Ciaossu~!!
Hoy toca Ryokura porque hace mucho no escribo sobre ellos (hace mucho que no escribo fics largos sobre ellos xD).
No hay mucho para decir, si lo digo es spoiler, así que sólo lean :)
Espero que les guste ♡
Temática elegida:Privación de los sentidos | Juego de temperatura | Llevar al límite | Juego con objeto cortante.
Fandom: Johnny's.
Pairing: Nishikido Ryo x Ohkura Tadayoshi.
Formato: Oneshot.
Género: Humor, lemon.
Rating: NC-17.
Número de palabras: 1225.
Sinopsis: En una reunión donde se charlaría la creación de una nueva canción, Ryo, para despertarse tortura a Tadayoshi llevándolo hasta sus límites una y otra vez.
Acordate que también podés seguir esta historia en las siguientes plataformas: Amor::Yaoi, AO3, Asian Fanfics, Livejournal & Wattpad :)
Día 03: Llevar al límite.
Hoy toca Ryokura porque hace mucho no escribo sobre ellos (hace mucho que no escribo fics largos sobre ellos xD).
No hay mucho para decir, si lo digo es spoiler, así que sólo lean :)
Espero que les guste ♡
Enjoy~ ♥
Temática elegida:
Fandom: Johnny's.
Pairing: Nishikido Ryo x Ohkura Tadayoshi.
Formato: Oneshot.
Género: Humor, lemon.
Rating: NC-17.
Número de palabras: 1225.
Sinopsis: En una reunión donde se charlaría la creación de una nueva canción, Ryo, para despertarse tortura a Tadayoshi llevándolo hasta sus límites una y otra vez.
Acordate que también podés seguir esta historia en las siguientes plataformas: Amor::Yaoi, AO3, Asian Fanfics, Livejournal & Wattpad :)
Día 03: Llevar al límite.
Estaba jodidamente cansado de las reuniones.
Estaba jodidamente cansado de que grabaran sus reuniones
para usos futuros aunque al final terminaran desechándolo.
Estaba jodidamente cansado de que lo levantaran tan
temprano por la mañana.
Bufó por el bullicio a su alrededor. Volvió a bufar
cuando sintió que una mano ajena tocaba sus auriculares. Tadayoshi lo miró,
sorprendido cuando Ryo agarró su muñeca con fuerza.
—Ryo-chan —llamó su atención. El aludido lo soltó, agarró
el auricular que el menor tenía en su mano y apagó su reproductor musical.
—Lo siento —se disculpó, somnoliento.
—Estamos por empezar a grabar —le dijo Tadayoshi,
obligándolo a pegar su espalda sobre el respaldo de la silla.
—Ah —soltó Ryo.
—¿Estás bien? —le preguntó Tadayoshi volviendo a sentarse
frente a él.
—Sí. Sólo tengo sueño.
—Ya veo —dijo el aludido con una sonrisa.
—Oye, Tatsu —el más alto lo miró—… ¿Te sientas a mi lado?
—su oyente no necesitó oír nada más. Las palabras de Ryo eran como una especie
de hechizo que siempre surtían efecto en él –o al menos eso era lo que Ryo creía-.
Se levantó de su asiento y, mientras los demás integrantes del grupo y el resto
del personal que se dedicaría a grabar la reunión ocupaban sus lugares
designados, se sentó a su lado. Ryo apoyó su cabeza sobre uno de sus hombros
con los brazos cruzados y le dio un suave beso en la mejilla—. Gracias.
—De nada —susurró Tadayoshi, acariciando el cabello que
se asomaba desde la gorra que estaba usando Ryo y bajaban hasta su nuca.
La reunión sobre la creación de una nueva canción para el
siguiente sencillo comenzó. Cada idea, por más incoherente que sonara en el momento
era anotada sobre la pizarra por Ryuhei. En medio de las risas, de repente, el
menor integrante del grupo sintió una leve caricia donde se supone no debía
sentirla. Cuando agachó la mirada vio a Ryo acariciando su entrepierna con
insistencia. La sangre de Tadayoshi pareció agolparse en sus mejillas. ¿Qué
rayos estaba tramando? Sus compañeros sí estaban enterados de su relación
–tampoco es que ellos fueran muy discretos que digamos-, pero frente al
personal de la agencia y de canales de televisión, había quedado bastante claro
que no habría ninguna muestra de afecto de su parte salvo la estrictamente
necesaria para hacer que sus fanáticos enloquecieran y terminaran escribiendo
sobre ellos –ese era un material que a ambos les intrigaba, sus fanáticos eran
increíblemente fantasiosos en ese aspecto-. Entonces, ¿por qué demonios hacía
eso? Trató de sacar su mano de entre sus piernas de un golpe y creyó haberlo
logrado, pero lejos de rendirse, Ryo apoyó su mano sobre el respaldo de la
silla y acarició los cabellos de su nuca, haciéndolo tiritar varias veces.
Ciertamente sus acciones estaban pasando más que desapercibidas por el resto de
sus amigos y por quienes estaban detrás de las cámaras que nunca se habían
apagado.
