Ciaossu~!!
Starker de nuevo :)
No tengo nada que decir porque escribo desde el pasado (? xD ♡
Temática elegida: Nalgadas | Katoptronofilia | Spit-roasting | Dacrifilia.
Fandom: Universo cinematográfico de Marvel.
Pairing: Tony Stark x Peter Parker.
Formato: Oneshot.
Género: Smut.
Rating: NC-17.
Número de palabras: 1225.
Sinopsis: Peter regresa de un viaje realizado con sus amigos a Europa y lo primero que recibe es un mensaje de Tony. ¿Había hecho mal en no llamarlo cuando estuvo rodeado de enemigos y pedir ayuda directamente a la cabeza de S.H.I.E.L.D.?
Acordate que también podés seguir esta historia en las siguientes plataformas: Amor::Yaoi, AO3, Livejournal & Wattpad :)
Sólo los capítulos centrados en idols van a estar disponibles en Asian Fanfics.
Día 04: Nalgadas | Katoptronofilia | Dacrifilia.
Starker de nuevo :)
No tengo nada que decir porque escribo desde el pasado (? xD ♡
Enjoy~ ♥
Fandom: Universo cinematográfico de Marvel.
Pairing: Tony Stark x Peter Parker.
Formato: Oneshot.
Género: Smut.
Rating: NC-17.
Número de palabras: 1225.
Sinopsis: Peter regresa de un viaje realizado con sus amigos a Europa y lo primero que recibe es un mensaje de Tony. ¿Había hecho mal en no llamarlo cuando estuvo rodeado de enemigos y pedir ayuda directamente a la cabeza de S.H.I.E.L.D.?
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Día 04: Nalgadas | Katoptronofilia | Dacrifilia.
Peter tragó en seco cuando recibió un mensaje en su
teléfono. El mensaje en sí no era relevante, sólo eran un par de coordenadas. El
problema era el remitente.
—Demonios —musitó, lanzándose a una carrera hacia la
avenida más cercana para abordar un taxi lo más pronto posible. Su corazón le
latía a mil por ahora, peor que después de la increíble batalla en la cual
había enfrentado a varios enemigos en su viaje a Europa con sus amigos. Sabía
la razón del mensaje. Había tenido esa mala espina desde que vio a ese hombre
con un parche en el ojo derecho, pero pensó que el remitente del mensaje al
menos tendría la decencia de postergar el castigo hasta que el jet-lag dejara de hacer estragos en su
cuerpo—. Rápido, por favor —le dijo al chofer del vehículo. El hombre le sonrió
a través del espejo y asintió.
Volvió a sentir un tirón en sus pantalones. Cambió de
posición por enésima vez en la noche. También era la enésima vez que veía esas
grabaciones. Peter estaba perdido. En realidad, estaba bastante jodido. Se levantó
de un salto y se acercó a la puerta prácticamente corriendo cuando oyó el
timbre. Al otro lado de la puerta, ahí estaba la razón de su preocupación con
su mejor expresión a la hora de pedir disculpas. Iba a decirle algo, había
gesticulado algo, pero él no lo oyó, y no dejó que repitiera la acción. Lo hizo
entrar a la habitación agarrándolo con fuerza del brazo y tras cerrar la puerta
dando un golpe, lo condujo a la habitación.
—¿Qué significa esto? —le preguntó reproduciendo una vez
más uno de los tantos videos de sus peleas en Europa que le habían sido facilitados por S.H.I.E.L.D.
—Lo siento, Tony —musitó el aludido—. Realmente lo
siento, yo-
—Tú, ¿qué? ¿Eh? ¿Qué? —volvió a preguntar el hombre,
visiblemente enfadado—. ¿Por esto no me llamaste? ¿Por esto llamaste a Fury?
—Eso fue —consumido por los efectos del cambio horario,
Peter suspiró sonoramente y se llevó una mano a sus cabellos enrulados,
enredándolos por completo—... No quería preocuparte…
El único cambio en la expresión de Tony fue su ceja
arqueada.
—¿No querías preocuparme?
—Después de lo que pasó con Thanos yo… Yo no quería que
te preocuparas por mí.
El hombre suspiró, se sentó a los pies de la cama con la
espalda encorvada y suspiró.
—Detén la reproducción —le dijo a su inteligencia
artificial al mismo tiempo que se quitaba el audífono que lo comunicaba con
ella. Peter lo oyó suspirar pesadamente y se acercó cautelosamente a él, no sin
antes dejar su bolso en el suelo—. Ya estoy viejo para estas cosas —reconoció
Tony levantando la vista para mirarlo. Peter le sonrió y agarrando su cabeza
entre sus manos, besó sus cabellos. Sintió sus fuertes manos agarrando su
cintura y sus manos bajando hasta posarse osadamente sobre sus glúteos,
palmeándolos luego.
—Ay —se quejó lanzando una risita.
—Es lo mínimo que te mereces después de lo que me hiciste
pasar.
