13 de octubre de 2018

[Kinktober 2018] Día 11: Insertar objetos | Cross-dressing (Ikuta Toma x Tegoshi Yuya)

Ciaossu~!!
Tengo que decir que siento que volví al rol xD ¿No les pasa que hay ships con las que se sienten más libres para escribir ciertas cosas? Eso me pasa con el IkuTego, y creo que recién me di cuenta xD
Espero que les guste
Día dedicado a mi Culebra hermosa que hace mucho no le escribo sobre la OTP :3

Enjoy~

Temática elegida: Insertar objetos | Sounding | Cross-dressing | Tribadismo (también tiene lencería y uso de afrodisíacos aunque no corresponda con este día, pero me quedé con las ganas).
Título alternativo: Have A Good Night.
Fandom: Johnny's.  
Pairing: Ikuta Toma x Tegoshi Yuya.
Formato: Oneshot. 
 Género: AU, smut.
Rating: NC-17.
Número de palabras: 885.
Sinopsis: Yuya prueba unos afrodisíacos antes de preparar una cena para Toma, pero todo sale mal, y cuando llegue de trabajar, él tendrá que hacerse cargo de eso.
Notas: No es estrictamente obligatorio, pero hay guiños a un viejo fic mío titulado “Double U” (otro del 2012).

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Día 11: Insertar objetos | Cross-dressing.

Yuya hizo un sonido extraño cuando vio la hora en el reloj. Su cuerpo se tensó mientras llegaba al orgasmo por tercera vez a causa del afrodisíaco que se le había dado por probar antes de prepararle algo a su pareja, pero la jugada le había salido mal. Toma le había dicho que no tardaría mucho en llegar. Sacándose de encima el cabello sudado que se le había pegado a la frente, infló las mejillas y suspiró. Hacía ya bastante tiempo que las cosas habían quedado claras con Misako, tanto que Toma era abiertamente homosexual, como que Yuuko y a la vez Yuya eran su pareja; pero no podía evitar sentir celos de que ellos trabajaran juntos. Incluso Yuya mismo podría haber estado trabajando con ellos, pero prefirió seguir en Shibuyan, promocionando el cosplay y el anime a todo aquel que estuviera interesado, y trabajar de forma particular cuando le llegara algún proyecto.
Sintiendo sus piernas entumecidas giró sobre su cuerpo para acostarse boca abajo y levantó sus caderas para sacar el vibrador que seguía metido en su interior. Lanzó un gemido de placer al hacerlo y luego se sentó en la cama. Se quitó la peluca rubia que había estado peinada cuidadosamente sobre su cabeza y miró hacia abajo.
—Qué asco —susurró al ver las sábanas cubiertas de sudor y de otros fluidos corporales propios. El sonido de la llave abriendo la puerta de entrada al departamento lo quitó de su ensimismamiento—. Supongo que ahora no voy a poder ir a ducharme —con una media sonrisa esperó a que el recién llegado acercara sus pasos a la habitación. Al hacerlo, sonrió ampliamente—. Buenas noches —saludó Yuya agitando la peluca en el aire.
Toma, más dormido que despierto abrió los ojos ampliamente al ver a su pareja sentado en la cama con un camisón de gasa color rosa sostenido sobre uno de sus hombros con una fina tira de gamuza –la otra ya estaba sobre la mitad de su antebrazo-, la ropa interior de encaje haciendo juego colgaba sobre una de sus rodillas, y sus piernas abiertas, sin mencionar que seguía con el vibrador encendido en una mano, la peluca en la otra y a la distancia se sentía el aroma a sexo.
—Creo que para ti fueron mejores, mi amor —reconoció el morocho sin poder salir de su asombro y lanzando su mochila al suelo. Toma se acercó a Yuya lentamente desde los pies de la cama y besó sus labios. El rubio entrelazó sus brazos alrededor de su cuello y profundizó el beso—. ¿Me extrañaste?
—Mucho…
—No se nota…
—Reconozco que fue mi culpa —bufó el muchacho mirando hacia el techo unos instantes.
—¿Por qué? —preguntó Toma mirándolo mientras mordisqueaba uno de sus hombros.
—Compré especias afrodisíacas y no tenía mucha confianza en ellas…
—¿Y las probaste? —preguntó Toma antes de tirar de su labio inferior con los dientes. Yuya asintió—. ¿Y la ropa a qué viene?
—Quería agasajarte. Hace mucho tiempo que no nos divertimos.
—¿Eso quiere decir que no te gustan mis noches de abrazos y películas?
—¡Por supuesto que sí! Pero…, a veces… necesito algo más… de ti…
Toma sintió que el cansancio se le iba en las mejillas rojizas de su hermosa pareja. Besó ambas con ternura mientras sostenía su rostro con las manos. Se sentó frente suyo y lo abrazó con fuerza.
—Yuya… ¿Puedes apagar esa condenada cosa? Siento que me zumba el cerebro —le pidió en referencia al vibrador que seguía encendido prácticamente sobre uno de sus oídos.
—Ah, lo siento —se sonrió el aludido, apagándolo y lanzándolo lejos de ambos.
—Sabes que siempre me tienes, amor —susurró el morocho mientras besaba su frente—. Sólo tienes que pedírmelo —agregó mordiéndose el labio inferior mientras lo miraba a los ojos.
—Oh, sólo quieres que me arrastre…
—Hazme ese favor. Estoy cansado…
Yuya se zafó de su agarre y empujó a Toma contra el colchón. Abrió sus piernas y volvió a encender el vibrador una vez más antes de presionar su hombría con el aparato. Dejó que Toma acariciara sus cabellos mientras su cabeza estaba apoyada sobre su pierna.
—¿Te gusta? —le preguntó el rubio sin quitar su vista de la suya mientras presionaba la base de la erección de su pareja. Toma hizo su cabeza hacia atrás mientras gemía.
—Me las vas a pagar por esto, Yuya.
—Oblígame —ronroneó el aludido.
Toma se sentó y lanzó el cuerpo de Yuya sobre la almohada mientras el rubio reía a carcajadas. Sin siquiera prepararlo enterró dos dedos dentro suyo, pero para su sorpresa estaba perfectamente dilatado.
—¿Me estuviste esperando? —le preguntó, moviendo sus dedos frenéticamente para el deleite del rubio.
—Te lo dije —jadeó Yuya en respuesta—. Todo es culpa de los afrodisíacos. Deberías probarlos.
—Tienes suerte que mañana es mí día libre.
—¿Y eso?
—Pienso hacértelo todo el día —susurró Toma sobre su oído tirando luego de su lóbulo.
—Podrías empezar desde ahora, pero no te estaría viendo la intención.
Toma pegó su frente a la de su pareja. Yuya sonrió, satisfecho al ver su mirada lasciva.
—¿Sabes que esto te va a costar?
—Lo sé —reconoció el rubio rodeando el cuello de Toma con ambos brazos y mordiéndose luego el labio—. Espero que me hagas pasar una buena noche, mi amor.

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