No podía llamarle la atención. Nadie debía darse cuenta,
pero Ryo estaba cruzando los límites… y Tadayoshi lo estaba sintiendo. No sólo
eso. Simplemente asentía o negaba con la cabeza cada vez que alguien le
preguntaba algo, esperando que fuera una pregunta de sí o no, porque el
constante resonar de los latidos de su corazón le impedían escuchar algo más.
Arrastró su teléfono sobre la mesa y lo desbloqueó cuando
estuvo sobre su entrepierna. “¿Podrías dejar de hacer eso?”, fue el mensaje que
le mandó a Ryo, y volvió a dejar el aparato sobre la mesa. Pareció que había
surtido efecto, había dejado de sentir aquellas caricias sobre su cuerpo.
Suspiró.
—¿Me prestas tu teléfono? —le preguntó Ryo en voz baja.
Tadayoshi lo miró y frunció el ceño—. Se apagó —agregó con esa sonrisa que él
tanto amaba. Sin intercambiar palabra, le entregó el aparato y Ryo dejó el suyo
sobre las piernas del más alto—. Gracias.
Y recién había pasado media hora desde que la reunión
comenzó. Vio de refilón a Ryo haciendo quién sabe qué con su teléfono, pero,
¿qué le importaba? Al fin y al cabo prestaba atención a lo que los demás
estaban diciendo. De repente, sintió que algo vibraba sobre sus piernas. Agachó
la vista para ver la pantalla del celular de Ryo iluminándose. ¿No era que
estaba apagado? Cuando vio el nombre del contacto entendió que había sido
engañado de la peor manera: quien lo estaba llamando era él mismo. Agarró su
brazo con fuerza. La respuesta del mayor fue abrir las piernas de Tadayoshi
empujando su pie con habilidad para que el teléfono quedara literalmente entre
ellas. Le dedicó una rápida mirada y esa característica sonrisa triunfal. ¿Qué
había hecho mal para tener una pareja tan seductora como él? Segundos más tarde
en que el aparato dejaba de vibrar, lo hacía de nuevo, y así por, ¿cuánto fue?
¿Una hora? Shingo lo miró con el ceño fruncido cuando vio la expresión de
desesperación en su rostro. Tadayoshi negó con la cabeza y esbozó una sonrisa.
Él se la devolvió y presto atención nuevamente a la presentación que Ryuhei
hacía acerca del siguiente y prometedor título que estaba a punto de decir.
Tadayoshi se aferró con fuerza a su asiento. Su mano fue
rápidamente interceptada por Ryo quien coló sus dedos por entre los de su
pareja sólo para frotarlos contra los suyos. El teléfono dejó de vibrar pero la
tortura seguía ahí. ¿Qué podía hacer para dejarle claro que sus acciones lo
estaban sobre estimulando y que ese no era el lugar propicio para tal cosa?
Hizo lo primero que se le ocurrió aunque tuviera que delatarse. Sin pensarlo
dos veces, utilizó su mano libre para agarrar con fuerza los testículos de Ryo
por sobre el pantalón. Una tarea ardua pero que con la furia y excitación que
corría por sus venas fue algo fácil de lograr. Como respuesta, Ryo saltó en su
asiento, golpeando la parte de debajo de la mesa con las piernas en el proceso,
y llamando la atención de todo el mundo.
—¿Algo que quieras agregar? —le preguntó Shota, ya que
había interrumpido sus palabras.
—No —dijo Ryo con una sonrisa que iba de oreja a oreja—.
Creo que lo que dice Sho-chan está bien. Eso fue arriesgado —susurró sobre el
oído de Tadayoshi.
—Lo que tú estás haciendo es arriesgado —retrucó el menor
visiblemente enojado.
—Pero me gusta cómo te pones cuando lo hago —volvió a
susurrar el aludido con una visible expresión de lástima que sólo ocasionaba
enfurecer más a Tadayoshi—. Pero, si prefieres que te deje así…
—Así, ¿cómo, Ryo-chan?
Las palabras de Ryuhei ocasionaron que Ryo lo mirara y
Tadayoshi adoptara una expresión de terror.
—Justo así —respondió el aludido apuntando a la pizarra—.
Así es perfecto.
—Te odio —susurró Tadayoshi, generando la sonrisa de su
pareja. Sus enormes ojos oscuros brillaban por debajo de la visera de su gorra.
Aunque quisiera no podía enojarse con él—. ¿Podrías encargarte más tarde de esto? —le pidió dirigiendo la mirada
hacia su entrepierna.
—¿Más tarde? ¿No quieres que me ponga de rodillas ahora?
—Ya tengo suficiente, Ryo-chan… En serio…
—Sólo porque me estás suplicando que no lo haga.
—Eso quisieras…
—¿Ustedes dos van a seguir cuchicheando o van a prestar
atención? —los regañó Shingo.
—Lo siento —dijo la pareja al unísono. Se miraron y luego
se sonrieron.
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