22 de diciembre de 2011

[Chain of love] Capítulo 11 - Rompecabezas

Gracias Tegomass por levantarme el ánimo cuando más lo necesito hermoshos (°  °  )b
Tegomass - Over drive
En casa~ con dolor de cabeza~

Título: Chain of love
Pairing: Nishikido Ryo x Kato Kazuki; Ikuta Toma x Tegoshi Yuya
Capítulo: 11/ ¿?
Resumen: Ryo le cuenta a Yuya lo sucedido mientras él estaba inconsciente y a la vez, ambos se enteran de la pelea que tuvieron Kazuki y Tomohisa. Takahisa advierte a Toma acerca de su relación con Yuya que si bien, no pendía de un hilo, ninguno de los dos había hablado con el otro o había pedido disculpas. Su provocación suerte efecto, haciendo enfurecer a Toma.


 Capítulo 11: Rompecabezas

Tomohisa vio el cuerpo de Yuya deslizarse sobre la pared de uno de los pasillos de la empresa, hasta caer al suelo.
- ¿Tegoshi...? - Susurró. Ante el sonido, Toma salió despavorido hasta donde estaba tendido el rubio, ante la mirada atónita de Tomohisa.
- ¡¿Qué haces ahí parado?! ¡Llama a alguien! - Exclamó, tomando al muchacho entre sus brazos, corriendo los mechones de cabellos rebeldes que caían sobre su rostro. Levantó un poco su cuerpo para abrazarlo con fuerza -. Yuya... Despierta, por favor - Susurró. Tomohisa pasó a su lado y se lo quedó mirando -. Por más cosas hirientes que me digas, sé que él nunca me fue infiel. Lo sé - Sin siquiera mirarlo, abrazó con más fuerza el cuerpo que se hallaba inconsciente entre sus brazos.
- Me voy - Dijo Tomohisa, empezando a alejarse de ellos caminando por el pasillo.
Toma chistó y agarró su teléfono celular.
- "¿Di... Diga...?", susurró una voz al otro lado.
- Ryo, habla Toma. ¿Q... ? ¿Estabas durmiendo?
- "Algo así... ¿Qué sucede?"
- Ven a la empresa.
- "¿Eh? Dame un buen motivo."
- Yuya se desmayó.
- "¿Qué?"
- ¿Puedes llevarlo a tu casa?
- "Ahm... Claro... Kazuki, vamos a la Johnnys."
- Veo por qué estabas dormido... - Se oyó el ruido del motor de un automóvil poniéndose en marcha del otro lado -. Ryo, avísame qué te dice el médico, ¿sí?
- "Despreocúpate por eso. Ah... Toma..."
- ¿Sí?
- "¿Sigues amando a Tego?"
- ¿Por qué lo preguntas?
- "Anoche vino a casa, llorando. Me dijo que se habían separado..."
- Es un tarado - Afirmó, acariciando los cabellos de Yuya -. Él me deja y se pone a llorar. Yo debería haber llorado. Ryo... Lo amo... Por eso... Creo que podría aguantar que siga al lado del estúpido de Masuda. Sólo por esa razón.
- "Ya veo."
- Por favor, no le digas nada a Yuya de esto - Pidió.
- "Está bien, está bien."

- Y es por eso que estás aquí - Le dijo Ryo a Yuya, quien ya había terminado de cenar.
- Ya veo - Agachó la cabeza -. Así que Toma...
- ¡Ahhhh! ¡Por favor no le digas que te lo dije! - Pidió Ryo.
- Eres un boca floja después de todo - Sonrió Kazuki.
- Tú no estás quedando exento de nada. ¿Cómo es eso de que te peleaste con Pi?
Kazuki sonrió y empezó a contar su relato.

