primer punto: Ryo no frecuentaba llamar por su nombre y menos a secas, a una persona que no conocía.
- ¿Satisfecho?
- Para nada - Respondió Toma, con una sonrisa, mientras agarraba su copa de vino. Ryo, volvió a llenar su copa por tercera vez. La noche pasó, un aguacero nada placentero estaba cayendo sobre la ciudad -.  ¿Y bien? - Su pacífica mirada se posó sobre la de Ryo, él solo había terminado la botella de vino, era el momento perfecto para el interrogatorio.
- ¿Qué... quieres saber...?
Su voz y sus movimientos lo delataban: estaba ebrio.
- Todo - Dijo el aludido, apoyando su cabeza sobre su mano, divirtiéndole mucho la situación.
- Yo... Yo... ¿Qué quieres saber? - Rió. Ok, estaba demasiado ebrio. Toma esperaba que no lo suficiente como para no coordinar un par de pensamientos.
- ¿Qué sucedió anoche, Ryo? Con Kazuki.
- ¿Con... Kazuki?
- Sí.
- Mhhh... Kazuki... ¡Ah, sí! Hicimos el amor.
- Es la tercera vez que me lo dices... ¿Qué más? - Suspiró.
- Él... me dijo que me amaba... ¿Cómo puedes amar a una persona sin conocerla?
- ¿Tú qué sientes por él?
- Le mentí, Toma - El morocho empezó a prestarle más atención a sus palabras -. Le mentí... a Kazuki...
- ¿Por qué le mentiste?
- Porque le dije que no tenía pareja.
- ¿Y por qué le dijiste eso?
- Porque - Estaba por hablar, pero terminó poniendo una pose pensativa -... No lo sé... No sé por qué se lo dije...
- Ryo...
El hombre de Osaka apoyó sus brazos sobre la mesa y su cabeza entre ellos.
- Yo... No quería mentirle - Una débil voz salía de sus labios, siendo escuchada atentamente por Toma -... No quería pero... pero era la única forma de estar cerca suyo...
- ¿...Eh...? - La situación ya se estaba yendo de las manos, Ryo estaba diciendo cosas que estaban muy lejos de su comprensión -. ¿Qué quieres decir? - Oyó un gimoteo, por lo que se empezó a preocupar -. ¿Ryo?
- Estoy enamorado de Kazuki - Sus ojos, llorosos, se asomaron por sobre sus brazos, ocasionando una sonrisa lastimera por parte de su oyente, quien se acercó a él para palmearle suavemente su cabeza.
- Bingo..., Ryo.
- Estoy... enamorado de Kazuki...
- Ve a decírselo - Toma chocó sus palmas, con una sonrisa en el rostro.
- ¿Eh?
- Ve a decírselo. No vas a poder manejar así, pero te llamo a un taxi, sabes la dirección, ¿no es así?
 - Toma...
- No te preocupes, este será un secreto entre nosotros.

Sus pasos se volvieron en corridas para llegar a la puerta del departamento. Sus puños golpearon con fuerza esa puerta, para encontrarse con la persona que estaba al otro lado, dueña del lugar.
- Ryo...
- Te amo... Te amo...
- Estás mojado...
- Y borracho - Agregó el morocho, sonriendo de lado.
- Pasa.
- Gracias.
Ryo entró y esperó al dueño de casa en ese mismo sitio. A los pocos minutos, Kazuki regresó con una toalla.
- Ten. Vas a terminar resfriándote.
- Kazuki - Lo llamó, dejando que la toalla colgara de uno de sus hombros.
- ¿Sí?
- Dije que te amo.
- Y estás borracho - Repitió el aludido, acercándose a él luego y acariciando su mejilla -. Te creo, porque los niños y los borrachos dicen la verdad - Se acercó a Ryo y lo besó. El recién llegado lentamente rodeó su cuello y acercó su nuca aún más hacia él, haciendo más profundo aquel beso. Los labios de Kazuki descendieron sobre el cuello de Ryo, donde podían apreciarse severas marcas bajo la chalina -. Perdóname por eso. ¿Se notó algo en las sesiones de fotografía?
- Mhh... No... - Dijo, gimiendo. Kazuki rió bajito para rodearlo con sus brazos luego.
- Te amo, Ryo.
El aludido se refugió entre sus brazos, sin querer que lo suelte en lo más mínimo.

Las llaves moverse sobre la cerradura hizo que sus ojos se posaran sobre el corto pasillo que separaba al living de la puerta de entrada. Sonrió al ver a la persona que llegaba y se sentaba a su lado, dándole un suave beso en la mejilla.
- ¿Y Ryo-chan?
- Se fue a decirle a Kazuki que lo ama.
- ¿Qué?
Toma lo miró con una sonrisa de oreja a oreja.
- Sí. Me lo dijo. Le llamé a un taxi y supongo que debe estar muy acaramelado.
- P... Pero... Toma... Y...
- Yuya... Ryo lloró.
- ¿Qué?
- Nunca lo vi llorar, pero esta fue la primera vez. Y lo hizo mientras reconocía que amaba a Kazuki.
Yuya suspiró.
El sonido del teléfono sonar los asustó. Cruzaron miradas y sonrieron. Toma levantó el tubo y lo acercó a su oreja, mientras que con su brazo, llamaba a Yuya a acercarse a él.
- ¿Diga?
- "¿Ryo sigue ahí?"
- P... Pi... - Los ojos abiertos como platos de Toma miraron a Yuya, quien lo miraba del mismo modo -. Eh... Sí, ¿cómo no va a estar? Tú... ¿Dónde estás?
- "Voy para allá. Salí temprano de la reunión."
- Ahhh... ¿Vienes para acá? - Con su mano, Toma le hacía señas a su pareja para que llamara a Ryo.
- "Um... Sí... ¿Sucede algo?"
- Nooooo... Nada. Nada en lo absoluto. Te esperamos - Cortó la llamada.
- ¿Qué hacemos?
La cara de terror que hizo Yuya no lo ayudó en absoluto.
- Creo que tengo una idea... - Dijo el rubio.