—Si quieres puedes hacerlo más fuerte —susurró Peter sobre
su oído, ocasionando la risa en el mayor.
—¿Lo estás diciendo en serio? —le preguntó el mayor separándose
de él para mirarlo. El muchacho asintió efusivamente—. ¿Viniste de humor
después de tremendo viaje?
—Tú siempre me pones de humor —reconoció el aludido con
lascivia en la voz mientras enterraba una mano entre el cuero cabelludo de Tony
para recorrerlo por completo. Él suspiró ante el contacto con la piel del
muchacho. Tomó su mano y la besó con ternura sin despegar su vista de la suya.
Con una necesidad que emanaba de cada poro del cuerpo de ambos, Tony le quitó
el cinturón, bajó la cremallera del pantalón y lo bajó con brutalidad junto con
su ropa interior—. Ven aquí, tengo que castigarte —agregó, palmeando sus
propias piernas. Con una lentitud que no ocasionaba otra cosa más que excitarlo
aún más de lo que ya estaba, Peter se acostó sobre las piernas de Tony quien
agarro la garganta del muchacho con una mano y preparó la otra para que
saludara a sus hermosos y turgentes muslos. Primero los acarició con suavidad,
no quería ser brusco con Peter luego de estar casi un mes separados –aunque
sólo se estuviera conteniendo-. Luego los frotó con fuerza dejando una leve
marca color rosada sobre ellos que desaparecía a los pocos segundos. Luego,
finalmente, dio el primer golpe. El sonido de su palma chocando con la suave
piel de Peter hizo eco en la habitación donde antes sólo reinaba el sonido de
su respiración. Debajo suyo, Peter gimió. Tony sacudió su cabeza y volvió a
enfocarse en su cometido. Una segunda nalgada, y la nuez de Adán del muchacho
bajó y subió rápidamente sobre su otra mano. A la segunda le sobrevino una
tercera, después una cuarta, quinta, sexta, y así hasta perder la cuenta. Y así
hasta tener el cuerpo de Peter gimiendo sobre sus piernas, su erección
golpeando su entrepierna, y la suya sofocándose dentro de sus pantalones y su
ropa interior. Le pareció que Peter quería algo. Una de sus manos se posó sobre
la que estaba sobre su garganta y detuvo así su frenético movimiento—. ¿Qué
sucede? —preguntó Tony mientras trataba de recuperar el aliento perdido.
—No veo —gimoteó el aludido.
—¿Qué?
Peter bajó de sus piernas y se arrodilló en el suelo.
Levantó la vista hacia él pero dirigió su brazo y dedo índice hacia algo que
estaba fuera de su alcance.
—No veo.
Tony agudizó la vista para reparar en el armario con
espejos que debido a la tenue luz de la habitación no había visto cuando
ingresó a la habitación. Su vista volvió a Peter, quien se secaba las lágrimas
que se habían escapado de sus ojos cuando Tony se encargaba de castigarlo por
sus acciones, pero él agarró su mano con fuerza ocasionando que Peter lo mirara
sorprendido.
—No lo hagas —le dijo aclarándose luego la garganta. Tony
encendió las luces de la habitación y dispuso una silla frente al espejo. Peter
apoyó sus manos sobre ellas y, trasero en alto, dejó que Tony volviera a sus
labores. Esta vez fue el cuero del cinto el que marcó su piel. Peter se
deleitaba viendo las acciones de Tony, las expresiones de su rostro que sólo
demostraban placer y excitación desbordada, olvidándose por completo de la
erección dentro de sus pantalones que, a esas alturas estaba empezando a
humedecer su entrepierna, ocasionando que Peter acariciara la suya con afecto
sintiendo que le dolía como si hiciera mucho tiempo que no se masturbaba. Sus
ojos se llenaban de lágrimas, y cuando cruzaba miradas con Tony, a él parecía
agradarle. Se dio cuenta por la forma en que sus labios se curvaban hacia
arriba y los humedecía de tanto en tanto al recorrerlos con su lengua. Peter
siguió masturbándose hasta llegar al clímax sobre el respaldo de la silla, y
Tony lo hizo sobre él, luego de llevarlo cargándolo hasta la cama donde luego
ambos llegaron hasta las almohadas respirando agitadamente.
—Eso estuvo bien…
—¿Bien?
—No fue a ti a quien le dieron esas nalgadas. Te
excediste —reconoció, acariciándose el mencionado lugar de su cuerpo.
—No me pediste que me detuviera —susurró Tony, atrayendo
al muchacho más cerca suyo.
—No sabía que tuviera que pedírtelo…
—Para la próxima, ya lo sabes…
—Lo tendré en cuenta.
—¿Peter?
—Dime.
—Bienvenido a casa.
El muchacho sonrió y sintió que habían golpeado sus
mejillas el doble de las veces que Tony lo hizo sobre sus glúteos por la
sensación de ardor que sentía sobre ellas.
—Gracias, Tony…
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