Tomohisa llegó a su casa y se tiró en el sillón. Miró su teléfono celular. No tenía llamadas. El timbre hizo que se levantara, en medio de quejidos. Abrió apenas la puerta, ya que estaba la traba puesta.
- ¿Sí?
- ¿Podemos hablar?
- Pensé que habíamos hablado lo suficiente en el estacionamiento del hospital, Kato Kazuki-san.
- Entre esa charla y hoy pasó algo de lo que realmente me gustaría hablar contigo, Yamashita-kun - Dijo el aludido, con fingida sonrisa.
Tomohisa, cerró la puerta y tras suspirar, quitó la traba y abrió la puerta. Lo que sucedió segundos más tarde fue de forma tan rápida que no se percató de ello. Kazuki entró y cerró la puerta de su golpe, apoyando el cuerpo del morocho sobre ella, agarrando uno de sus brazos con demasiada fuerza.
- ¿Cómo es eso que violaste a Ryo?
- ¿Podrías soltarme? - Pidió el morocho, con una voz tranquila, generando más rabia en su oyente.
- Dime qué mierda pasó y en una de esas considere soltarte.
Tomohisa lo miró, parecía una fiera.
- Le dije que viniera por sus cosas. No sé si alguna vez te dejaron, o te separaste de alguien, pero es doloroso, ¿sabes? Mientras guardaba sus cosas, mientras recordaba lo sucedido, empecé a beber. Tenía las cosas ya guardadas cuando empezó a llover. Me senté en el living y seguí bebiendo - Se zafó de Kazuki y siguió hablando, entrando al living y sentándose en el sillón -.Ryo tenía la llave del departamento, así que entró. Cuando se acercó a mí, lo agarré y lo forcé a hacer el amor conmigo - Miró el techo, Kazuki se estaba controlando lo más que podía, sus manos estaban cerradas en puños -. Necesitaba sentirlo una última vez... Al menos, así... - Un fuerte golpe fue asestado sobre su rostro, al costado de uno de sus ojos -. Yo debería golpearte - Susurró.
- Hazlo - Le ordenó Kazuki. Tomohisa lo miró -. Hazlo y promete que nunca más vas a volver a tocar a Ryo.
El aludido rió.
- Tú viste las revistas, ¿cuánto crees que tardará en explotar todo?
- No me importa, ya te lo dije. Voy a seguir al lado de Ryo aún en ese momento - Tomohisa se levantó, llevándose una mano a la herida -. ¿Y bien?
- ¿Y bien, qué?
- Golpéame, si eso te hace sentir mejor, hazlo.
Kazuki dejó ambas manos a sus lados y esperó hasta recibir un golpe por parte de Tomohisa, quien lo golpeó a la altura de la boca.
- Ahora vete y procura no volver a molestarme.
- Si tú no te metes con Ryo, yo no volveré a meterme contigo.

- Y así fue como recibí el golpe.
- Son dos salvajes - Dijo Yuya, llevándose una mano a la cabeza, mientras que Ryo sonreía de lado.
- ¿Estás bien? - Preguntó Kazuki.
- Sí, sí.
- ¿Quieres más? - Preguntó Ryo -. El doctor dijo que el nene tiene que comer bien - Yuya bufó, con el ceño fruncido -. ¿Qué? ¿No me va el papel de padre protector?
- Para nada, mi amor - Dijo Kazuki, acariciando su brazo.

Ya no había casi nadie en la empresa. A través del ventanal de la cafetería podían verse el patio interno del edificio. Sobre la mesa, a su lado, descansaba una bandeja de comida a medio terminar. Frente a él, un bloc de hojas con millones de párrafos rallados y unas pocas líneas rescatadas.
- ¿Qué intentas hacer?
Una voz hizo que su vista se levantara. Con los ojos abiertos como platos, Toma veía como Takahisa se sentaba frente suyo, dispuesto a cenar.
- ¿Qué haces aquí?
- No me gusta cenar solo - Dijo el aludido, llevando un bocado de comida a la boca, mirando a través de la ventana.
- ¿Y planeas cenar conmigo? Qué errado estás...
- No te pido que me dirijas la palabra. Sólo quiero cenar - Se generó un silencio, entre ambos -. ¿Así que Tegoshi se desmayó?
Toma alzó apenas su vista, para volver a sus hojas luego.
- Sí. Parece que no comió nada desde anoche.
Takahisa dejó los palillos y lo miró.
- ¿Ustedes se pelearon?
- No por mucho tiempo.
- Quiero a Tegoshi.
- Lo sé, y me desespera saberlo.
- Si tú sueltas a Tegoshi, yo voy a agarrarlo.
Toma rió y miró a Takahisa.
- No voy a dejarte hacer eso.
- ¿Lo intentamos?
- No tengo nada de qué hablar contigo - Murmuró Toma, levantando sus cosas y empezando a caminar hacia la salida.
- ¡Ikuta! - Lo llamó Takahisa, sin siquiera darse vuelta, igual que su oyente -. Tegoshi tiene una piel tan suave. Es tan lindo tocarlo mientras duerme - Lanzado las cosas al suelo, como alguien a quien lo lleva el demonio, Toma agarró a Takahisa del cuello, apoyando su cuerpo contra el vidrio -. Eres tan fácil de leer, Ikuta Toma. ¿De nuevo con tus amenazas? - Enardecido, Toma golpeó a Takahisa, lanzándolo luego contra la mesa, haciendo que chocara contra la misma y cayera al suelo. Acto seguido, volvió a juntar sus cosas y volvió su camino hacia la salida -. Sabes que por eso pueden suspenderte, ¡¿verdad?! ¡¿Piensas que voy a quedarme callado?! ¡¿Ehh?!
Takahisa bufó, al no recibir respuesta.