La lluvia había cesado y el único sonido era el agua que seguía cayendo de las hojas de los árboles a causa de la brisa que se estaba levantando sumado al débil sonido del televisor encendido.
El sonido de un celular despertó a las personas que dormían en la cama de dos plazas.
- Es el tuyo...
Una mano agarró el celular y se lo entregó a su compañero, quien dormía a espaldas suyo.
- ¿Tengo que responder?
- Por supuesto que sí - Dijo Kazuki, con una sonrisa, besando el hombro de Ryo.
- Responde tú.
- Pero...
- Responde tú... - Dicho su sentencia se sumergió rápidamente en los brazos de Morfeo, quedando ajeno a todo lo que sucedía a su alrededor. Kazuki sonrió y atendió la llamada, al reconocer un nombre familiar en la pantalla.
- ¿Hola?
- "Ryo-chan, voy a buscarte con el auto de Toma, Pi está yendo para su casa ahora."
- ¿Tegoshi-kun? Habla Kazuki - El aludido se quedó sin palabras, ocasionando que su oyente riera tiernamente -. Ryo quedó profundamente dormido, pero no te preocupes, te ayudaré a bajarlo.
Acarició sus cabellos, sin que su amante se percatara del hecho.

Pasó entre media y una hora hasta que Yuya tocó el timbre en el departamento de Kazuki. El hombre atendió, haciéndolo pasar. Esperó a que el dueño de casa se acercara llevando a Ryo agarrándolo de la cintura.
- Aquí está.
- Está profundamente dormido...
- Te lo dije por teléfono, ¿o no? - Rió Kazuki -. Tal parece que Toma-kun le dio mucho de beber para sacarle información.
- ¿C... Cómo...?
- Lo supuse - Dijo Kazuki -. ¿Vamos? Te acompaño a llevarlo al auto.
- Gracias... Y lo siento...
- No tienes nada de qué disculparme, la culpa... Es sólo nuestra - Dijo el morocho, mirando al bello durmiente.
Llevaron a Ryo al auto y Kazuki lo dejó en el asiento del acompañante, dándole un suave beso en la mejilla antes de ponerle el cinturón de seguridad.
- Kazuki-san...
- Ten cuidado al manejar.
- ¿Vas a poder soportar lo que se viene?
- Al lado suyo, por supuesto que lo haré.
Su mirada y su determinación eran reales, ese hombre iría en contra del mundo si era necesario, para estar junto a Ryo. Yuya sonrió, por Ryo. Se metió al auto y le dio marcha al motor. Hizo una llamada y puso el altavoz.
- ¿Toma? Vamos para allá - Aceleró, con el semáforo a su favor a los pocos metros de salir del estacionamiento -. ¿Cómo está el panorama?
- "Todavía no hay moros en la costa. Te espero en el ascensor de servicio."
- Ok - Cortó la comunicación y miró a Ryo -. Algún día... Me las vas a pagar todas, Ryo-chan - Sonrió.

Desde que Yuya estacionó el auto hasta encontrarse con Toma, sus movimientos fueron rápidos y ágiles... Bueno... No ágiles, teniendo en cuenta el peso muerto con el que llevaban a Ryo hasta el departamento. Apenas entraron desde la parte de servicio, un tintineo proveniente de la cocina les llamó la atención.
- ¡Yamapi!
- ¡El timbre!
Con pasos torpes y borrando toda evidencia, literalmente Ryo fue lanzado al sillón, mientras Toma corría a abrir la puerta  a su invitado.
- ¿Qué estaban haciendo? Hace media hora que... - Dijo Tomohisa, comprendiendo de alguna forma la situación al encontrar a Yuya agitado en el lugar, del mismo modo que su amigo -. ¿Llego en mal momento?
- ¡Para nada! - Dijo Toma, bebiendo casi de una vez una pequeña botella de agua mineral recién sacada de la heladera.
- Se nota - Bromeó Tomohisa con una sonrisa en el rostro.
Se acercó a Ryo, quien dormía profundamente sobre el sofá, cual niño de jardín. Acarició sus cabellos, ocasionando que Ryo se moviera y balbuceara sin sentido en sueños.
Toma llamó la atención de su pareja, para que alejara a Tomohisa de su pareja, con miedo a que Ryo dijera algo que él no debía oír.
Yuya recibió un mensaje de texto que leyó ahí mismo. Era de Kazuki, quien le agradecía todo lo que Toma y él estaban haciendo por ellos. Yuya suspiró y clavó su vista en su antiguo líder, que miraba tiernamente a Ryo. Toma miró a Yuya y comprendió que lo que estaban haciendo, iba a ser descubierto alguna vez. Pero, ¿estaba mal? Ayudar a dos personas que se amaban, ¿estaba mal?





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