En casa de Ryo, el celular de Yuya vibró al recibir un mensaje. Ryo se despertó por el sonido y lo leyó. Era un mensaje de Toma en la que solo se leía la palabra "Perdóname".
- ¿Qué hiciste...? - Susurró, para dejar el celular sobre la mesa de luz y volver a acomodarse para dormir. Sintió una mano que agarraba su cintura y un sollozo detrás suyo. Sonriendo, el morocho abrazó aquel brazo.
- Toma... - Sollozó Yuya, detrás suyo, entre sueños.

El cuerpo aún dormido sobre la cama se movió bruscamente. A sus pies, una mano le hacía cosquillas. Al poco tiempo, aquel cuerpo empezó a reírse sonoramente, y a moverse con más insistencia.
- A despertarse, bello durmiendo - Pidió Ryo, ya alistado y listo para irse.
- Eres cruel, Ryo-chan - Se quejó Yuya.
- Si fueras Kazuki, sería mil veces peor.
- Es una suerte no serlo - Dijo el aludido, sentándose en la cama.
- Apúrate así desayunas algo antes de irnos.
- Sí, sí.
- ¡Ah! - Ryo salió de la habitación, volviendo a los pocos minutos con una bolsa, la cual dejó sobre la cama -. Me tomé el atrevimiento de ir a tu casa por tus cosas.
- Gracias, y perdona.
- No hay problema.
Yuya se alistó y desayunó junto a Ryo. Como la agencia no quedaba muy lejos del departamento de Ryo, optaron por ir caminando.
- ¿Cómo van las cosas con Kazuki-san?
- Bien, tú lo viste anoche, ¿o no?
- Es verdad - Dijo el rubio, riendo -. Ah... Ryo-chan...
- ¿Sí?
- Yamapi sabe que Toma y yo sabíamos lo tuyo con Kazuki-san...
- ¿Eh?
- Lo siento. Estábamos discutiendo con Toma y accidentalmente se me escapó.
- No tienes nada de qué preocuparte - Suspiró -. Me preguntó cómo estará...
- ¿Qué estás pensando?
- ¿No es normal que me preocupe por él? Nos conocemos desde que entramos a la agencia después de todo.
- Supongo que le diré a Massu que vaya a hablar con él - Susurró Yuya.
- ¡Ah! Toma te mandó mensaje anoche.
- ¿Eh? ¿Toma? - Sacó su teléfono celular del bolsillo y empezó a buscar el dichoso mensaje -. Ryo-chan... ¿Por qué no me lo dijiste antes?
- Perdón... Me olvidé - Se excusó.
- Perdóname - Dijo Yuya, leyendo el mensaje. Intentó hacer una llamada, pero nadie lo atendió del otro lado -. No me responde...
- Quizás tenga una sesión de fotografía hoy.
- Puede ser...
Al llegar a la empresa, Yuya se separó de Ryo para ir al carmarín de NEWS, hallando en el lugar sólo a Keiichiro.
- Kei-chan, buen día.
- Buenos días, Tegoshi. ¡Ah! ¿Te enteraste lo que sucedió con Ikuta?
- ¿Con Toma? - El aludido, quien se había acercado al refrigerador bajo mesada a sacar una botella de agua, lo miró -. No...
La puerta del camarín se abrió, dando paso a Shigeaki, quien tras cerrar la puerta a su paso, se sentó frente a la mesa y negó con la cabeza mirando a Keiichiro.
- ¿Qué sucedió?
- Se cancela la sesión de fotos hasta nuevo aviso. No se puede hacer nada.
- Kei-chan, ¿qué sucedió con Toma? - Yuya buscaba una respuesta a su pregunta.
- ¿No lo sabes? - Dijo Shigeaki -. Anoche atacó a Massu y está suspendido hasta nuevo aviso.
- ¿Q... Qué...? - Susurró apenas, Yuya. La botella cerrada de agua que descansaba entre sus manos, cayó al suelo en forma estrepitosa.
- ¿Tego? - Lo llamó Keiichiro, no obteniendo respuesta, ya que el aludido salió corriendo del lugar.
Esquivando gente, preocupado y ahora con toda la razón, Yuya cruzó la cafetería, hasta que una mano le impidió seguir haciéndolo.
- Massu...
- ¿Piensas seguir con ese tipo? - Le preguntó. Su ojo estaba hinchado por el golpe recibido la noche anterior y su brazo si bien no estaba vendado, estaba siendo agarrado.
- Te odio - Takahisa se sorprendió por su respuesta -. Eres de lo peor.
- Espera, Tegoshi. Déjame---
- No quiero saber nada de ti.
Sin siquiera escucharlo, Yuya salió de la empresa y llamó a un taxi. Se subió al mismo y le indicó la dirección del departamento de Toma. Se lo notaba nervioso, demasiado. Sus llamadas seguían sin ser respondidas. Ni del número de su casa ni el de su celular. El coche llegó a destino y Yuya bajó, entrando y subiendo corriendo las escaleras que lo separaban de Toma.
Golpeó la puerta del departamento con insistencia, llamándolo a los gritos, hasta que se abrió la misma, del otro lado. Antes de poder hacer o decir algo, el dueño del departamento lo estrechó entre sus brazos.
- Toma...
- Perdóname... Por favor - Musitó, antes de largarse a llorar amargamente.
- No tienes que pedirme perdón - Dijo el aludido, abrazándolo -. Yo no debí decir que iba a dejarte. Simplemente porque no puedo vivir sin ti - Se refugió entre sus brazos. Toma se separó de él para poder besarlo.
- Yuya... Me suspendieron - Susurró, mordiéndose el labio inferior.
- Lo sé - Dijo el aludido, acariciando sus cabellos -. Me enteré por Shige y por... Massu... Me lo encontré yendo por la cafetería.
- Él me provocó, yo... No pude no responder.
- Toma - Lo miró, obligándolo a que él lo mirara -. Yo nunca te fui infiel con Massu, ni con nadie.
- Lo sé - Lo besó, volviendo a abrazarlo -. Lo sé. Pero él te tocó. Dijo que tu piel era suave y que era lindo tocarte mientras dormías. Eso...
- Toma... Lo que hizo está mal. Nosotros vivimos no una, sino dos suspensiones con Kusano y Uchi. ¿Y si te pasa lo mismo?
- Bueno... Viéndolo desde ese punto de vista... Yo ya soy un Junior...
- ¿Y si te echan? - La mirada seria de Yuya se posó sobre la de su pareja, quien acariciaba su mejilla con el dorso de su mano.
- ¿Vas a estar a mi lado?
- ¿Eh?
- Si me echan, ¿vas a estar a mi lado?
- Claro que sí, pero...
- Entonces, no me importa más nada.
- Voy a hablar con Massu, le diré que vaya a hablar con...
- Pero Yuya, es la verdad - Sonrió -. Yo lo golpeé.
- ¡No me importa! No quiero que te separen de mí...
- Nadie lo hará. Tú lo intentaste y no pudiste. ¿Crees que yo puedo? Cuando te desmayaste me desesperé, le dije a Ryo que me avisara cuando despertaras, que me dijera qué le dijo el médico - Suspiró -. Parece que no puedo vivir sin ti yo tampoco... Después de todo.
Yuya lloró entre los brazos de Toma, reviviendo todo lo que vivió con él como si fuera una película. Lentamente, hizo que lo soltara.
- Espérame - Le dijo.
- ¿Yuya?
El rubio volvió sus pasos hasta la escalera, y miró a Toma con una sonrisa.
- Voy a volver con una solución a todo esto, te lo prometo.
El aludido sonrió. Entró al departamento una vez Yuya desapareció de su vista.

Y ahí estaba de nuevo, volviendo a la empresa del mismo modo en que se fue, corriendo. Llegó al encuentro de su compañero de banda, quien estaba sentado mirando a través de la ventana.
- ¿Qué tengo que hacer? - Susurró, haciendo que sus ojos se posaran sobre él -. ¿Qué tengo que hacer para que vayas a hablar con los de arriba para que retiren la suspensión de Toma?
Sin mediar, palabra, lentamente, Takahisa se acercó a él y lo tomó de la cintura, robándole un cálido beso.

No supo si era la primera vez que sonaba, o si en el tiempo que duró su ducha, había sonado más veces. Con pasos presurosos, levantó el tubo telefónico.
- ¿Sí?
- "Ikuta-san, puedes presentarte a trabajar mañana."
- ¿Eh?
- "Tal parece que Masuda-san ha pedido que se te retire la suspensión."
- ¿Qué? ¿Por qué?
- "No lo sabemos, pero mañana lo esperamos."
La llamada se cortó. Toma se lanzó sobre el sillón y se agarró la cabeza entre las manos. Podía darse una idea de lo que había sucedido. Agarró su teléfono celular y marcó el número de Yuya. Nadie lo atendió al otro lado, dándole una respuesta a las miles de preguntas que rondaban por su cabeza.
- Desgraciado - Susurró.

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